Una encuestadora de renombre asegura que 34 % de la
población se identifica con el gobierno, pero en la misma muestra se registra
que 82 % del país quiere salir de Maduro.
¿Contradicción?
No necesariamente.
Es
posible que admiremos a una persona, pero que precisamente por conocerla
sabemos de qué es, o no es capaz. Digamos que los fans de Chávez pudieran estar
recordando aquella súplica que hizo el hoy difunto para que sus admiradores
votaran por Maduro; por una parte. Y además, Maduro es el jefe del Gobierno y
del PSUV lo que genera alguna lealtad con solidaridad automática. Pero hasta
allí. Comprometer una opinión que contradiga lo que está a la vista no se
incluye en esa fidelidad del chavismo.
18 % de los venezolanos parece no sufrir
la inclemencia que acogota al 82 % restante, lo cual nos parece exagerado. Pero
aun así, 82 % contiene una expresión que no puede soslayarse y que el propio
Presidente debería considerar, por encima de los grupos que presionan dentro
del PSUV y del gobierno para evitar su dimisión (colegible que no es punto de
su agenda) porque pudiera saltarle en cualquier esquina un guarapo menos
soluble. Digamos que este capítulo es atribuible al gobierno y al PSUV.
En la acera de enfrente tenemos a una oposición, que pese
a los augurios de Chuo Torrealba, obliga a la meditación. Porque esa misma
oposición ha cometido errores garrafales muy costosos para el país. El primero
que trae la memoria fue postergar el avance a Miraflores con una gigantesca
manifestación en la Av. Bolívar de Caracas pugnando por salir de Chávez en
octubre del 2001. En febrero del 2002 la escogencia de Pedro Carmona junto a
yerros imperdonables dio al traste con la presión cívica; seguido aquello por
un paro petrolero inarticulado absolutamente. La pereza en la campaña que
permitió a Chávez revertir el NO a la enmienda del 2007. Penúltimo, la
mansedumbre de Capriles en el reclamo de su triunfo. Y última pifia (por ahora)
no haber iniciado la recolección de firmas el 7-12, un día después de las
elecciones del 6-12, cuando el país bullía de euforia. El tiempo se ha perdido
en enfrentamientos baladíes con el TSJ.
Solo Ramos Allup ha sabido arrimar las
brasas a su sardina.
José
Angel Borrego
periodistaborrego@gmail.com
@periodistaborr1
Anzoategui .
Venezuela
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