miércoles, 9 de marzo de 2016

ANTONIO PÉREZ ESCLARÍN, EL FASCISMO ETERNO

Tradicionalmente, se nos ha tratado de convencer de que el fascismo es exclusivo de la derecha. De hecho, uno de los insultos preferidos de los que se autoproclaman revolucionario y de izquierda, para descalificar y ofender a sus adversarios, es precisamente el de  “fascistas”. 

Por ello llenaron de grafitis las paredes del Capitolio llamando fascistas a los diputados de la oposición.  Por otra parte, varios políticos e intelectuales venezolanos que siempre han militado  en las banderas de la izquierda e incluso  fueron perseguidos por ello,  nos vienen advirtiendo  que los últimos  gobiernos, tanto el de Chávez como el de Maduro,  tienen muy poco de revolucionarios y no dudan en tildarlos de fascistas. 

Por ello, y como un aporte al debate necesario para comprender nuestra realidad política, voy a resumirles un excelente artículo del filósofo y escritor, recientemente fallecido,  Humberto Eco que se titula  “El fascismo eterno”, que aparece en su libro “Cinco escritos morales”. En dicho  artículo,  Eco nos advierte que el fascismo no es cosa del pasado, sino que aparece a cada rato en formas muy inocentes pues  está todos los días junto a nosotros, y en consecuencia “nuestro deber es desenmascararlo y apuntar con el índice sobre cada una de sus formas nuevas, cada día, en cada parte del mundo”.

El fascismo es una ideología política fundamentada en un proyecto de unidad monolítica. Por ello, exalta la idea de nación frente al individuo, suprime la discrepancia política en beneficio de un partido único, asfixia los poderes locales en beneficio del centralismo, y propone como ideal la superación de todos los vicios del pasado para construir  una utópica sociedad perfecta. Para ello, el fascismo inculca y exige la obediencia de las masas o del pueblo  (idealizado como protagonista), y usa y abusa de los medios de comunicación, que se convierten en medios de propaganda para aupar y elevar la figura del caudillo.

El fascismo se caracteriza por su método de análisis o estrategia de difusión de juzgar sistemáticamente  a la gente no por su responsabilidad personal sino por su pertenencia al partido y su fidelidad absoluta al jefe. Aprovecha demagógicamente los sentimientos de miedo y frustración colectiva para exacerbarlos mediante la violencia, la represión, las amenazas y la propaganda, y los desplaza contra un enemigo común, real o imaginario, interior o exterior, que si no existe habrá que inventarlo y que se transforma en el chivo expiatorio frente al que volcar  toda la agresividad de manera irreflexiva, logrando la unidad y adhesión (voluntaria o por la fuerza) de la población. La desinformación, la manipulación y utilización  del sistema educativo, la apropiación de los medios de comunicación hasta lograr que todos informen lo mismo y no sea posible filtrar noticias que no le convienen al gobierno, desvirtúan la voluntad general  y se convierten en mecanismos para  la legitimación del caudillo. El fascismo es expansionista y militarista. Es ante todo, un nacionalismo exacerbado que identifica tierra, pueblo y estado con el partido y con el líder.

Teniendo siempre como fuente el mencionado artículo de Humberto Eco, vamos a señalar algunas otras características del fascismo, y que cada lector saque sus conclusiones:

a)  El fascismo cultiva un gran culto a la tradición, a los héroes  y padres fundadores y trata de presentarse como continuación de su epopeya  inconclusa que, ahora sí, alcanzará su culminación gloriosa.
b) El fascismo rechaza el pensamiento crítico, y considera el desacuerdo como traición. Le tiene terror a la diversidad y las diferencias y por ello trata de unificar el pensamiento, las costumbres y hasta la forma de vestir y de hablar. 
c) El fascismo hace un llamado a las masas frustradas y marginadas pues busca presentarse como un movimiento de redención y liberación. Por ello, apela con fuerza al sentimiento y a la promesa. 
d) El fascismo cultiva el nacionalismo y la xenofobia y  necesita vivir en un ambiente y clima de guerra permanente, por lo que resulta frontalmente antipacifista.
e) El  fascismo cultiva el  culto a la muerte y abusa del lenguaje épico.
f) El fascismo promueve y alimenta el populismo y busca concentrar en la figura del Jefe todos los poderes. Por eso, necesita instituciones sumisas pues no permite la diversidad ni la divergencia.  

Antonio Pérez Esclarín
pesclarin@gmail.com
@pesclarin    

Zulia - Venezuela      

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