miércoles, 25 de noviembre de 2015

SAÚL GODOY GÓMEZ, LAS FFAA Y LA SITUACIÓN NACIONAL,

Nuestra Constitución es muy clara en cuanto a la naturaleza de nuestra Fuerza Armada Nacional, a la que define como (Art. 328) “… una institución esencialmente profesional, sin militancia política, organizada por el Estado para garantizar la independencia y soberanía de la Nación y asegurar la integridad del espacio geográfico mediante la defensa militar… está al servicio exclusivo de la Nación y en ningún caso al de persona o parcialidad política alguna…”.

Pero toda Venezuela sabe que, en estos últimos 16 años, este mandato ha sido letra muerta en el seno de la institución.
Desde que el chavismo se hizo con el poder, los líderes de esa facción política se han ocupado de desmontar un trabajo de formación y consolidación de las FFAA que al país le ha costado lustros de trabajo y mucho sacrificio, esto, debido a la ideología castrocomunista que es central al chavismo y que cree, que todo componente armado debe estar al servicio de la revolución y para el dominio de la población civil que deben su obediencia a un líder máximo.
Y fue por medio de la politización de sus cuadros, de la indoctrinación comunista, de la corrupción y la tergiversación de sus principios, que lograron desarticular a la institución armada y, en clara oposición al espíritu de la ley, la convirtieron en herramienta de factores políticos nacionales y, lo más grave, asociados a carteles del crimen internacional y dependientes de la voluntad de gobiernos extranjeros como es el caso de Cuba.
Apartando toda la retórica marxista, la manipulación del ideario bolivariano y los llamados a un supuesto nacionalismo popular e igualitario, para una buena parte de los ciudadanos de este país, es un motivo de vergüenza, cuando no de asco, el estado en que se encuentra nuestro FFAA, las que fueran una vez orgullo de nuestra patria, es hoy vista como una fuerza de ocupación enemiga.
La institución militar que miramos hoy en día no pasa de ser – con honrosas excepciones - una banda armada de forajidos y torturadores en continua labor de amedrentamiento y extorsión de nuestros ciudadanos, sus actuaciones en las invasiones de fincas e industrias productivas privadas, su lamentable papel como vendedores de mercancía en los mercados populares, su actuación de encubrimiento de alimentos podridos y grandes entierros de medicinas vencidas producto de la corrupción, sus actuaciones en las grandes redadas en las barriadas de las grandes ciudades y en los decomisos de mercancías en mercados populares, brindándole honores a los símbolos y autoridades cubanas, su completa entrega a los ideales revolucionarios comunistas, la participación de sus mandos en actividades a favor del narcotráfico y la guerrilla, los han convertido en una institución abominable ante el venezolano decente y demócrata.
Uno de los peores errores de este régimen chavista ha sido promover la penetración en nuestras Fuerzas Armadas por ese cáncer social llamado narcotráfico, que convirtió a una parte de la oficialidad y efectivos castrenses en “mulas”, financistas y protectores de las actividades de peligrosos carteles internacionales de la droga, situación esta, que ha tocado muy de cerca la familia inmediata de su comandante en jefe, el ciudadano colombiano Nicolás Maduro.
Nuestras armas ya no están al servicio de la nación, nuestra seguridad depende ahora de intereses de organizaciones criminales que operan fuera de nuestro territorio, algunos de nuestros altos oficiales activos aparecen, sin ningún castigo ni reprobación, en la listas de los criminales más buscados por ese infame delito, que es una de las principales causas de perdición y muerte de la juventud del mundo.
Esta asociación al narcotráfico que nunca ha sido debidamente investigada menos aún castigada, las groseras manifestaciones de riqueza y dinero que exhiben algunos oficiales, su constante aparición en listas de criminales internacionales, ha empañado a toda la institución militar de modo que el público, el pueblo venezolano tiene una imagen que se trata de simples criminales usando el uniforme y ejerciendo altos cargos de gobierno, que estamos en presencia de oficiales que propician una economía paralela que corrompe al estamento político y judicial del país, pareciera que quisieran sustituir el ingreso petrolero por el de la droga.
