Después del proceso constituyente venezolano y que elaboró la
Constitución del año 1999, vinieron las elecciones parlamentarias, ustedes
tienen que recordarlo.
Entonces, ingresaron los
diputados rojos con su aplastante mayoría, como si hubiesen tomado por asalto
la Nueva Asamblea con un nuevo estilo parlamentario y ofreciendo que serían
eternos en sus puestos; negando que la realidad es cambiante y tratando de
llevarle a la gente el mensaje que la revolución era lo máximo; que no había
para más nadie, que el país era de ellos y
aquel que no estuviese con la revolución , pues sencillamente comería
piedras y su destino era extinguirse como el ave fénix.
Comenzamos a ver un resentimiento
intenso en los diputados, donde la ausencia de buena oratoria era evidente;
fomentaron la división de clases, alimentaron resentimientos y procuraban el
distanciamiento y la pugna entre la clase trabajadora y sus patronos; odiaban al productor, al
ganadero, al gran agricultor, al industrial, al empresariado y hacia allá enfilaron
sus baterías de expropiación y amenaza permanente.
Inmediatamente, el culillo de la plata se manifestó y las inversiones se
fueron alejando, el capital de los empresarios trataba de ponerse a salvo en el
extranjero por temor a ser devorado por la sed “revolucionaria” de destruir
todo, acosando la propiedad privada, el deseo de producir y las libertades
económicas. Además se uniformaron de rojo y negro, como si fueran los diablos
danzantes de Yare.
Sus vestimentas recordaban al paisano de cualquier barrio y cuando la
ocasión requería formalismo, pues parecía que estaban disfrazados. Extrañamente
comenzaron a aparecer en el hemiciclo disfrazados de campesinos; aparecieron
seudo guerrilleros, disfrazados de combatientes; militares que nunca habían
servido y diputadas vestidas con prendas militares y cosas parecidas como si
estuviésemos viviendo en medio de una trinchera en el frente.
Algunos diputados fueron llamados al poder ejecutivo donde poco a poco
fueron cambiando sus haberes personales, aunque algunos más osados hicieron
fortunas sospechosas aprovechando sus cargos ministeriales que redundaron en
cuentas multimillonarias en Andorra, Alemania, Suiza, Estados Unidos y otros
países.
Afortunadamente, tenemos fe profunda, de lograr pasar de la denuncia a
la acción para tratar de que la justicia se levante de su letargo, y la
Fiscalía de la inacción ante el pillaje más grande, más vulgar que ha recibido
la nación en 200 años de historia. Me supongo, que la primera auditoria debe ir
enfilada sobre aquellos funcionarios que estuvieron enchufados por demasiado
tiempo y así queridos amigos, la lista se estira como un chicle cuando
tenientes y capitanes de aquellos golpistas de 1992, ahora tienen propiedades e
inversiones escondidas, testaferros manejando flujos de divisas que el sueldito
de funcionario no puede justificar…
Me despido apreciados lectores, con la plena seguridad que este artículo
continuará, porque tiene mucha tela que cortar…el discreto encanto de la
revolución.
Luis Alfredo Rapozo
luisalfredorapozo@gmail.com
@luisrapozo
Anzoategui - Venezuela
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