Fuimos convocados
para elegir diputados de las veinticuatro entidades federales y por municipios
y parroquias reunidos en circuitos.
Mientras la campaña
se desarrollaba, el país empeoraba. Pacientes mueren por falta de medicamentos
en hospitales y en farmacias. Otros por acción de bandas que hacen de las suyas
con absoluta impunidad. Mujeres deambulan buscando toallas sanitarias.
Transportistas y particulares no consiguen cauchos, baterías, ni repuestos.
A ello se suma la
desmoralización de un pueblo que lee y escucha acusaciones de narcotráfico
contra altos funcionarios, oficiales de la FAN y hasta familiares de Maduro.
Fiscales y jueces que abundan para matraquear y reprimir a ciudadanos comunes y
corrientes, no aparecen en estos casos. Como si no existiesen.
Largas colas
mantienen secuestradas a centenares de miles de amas de casa que dejan familia
y oficios para tratar de pescar un litro de aceite, harina, leche, granos, algo
que darle a los hijos.
El gobierno impávido. Como si nada pasara. Los jerarcas del chavismo se empeñaron en negar la realidad detrás del mamotreto argumental de la guerra económica.
Nadie les creyó.
Imposible tragarse ese anzuelo en un país donde el Banco Central es controlado
por el gobierno. PDVSA manejada a antojo del PSUV. El SENIAT convertido en
herramienta política para someter a comerciantes e industriales. CADIVI
ejerciendo monopolio de los dólares, en manos de los militares, al igual que
aduanas y puertos.
Los ministerios de
Agricultura y Tierras, de Comercio, de Industrias, de Planificación, de
Turismo, de Finanzas y Banca Pública, de Alimentación, de Energía Eléctrica,
todos de clarísima incidencia en la producción nacional, controlados por Maduro
y sus ayudantes. La burocracia del no hay.
No son capaces de
sacar al país de la crisis en que lo metieron. El electorado lo comprendió así
y en vez de debatir la elección de líderes regionales, aprovechó la ocasión
para protestar contra el hundimiento de Venezuela.
La conducta de Maduro y su equipo más cercano después de la protesta cívica del 6 de diciembre, confirma que no tienen preparación ética alguna, anímica, profesional, o política, para sacar al país adelante. Están anclados en la derrota y pretenden que el país se quede allí con ellos.
Claudio Fermin
claudioefm@gmail.com
@claudioefermin
@claudiocontigo
Caracas, Venezuela
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