De hecho, pronostico
que se arriesgarán a asumir el riesgo de cometer suicidio promoviendo una
candidatura Cruz-Kasich antes que exponerse a la certeza de sufrir martirio
postulando a un Trump que perdería frente a Hillary Clinton.
Hace un año el
Partido Republicano se sentía confiado de recuperar la Casa Blanca y mantener
mayoría en las dos cámaras legislativas en las elecciones del 2016. Barack
Obama había mostrado un pobre desempeño como presidente y no podría aspirar a
la reelección. En una decisión suicida los demócratas habían decidido coronar
como su candidata a una corrupta, mentirosa, repudiada y delincuente en peligro
de ser procesada. Las encuestas daban a Hillary Clinton como perdedora frente a
la mitad de los republicanos que aspiraban a la postulación. Pero entonces
apareció en el cielo republicano la nube negra de Donald Trump, las esperanzas
se desvanecieron y todos los pronósticos fueron a parar a la cesta de papeles
inútiles.
A base de astucia,
carisma y desfachatez, Trump supo monopolizar el descontento y la animosidad de
un considerable número de miembros del partido que habían sido ignorados por
años por la élite que mueve los hilos entre bastidores. En un principio, Trump
fue calificado como un "payaso" sin probabilidades de lograr la
postulación. Pero en este mes de abril del 2016, el "payaso" parece
estar encaminando al partido al "juicio final" que han vaticinado
Larry Sábato y sus colegas del Centro de Estudios Políticos de la Universidad
de Virginia.
Con 743 delegados
ganados hasta este momento en el curso de las primarias republicanas, Donald
Trump aventaja por casi 200 a Ted Cruz, su competidor más cercano con 545. Pero
el respaldo de Donald Trump, aunque sólido y persistente, no ha llegado al 50
por ciento de los votos emitidos hasta ahora. De hecho, quienes se oponen a su
postulación, con la misma intensidad de quienes lo apoyan, han dado hasta ahora
un total de 860 votos a candidatos que se le oponen como Ted Cruz, John Kasich
y Marco Rubio.
De todas maneras,
Donald Trump es el único candidato con probabilidades de lograr la cifra mágica
de 1237 votos para ser postulado en la primera votación de la convención
republicana que comienza el 18 de julio en Cleveland, Ohio. Algunos analistas
le dan 20 por ciento de probabilidades de lograr esa meta. Por otra parte, ni
Cruz por mucho alarde que haga, ni Kasich a pesar de sus lágrimas, tienen
probabilidades de lograrla. De ahí que nos encontremos con un 80 por ciento de
probabilidades de una convención abierta en Cleveland. Esa es la última
esperanza del Partido Republicano de evitar el "juicio final"
vaticinado por Sábato y sus colegas.
Veamos una
descripción de esta desastrosa situación. En los años de elecciones
presidenciales los postulados a la Casa Blanca ejercen considerable influencia
en los resultados de campañas al Senado, la Cámara de Representantes y las
gobernaciones estatales. Aunque imprevistos como el terrorismo, los conflictos
internacionales y la economía podrían cambiar las predicciones actuales, las
cifras en este momento indican que, si las elecciones fueran celebradas hoy,
Donald Trump sufriría una aplastante derrota a manos de Hillary Clinton. No
prestemos atención a los alardes que haga el petulante con el pelo pegado con
gomina.
Dejemos, por el
contrario, que hablen los números. Las encuestas de mayor reputación y
confiabilidad arrojan resultados ominosos para Trump y el Partido Republicano.
En este caso, la cifra mágica para que un candidato resulte victorioso en unas elecciones
generales es ganar 270 votos de un total de 540 votos electorales. Estos son
los vaticinios: Hillary Clinton tendría hoy 347 votos entre asegurados y
altamente probables. Donald Trump solamente 193, entre asegurados y altamente
probables. Como para hacer perder el sueño a la jerarquía de un partido que no
sabe cómo salir de este atolladero.
