Qué
costo tan elevado le ha tocado pagar al partido rojo -con la decisión ya en la
despedida agónica de Hugo Chávez-
dejándoles a quien se convertiría en el destructor de ese proyecto
político. Este personaje tan extraño con la forma de actuar
en su rol de jefe de estado, es víctima de su propio complejo; falsamente
presume de su origen obrero. Pero
digamos que es lo menos que pudiéramos endosarle frente al daño al país y a su
propio partido. Esto, como dice el
refrán, "ni es chicha ni limonada";
ni es jefe ni subalterno, todo sea por las ataduras
constitucionales. En tremendo lío están
metidos los compatriotas socialistas: día que él permanezca en Miraflores, verruga que aflora en el
cuerpo político del partido.
Las
señales del 6 de diciembre fueron evidentes, pero apenas pagaron una parte de
esa inmensa deuda con aquellos venezolanos que creyeron en la promesa de una
revolución, impulsada por un hombre que
envolvía los más diabólicos propósitos de hacer del país una extensión al
servicio de su voluntad. Insólitamente y
estando tan cerca ese evento que sacudió la reacción del pueblo, vemos el
espectáculo que están dando en la Asamblea Nacional con sus 55 peones sobre el
tablero, cumpliendo la misión de levantar la voz para defender al rey y esconder
la mano cuando se trate de apoyar todo lo que vaya en beneficio de la
nación.
Podemos
imaginar que siendo el PSUV un partido de generales sin tropa, son muchos los
intereses que están de por medio. Más
grave que los señalamientos, hacia algunas cabezas visibles, es la voz activa
de un generalato dando la sensación de ser ellos los que tienen el sartén por
el mango; mientras la jerarquía militar hace alardes de un bolivarianismo
revolucionario, la dirigencia del partido guarda un extraño silencio; ellos
dirán que con su loco en las alturas prendiendo motores y elucubrando fantasías
sobre un gobierno que se arrastra de rodillas, es más que suficiente.
Atrapados
en este barullo se les viene encima las elecciones de gobernadores. Solo
retrocedamos la página hasta el 6 de diciembre, para concluir que si aquello
fue una paliza, aquí se dará "caída y mesa limpia". No basta con echar asfalto por aquí y
repartir tanques de agua por allá;
siendo parte de esta política
perniciosa, todos pagarán por pecadores.
Luis
Garrido
luirgarr@hotmail.com
@luirgarr
Carabobo -
Venezuela
No hay comentarios:
Publicar un comentario