Está en la naturaleza
de los gobernantes totalitarios no aceptan el mandato ciudadano expresado por
medio del voto. No tiene importancia como se hayan auto-etiquetado. Fascistas,
social-comunistas, nacionalsocialistas, falangistas o social-desarrollistas, igual
cometen todo tipo de tropelías y marramuncias para garantizar su permanencia en
el poder. Creen que nunca serán despojados de la usurpada investidura por
cualquiera de las fórmulas conocidas. Los lacayos de los hermanos Castro:
Maduro-Cabello o, con frecuencia, Cabello-Maduro, figuran en la oprobiosa
lista.
Estamos en el zaguán de la votación para elegir diputados a la Asamblea Nacional para el período 2016-2021 y los números no dan posibilidad a los chavistas de continuar siendo mayoría. Las encuestas, incluyendo las pagadas por el gobierno, preanuncian la derrota del Socialismo del Siglo XXI y garantizan a la oposición cómoda mayoría y algunas auguran mayoría calificada para la Alternativa Democrática agrupada en la MUD.
Frente a la
posibilidad de una “muerte anunciada” los rojos-rojitos han enloquecido y
acentuado tropelías. Intentan amedrentar a los líderes de la MUD, a todos los
niveles, amenazando su integridad física con la actuación de bandas armadas en
el sabotaje de asambleas públicas, cada vez más nutridas y fervorosas en
localidades donde antes no era posible ni “volantear”. Además han redoblado el
reclutamiento de operadores de redes sociales, profesionales o aficionados y
aumentado los emolumentos a niveles de envidia, desatando una brutal campaña de
infamia, desinformación y miedo
diseñada, dirigida y difundida desde las instalaciones de la Sala Situacional
asentada en Miraflores.
Las reiteradas
amenazas de Nicolás Maduro, el impostor, como las de “no entregaré la
revolución” o “me echaré a la calle con el pueblo, si la oposición gana las
elecciones”, son manifestación de miedo, del miedo que los atrapa y produce un
frío que les recorre el espinazo. Saben que en esta partida de ajedrez sólo les
queda una última jugada de altísima peligrosidad. Bloquear, mediante el
arbitrio de la Ley Habilitante, la actividad de la mayoría opositora en
Asamblea Nacional a ser elegida el 06-12. Serían varias que normarían los
asuntos de mayor sensibilidad política y administrativa, con vigencia hasta el
19-04-20.
Pero veamos. Activar
el “no entregaré la revolución” es dar un golpe de Estado, para lo cual debería
contar con la complicidad de la totalidad de la Fuerza Armada y entregarle el
bastón presidencial. Y el “me echaré a la calle con el pueblo si la oposición
gana” ¿Con el pueblo que lo acaba de derrotar? A la calle se echará el pueblo
respondiendo al llamado de la MUD y derrotará al golpista. Defenderá su derecho
a decidir. Maduro tendría que “echarse a la calle” en solitario y buscando un
avión para salir del candelero que provocó. El pueblo no es retrasado mental como el castro-chavismo lo
cataloga. No tiene miedo a cuero de tigre muerto y no sacará de la fosa a
incompetentes y corruptos.
En cuanto a la última
jugada, el profesor de Derecho Administrativo José Ignacio Hernández en
artículo publicado en Pro-Davinci del 19-11-2015 titulado ¿Una Ley Habilitante
puede neutralizar a la próxima Asamblea Nacional?, tipifica el hecho como
FRAUDE CONSTITUCIONAL. Recurrible ante
el Tribunal Supremo de Justicia, el cual no se abocará al estudio del caso. El
del 2010 tiene 5 años en un profundo cajón. Entonces, ¿qué hacer? La calle.
Salir a la calle con el pueblo que los derrotó y plantarse frente al Palacio
Legislativo para impedir la aprobación del mamotreto y hacer lo mismo a las
pertas del TSJ y demandar, con la fuerza que da la razón y el derecho, la
declaratoria de FRAUDE CONSTITUCIONAL la Ley o la ristra de leyes habilitantes,
aprobadas por el oficialismo para patear el voto ciudadano.
PÉSAME: El 26 de Octubre falleció Gumersindo Rodríguez Gil, beconomista de alto vuelo y compromiso social, valiente cuadro de Acción Democrática en la lucha contra la dictadura militar de Pérez Jiménez, extraordinario compañero y mejor amigo con significación de hermandad. Paz a su alma y mi solidaridad en el dolor con Aglae, Nelson, la Nena, Carolina y Francisco.
German Gil Rico
gergilrico@yahoo.com
@gergilrico
Miranda - Venezuela
Hola Germán, como siempre, me encanta leerte. Y hoy aprovecho para preguntarte si el desconocimiento / fraude del resultado electoral, por parte del presidente ¿configura una ruptura del orden constitucional? Porque, como bien señalas, decir "no entregaré la revolución" es dar un golpe de estado, y esa es una de las condiciones que pone UNASUR, entre otros, para sancionar al gobierno...Abrazos muy afectuosos. Colette Siwka.
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