El resultado electoral del pasado
domingo 6 de diciembre, Día Histórico para la democracia venezolana cambia las
relaciones de poder en Venezuela. El pueblo venezolano masivamente sufragó a
favor de una reconducción del estado venezolano, al menos en la parte
legislativa que tendrá las funciones de fiscalización y contraloría que
obligará al Poder Ejecutivo a rendir cuentas y tener un manejo más transparente
de los recursos del erario público, entre otras cosas. Lograr una disciplina
fiscal, que el derroche embriagador de estos últimos tiempos nos ha llevado a
una elevada inflación.
Ahora los venezolanos han
demostrado que quieren una democracia plena, que no acompaña ni apoya modelos
fracasados. El país se expresó, y lo hizo a todos los niveles, desde los más
modestos trabajadores, pasando por las amas de casa, campesinos, obreros,
militares, profesionales, estudiantes, comerciantes, ciudadanos de “a pie”,
vendedores, desempleados. El triunfo fue constitucional y contundente. No fue
que se impuso la guerra económica, es que los venezolanos rechazaron la utopía
del llamado “socialismo del siglo XXI”. Los venezolanos votaron contra la
mentira, la improvisación, el despilfarro, la corrupción y la falta de
compromiso social de una dirigencia que menospreció la voluntad popular. Si no
lo queremos ver así, ¡por Dios!, es que estamos ciegos.
La democracia venezolana ahora
hay que fortalecerla. ¿Cómo? Necesariamente tanto el poder ejecutivo como el
poder legislativo (gobierno y oposición) tendrán que lograr un mínimo de
cohabitación para lograr sacar al país de este marasmo de situación en que
estamos sumidos. Por lo que los actores políticos (gobierno y oposición)
deberán estar a la altura de los retos que se presentan para salir adelante, y
hacer de Venezuela, una nación productiva.
Proponemos que esa cohabitación
para devolver la credibilidad a la institucionalidad democrática, como lo
demostró la Fuerza Armada Nacional el pasado domingo 6-D, pasa por una agenda
seria y sencilla, que los venezolanos sabríamos agradecer, y que desde luego
nos ayudarían a salir de esta crisis, la más bestial en nuestra historia
republicana.
El gobierno en materia económica
si en verdad quiere rectificar y quiere lograr la paz de la República y la estabilización debe
por comenzar a divulgar la cifras del gasto público, que incluye gestión
fiscal, la actividad de sectores de la economía, los costos de todos los bienes
y servicios que permitan al aparato productivo planificar. Se debe garantizar
la rendición de cuentas a través de interpelaciones y la divulgación de
contratos que la mayoría de los venezolanos desconocemos.
Esto determinaría que el nivel de
gasto público sea más transparente y pueda ser auditado por la Asamblea
Nacional. Acabar con el desorden que ha originado el gasto que no controla la
Asamblea, que desde luego incluye a PDVSA, que debe retomar su actividad
principal, que es la industria petrolera. Allí podríamos incluir la discusión y
aprobación de una ley de endeudamiento público que incluya a las empresas
públicas y entidades financieras del Estado a través del gobierno central o
gobiernos regionales. Donde además se debe devolver la autonomía financiera e
independencia al Banco Central de Venezuela, como ente emisor nacional, para
evitar la emisión de dinero inorgánico que financia un gasto público
deficitario e improductivo
Esto pasaría igualmente por
eliminar controles que liberen inmediatamente las fuerzas productivas que
aseguren los derechos de propiedad y eliminen las expropiaciones y reactivar el
sector privado. Entre las políticas apoyar en materia económica, aunque no es
decisión del poder legislativo sino del Ejecutivo, estaría por comenzar a
sincerar el precio de la gasolina, unificar el régimen cambiario e implantar
una regla fiscal para que la Asamblea Nacional no reciba presupuestos con
déficit mayor al 5%. Reformar la Ley del Trabajo, la Ley Orgánica de Precios
Justos y la Ley del BCV, para sustituir a Fonden por un Fondo de Estabilización
Macro económica. Cambiar las leyes de Ciencia y Tecnología, La ley de PYME y la
Ley de Compras Gubernamentales para sustituir los millardos de dólares que el
gobierno gasta anualmente en importaciones para comenzar a producir en el país.
Esto nos llevaría a un gran
acuerdo nacional, inteligente para abordar la crisis económica con apertura y
racionalidad, que desde luego pasa por la liberación de los presos políticos y
el regreso de los exiliados políticos. Sin perder espacios, estaríamos frente a
la independencia de poderes, comenzaríamos una transición política,
democrática, en sana paz, por el bien de la república. Ese fue el mensaje que
nos dio el pueblo venezolana en las elecciones parlamentarias del 6-D.
Cohabitar, dialogar por el bien de la patria. De eso se trata.
Jesús
Enrique Matheus Linares
jmateusli@gmail.com
@UranioMomoy
Caracas -
Venezuela
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