Ya en el siglo
XIX Domingo Faustino Sarmiento se había percatado de la naturaleza
institucional de Estados Unidos y al respecto dijo en sus “Comentarios a la
Constitución Argentina: “Los partidos políticos no discuten cuestión alguna que
a la Constitución se refiera. Todos los partidos están de acuerdo sobre lo que
en el resto del mundo es motivo o pretexto para las revoluciones y el
despotismo”. Más recientemente Kruchev dijo: “Los partidos políticos americanos
se diferencian tanto como la Coca Cola y la Pepsi Cola”. Nada más cierto que
las anteriores observaciones, diría que hasta la llegada de Obama a la
presidencia de Estados Unidos.
El sistema
americano es el Rule of Law, que es ético, político y jurídico. Una idea
fundamental por tanto del mismo es que los partidos políticos no pueden
discutir la Constitución sino tan solo lo que denominan “issues”. O sea
cuestiones específicas como pueden ser
el matrimonio homosexual o el aborto. En otras palabras el sistema ético
político creado por los Founding Fathers no entraba en discusión. Por ello
hasta 1918 el derecho al voto estaba limitado y no podían votar las mujeres,
los negros ni nadie que no tuviera un ingreso de cierto nivel. La idea
fundamental era que las mayorías tal como lo describe Madison en la Carta 51 de
El Federalista, no tienen derecho a violar los derechos de las minorías. Es
decir los derechos individuales a la vida, la libertad, la propiedad y el
derecho a la búsqueda de la propia felicidad. Por la misma razón el poder del
gobierno está limitado por el poder judicial, que es quien dice qué es la ley
de acuerdo a los derechos que garantiza la Constitución Nacional.
Esa situación
desafortunadamente en la actualidad parece cambiada y por esa razón ya el gasto
público ronda el 40% del PBI por primera vez en la historia. Y en este evidentemente modificado panorama de la
situación política americana nos encontramos ante las próximas elecciones para
presidente. En primer término ha surgido un candidato republicano cuyo
pensamiento, a mi juicio, desconoce los principios en que se basa el Rule of
Law. Hoy parece estar en juego el sistema que cambió la historia del mundo.
Estados Unidos fue y sigue siendo un país de inmigrantes, precisamente porque
ofrece oportunidades que no se dan en otros países, pero por supuesto es el
derecho del gobierno americano de establecer las condiciones para recibir a los
inmigrantes. Hoy Donald Trump ha declarado su oposición a los inmigrantes y así
planea una lucha interna del partido entre los blancos y los llamados hispanos.
Nada más falaz a
mi juicio que la falacia de esa dicotomía para describir el mundo político del
país más importante del mundo. En primer lugar los llamados hispanics tienen
diversas razas y una de ellas es la blanca que fuera incrementada a partir de
la partida de los cubanos de Cuba a la llegada de Fidel Castro. Pero más aún es
obvio que el pensamiento político de los hispanos es muy diferente y depende en
gran medida de las razones por las cuales abandonaron sus propios países. Una es
como la de los cubanos que llegaron a Estados Unidos en busca de libertad y
crearon en Miami la capital de América Latina. Otra diferente es la que surge a
través de Texas, proveniente de México y de Centroamérica por razones de
pobreza. A ésta es a la que se ha referido descalificatoriamente Donald Trump y
por ello pretende que se construya un muro en la frontera a cargo del gobierno
de México.
A mi juicio el
pensamiento político tanto de Marcos Rubio como de Ted Cruz está más cerca de
Madison, Hamilton y Jefferson que el de Donald Trump. Esto es lo que encuentra
dividido al partido republicano, y por esa razón me parece que el riesgo de que
Trump sea el próximo candidato republicano no se debe a la sabiduría de su
pensamiento sino a la aparente disyuntiva racial planteada en esta lucha. Pero
recordemos que tanto Rubio como Cruz son blancos. Y dicho sea de paso el
pensamiento de Trump referido a la religión musulmana constituye una violación
de la Primera Enmienda de la Constitución americana: “El Congreso no hará
ninguna ley al respecto del establecimiento de religión ni prohibir el libre
ejercicio de la misma...”. Asimismo estaría violando las enmiendas IV y XIX.
Ni que Hablar de la disyuntiva del partido demócrata donde el candidato
opositor a Hillary Clinton, Bernie Sanders, se ha declarado socialista. Ya
debiéramos saber que el socialismo en Estados Unidos es inconstitucional, pues
implica la decisión a piori de violar el derecho de propiedad. Y por supuesto
implícitamente la violación del derecho a la búsqueda de la propia felicidad,
que fuera expuesto por Jefferson en la Declaración de Independencia americana,
y como bien dijera John Locke es el principio fundamental de la libertad. Y
dicho sea de paso está reconocido en el artículo 19 de la Constitución
argentina. La Sra. Hillary Clinton no se ha manifestado socialista, pero
recordemos que cuando su marido fue presidente de Estados Unidos, se vio
obligado a retirarle los poderes políticos, pues ella estaba aparentemente en
contra de la política de respeto a los derechos individuales seguida por él.
Hoy su preponderancia parece responder a la tendencia a la búsqueda de la
igualdad, que como ya sabemos es el principio opuesto al Rule of Law.
Diría que los candidatos que tienen más posibilidades, Trump y Clinton
no representan el verdadero sistema americano, sino la tendencia
izquierdista prevaleciente y fuera
desarrollada por Obama, cuya prueba más evidente no es solo el Obamacare, sino
la amistad, el acuerdo con Raúl Castro y su próxima visita a La Habana.
Política a la cual no se han opuesto públicamente ni Trump ni Clinton. La
alternativa que está en discusión no parece ser más que el problema
inmigratorio, y por ello aparentemente los llamados hispanics habrían de tener
una cierta importancia en definir quién será el próximo presidente de Estados
Unidos. No puedo menos que lamentar que en los momentos en que algunos países
de América Latina, con Argentina en primer término, han dado un vuelco político
hacia la libertad, Estados Unidos se encuentre ante esta alternativa aparente
de seguir el fracasado sistema europeo del Estado de Bienestar.
Armando
Ribas
aribas@fibertel.com.ar
@aribas3
Argentina
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