Desde Febrero del
1992 se inició un proceso de militarización de la sociedad venezolana y
sus poderes públicos con la asonada militar contra el extinto presidente Carlos
Andrés Pérez.
Después de 16 años en el poder, los militares a través de
Hugo Chávez Frías uno de los líderes de la asonada de 1992 que con su llegada
al poder por el voto popular como presidente de la República, dio inicio a la
Quinta Ola o Militarización del Estado y sus Poderes Públicos, objetivos
planteados desde que este grupo de oficiales fueran estudiantes de la Academia
Militar, según se desprende de sus anécdotas e historias dadas a conocer
después de 1999 cuando se afianzan con un cambio de la Constitución, en la cual se desdibuja la
función militar otorgándole a estos la capacidad no solo del voto ( cosa que
creo nunca se debió dar, pues no puede dársele la capacidad de votar a quien
cuida y vela por la soberanía y siendo quienes monopolizan el uso de las armas
de la Republica) sino una entelequia denominada unión cívico militar que se
convertirá en el motor que impulsa la Quinta Ola o militarización de los
Poderes Públicos.
Hoy el resultado de la unión cívico militar, que de
cívico no tiene sino el nombre, ha permitido que los militares asalten los
poderes públicos, amparados en esa supuesta colaboración pueblo-fuerzas armadas
bolivarianas que han concedido a
los militares activos la administración
de bancos del Estado, empresas navieras y aéreas, industrias básicas, mineras o
petroleras, industria pesqueras, agropecuarias y de distribución de alimentos,
han legado hasta no solo tener programas de radio y TV propios, sino radios y
televisoras propias.
En cualquier otro país, los militares administran o
manejan industrias, pero del ramo militar donde se construyen partes o
productos militares finales, pero jamás encontraremos un país en el mundo
democrático donde los militares manejen todo y cuando digo todo es
absolutamente todo como ocurre en Venezuela.
Debo recordar que el presidente Maduro durante un acto de
salutación de fin de año de 2015 a la Fuerza Armada, dijo que ordenó que los
militares que están en diferentes cargos del gobierno “regresen a puestos de
mando y a filas activas en cada componente”. Y el resultado de la Quinta Ola
fue inmediata, el 10 de febrero de 2016 salió en Gaceta Oficial n°40.845, un
decreto proveniente del presidente Nicolás Maduro en el que se ordena la
creación de la Compañía Anónima (significa que no le rinde cuentas a nadie)
Militar de Industrias Mineras, Petrolíferas y de Gas (CAMIMPEG), la cual tendrá
más poder que Pdvsa.
La Quinta Ola ha logrado su objetivo final, inundar todos
los espacios públicos con las verdes aguas militares que bajo el manto del
Poder incuestionable que ostentan difícilmente estas aguas volverán a estar
sometidas al freno democrático de los diques de la Ciudadanía.
Las aguas algún día volverán al cauce natural donde deben
estar y realizando las funciones para las cuales se les creo bajo el mandato
civil. La Ciudadanía debe comenzar a poner a funcionar las bombas de achique y
comenzar a drenar esas aguas y los primeros espacios a ser drenados son los de
participación local a fin de fortalecer los liderazgos locales a través de la
reactivación de organizaciones ciudadanas como asociaciones de vecinos,
consejos comunales ( cambiando sus fundamentos ideológicos) y todo grupo
comunitario que motive al Ciudadano al desarrollo pleno de sus derechos y
deberes a fin de remontar desde sus bases comunitarias, pasando por las
parroquiales y llegando hasta las municipales y regionales y desde allí
restituir el nivel democrático y desmilitarizar los poderes públicos y la
sociedad.
Maximiliano Donat
maximilianodonat@gmail.com
@maxidonat
Ong DECIDO
Miranda - Venezuela
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