¿Por qué la COP 21
fue un fracaso, una esperanza desvanecida?
Si algo hemos
aprendido desde el fracaso de la Cumbre de Copenhague 2009, es que al igual que
en todas las actividades sociales estos escenarios están infectados por lo
“político” y sus poderosos recursos mediáticos para crear realidades ambiguas.
En el escenario a propósito
de la firma del “Acuerdo de París” hábilmente el juego político logró,
utilizando las siempre malintencionadas “letras pequeñas del contrato”, una
cláusula disfrazada en torno a la obligatoriedad que deben asumir los países
para un verdadero acuerdo vinculante, donde se concede a criterio de cada país
la beligerancia que le permite decidir si aplicar o no acuerdos donde
verdaderamente se cumplan las legislaciones y tratados internacionales. El
acuerdo deja lagunas, que traerán como consecuencia que no exista un verdadero
control sobre las emisiones de CO2.
Ahora, lo que para
nosotros es lo “real”, es decir la posición del consenso científico mundial
fundamentada en los reportes del Panel Intergubernamental para el Cambio
Climático (IPCC siglas en inglés) y de las Organizaciones No Gubernamentales
más importantes de nuestro planeta, es nuestro soporte para sincerar lo que
mediáticamente se posicionó como un “Histórico acuerdo climático” que sirve
para el reemplazo del incumplido Protocolo de Kioto.
Precisamente además
de la nefasta y engañosa cláusula que crea un vacío dejando ambiguo el
cumplimiento de los acuerdos climáticos, especialistas como Jean Jouzel,
ex-vicepresidente del IPCC y uno de los científicos más importantes de Francia,
quien asegura poniendo en duda la viabilidad del objetivo 1.5 ºC, que sólo
podría lograrse esto durante décadas o más.
En reiterado, el
texto es inconsistente, no hace precisión alguna sobre un verdadero tratado
jurídicamente vinculante, sin embargo admite una toma de decisiones internas
que a través de las acciones regionales y locales los países las mantengan como
compromiso pactado ante la comunidad internacional.
Ante esto las voces
de ambientalistas, activistas y ONG's se alzaron en manifiesto a través de sus
principales voceros:
Sara Shaw,
Coordinadora de Amigos de la Tierra Internacional, declaró, “Hasta el momento
nos quedamos con una farsa de acuerdo en París. A través de compromisos
parciales y tácticas de intimidación, los países ricos han empujado hacia un
mal acuerdo”.
WWF hizo presencia en
la COP 21, la jefa de la delegación Tasneem Essop, reclamó más garantías para
los esquemas de compensación para los países vulnerables que sufren los efectos
del cambio climático, así como en los de financiamiento de adaptación de los
países en vías de desarrollo.
Greenpeace
Internacional se pronunció a través de Kumi Naidoo Director de la Organización,
lamentando que no se había acordado limitar las energías fósiles al 2050 como
se planteó inicialmente.
De acuerdo con Alex
Pashley para el portal web www.climatechangenews.com algunos miembros del
cuerpo del IPCC no fueron invitados pues sería “inútil” después de no aceptar
ofertas de invitación en el pasado.
En el mes de
Noviembre se prohibió la realización de movilizaciones por el clima, en
vísperas de la COP 21 a causa de los atentados del viernes 13 de noviembre de
2015 en París. Sin embargo una masa protestante y manifestante en los suburbios
de París, ocupó el Gran Hotel California, pero fueron expulsados en pleno
evento, la movilización fue estrictamente limitada cosa que silenció voces
disidentes y la magnitud mediática del “éxito rotundo” titulado por los medios
cobró mayor fuerza y ningún detractor aparente.
POSICIÓN CIENTÍFICA
GLOBAL
Si bien el evento
implicaba la elaboración de resoluciones de debate racional, el optimismo
político continuó subestimando la posición científica global del problema, las
intervenciones de los científicos Fred Singer, Patrick Moore and Christopher
Essex fueron catalogadas como predicciones “alarmistas”, figuras que en un
consenso del 97% ocupan un peldaño entre los científicos climáticos más
importantes del calentamiento global, fueron ridiculizados.
Pero la realidad
científica es inflexible, tal como enunció el Profesor Miles Allen de la
Universidad de Oxford. La postura del profesor Bill Collins de la Universidad
de Reading en el Reino Unido, apuntando a la necesidad de reducir la producción
de dióxido de carbono en un 70% antes de mediados de siglo. Aseveró que hasta
que los gobiernos no aceptaran este precepto, debía limitarse el optimismo.
Otros científicos
expresaron su preocupación por el hecho de que el nuevo acuerdo consiente el
transcurrir de varios años para aumentar los esfuerzos para la reducción de
emisiones. Ilan Kelman, del University College de Londres manifestó que los
plazos claros para lo que fue trazado como objetivos específicos son
generalmente ausentes, lo que es preocupante.
"Este es un
acuerdo histórico", fueron las palabras de Steffen Kallbekken, director
del Centro Internacional para el Clima y la política energética. "Pero
este ambicioso objetivo de temperatura no se corresponde con una igualmente
ambicioso objetivo de mitigación", precisó.
“Parece ser que nos
vamos directo a los dos grados centígrados, que es el punto de no
retorno", declaró en entrevista para Prensa Latina el geógrafo climatólogo
español Jonathan Gómez, durante la COP 21, quien es uno de los revisores del
quinto informe de evaluación sobre Cambio Climático (IPCC). También agregó que
no se estaba apostando por una descarbonización, como si se quisieran seguir
emitiendo gases de efecto invernadero a la atmósfera.
De manera que, ante
estos hechos no podemos hacerle el juego al lobby político transnacional porque
para eso ellos que tienen suficiente en sus abultados bolsillos, pueden cubrir
el financiamiento de poderíos empresariales mundiales y muchos “medios
pagados”, nosotros nos hacemos eco de la ciencia, el conocimiento y los saberes
populares que también hicieron presencia en la pasada Cumbre de París.
Prensa Fundación Azul
Ambientalistas
Azul Ambientalistas
ambientalistasdelzulia@gmail.com
@fundacionazul
Zulia - Venezuela
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