¿Cómo se explica
entonces esta situación ante el hecho del considerable respaldo que ha
demostrado disfrutar Trump dentro de su partido? Es cierto Trump ha sumado a
las elecciones primarias a miembros del Partido Republicano que antes no se
molestaban en votar, a muchos independientes y a muchos integrantes de la clase
obrera. Pero esta ecuación no estaría completa si no consideramos lo que
restará Trump al partido en unas elecciones generales. El 73 por ciento de las
mujeres norteamericanas tienen una opinión negativa de Trump, el 50 por ciento
de los miembros del Partido Republicano se quedarían en casa, el 80 por ciento
de los electores negros y el 70 por ciento de los hispanos jamás lo apoyarían y
una proporción mayoritaria de estudiantes y graduados universitarios lo
rechazan en forma virulenta. El sujeto es un pararrayos de sentimientos
hostiles.
Para complicar aún
más las cosas, aunque la Cámara de Representantes no parece estar en peligro,
los republicanos podrían perder hasta seis escaños en el Senado y dos
gobernaciones estatales. Las pérdidas en el senado darían a los demócratas el
control del mismo con 56 escaños, 48 escaños los republicanos y dos escaños en
manos de independientes que, dicho sea de paso, han hecho hasta ahora causa
común con los demócratas a la hora de emitir sus votos.
Con el control del
Capitolio y de la Casa Blanca, los demócratas crearían ciudadanos dependientes
con la repartición indiscriminada de "beneficios sociales" y sellos
de alimentos, mantendrían las fronteras abiertas en detrimento de la seguridad
nacional, incrementarían en cantidades astronómicas la deuda nacional y
consolidaría su agenda de izquierda durante varias décadas con el nombramiento
de magistrados afines a su ideología en el Tribunal Supremo. Peligros inmensos
para el derecho a portar armas, la libertad religiosa y la protección de los no
nacidos, sólo por mencionar unos pocos. Todo esto convertiría a los republicanos
en un partido casi irrelevante y los condenaría a un "invierno" de
muchos años antes de ganar el terreno perdido.
Ante el análisis de
este panorama apocalíptico la plana mayor del Partido Republicano ha decidido
jugárselo todo en Cleveland. Tiene primero que impedir que Trump logre sus
ansiados 1237 votos antes de la convención porque, si los lograra, ya no
tendrían otra alternativa que postularlo y tragarse la píldora de perder las
elecciones. Para impedirlo, están utilizando medios tales como anuncios
destacando su vulnerabilidad como candidato y su falta de consistencia en los
temas; así como promoviendo a Ted Cruz y John Kasich como candidatos más
sólidos y con mayores probabilidades de derrotar a Hillary.
El partido está
apostando a que si Trump no gana en la primera votación será abandonado por
muchos delegados comprometidos a votar por él en la primera vuelta pero que lo
abandonarían a partir de la segunda. De hecho, en la segunda vuelta el 59 por
ciento de los delegados quedarían exonerados de su compromiso y el 80 por
ciento en la tercera. La convención se convertiría entonces en un "dale al
que no te dio".
La maquinaria de la
convención apelaría en ese momento a una "kriptonita" con la
capacidad de paralizar al Supertrump. Vaticino que no incurrirán en la
barbaridad de postular a un candidato que no haya participado en las primarias,
porque esto podría conducir a que Trump y Cruz unieran fuerzas e impusieran su
voluntad sobre el partido. De hecho, pronostico que se arriesgarán a asumir el
riesgo de cometer suicidio promoviendo una candidatura Cruz-Kasich antes que
exponerse a la certeza de sufrir martirio postulando a un Trump que perdería
frente a Hillary Clinton.
La fórmula que les
daría los votos necesarios para la postulación de esa candidatura sería la
siguiente: Los votos de Cruz, de Kasich, los retenidos por Rubio al suspender
su candidatura y los centenares de delegados liberados de responsabilidad que
se mostrarían deseosos de complacer los deseos y de recibir los beneficios de
muchos funcionarios electos del partido. Todo muy complicado y definitivamente
repulsivo para los perdedores pero absolutamente legal y en concordancia con
las reglas preestablecidas por el partido. Trump, el hombre que ha utilizado
las reglas legales para salir airoso en cuatro bancarrotas recibiría una buena
dosis de su propia medicina.
Alfredo Cepero
alfredocepero@bellsouth.net
@AlfredoCepero
Director de
www.lanuevanacion.com
Estados Unidos
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