Esta es la Constitución que rige en el país. Este es el
adefesio constitucional de 1976 que institucionaliza la dictadura de Castro y
violenta nuestras libertades y derechos humanos.
La visita del presidente Barack Obama a la Cuba comunista
despertó el interés en los diversos medios de prensas internacionales -ABC,
Efe, AP, Voz de Las Américas, Washington Examiner y otros- y en algunos de mis
conciudadanos con la pregunta de que si asistiría al encuentro con el
presidente estadounidense.
Mis respuestas fueron que hasta el momento no había
recibido invitación para ese encuentro de Obama con la disidencia. Otras
personas daban por hecho mi invitación con Barack. A estos les respondí que no
era una obligación esa propuesta y que soy un fuerte oponente de este
acercamiento que da legitimización y favorece más a la dictadura de Castro que
al pueblo cubano.
No obstante, decidí elaborar algunas ideas sobre temas
que me preocupan de derechos humanos y la libertad de Cuba. Expongo mis ideas por el creciente interés
público.
Presidente Barack Obama. Excelencia, quizás sus
compatriotas de la embajada ya le hayan hablado sobre mis intensas reservas al
plan de acercamiento cada vez más avanzado de su Gobierno con la dictadura de
Castro. Sin embargo, deseo no causarle pesar por mi exposición; sino que me
observe como la continuación del ejemplo patriótico de James Mason y Patrick
Henry que protestaron fervientemente en el Congreso de Virginia y se opusieron
a la Constitución federal hasta que se le adhiriera una carta de derechos que
defendieran las libertades inalienables de los ciudadanos americanos.
Después mostraría un pequeño libro al presidente Obama.
Esta es la Constitución que rige en el país. Este es el adefesio constitucional
de 1976 que institucionaliza la dictadura de Castro y violenta nuestras
libertades y derechos humanos.
Presidente, según un conciudadano de Ud., James Madison,
“La acumulación de todos los poderes, legislativo, ejecutivo, judicial, en las
mismas manos…, se puede señalar con
justicia como la definición misma de tiranía”. Presidente, en esta Constitución
comunista se cumplen con fidelidad los conceptos referidos por Madison.
Al término de esta conceptualización mostraría otro libro
de bolcillo al Sr. Obama. Este libro es la Constitución de 1940, que
institucionaliza la democracia y garantiza el Bill of Rights cubanos. Esta Ley
Fundamental fue aprobada libremente por el pueblo cubano y todos los partidos
políticos de la época, incluso el comunista.
En febrero de 1959 Castro quebrantó la Constitución de
1940, la suspendió de facto y nunca ha sido abrogada de jure, al imponer su Ley
Fundamental. En esta aparecen nuevos artículos que favorecieron los
fusilamientos en masas por causa política, la confiscación de bienes
arbitrarios y las sanciones por la acción retroactiva de las leyes. No obstante
la Constitución de 1940 está vigente aunque no en la práctica. Ella es la que
declara ilegitimo al régimen castrocomunista.
Acto seguido mostraría en el mismo plano las dos
constituciones y movería una en mi mano y dijera, esta, la socialista,
garantiza la tiranía; y después, con la otra, expresaría, esta Constitución de
1940 asegura la República libre de Cuba con su carta de Derechos.
Presidente, quizás toda esta historiografía no sea de
importancia para algunos pero sin la historia no podemos ser civilizados.
Tampoco estoy atado al pasado. Por promover y defender los derechos humanos
fundamentales la policía política castrista y sus acólitos me han golpeado
salvajemente, me han roto la cara, diente, hueso, me pegaron en la piel un
cigarro encendido en un cuartel de policía, he cumplido injustamente 12 años de
prisión e incluso me han torturado.
Mis conceptos en el amor al Dios Bíblico me han hecho
adherirme a la lucha cívica activa no violenta, me opongo al mal con el bien y
he podido perdonar a mis victimarios. Pero esto lo puedo hacer porque son mis
heridas, es mi dolor, que pudo sanar con mi amor ágape. Sin embargo, ese mismo
amor me imposibilita perdonar todos los crímenes violentos de la tiranía de los
Castro.
Imposible olvidar al joven mártir por la libertad de
Cuba, Jesús González, que fue fusilado cuando tenía 17 años de edad, en 1962,
pero lo más perverso de la historia es que a su hermano Teodoro los guardias
castristas del penal, ante de fusilar a su hermano, fueron hasta él y lo
llevaron hasta el paredón y le dijeron ¡Mira y oye como vamos a fusilar a tu hermano y después te lo
haremos a ti! Él tan solo tenía 16 años,
por lo que se salvó del paredón. Hoy es un anciano que vive en Miami
atormentado por los viejos fantasmas de la torturas del régimen socialista de
Castro.
En el 2003, durante la Primavera Negra, tres jóvenes
fueron fusilados por el régimen socialista, fueron escogidos porque eran
personas de la raza negra y no bien agraciado en belleza, Fidel Castro sabía
que no habría una conmoción nacional por el racismo y prejuicio exaltado por su
socialismo. La perversión fue que Castro
conocía que no era un caso legal para la instrumentación de la pena de muerte,
y la aplicó para amedrentar al pueblo interesado en libertad. Castro tuvo la
desvergüenza de decir públicamente que si tuviera que hacerlo otra vez lo
haría. Aunque recibió la condena de la opinión pública internacional no le
importó esas críticas.
La lista de esos crímenes es extensa, evitemos su
continuidad al futuro. Por eso es imposible dejar en el olvido esos crímenes
porque lo impide el amor a la justicia. Hacerlo sería volverse cómplice de esos
asesinatos y defenestrar el luminoso camino de la justicia.
Queremos libertad total e inmediata para el pueblo
cubano, amparados en la carta de Derechos cubanos, del Capítulo IV de la
Constitución de 1940. Libro que me impidieron regalarle al estar ausente en la
cita. Más la verdad no podrán ocultarla por siempre. Gracias, señor Presidente.
Dr. Oscar Biscet
@OscarBiscet
Enviado a nuestros
correos por
Alfredo Cepero
alfredocepero@bellsouth.net
@AlfredoCepero
Director de
www.lanuevanacion.com
Estados Unidos
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