Cuando un pueblo decide
cambiar, no hay nada ni nadie que lo detenga. Cuando los ciudadanos entienden
la fuerza de su voto, el peso de la herramienta que cada uno tiene para
orientar la República, la transformación es indetenible. Un votico aislado pesa
poco, muchos juntos son la fuerza del cambio. Voto a voto sumemos el 6-D la
fuerza que cambie la Asamblea Nacional, primer paso para el cambio mayor que
aspiramos.
Hace poco tiempo no era
fácil apostar al triunfo de Mauricio Macri en Argentina, hasta que el pueblo
cansado del kirchnerismo, obstinado del populismo improductivo, de la
ineficiencia y la corrupción, se puso de pie y decidió hacer valer su voto.
Sufragó el 80,77% de los inscritos y, voto a voto, el pueblo logró lo que el
continuismo negaba. En Venezuela nos espera el 6-D, y ahora cuando ya son pocos
los días que nos separan de la convocatoria electoral, parece que la decisión
está tomada, a partir de lo que arrojan las encuestas en cuanto a ir a votar y
a hacerlo contra el continuismo y por el cambio. El camino parece claro en las
encuestas: votar y cambiar es la consigna.
Macri lo confesó en sus
primeras palabras, luego de proclamado el triunfo del cambio: hicimos posible
lo imposible, lo logramos voto a voto. Cada argentino quiso hacer valer su
voto. Si el pesimismo los hubiese invadido y el “no es posible” se hubiese
apoderado de ellos, a no dudarlo, no lo habrían alcanzado.
Cara al 6-D tengamos
presente esta lección en Venezuela. Todavía algunos compatriotas, de buena fe,
piensan que no es posible, y algunos van más allá, dicen que no perderán su
voto, y el camino para no perderlo es no votar, lo que implica que lo pierden
de antemano; estamos derrotados antes de la batalla. Sumemos nuestras voces al
coro que clama cambio y progreso, sumemos nuestro voto a los de la mayoría, que
hasta ahora había sido silente y oculta en la desesperanza y el conformismo.
Votemos, es la hora, votemos y pa’lante hacia el objetivo siguiente.
El continuismo,
entiéndase el diosdadomadurismo, tiene muy claro que si votamos unidos por el
cambio este se hace realidad, por lo que la más elemental estrategia política
los lleva a desalentar el voto, a transmitir miedo e incertidumbre, intentando
crear en unos y sostener en otros la matriz de que es imposible derrotarlos.
Las acciones y estrategias para enfriar el voto y desestimular el sufragio son
múltiples. Se reitera aquello de que gobierno no pierde elecciones, si bien
sabemos que eso no es así, ya que hasta las triquiñuelas tienen límites y se ven
frustradas cuando el voto es masivo. Por el contrario, la ausencia de electores
es terreno próspero para la delincuencia electoral.
Los continuistas están
empeñados en difundir la especie de que el voto no es secreto, de que al marcar
en la máquina la tarjeta de la alternativa democrática, se enterarán los del
gobierno. Ante tal ruido hemos solicitado al CNE que realice campaña
publicitaria para combatir las dudas sobre el secreto del voto, a lo que el CNE
no responde, porque al continuismo no le interesa combatir tales dudas, lo que
no deja dudas de que sacan ventaja de esa duda.
Hemos visto amenazas con armas y saboteo de actividades, marchas,
visitas a barrios o caravanas. El mismísimo Nicolás, en otro acto indigno en el
ejercicio de la presidencia de la República, se ha atrevido públicamente a
decir no solo que ganarán como sea, sino de que si ganamos se lanzará a la
calle, confesando que son violentos cuando toman la plaza pública. Amenazas
tras amenazas con un solo propósito, desactivar la voluntad de voto de quienes
hemos decidido cambiar para bien y dejar atrás el fracaso, pasando la página de
estos 17 años de destrozo institucional y ruina económica.
Por supuesto que la tarea está clara, el cambio democrático lo vamos a
obtener con el voto a voto de todos nosotros. Reiteremos el compromiso de votar
y contagiar a los nuestros con la decisión de votar y, por último, defendamos
el voto y vayamos más allá. Ganar la Asamblea el 6-D es un importante primer
paso para cortar camino, ya que el 2019 está lejos todavía. Un buen triunfo el
6-D debe llevarnos a exigirle la renuncia a Nicolás o a revocarle el mandato o,
por último, a convocar una Asamblea Constituyente que relance la República y
ponga fin al barranco de la inflación indetenible y la corrupción galopante.
Voto a voto el cambio es nuestro. Pa’lante.
Paciano José Padrón Valladares
pacianopadron@gmail.com
@padronpaciano
Miranda – Venezuela
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