viernes, 11 de diciembre de 2015

ALBERTO MANSUETI, ECONOMÍA + SOCIEDAD - SOCIALISMO = CAPITALISMO

“Capitalismo” era el sistema económico de mercado, que surgía naturalmente cuando los Gobiernos eran “limitados”, porque se limitaban a sus funciones propias en seguridad, justicia y obras públicas, y también en poderes y recursos. En el antiguo contexto de propiedad privada, libertades económicas e impuestos razonables, la gente por sí misma se coordinaba en toda suerte de actividades productivas, ordenadas a satisfacer la ancha y variada gama de necesidades humanas. La economía en la sociedad se organizaba de modo espontáneo, según las leyes de la oferta y la demanda.

Así la sociedad funcionó, y la humanidad progresó, por cientos y cientos de años, hasta que en 1848, Marx y Engels publicaron el “Manifiesto Comunista”, con una serie de falsedades sobre el desarrollo histórico, y una lista de Diez Propuestas o medidas de política “socialistas”, también llamadas “comunistas”, términos sinónimos según los autores del folleto. Desde entonces las aplicaron y aplican los Gobiernos de todos los países del mundo. Son la fuente de todas las calamidades económicas que hemos tenido que soportar y aún soportamos los humanos. Vea Ud. cuáles son, cómo fueron decretadas y aplicadas y con cuáles efectos:
(1) Expropiación de la propiedad inmueble; esto se hizo con el nombre de “Reforma Agraria”, contra la propiedad rural extensa, llamada “latifundio”. La agricultura y ganadería fueron heridas de muerte.
(2) Impuesto “progresivo”: con tasas mayores para los ingresos superiores; para “redistribuir la riqueza” de los ricos a los pobres. Desincentivo para empresas, negocios, inversiones, y actividades no económicas.
(3) Abolición del derecho de herencia; la cual fue sometida a fuertes impuestos y otras limitaciones y restricciones, para tener “igualdad de oportunidades”. La estructura familiar se vio muy perjudicada.
(4) Confiscación de las “grandes fortunas”; lo que se llevó a cabo bajo la forma de “nacionalización” de grandes empresas extranjeras, y confiscación de propiedades privadas, por aquello del “bien común”.
(5) Centralización del crédito en el banco “central” del Estado, con monopolio para emitir billetes de puro papel, sin respaldo metálico alguno, y por ende sin límite. ¡En este punto apareció la inflación de dinero!
(6) “Nacionalización” de los medios de transportes, es decir de ferrocarriles y vehículos, y ya no sólo de las meras “vías” de transporte como era antes: caminos, carreteras y otras arterias de comunicación.
(7) Fábricas, fincas y empresas comerciales de propiedad del Estado, bajo la planificación central. Con este punto 7, y los previos 4 y 6, aparecen las “empresas públicas”, muy ineficientes y harto costosas.
(8) Creación de ejércitos industriales; para lo cual se dictan Leyes del Trabajo, urbano y rural, fijando por ley los sueldos y condiciones laborales colectivas. Aquí se acabó la libertad de contratos.
(9) Organización de las explotaciones productivas bajo el poder del Estado; bajo diversos nombres fueron decretadas, por ej. “retenciones”, “cánones” o “regalías” para las arcas fiscales, de una porción cada vez mayor de las ganancias de empresas privadas en minería, petróleo, gas, haciendas agropecuarias, etc.
(10) Educación pública y universal, “gratuita” y obligatoria, dictada por los Gobiernos para todos los niños y jóvenes, a fin de “socializarles”: enseñarles que las anteriores medidas son legítimas y normales.
Hasta aquí Marx y Engels. Todas sus propuestas socialistas y comunistas se aplican, en diverso grado, en todo el mundo, desde hace más de cien años; y ahora se ven “comunes y corrientes”.
¿Pero cuáles serían las medidas que habría que tomar para la vuelta al capitalismo? Simple: deberían revertirse todas las anteriores políticas socialistas y comunistas, una por una. Y volver a las viejas reglas:
(1) Respeto a la propiedad privada del suelo y del subsuelo. (2) Impuesto único, plano o uniforme, en monto muy moderado, sobre el ingreso o sobre las ventas, pero sólo para seguridad, justicia y obras de infraestructura física. No más funciones para el Estado, ni poderes ni recursos. (3) No más impuesto a la herencia, ni aranceles. (4) Respeto a la iniciativa y a la actividad privada, a los ingresos y ganancias. (5) Banca privada y en competencia abierta, con poder de emisión pero respaldo metálico.
Además: (6) Gobiernos limitados; y sin empresas estatales. Empresas privadas, tanto en transporte como en agricultura y minería, industria, comercio, etc. (7) Sin monopolios: ni estatales ni privados; y sabiendo que “monopolio” es todo privilegio concedido por el Estado a cualquier empresa, no importa su tamaño ni su propiedad, ni si hay o no otras en su género. De pasada: tampoco valen privilegios ni favores especiales para partidos, sindicatos, iglesias, entidades educativas, deportivas, de las artes y cultura, filantrópicas u otras. (8) Autonomía plena de la voluntad, y libre contratación entre las partes, para todas las labores y empleos, negocios, sociedades y actividades privadas.
Para completar: (9) Respeto a la empresa privada en minería, petróleo y gas, actividades agropecuarias, etc.; sin “retenciones” ni gravámenes; y sin subsidios, siendo la ganancia único y suficiente incentivo para los agentes de la producción. (10) Educación plenamente libre: privada y en competencia, sin planes de estudio o programas oficiales impuestos por el Estado. Cero “pensamiento único”.
Como se ve, no es tan complicado arreglar la economía maltrecha y la sociedad arruinada. No es tan difícil rehabilitar el capitalismo: basta con salir del socialismo o “comunismo”. Es suficiente con deshacer la obra de los discípulos y seguidores de Marx y Engels. ¡Es todo!
Alberto Mansueti
alberman02@hotmail.com
@alberman02

Bolivia

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