viernes, 26 de febrero de 2016

CESAR GUILLEN CITTERIO, PDVSA, PEMEX Y PETROBRAS. EL EXCREMENTO DEL DIABLO.

El venezolano Juan Pablo Pérez Alfonzo, uno de los fundadores de OPEP, fue el primero en llamar al petróleo como “el excremento del diablo” No porque esa providencia natural sea mala por sí misma, sino por la dependencia absoluta que alrededor de ella se crea en países subdesarrollados como los nuestros ¿Cómo se explica que esa riqueza natural acentúe la pobreza en la mayoría de sus habitantes?

Debido a un fenómeno conocido como "la maldición de los recursos naturales" en los países afectados por ella, los grupos más poderosos no tienen motivos para luchar contra la excesiva dependencia de esos recursos y porque los beneficios del crecimiento económico se concentran en pequeños grupos políticos, militares y empresariales. El encarecimiento de la moneda frena las exportaciones de todo lo que no sea el Petróleo, desarrollándose inevitablemente relaciones parásitas con el Estado.
Esto inhibe la diversificación de la economía dependiendo cada vez más de las exportaciones petroleras. Debido a que el abundante dinero público es controlado por una elite que no rinde cuentas, la corrupción es inevitable y los efectos son perversos para el resto de la población. Como la principal exportación es el petróleo, este genera más del 80% de los ingresos, pero crea sólo el 10% del empleo.
Sin embargo, países como Noruega o Estados Unidos por ejemplo, que son a la vez petroleros y desarrollados, han creado el antídoto para la maldición, fortaleciendo la democracia e instituciones que limitan la concentración del poder. Además mantienen la estabilidad económica, controlan el gasto público, ahorran para los años de precios bajos y diversifican la economía, Impidiendo adicionalmente  la concentración del ingreso en pocas manos y evitando el encarecimiento de la moneda.
Una empresa quiebra cuando sus pasivos son mayores que sus activos y no tiene flujo de caja para pagar sus deudas. Lo insólito de nuestra región latinoamericana, es del cómo se llegó a la perversión y a la irracionalidad de quebrar una industria petrolera. No hay hechos similares en el resto del mundo.
Una industria que por demás a pesar de la actual crisis de precios bajos, se mantiene y le ha permitido a quienes la regentan de manera seria y responsable invertir en otras fuentes de ingresos y energía,  como en los países del medio oriente y las propias empresas privadas del mundo petrolero. Una evidencia inequívoca que nos delata como pueblos atrasados e irresponsables.

Cesar Guillen Citterio
cesarguillencittrerio@gmail.com
"Adhuc Stantes"
“Todavía en Pie”
Caracas- Venezuela

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