miércoles, 25 de noviembre de 2015

CARLOS VILCHEZ NAVAMUEL, CONSEJO DE SEGURIDAD DE LA ONU CONTRA ISIS

NTN24 nos informó ayer que “El Consejo de Seguridad de la ONU se unió este viernes para reclamar al mundo el uso de "todas las medidas necesarias" para acabar con ISIS y la amenaza "sin precedentes" que plantea desde sus posiciones en Siria e Irak. Por unanimidad, los 15 miembros del máximo órgano de decisión de Naciones Unidas adoptaron la resolución 2249, impulsada de urgencia por Francia en respuesta a los atentados del pasado viernes en París”.  http://www.canalntn24informa.com/noticia/onu-aprueba-de-manera-unanime-tomar-todas-las-medidas-necesarias-en-la-lucha-contra-isis-78476

Esta vez los integrantes de ISIS se sacaron la lotería, los asesinatos perpetrados por algunos de ellos en Paris han provocado que las grandes potencias se unan para liquidarlos y así podrán obtener el premio que tanto ansían como lo veremos más adelante.

Un artículo publicado en mil21 escrito por Enrique Montánchez  nos dice que “Por primera vez en 70 años, todas las grandes potencias combaten en el mismo teatro de operaciones, lo que eleva la guerra en Siria a la categoría de “mundial”, según estiman fuentes de inteligencia occidentales”.

La misma fuente explica algo todavía no hemos podido comprobar y que dice que: “La reacción de China de unirse a Rusia en la lucha contra el Estado Islámico es porque el Estado Islámico apoya a los separatistas chinos uigures ha desencadenado la respuesta de Pekín. Ninguna concesión a los yihadistas que quieren trasladar la guerra santa al territorio chino. Con esta premisa, el presidente Xi Jinping y Vladimir Putin han cerrado un pacto militar de carácter estratégico para combatir al Estado Islámico allí donde se vean afectados los intereses de ambas potencias”.

Montánchez señala que “El pacto ruso-chino incluye atacar a los islamistas en los territorios de Siria e Irak que controlan con el fin de debilitarles “en casa” y evitar que el autoproclamado Califato se extienda a zonas bajo influencia de cualquiera de las dos potencias”. http://www.mil21.es/noticia/265/3-guerra-mundial/la-guerra-en-siria-a-punto-de-convertirse-en-mundial-tras-implicarse-china-con-un-portaaviones-y-1.000-infantes-de-marina.html

Y decimos que esta gente se sacó la lotería, porque los integrantes de estos grupos están deseosos de reunirse con Alá para acompañarlo en el paraíso,  según se afirma, una de sus creencias es “morir como mártires en la guerra es entrar en el paraíso, donde por la intercesión de Alá tendrán mujeres vírgenes a disposición”.
http://www.infobae.com/2014/09/13/1594556-el-arma-secreta-del-ejercito-femenino-que-acosa-al-estado-islamico-el-norte-irak

Por nuestra parte, esperamos que todos estos fanáticos alcancen su propósito lo antes posible, entre más cerca estén ellos de Alá, más seguros estaremos nosotros en esta Tierra.

Carlos Vilchez Navamuel
carlosvilcheznavamuel@gmail.com
‏@carlosvilchezn

Costa Rica

ANDRÉS HOYOS COMPLICACIÓN DE MALES (II)

El lío desatado por los recientes ataques del Estado Islámico en París tiene multitud de protagonistas.

Aparte del grupo en sí, están muy activas las potencias occidentales, ahora con mayor vinculación de Europa; están activos los regímenes de mayoría musulmana, casi sin excepción dictatoriales y militaristas, cuando no claramente medievales, como Arabia Saudita; están activos los chiitas de Irán y Hezbolá, también hostiles a la democracia; están activos los kurdos y su archienemigo, el presidente Erdogan de Turquía; está activa Rusia, así como su pérfido aliado, Asad, el dictador de Siria, y está activo Israel. Casi ninguno de los mencionados se alinea del todo con los demás, lo que produce una vorágine cambiante e impredecible.

