Las Farc buscan la destrucción
de la democracia en Colombia y Juan Manuel Santos es un instrumento para
lograrlo, por eso cualquier acción que se realice para frenar este objetivo es
razón suficiente para ser asesinado por los terroristas, o encarcelado y
perseguido por la fiscalía o cualquier otro organo judicial, ya intentaron
asesinar y amenazan con volverlo a hacer, al Dr. Fernando Londoño Hoyos.
Hacen preso a
Santiago Uribe, tienen en la mira a los hijos del ex-presidente, van por el Dr.
Oscar Iván Zuluaga y luego por todos quienes critiquen a los terroristas de las
Farc, que son arañas como las viudas negras, que matan a sus consortes después
que los utilizan para copular, cuestión de la que tienen que cuidarse Santos y
su equipo negociador.
Los irregulares se
aprovechan de un gobierno, que no muestra capacidad para el ejercicio de sus
funciones y sustituye con propaganda su incapacidad, utiliza a la fiscalía, el
poder judicial y otras instituciones como oficinas privadas del ejecutivo, a
quienes manejan como simples empleados, siempre dispuestos para aprobar las
decisiones tomadas junto con las Farc, que no cumplirán así firmen el acuerdo
de paz de rodillas.
La guerrilla ha sido,
es y seguirá siendo una amenaza para los Colombianos, buscan asumir el poder
para actuar como el Castro-Chavísmo en Venezuela, meterán presos a sus
adversarios, destruirán las organizaciones políticas adversas, eliminarán
cualquier forma de oposición y mientras ellos negocian con la droga, Juan
Manúel Santos lo hará con el dinero, que es un arma superior a los fuciles, las
bombas y las minas quiebra patas.
Compran, destruyen y
justifican el manejo de algunos poderes públicos, medios de comunicación y
testigos falsos, para meter en la cárcel a personas honorables cuyo único
delito es oponerse al gobierno, utilizan
hasta el Congreso de la República, un poder que en una auténtica democracia es
autónomo, pero en Colombia sus autoridades son parte de la comparsa
Farc-Santos.
En la frontera con
Venezuela hay inquietud, porque el presidente Santos tiene 5 años y siete meses
destruyendo, empobreciendo y entregándole el País a los irregulares, esta
negociando con ellos, sabiendo que la violencia no va a acabar así firmen
cualquier papel, porque no piensan dejar el negocio de la droga, mientras tanto
la población no encuentra un empleo que les permita ganar lo indispensable para
su alimentación, tener techo, vestido y atención en la salud.
Los Colombianos en
los momentos más difíciles han demostrado tener sustancia suficiente para
enfrentar los acontecimientos, tienen el temple y la capacidad de lucha, por lo
tanto no pueden vacilar, ni dar oportunidad a los cobardes y timoratos. Para
conseguir el cambio hay que cerrar filas con Álvaro Uribe, quien representa no
solo a un partido, también unos principios y carga un morral lleno de
conocimientos, experiencias y buenas intenciones con un pueblo que le sigue,
por ser la mejor garantía para los Colombianos.
Nestor Solano
solano.nestorep@gmail.com
@SolanoNestorep
Tachira - Venezuela
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