Emprendemos los
venezolanos una etapa más en nuestra convulsa historia contemporánea, esa que
desde hace 30 años, venimos atravesando. Tiempo por demás relativamente
corto para la medición de los resultados
en los procesos históricos de las sociedades humanas.
Una Venezuela que fue
modificada sustancialmente por el descubrimiento de la riqueza natural
petrolera que le permitió en un breve lapso proveerse de unos ingresos
descomunales, y que marcaron un punto de inflexión de la Venezuela rural y
caudillista, a la que posteriormente denominaríamos democrática y desarrollada.
El petróleo no es el
causante de nuestros males, como algunos han pregonado desde siempre. El
problema es de quien administra esa riqueza, tal como lo han demostrado otros
países con muy escasos recursos naturales y que han desarrollado a sus
sociedades colocándolas en un grado de bienestar y desarrollo acorde con el
siglo 21.
Persisten en nuestras
sociedades, y eso los venezolanos no lo terminamos de entender o internalizar,
profundos complejos producto de una visión errada de la sociedades modernas y
de las ideologías salvadoras que aún permanecen en nuestro continente como la
solución mágica y reivindicadora a pesar de todo los fracasos
experimentados.
El evadir
enfrentarnos a esa realidad, es la que hace desde ya muchas décadas, que
nuestra visión política y social de nuestra dirigencia este marcada por el
populismo y la reivindicación. Producto de la benevolencia de un estado
protector y benefactor, sin exigir nada a cambio, ni trabajo ni sacrificio,
pues eso es símbolo de explotación y capitalismo.
Cesar Guillen Citterio
cesarguillencittrerio@gmail.com
"Adhuc
Stantes"
“Todavía en Pie”
Caracas - Venezuela
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