La apatía y
desilusión están cundiendo entre los que batallan a diario por dar a conocer
las barbaridades de los regímenes autoritarios.
Casi en los umbrales de un nuevo año y
si se mira el que termina, innegablemente habrá desánimo y frustración por lo poco alcanzado en
materia de avance en Derechos Humanos para Cuba y Venezuela, las naciones más
afectadas por la falta de libertades.
El mundo está enfrentado a numerosos
peligros, algunos que tratan de borrar las costumbres de decencia y moral, incluso partiendo desde dentro de
las propias familias.
La apatía y desilusión están cundiendo
entre los que batallan a diario por dar a conocer las barbaridades de los
regímenes autoritarios.
Sin embargo, la lucha hay que ,por el
mismo desafío que esto implica. Las fuerzas contrarias se sienten invencibles,
pero no lo son; y tienen ya sellados en sus armaduras, orificios por donde
penetrará el agua que se transformará en torrentes incontenibles.
En Venezuela, el gobierno de Nicolás
Maduro ha sido repudiado por la mayoría del pueblo y esa es la fuerza que
moverá el dique que contiene la recuperación del país, con la barrida de su
corrupta camarilla gobernante.
En Cuba, se necesita la incorporación
del pueblo a las exigencias de cambio que enarboran los miembros de la oposición.
El cubano de a pie debe sumarse a estas filas para lograr democracia y libertad
en su propia tierra y no buscarlas en la quimera de los Estados Unidos.
Este compromiso del pueblo para el
pueblo, es lo que se debe lograr en los próximos meses, en propósito
ineludible para lograr la democracia que
otros ya han alcanzado con su lucha y esfuerzo.
Angelica Mora
angelicamorabeals@yahoo.com
@copihueblanco
Nueva York - Estado
Unidos
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