El profesor Héctor Silva Michelena, destacado economista
venezolano, acaba de presentar su último libro, titulado Escasez y pobreza en
el socialismo bolivariano, en el que analiza las razones, orígenes y
consecuencias de dos flagelos que caracterizan a la Venezuela de hoy: la
carencia extrema de bienes y servicios necesarios para satisfacer las
necesidades básicas de la sociedad, y el desmejoramiento en la calidad de vida
debido, entre otras razones, a la merma en la capacidad de compra de vastos y
crecientes sectores de la población; es decir, la escasez crítica y la pobreza
creciente. Aduce Silva Michelena que Venezuela padece una profunda crisis
sistémica en todos los niveles de la sociedad, generada por las políticas
públicas implementadas por el gobierno durante los últimos 16 años, e inherente
a un sistema colapsado de economía socialista que se pretende implantar en el
país. Dice el autor que “para llevar a cabo esta tarea el gobierno, en la etapa
de transición hacia su objetivo, ha incurrido en expropiaciones arbitrarias,
confiscaciones, hostilidad al sector
privado, control total de la economía: tipo de cambio, precios de mercado,
salarios y movilidad de trabajo, tasas de interés, racionamiento encubierto o
no, desproporcionado déficit fiscal, inflación, devaluación y bajo crecimiento,
para hacer frente a un azote que ha caracterizado a todas las economías
socialistas que han existido o existen: la escasez”.
Después de un concienzudo análisis explicativo de este
fenómeno, Silva Michelena concluye que las divisas que ingresan son
insuficientes, haciendo que la escasez persista y se reproduzca, pero que la
solución a ese grave problema va más allá de un posible aumento de los precios
petroleros, debido a los graves desequilibrios que padece la economía
venezolana, a saber: inflación, elevada oferta monetaria, altos déficits
fiscales, financiamiento de estos por el BCV, controles de precios
irracionales, y un sistema cambiario aberrante que frena la actividad
productiva y genera corrupción.
En la segunda parte de la obra, el autor aborda la
cuestión de la pobreza. Hace un concienzudo análisis conceptual del problema,
presenta distintos estudios selectivos que sobre ese tema se han hecho en
Venezuela, y analiza los aspectos económicos y sociales en las teorías de
desarrollo, haciendo propuestas concretas acerca del plan de desarrollo que
debería aplicarse en economías como la nuestra con el fin de afrontar el grave
problema de la pobreza y la desigualdad. Luego aborda la evolución reciente que
ha tenido ese flagelo en el país, apoyándose para ello en la Encuesta de
Condiciones de Vida (Encovi) realizada por 3 universidades venezolanas (UCAB,
UCV y USB), concluyendo que después de la mitigación de la pobreza durante los
años del boom petrolero reciente, el problema se ha vuelto a reforzar
notablemente al adentrarnos en una fase de bajos precios de los hidrocarburos,
sin que haya un sistema efectivo de protección de los más desposeídos, pues los
programas sociales del gobierno, o “misiones”, nunca fueron mecanismos para
superar la pobreza. De allí que sea de imperativa importancia diseñar un plan
de superación de ese mal basado en el esfuerzo y la productividad.
Concluye el autor diciendo que “pasada la época de las
vacas gordas, la política económica aplicada por Hugo Chávez y después por
Nicolás Maduro, mostró y muestra sus terribles grietas. Con un ingreso de
divisas (dólares) reducido drásticamente, el gobierno quedó al desnudo”.
Coincidiendo con Silva Michelena, creo que el esquema absurdo y fracasado de política económica, generador de escasez, inflación, deterioro de la calidad de vida y mayor pobreza, llevó al resultado de las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre pasado, como una demostración fehaciente de su rechazo por parte de la población. Ojalá que ello dé origen al cambio de rumbo que hoy necesita el país con urgencia.
Pedro A Palma
palma.pa1@gmail.com
@palmapedroa
Caracas – Venezuela
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