Esa premisa debe iluminar el pensamiento de todos los patriotas
venezolanos, electores o no, en relación al venidero 6 de diciembre. Estamos
enfrentados a una dictadura socialista, por ende una fuerza criminal que solo
aceptó la celebración de comicios parlamentarios sumida en la arrogancia de
continuar con su fachada democrática en medio de esta catástrofe iniciada a
partir del 11 de abril de 2002.
Así entonces, resulta cuando menos inconsistente sostener la posibilidad
de un gobierno socialista respetando las decisiones de un parlamento nacional
de mayoría demócrata. Tan inconsistente como estimar siquiera la posibilidad de
un reconocimiento por parte de ese régimen ante una victoria demócrata que
implique la mayoría de dos tercios para nuestros parlamentarios. Se infiere de
lo anterior que la llamada mayoría simple parlamentaria por parte de las
fuerzas demócratas en modo alguno reviste importancia política para el régimen
socialista, habida cuenta su absoluto control del poder ejecutivo y judicial,
suficiente como para neutralizar completamente el accionar político de un
parlamento carente de la mayoría calificada con los referidos dos tercios de
sus miembros, que en caso contrario lo habilitaría constitucionalmente para
concretar cambios trascendentales en el ordenamiento jurídico nacional,
comenzando por la propia Carta Magna.
Son los riesgos implícitos de participar en comicios diseñados por el
socialismo para favorecer a su régimen a través del voto ilegal, la violencia,
y el ventajismo electoral, donde aun siendo los demócratas una mayoría popular
inocultable, sometidos como estamos frente al socialismo que nos mata de
hambre, enfermedad y a manos del hampa, en su política de esclavitud, el
ejercicio real de esa mayoría popular sigue dependiendo de la voluntad de la
dictadura a través de su poder electoral nacional, todo por la errada decisión
de una dirigencia demócrata nacional dominada por el colaboracionismo y la
traición.
La antedicha camisa de fuerza solo podrá desatarse en la medida que
todos los patriotas venezolanos tomemos conciencia de nuestro deber ciudadano
consagrado en el artículo 333 de la Carta Magna, y así entonces, antes, durante
o después del 6D cumplamos nuestra obligación constitucional de apoyar la
inmediata restauración del Estado Democrático y Social de Derecho y de
Justicia, hoy secuestrado por el socialismo y su dictadura
¡Ni un paso atrás¡ Ora y labora.
Ronny Padron
caballeropercivall@gmail.com
@caballeroperci
Anzoategui - Venezuela
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