viernes, 11 de diciembre de 2015

RAMÓN PEÑA, EDITORIAL, UN ACTO LIBERADOR

Las elecciones parlamentarias de este 6 de diciembre guardan una trascendencia comparable a la del Referéndum sobre la Reforma Constitucional, celebrado en diciembre de 2007, cuando la voluntad democrática del país impidió la pretensión de Hugo Chávez de hacer de Venezuela una república soviética. 

Estas de ahora no son elecciones convencionales que enfrentan a oposición y oficialismo por el control del poder legislativo, tampoco un engañoso desafío entre derecha e izquierda. 

Mucho más que eso, estas parlamentarias son el inicio del rescate de un país que ha sido secuestrado. Hoy Venezuela no es un país administrado, es una nación confiscada por una banda, con un poder omnímodo, que semeja más un ejercito extranjero de ocupación que un gobierno auténtico.  No puede calificarse de otra manera a un régimen que ha demolido todo vestigio de institucionalidad, arruinado la economía del país, humillado a la población en la satisfacción de sus necesidades primarias y convertido en práctica diaria el latrocinio y el crimen callejero.

Esta es la primera batalla de una cruzada de civismo que tiene como objetivo la liberación de los poderes públicos. Que comienza por la reconquista de una legislatura autónoma, que represente al país entero y destierre la turbia complicidad de la Asamblea Nacional con los abusos flagrantes del actual poder cívico-militar. De esta reivindicación inicial derivará el restablecimiento de la separación y autonomía de todos los poderes del Estado, del Tribunal Supremo de Justicia, del Consejo Nacional Electoral y del hoy innominable Poder Moral. 

Estas elecciones pasarán a la historia como el primer acto liberador de la secuestrada institucionalidad de la Nación.

Ramon Peña
ramonpen@gmail.com
@ramonadrian42

Caracas - Venezuela

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