El fraude estaba montado. Maduro y Cabello estaban contentos y
confiados. Iban a hacer lo de siempre; voltear la votación.
Pero horas antes de que se abrieran las mesas, recibieron una noticia
desastrosa: los militares institucionales comunicaron a Padrino López que no
convalidarían otro fraude. "¡Esto es otro 11 de abril!", exclamaron.
La noticia los tomó por sorpresa. No estaban preparados para ese
escenario. Los centros electorales estaban listos. La comunidad internacional
presionaba. Los 6 expresidentes y un centenar de parlamentarios extranjeros ya
estaban en Caracas.
Tragaron grueso y se prepararon para acusar el golpe. Por primera vez en
años los votos sí se iban a contar correctamente. Ellos sabían que recibirían
una paliza, pero no les quedó otro remedio.
Pero después de recuperar el aire, decidieron imitar a Chávez cuando
perdió el referendo consultivo de 2007. Se acata, pero no se cumple. Se activó
un plan alternativo, cuyo primer paso -ya en marcha- es descabezar a los mandos
militares que se atrevieron a desafiarlos.
Una vez retomado el control de las FAN, promoverán un enfrentamiento
entre poderes. El Ejecutivo, el TSJ y el Poder Moral, contra la nueva Asamblea
Nacional. Y ganará quien tenga el apoyo militar.
Por eso, los diputados recién electos no pueden dormirse en los
laureles. Deben aprovechar el enorme apoyo popular y la actual correlación de
fuerzas dentro del estamento militar, para continuar la ofensiva contra estos
malandros que nos gobiernan. El primer paso, por supuesto, es exigir la
renuncia inmediata de Maduro, quien hasta la fecha ni siquiera ha presentado su
partida de nacimiento.
Luis Jose Semprum
l.semprum@gmail.com
@LuisSemprumH
Miranda - Venezuela
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