Sin embargo, hay un protagonista crucial que uno echa uno de menos en la complicada ecuación: el islamismo democrático. Que existe, existe, pero su debilidad es desconcertante. Aunque fue el principal impulsor de la Primavera Árabe y de algunas agitaciones previas en Irán, no ha podido ganar la partida en ningún país, con la posible e inestable excepción de Túnez. Si este eslabón perdido no se consolida, la sangre seguirá corriendo por décadas.

El poeta sirio Adonis es claro al respecto: “No hay ninguna diferencia entre los regímenes árabes, son todos tiránicos. Solo hay pequeñas variaciones, se trata de diferencias de grado, no de naturaleza. Ningún régimen árabe es democrático, en nuestra historia no conocemos la democracia. No hay derechos humanos, las mujeres se encuentran encarceladas dentro de la ley coránica, la Sharia”.

El militante suicida, sin el cual el Estado Islámico sería una amenaza menor, es un recluta extremo. Llevarlo hasta el punto de la autodestrucción es difícil. Tienen razón quienes dicen que para lograr una deshumanización de semejantes proporciones se necesitan santuarios y que, por ende, la lucha contra el terrorismo pasa por hacerlos desaparecer. De ahí que la previsible continuidad de los ataques en las grandes metrópolis desemboque casi con seguridad en una intervención militar convencional, así esta sea peligrosa por definición.

Pero la recurrencia de la violencia es segura a menos que se activen y adquieran mayor protagonismo los musulmanes creyentes que aceptan la democracia y el Estado laico. Estamos, no obstante, ante unas mayorías que declaran su impotencia. “Los vecinos no podemos hacer nada contra los yihadistas”, dice una mujer del barrio Molenbeek de Bruselas, cuando es exactamente al contrario: ellos son los únicos que pueden jubilar a los yihadistas.

Quizá en el doble y en apariencia insoluble problema de los ataques brutales, que ocurren en países como Siria, y de la avalancha de refugiados que desatan haya un embrión de solución. Podría plantearse que los refugiados en edad militar se enlisten y se entrenen en un ejército que regrese a luchar a Siria e Irak, a sabiendas de que sus familiares contarán con garantías de permanencia en Europa y Estados Unidos. Una política como esa resolvería, además, una de las grandes paradojas de la emigración musulmana: que los hijos son más radicales que los padres, pues daría que hacer a muchos jóvenes condenados al desempleo.

  • El Estado Islámico, pese a su reciente euforia triunfalista, tiene un grave problema estratégico: es enemigo de todo el mundo. Por ende, es derrotable, aunque para lograrlo haya que cambiar muchos paradigmas.


Andres Hoyos
andreshoyos@elmalpensante.com
@andrewholes

Colombia

FREDY RINCÓN NORIEGA, ¡CAMBIEMOS!

El sentimiento de cambio se apoderó de la gente y no hay maniobra que lo detenga. Querer modificar a última hora la intención de voto con una raquítica  y demagógica bolsa de comida no tendrá éxito. El cambio se convirtió en un río crecido.  Cada día se suman nuevas voluntades y crece el entusiasmo para acudir a la cita electoral. 

Los decididos a votar saben que una sólida victoria en las elecciones parlamentarias  será un muro de contención para detener el descalabro económico. Una nueva mayoría en el parlamento, sin atadura con los caprichos autocráticos trabajaría para que se tomen medidas adecuadas que controlen la inflación. Un cambio en la correlación de fuerzas  rescatará la autonomía del parlamento y la función contralora como lo ordena la Constitución. Precisamente, es esta responsabilidad la que, con el mayor descaro, han abandonado los diputados oficialistas. Por eso, entre otras razones, ha prosperado la descardara  robadera, el despilfarro, la corrupción generalizada y el grotesco saqueo de los dineros públicos.

