viernes, 26 de febrero de 2016

JOSÉ ANGEL BORREGO, NÚMEROS VAN, NÚMEROS VIENEN.

Una encuestadora de renombre asegura que 34 % de la población se identifica con el gobierno, pero en la misma muestra se registra que 82 % del país quiere salir de Maduro. 

¿Contradicción? 

No necesariamente. 

Es posible que admiremos a una persona, pero que precisamente por conocerla sabemos de qué es, o no es capaz. Digamos que los fans de Chávez pudieran estar recordando aquella súplica que hizo el hoy difunto para que sus admiradores votaran por Maduro; por una parte. Y además, Maduro es el jefe del Gobierno y del PSUV lo que genera alguna lealtad con solidaridad automática. Pero hasta allí. Comprometer una opinión que contradiga lo que está a la vista no se incluye en esa fidelidad del chavismo. 

18 % de los venezolanos parece no sufrir la inclemencia que acogota al 82 % restante, lo cual nos parece exagerado. Pero aun así, 82 % contiene una expresión que no puede soslayarse y que el propio Presidente debería considerar, por encima de los grupos que presionan dentro del PSUV y del gobierno para evitar su dimisión (colegible que no es punto de su agenda) porque pudiera saltarle en cualquier esquina un guarapo menos soluble. Digamos que este capítulo es atribuible al gobierno y al PSUV.

En la acera de enfrente tenemos a una oposición, que pese a los augurios de Chuo Torrealba, obliga a la meditación. Porque esa misma oposición ha cometido errores garrafales muy costosos para el país. El primero que trae la memoria fue postergar el avance a Miraflores con una gigantesca manifestación en la Av. Bolívar de Caracas pugnando por salir de Chávez en octubre del 2001. En febrero del 2002 la escogencia de Pedro Carmona junto a yerros imperdonables dio al traste con la presión cívica; seguido aquello por un paro petrolero inarticulado absolutamente. La pereza en la campaña que permitió a Chávez revertir el NO a la enmienda del 2007. Penúltimo, la mansedumbre de Capriles en el reclamo de su triunfo. Y última pifia (por ahora) no haber iniciado la recolección de firmas el 7-12, un día después de las elecciones del 6-12, cuando el país bullía de euforia. El tiempo se ha perdido en enfrentamientos baladíes con el TSJ. 
Solo Ramos Allup ha sabido arrimar las brasas a su sardina.
José Angel Borrego
periodistaborrego@gmail.com
@periodistaborr1
Anzoategui . Venezuela 

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