“No es el error, sino la mentira, lo que mata el alma.” Miguel de Unamuno.
Llegamos
al final de un año inolvidable, tanto en lo económico como en lo político. La
situación económica ha colocado a la gran mayoría de venezolanos en niveles de
sobrevivencia, pero, también ha puesto de manifiesto el valor de la
solidaridad. En lo político, los resultados de las elecciones parlamentarias
del 6D ha devuelto el ánimo, la alegría y la esperanza de vivir una vida mejor.
El cambio es posible porque se ha instalado en la psiquis colectiva del
venezolano su deseo de progresar, de rescatar su dignidad ofendida y su
libertad ultrajada.
Por
costumbre, por esta época suele hacerse un balance muy íntimo acerca de logros
y fallas. De manifestar la bondad y el amor que nos distingue como seres
humanos; y también de reflexión sobre el porvenir. No está de más recordar
la sentencia Kafkiana: “Quién puede
juzgar al hombre? Quién lo absolverá o condenará? Su propia conciencia.” Es
preciso tener en cuenta que el poder no es eterno y que su cualidad es la de
servir a la humanidad; igualmente, los bienes materiales no hacen la felicidad.
En mi artículo anterior manifesté que hay
quienes proponen un nuevo indicador para la medición del desarrollo. El pequeño
reino de Bután mide la Felicidad Interna Bruta en lugar del producto interno
bruto. Indicador bien complejo de medir tanto por su relatividad como por su
apreciación muy subjetiva. Tanto más aún si asumimos que la felicidad es un
trayecto y no una meta. El amigo Vinicio Semprún nos escribe que por esta época
en que “se renueva el espíritu del amor de Dios, es propicio para desprendernos
de tres grandes enemigos de la felicidad como lo son el apego, la culpa y el
resentimiento.”
Yo por mi
parte les recomiendo a mis lectores, en sus meditaciones, tomarse muy en serio
algunas de las estrofas del último poema del inmortal Jorge Luis Borges. “Si
pudiera vivir nuevamente mi vida.. .en la próxima cometería menos errores. No
intentaría ser tan perfecto, me relajaría más….. correría más riesgos, haría
más viajes, contemplaría más atardeceres. Tendría más problemas reales y menos
imaginarios. . . . Si pudiera volver
atrás trataría de tener solamente buenos momentos. Por si no lo saben, de eso
está hecha la vida, sólo de momentos, no te pierdas el de ahora.” Sé que estas
navidades han sido distintas, ha habido más unidad familiar, social y política
para darle un propósito a nuestras vidas. Deseo que el próximo año tengamos
mejores momentos.
Neuro Villalobos
nevillarin@gmail.com
@nevillarin
Zulia - Venezuela
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