viernes, 26 de febrero de 2016

JOSUE ARTURO MOLINA SUAREZ, DÉJENSE DE PENDEJADAS

La crisis económica, social y política por la que atraviesa el país requiere de la revisión y aplicación de mecanismos serios, responsables, y hacerlo implica salir del actual sistema de gobierno. La ingobernabilidad se encuentra en estado de ebullición.

Permitir al régimen seguir al frente de la gerencia nacional, es masoquismo. La deuda contraída por el oficialismo con otros países del mundo es de tal magnitud, que no hay como honrar esos compromisos, los cuáles, según especialistas en la materia, va a terminar con serias demandas judiciales que van a comprometer e inmovilizar lo único que se explota, PETRÓLEO, y eso por ser sembrado por obra y gracia de la naturaleza.

La hiperinflación, inseguridad, escasez generalizada y las muertes por falta de medicamentos, son un martirio para los ciudadanos, pero no así para el régimen, quienes expresan con burla ¿cuál crisis?, transformando la realidad en humillación y sadismo para sus coterráneos, a través de las colas, y aplicación de medidas impositivas, devaluando y saqueando los bajos ingresos que perciben la mayoría de los venezolanos.

El latrocinio establecido en las esferas del poder es de tal proporción, que se escucha en los pasillos el ruido ensordecedor de “terminemos con lo que queda, para acordar con la oposición la salida del país, bajo régimen de seguridad y no persecución, pero nos vamos con las manos llenas”. Son simplemente unos ladrones, hambreadores, genocidas.

Reconocer la existencia de una fuerza política es diferente a alcahuetear y acordar con la cúpula podrida la impunidad. Es imposible establecer convivencia con quienes han saqueado, empobrecido y traicionado la patria.  A esos le sale cárcel.

Una forma es pensar distinto, y eso es un derecho, y otra ser un corrupto y pretender por ello el perdón. Eso no significa odio, rencor, venganza, nada que ver, es simplemente establecer orden y respeto. Los ciudadanos lo exigen con dolor y lagrimas en los ojos.

Los mecanismos establecidos en la Constitución Nacional para la salida del actual régimen de gobierno, van a ser saboteados por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ). Los actuales gobernantes hicieron de la “mejor Constitución del mundo”, el escudo para favorecer hampones.

Los principales jerarcas gubernamentales anuncian públicamente que lo aprobado en el seno de la Asamblea Nacional no lo van a asumir, y si lo hacen es porque les viene en gana, no por efectos legales, constitucionales, total les da igual. Desconocen la voluntad popular, y en consecuencia el Poder Legislativo.

Lo que llama poderosamente la atención es que en el seno de la MUD, por ausencia de debate o por intereses particulares, lleve a algunas individualidades con aspiraciones presidenciales a generar severos titubeos sobre la vía expedita para concluir con la pesadilla gubernamental, y se apunta a quién pega primero, como si ese fuese el problema.

Déjense de pendejadas y enserien el tema político. Rescatar la credibilidad y confianza de los ciudadanos pasa porque no les vean la cara de pusilánimes.

Josue Arturo Molina Suarez
jarturomolina@gmail.com
@jarturoms1                                                                            

Tachira - Venezuela

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