No sabía, de
tristezas, ni de lágrimas….dieciséis años
que he estado enchufado. Yo solo sabía de empresas fantasmas, dólares
preferenciales, expropiaciones, invasiones y narcotráfico….eso me enseñó papá
Hugo y el partido. Eso y muchas cosas más.
Yo sabía de rumbas,
yates, aviones, cocaína, whisky 18 años, paraísos fiscales, pasaportes
diplomáticos, apartamentos y aunque cueste creerlo viajes al imperio mesmo….yo
era muy feliz.
Hasta que… la
camarada Tibisay, con trémula voz, leyó el primer Boletín del Consejo Electoral
Nacional con sus famoso “Resultados irreversibles”. Al escuchar que nos habían
jodido 99 a 46 en ese instante vi la vida con dolor.
Y muy tarde
comprendí…..que de nada valieron todas las artimañas electorales que utilizamos
en la campaña: guerra económica, amenazas de Obama, agresiones con los
colectivos armados, estados de excepción, cierres de fronteras, control de los
medios de comunicación, amenaza de despido contra los funcionarios públicos,
entrega de ¡¡800.000!! Viviendas, millones de tabletas para los estudiantes,
alimentos a “precios justos”, huevos a 420 el cartón, pernil barato, 1x10,
cambio en los tarjetones, puntos rojos,
y muchas cosas más como me enseño papá. Sin embargo, esos malagradecidos,
nos jugaron una cachúa colectiva.
Ahora, no quiero que
me digas, Nicolás, que valió la pena participar, que teníamos asegurados
10.000.000 de votos militantes, que seguiríamos invictos. Porque no te creo
más. Fuiste y eres malo-maloso como gobernante…por eso no te quiero, no te
quiero ver jamás…chao contigo.
Al escuchar, el
segundo boletín del C.N.E. que señalaba 107 diputados para la Mesa de la Unidad
y 55 al Psuv el despecho iba in crescendo y alcanzó su cenit, cuando vio a Chuo
Torrealba anunciando tener asegurado 112 diputados y 4 en discusión… ay mamá,
me dije, alcanzaron la mayoría absoluta…se acabó el pan de piquito. Nos
duplicaron en varios estados, perdimos todos los circuitos en el Distrito
Capital, en Aragua nos jodieron 8 a 1, de vaina se salvaron Diosdado y Cilia,
Roque Valero y el Potro Álvarez que se vayan con su música pal carajo y William
Ojeda quedó como lo que es “un arrastrao” que no convence ni a su familia.
Sumergido en un río
de lágrimas, le dijo al cantinero “sírveme otra copa” y abrazado a la rocola,
el B5, para escuchar y cantar a dúo con Juan Gabriel. “Hasta que te conocí”
Jesus Elorza Garrido
jesuselorza@hotmail.com
@jesuselorza
Aragua - Venezuela
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