Pareciera que lo que
la Revolución quiere es destruir a las Fuerzas Armadas.
¿No será esa la meta
comunista, un “colapso militar” para terminar de destruir una institución que
siempre ha sido el sostén de la democracia?
Si hay guerra económica
y los militares manejan la distribución y producción… diga usted a quién van a
culpar de la debacle los comunistas
Si la tesis del
gobierno es que hay una guerra económica, pues sencillamente hay que analizar
que los militares están en guerra y sus divisiones están encargadas de la
producción y distribución desde el aluminio primario, acero, etc., hasta los
alimentos. Pero el problema que se deriva es que no son los revolucionarios los
culpados, sino los militares en caso de perder las batallas, así que es bueno
analizar que si viviéramos una guerra real, hoy la estaríamos perdiendo o
estaríamos manteniendo el esfuerzo bélico paradójicamente gracias a los
civiles. Porque, de una vez y sin tapujos, los militares encargados de
alimentarnos nos indican algo que alegraría la vida al enemigo, en la
adquisición de alimentos a repartir el 2015 tienen en un 90% su origen
importado, mientras que el 9,97% de lo distribuido es de origen nacional, según
informe serio cuyo origen me reservo.
Los “partes de
guerra” también nos indican que la “División Diana” dejó de producir en casi un
50%, la “División Mercal” dejó de producir un 28%, la “División Bicentenarios”
(abastos) dejó de producir un 40%, la “División Venalcasa” dejó de producir 44%
y el resto de las divisiones militarizadas tienen un 31% menos de productividad
en esta guerra. Pero la producción de materia prima para esa distribución,
también en manos militares, fue la que más sufrió retrocediendo en un increíble
59%.
¿Que por qué las
colas en todas partes? El parte de guerra, nos lo explica en la página 45, la
“División Mercal” dejó de atender a 5,8 millones de personas, la “División
PDVAL” dejó de atender a 1,8 millones de personas y la “División Bicentenarios”
dejó de atender a otro medio millón de bocas que alimentar; en fin, que queda
reflejado que ocho millones de venezolanos que antes eran alimentados por el
sector público, tuvieron que irse a los supermercados privados a buscar sus
alimentos. Adiós, de un plumazo, a la teoría de la “guerra económica”.
Por eso, en esta
guerra los platos gratuitos servidos que llegaron a 91 millones en 2014, se
redujeron a 50 millones. Los alimentos servidos en los módulos médicos de
atención primaria (CDI) también se redujeron en un 25%, en las casas de
alimentación a la mitad, en los refugios casi en un 80%. Por lo que si
estuviéramos en una verdadera guerra, las cifras de bajas por inanición serían
francamente calamitosas. Pero, ¿fue porque bajaron los precios del petróleo? La
respuesta militar contenida entre las páginas 40 y 60 dejan claro que no. Los
gerentes civiles lograron aumentar en un 25% sus respectivas industrias, como
el amenazado gerente de Industrias Lácteas Los Andes, quien con los mismos
recursos de los demás logró aumentar su producción en un 55%, mientras que la
red privada aumentóo su oferta en un 56%.
Pero es bueno seguir
en esto de la auditoría de la Guerra Económica. Pues si estuviéramos en una de
verdad el esfuerzo bélico de producción, entendido este como la producción para
sostener y ganar el conflicto dejaría también mucho que desear. La primera
“División transporte” logró el 20% de sus metas. La del concreto apenas cumplió
el 37% y la de agregados dejó de cumplir sus metas en un 70%. Las fábricas de
productos estructurales y herrería cumplieron apenas con el 8% de sus metas.
Pero aquí conviene detenerse un poco.
Volvamos a
explicarnos en términos de guerra, nuestra división de aluminio contaba en 2008
con 185 mil hombres (toneladas). En su segunda batalla (2009) bajó a 145 mil
hombres, en su tercera bajó a 96 mil (la mitad), en su cuarta batalla a 65 mil,
al año siguiente 53 mil y en esta última los generales nos explican que
comenzaron el año con 45 mil hombres y terminaron con 28 mil (recuerdo
toneladas). A nuestra “División de Hierro” le fue mucho peor en la guerra, en
2013 contaba con 540 mil hombres y termino el 2015 con 42 mil. A nuestra “División
de Briquetas” la arrasaron, contaba casi con un millón de hombres y apenas
queda el 10%, a nuestra “División de Acero” la más grande de nuestro ejército
que contaba con 4,5 millones de hombres, le queda a duras penas un millón. La
“División de Cementos” que contaban con 7,8 millones de toneladas producidas
“en socialismo” y con unas metas de 9 millones de toneladas, lograron 5,5
millones. Cualquier militar, en cualquier parte del mundo, diría: “Carrizo, a
ustedes los están masacrando, a ese ritmo serán aniquilados, borrados de la faz
de la tierra”. Pero en Venezuela, a eso le llaman “Empresa Socialista”.
El problema es que
eso no importa a muchos porque el gobierno, como Hitler en su bunker, se niega
a gritos a comprender la dimensión de su colapso militar, mientras sus
generales escriben en sus memorias que las divisiones (motores) que pide su
líder, para construir su imperio, han sido arrasadas en los últimos años. Pero
el grave problema que tenemos los venezolanos es que Chávez y luego Maduro arrastraron
a los militares a gobernar, a tal punto que hoy en su propia escuela militar
pueden graduarse en “Mención Administración Pública” y esto ha traído una grave
consecuencia para el estamento militar. Cuando las cosas van bien, los
políticos son buenos, cuando van mal, esos mismos políticos son malos. Visto
así hoy, el impacto negativo brutal de un gobierno cívico-militar, va a
terminar responsabilizando a la Fuerza Armada y eso hay que evitarlo a toda
costa.
Porque pareciera que
es lo que la Revolución quiere, destruir a las Fuerzas Armadas ya que por
primera vez en la historia desde 1960 hay un gravísimo deterioro cuando del 62%
de “mucha confianza” en 2003, pasaron al 35% en 2013 y hoy ostentan el peor
récord de confianza de su historia con un exiguo 6% (Datincorp). ¿Y cómo va a
haber confianza si quienes pasan trabajo buscando alimentos, ven que el
Presidente expone a un militar como el responsable? ¿Cómo va a existir
confianza si el Presidente dice que se pudrió una organización y cuando el
pueblo ve, se trata de un militar quien la preside?, ¿Cómo va a haber confianza
si el Presidente habla de guerras y batallas y el pueblo al no encontrar
medicinas ve en las cadenas que son militares los encargados? ¿No será esa la
meta comunista, un “colapso militar” para terminar de destruir una institución
que siempre ha sido el sostén de la democracia? Porque de ser así, es una de
las metas destructivas que si están cumpliendo.
Thays Peñalver
thays.penalver@me.com
@thayspenalver
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Caracas
- Venezuela
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