miércoles, 19 de abril de 2017

NEURO J. VILLALOBOS R., LA EDUCACIÓN ES EL CAMINO

 “El fundamento de la democracia es la fe en la capacidad de la naturaleza e inteligencia humanas.” John Dewey

Afortunadamente, dentro del proceso de pérdida generalizada de valores inducida y estimulada desde la cúpula del poder, los venezolanos en su gran mayoría, conservan intactos sus principios y valores. A pesar del hambre como consecuencia de la escasez y el desabastecimiento, producto éstos a su vez  de las distorsiones económicas que acaban y desestimulan a los centros de producción. Por encima del desempleo que dificulta la vida en el presente, y la corrupción extendida como cáncer que ha hecho metástasis en el cuerpo social que obscurece el porvenir, muchos venezolanos seguimos incólumes y confiados en que estamos cerca de contemplar el luminoso amanecer de un nuevo día que anuncia la libertad.

Me cuento entre los optimistas que creemos que la recuperación económica del país podremos lograrla relativamente rápida; para eso no solamente hay propuestas de políticas económicas de carácter integral, sino que hay grupos calificados de profesionales y académicos trabajando en un plan de recuperación de la industria petrolera, el sector agropecuario y la industria transformadora para producir más, distribuir mejor, generar empleos dignos y remunerar adecuadamente al capital.

Lo que requerirá mayor esfuerzo es la recuperación moral del país. A pesar de lo dicho al inicio, no hay duda que se ha hecho un daño inmenso al espíritu de sectores vulnerables de la población; el proceso de degradación no sólo ha permeado en el mundo político sino también en determinadas capas sociales y familias venezolanas.

La dirigencia política tiene que someterse a un proceso de renovación. No me refiero a la sustitución de unos por otros. Todo el liderazgo debe aprender de las águilas: comenzar un largo y sufrido proceso de renovación o su muerte política será inevitable. Solo después de ese penoso período de renovación podrá continuar su vuelo victorioso. Libres del peso del pasado, de costumbres, tradiciones, y recuerdos; superados los errores e ingratitudes del presente, con renovada esperanza para luchar junto a los otros por un mundo mejor.

La población requiere ser educada para la libertad y la democracia. Formar ciudadanos demócratas. Despertar la inquietud por el destino personal apegado a los valores individuales, sin desconocer las exigencias armonizadoras con los valores sociales, entre los cuales, los valores democráticos son esenciales. Entender lo que ya sentenció Alvin Toffler: “los analfabetas del siglo XXI no serán los que no puedan leer y escribir, sino quienes no puedan aprender, desaprender y volver a aprender”. No pensemos que ya nos las sabemos todas. La democracia debe sustentarse día a día en la libertad plena de la persona humana.


En ese sentido también nos hace ser optimistas que existen instituciones axiológicas por naturaleza que tiene planes para el rescate de la moral republicana: las iglesias, los centros educativos a distintos niveles y modalidades, las academias, los medios de comunicación, varias ONGs y muchísimos voluntarios. La educación es el camino.

Neuro Villalobos
nevillarin@gmail.com
@nevillarin
Zulia - Venezuela

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