viernes, 26 de febrero de 2016

ISAAC VILLAMIZAR, ALGUNOS HAN PERDIDO HASTA LA DIGNIDAD

Los venezolanos no somos felices. La felicidad la hemos perdido absolutamente. Vivimos en un continuo estado de angustia, de zozobra, de confrontación, incluso en depresión. Eso del buen  vivir es una mera frase de la campaña comunicacional distorsionada del gobierno. La inseguridad, con cifras altas de asesinatos, lesiones, sicariatos, hurtos, robos y secuestros exprés, no ha cesado, aunque parece haber pasado a segundo plano con la debacle económica. Pero  Caracas y Maturín son las ciudades más peligrosas del mundo.

No tenemos ni siquiera asegurada la atención asistencial mínima. Los pacientes con enfermedades terminales se mueren por falta de insumos quirúrgicos y medicamentos permanentes. La importación y distribución de medicinas, muchas de ellas vencidas, se convirtió en un negocio corrupto con la intervención del Servicio Autónomo de Elaboraciones Farmacéuticas, SEFAR. Esto es un crimen de lesa humanidad por parte del gobierno. La educación de calidad no es una prioridad, porque una ideología que pretende imponer el pensamiento único no está interesada en la ilustración y el desarrollo del máximo potencial creativo de la persona, sino en la sumisión  por ignorancia.
En el caso de la economía, está evidenciado que este gobierno es totalmente inepto e improvisado para rescatar a Venezuela de su tragedia, crisis, debacle y quiebra estrepitosa. Encabezamos el ranking de la economía más miserable del mundo y con la inflación que hace añicos cualquier tipo de ingreso salarial.  Los ignaros chavistas, maduristas y cabellistas que siguen creyendo en esta pseudo revolución aceptan la mentira de que les subieron el salario mínimo, cuando ha sido todo lo contrario. Antes con un salario mínimo de Bs 9.648 y con cambio de 6,30$ se ganaban 1.531$. A partir de 01 de marzo, con salario mínimo de Bs 11.578 Bs y con cambio a 10$, se pasa a ganar 1.157$, es decir se ganará 374$ menos. Pero los chavistas fanáticos se dejan meter tremendo embuste, y siguen diciendo que esta es la mejor revolución del mundo. Una lata de atún ya cuesta 3000 Bs, cuando antes se decía que sólo los pobres comían este pescado, igual que la sardina. Ahora todos somos pobres y no podemos consumirlos.  Ninguna de las supuestas medidas económicas anunciadas por el Presidente asume estructuralmente el problema económico. ¿Cuáles son las medidas concretas para incentivar la producción nacional en rubros básicos y generar confianza para que retorne la inversión extranjera? ¿Cuáles son las medidas concretas para generar mayor empleo formal y  para  recuperar tierras y empresas expropiadas  y ahora improductivas?  ¿Cuáles  son las  medidas concretas
para el abastecimiento suficiente, con variedad de marcas y a precios asequibles de alimentos y bienes básicos?.
La escasez, la carestía de los bienes y servicios, las colas para acceder a los establecimientos, los controles férreos a la distribución que generan el incremento desmedido de los precios, continúa con o sin medidas, con o sin decreto de emergencia, con ministros de economía de propuestas cantinfléricas, y con un Presidente que se lo pasa encadenado todo el día buscando excusas ajenas, sin asumir su propia responsabilidad en este hecatombe. Y todavía, repito, hay adeptos al gobierno que aseguran que vivimos mejor y felices. Es que este socialismo o comunismo fracasado les ha hecho perder hasta la dignidad. Porque a la vista de todos está que no tenemos ni bienestar espiritual, material y mental. Quizá lo que pretenden es volvernos dementes a todos para convertir a Venezuela en un gran manicomio. De paso, este oficialismo sigue irrespetando la soberanía popular, que reside intransferiblemente en el pueblo. El Poder Ejecutivo utiliza al Poder Judicial para hacer nugatoria las decisiones y actuaciones de nuestros diputados representantes de la mayoría, que legítimamente elegimos el 6D. ¡Qué vergüenza de Tribunal Supremo de Justicia tenemos, que se presta a judicializar estas ansias desmedidas de poder que está acabando con el país!
Muchos aún conservamos nuestra dignidad. Nos resistimos a dejar el dominio del país en estos forajidos gobernantes. Estoy en parte de acuerdo con Ángel Oropeza. El madurocabellismo no sólo está en declive, en fase terminal, en el ocaso. También será sepultado, más temprano que tarde, por los venezolanos que aún tenemos dignidad, que no queremos perder definitivamente a esta nación que Dios dotó de tantas potencialidades y recursos.
Isaac Villamizar
isaacvil@yahoo.com
@isaacabogado
Tachira - Venezuela

No hay comentarios:

Publicar un comentario