Esto se veía venir desde el momento en que faltó fibra moral en el Alto Mando Militar, cuando el gobierno empezó a utilizarlos como colaboradores de las fuerzas insurreccionales del continente, cuando se inició el auxilio a los enemigos de la democracia en diversos países vecinos, cuando se empezó a rendir honores militares a los jefes guerrilleros, a protegerlos, custodiarlos y trasladarlos bajo protección, por órdenes del Presidente Hugo Chávez Frías; era sólo cuestión de tiempo que una cosa llevara a la otra.
Es conocido por todo el mundo que la subversión en Latinoamérica se financia con los expolios de actividades criminales, sobre todo con la industria del secuestro y la droga.
Está muy claro que, bajo la excusa de la obediencia debida, nuestros máximos jefes militares, simplemente, se plegaron a cumplir con lo que les requería su Comandante en Jefe, con el conocimiento cierto de que estaban violando no sólo la ley, sino las más elementales normas éticas. Muy convenientemente, el premio al acatamiento se trocaba ascensos, promociones, remuneraciones y más poder para nuestros uniformados.
Bajo la excusa de que estaban haciendo un trabajo “revolucionario”, liberando al país de las cadenas del imperio capitalista, le estaban vendiendo el alma al diablo y negociando la soberanía del país a otros intereses transnacionales, lo que claramente constituye un delito de traición a la patria.
Es de conocimiento público que el comunismo tiene raíces en un internacionalismo a ultranza, es decir, cuando un gobierno se torna comunista inmediatamente hay una labor de apoyo en bloque de diversos gobiernos y organizaciones para proteger sus intereses políticos y económicos, esta coalición comunista en nuestra región, está liderada por Cuba y es ahora Raúl Castro, quien la comanda, a él se plegó el gobierno chavista, y de esta manera nos convirtieron en colonia cubana y nuestro ejército de libertadores, en esclavistas trabajando para el comunismo, en contra de los intereses patrios.
Una vez enredados en ese perverso juego de intereses del comunismo internacional, no tardaron en aparecer factores extranjeros a los que se les permitió posición de mando en nuestras Fuerzas Armadas y, poco a poco, empezó una infiltración que, tememos, sea profunda y hasta irreversible.
Ante los acontecimientos que se están desarrollando actualmente en nuestro país, con una ciudadanía activa y en la calle y sus protestas por la restitución de sus derechos inculcados, debido a la calamitosa situación nacional, prácticamente de quiebra de nuestra económica, por la peligrosa situación de desabastecimiento, por la inseguridad desbordada como nunca, donde asistimos a la barbárica agresión de unos grupos pro-gobierno armados y disparando en contra de gente inocente y desarmada, dueños de la calle y con el apoyo de órganos de seguridad del Estado.
Ante esta situación de anomia social, y dado el enorme deslave de apoyo popular que el gobierno de Maduro ha tenido en vista de los posibles resultados de las elecciones del 6D, mi llamado, como simple ciudadano, alarmado ante el estado de quiebre institucional, es para lo que queda sano de nuestras Fuerzas Armadas, incluso mi llamado se extiende para aquellos oficiales que están involucrados, involuntariamente, en estas actividades criminales, que se pongan a derecho y cumplan con la Constitución Nacional, para que no sólo se nieguen a recibir órdenes de oficiales extranjeros, sino que procedan a sus arrestos, los desarmen y los confinen para su posterior expulsión del territorio nacional.
Nuestras instalaciones militares deben permanecer libres de todo componente armado extranjero; si se conoce de alguna instalación donde se encuentren reunidos estos mencionados agentes extranjeros, deben asegurarla, desactivarla y entregar sus armas y personal a los tribunales militares, quienes deben proceder para hacer efectivo el cumplimiento de la ley y no por órdenes de un partido político.
La ley es muy clara, el artículo 324 dice que sólo el Estado puede poseer y usar armas de guerra, y que quien estuviere en posesión de algunas de esas armas debe ser inmediatamente desarmado y arrestado.
Aquellos oficiales y tropa involucrados en actividades de narcotráfico de manera indirecta, esperando de ellos su complicidad pasiva, si saben que se está desarrollando una actividad criminal en medio de sus operaciones de rutina, o les ordenan a violar la ley,  no obedezcan esas órdenes, reúnan toda la evidencia posible en contra de quienes manejan las operaciones y si es posible, procedan a su arresto y presentación en los tribunales militares acompañados por la prensa libre e independiente.
Si un partido político quiere traer y mantener en nuestro territorio fuerzas mercenarias extranjeras, a costa del erario nacional, para su uso particular, está violando claramente la ley y los más sagrados preceptos de nuestra seguridad nacional; cualquier componente o soldado de la patria debe actuar de inmediato para inutilizarlas y ponerlas bajo su control, y llevar a sus promotores ante la justicia por delitos de traición a la patria.
Hay un interés político de una parte del gobierno chavista, en desprestigiar el nombre de las FFAA involucrándolas en violaciones a la ley y en crímenes en contra de la humanidad bajo premisas de defensa del socialismo que, a todas luces, es inconstitucional.
Utilizan a sus miembros para procedimientos ilegales en contra de las personas y organizaciones civiles donde no se guardan las garantías de ley, los utilizan para detenciones, allanamientos, torturas, ejecuciones sumariales y uso de fuerza desproporcionada en contra de personas y manifestaciones pacíficas, en estos casos la obediencia debida ni es excusa ni puede ser interpuesta como cumplimiento del deber, son acciones inmorales y fuera de la norma, que traerán consecuencias y fomentan un clima de violencia insoportable para la sociedad.
La disciplina, la obediencia y la subordinación no implican en absoluto, la renuncia a ser venezolano, ni a renunciar a principios morales y éticos y mucho menos a despreciar a quienes no estamos de acuerdo con el gobierno comunista.
Pero ante todo, en cara a las elecciones del 6D, y la importante participación que tendrán las FFAA en el Plan República, que sirve de resguardo y garantía al proceso de elecciones democráticas, debe ser manejado apegado con todo rigor a la ley y a la Constitución, conscientes que el Poder Electoral está manipulado por los intereses criminales que desde el extranjero, están tratando de preservar el poder comunista y del narcotráfico en nuestro país, deben asegurarle a los ciudadanos las condiciones de seguridad y paz para que puedan acudir a votar.
Si nuestras FFAA, en un gesto de decencia y legalidad, preservan la transparencia de este difícil proceso electoral estoy seguro que la ciudadanía y el pueblo todo de Venezuela lo verá como un gesto de rectificación a la conducta negativa sostenida hasta el presente, sino, la misma institución pondrá punto final a su historia como componente armado de la república y pasará a ser una banda criminal a quienes habrá que darles el trato de terroristas.
La única manera de detener esta vorágine de violencia que está consumiendo el país está en manos de nuestras Fuerzas Armadas, quienes deben retornar a su papel institucional y establecer, de una vez por todas, su rol como garantes de la seguridad de la nación, es por ello que los ciudadanos que vamos a ejercer el soberano mandato, esperamos de nuestras FFAA que mantenga las calles y los centros de votación a buen resguardo, que no permitan asaltos de motorizados armados, ni agresiones en contra de los votantes, ni otras violaciones a la ley electoral vigente.
No se dejen comprar por camionetas chinas, ni por aumentos de sueldos, ni por becas, ni por proveedurías donde se consigue de todo de lo que los venezolanos carecemos, ustedes y sus familias necesitan un país para vivir, una sociedad donde funcionar, un futuro para ustedes y sus hijos, si destruyen ese futuro de nada les va a servir esos bolívares recién impresos que cada vez valen menos en un país donde solo se producen los muertos, torturados y detenidos que el gobierno quiere que ustedes se encarguen de proporcionarles.
No se les pide otra cosa, que cumplan con la Constitución Nacional a la cual se deben por juramento, es la única manera de un retorno pronto a la paz y al orden en nuestro país.
Saul Godoy Gomez
saulgodoy@gmail.com
@godoy_saul

Miranda - Venezuela

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