Esto ya no se aguanta. Hay que cambiar o nos morimos de hambre, repite la gente en las colas. Maduro nos tiene con el agua al cuello. Si continuamos con  este disparate, nos ahogaremos. Es el comentario frecuente que se oye en todos los rincones del país. Junto a este grito de desesperación y rabia, viene el llamado a votar por encima de ventajismos y abusos electorales. Existe el convencimiento que una votación
 masiva, firme y decidida, sin temores y superando chantajes, acabará con cualquier pretensión de alterar los resultados electorales.
A sabiendas que competimos con  inescrupulosos y marrulleros, acostumbrados a hacer trampas de todo tipo, nuestro deber es reforzar el trabajo con los testigos  electorales. Es fundamental seleccionar a personas con coraje que no se amilanen ante las presiones indebidas de militares inescrupulosos del plan república. Necesitamos a conocedores del proceso de votación que controlen el voto asistido y estén muy alerta  al momento del cierre de las mesas. He allí algunas de las claves para defender el voto y la voluntad popular.
Aprovechemos al máximo las inmensas posibilidades que tenemos. Hoy, como nunca antes, el viento sopla a nuestro favor. El rechazo a Maduro y a su anacrónico  modelo crece todos los días llegando casi al 90%. Por montones, los que hasta ayer lo acompañaban, rompen ataduras para sumarse a la corriente del cambio. En esta nueva realidad ha jugado papel relevante el descontento y la desaprobación a su política económica.
La unidad para cambiar y el abandono de la inútil polarización tomó cuerpo y se está  convirtiendo en una inmensa mayoría convencida de la resonante victoria el 6D.
Marchemos con fe y optimismo a coronar la victoria el #6D
Fredy Rincón Noriega
fredyrinconn@hotmail.com
@ferinconccs

Miranda - Venezuela

IVÁN OLAIZOLA D’ALESSANDRO, EL 6D,:COMUNISMO O DEMOCRACIA

Los huevos del gobierno no se consiguen por ningún lado.

De nuevo se nos presenta una disyuntiva. Este 6D se nos convoca para elegir los diputados que conformarán la nueva AN, el poder público que tiene las funciones de hacer las leyes y controlar al poder legislativo, cosa que esta AN saliente no hizo. De allí la importancia de acudir a votar y votar a conciencia. Además en este evento electoral se nos presenta la gran oportunidad de comenzar un cambio en la política nacional. Sería el primer paso para regresar a la independencia y autonomía de los poderes públicos. Pero mucho más allá de esto, desde mi punto de vista, creo que es una decisión capital para el futuro del país. El 6D tendremos que decidir si el país sigue transitando la ruta hacia el despeñadero que representa el comunismo al estilo de los Castro o comenzamos el proceso de reestablecer el sistema democrático.

De obtener mayoría en la AN el partido de gobierno se le estaría dando luz verde, o mejor luz roja, para que se instale definitivamente en el país con toda su carga de totalitarismo, maldad y destrucción, el sistema de gobierno que más daño le ha hecho a la humanidad comparado solo con lo que hizo en su momento el nazismo. A la vista está que en casi 17 años han destruido una de las democracias más sólidas del continente y llevado a la ruina a uno de los países que mejor apuntaba a salir del subdesarrollo. Eventos que parecían imposible, pero que gracias o por desgracia, de un solo hombre, el teniente coronel felón difunto, pero vivito y colendo y hasta candidato a diputado por 87 circuitos de acuerdo a la engañosa y abusiva propaganda electoral del gobierno, ha sido posible y continuado por su heredero e hijo putativo. 

Pero siendo racionalmente optimista ese evento electoral descrito arriba es el menos probable, se podría decir que imposible sin pecar de triunfalistas. Todas las encuestas, hasta las que el gobierno paga, dan como claros ganadores a los candidatos de la MUD. Las cuentas más conservadoras apuntan a que la oposición democrática obtendría más de 100 diputados. Cantidad suficiente para dar inicio a ese proceso de cambio que toda Venezuela grita. Pero hay que tener cuidado. Comunistas no respetan elecciones. Ya nos están enseñando los dientes. Nos avisan por donde pueden venir los tiros. Y guerra avisada no debe matar soldados. Todo el país democrático debe estar atento, permanecer alertas. Lo primero es evitar la abstención. Tener testigos en todas y cada una de las mesas en toda la geografía nacional. No tener miedo. Ir a votar. Votar abajo y en la esquina izquierda, la tarjeta de la manito. Cuidar ese voto. Permanecer cerca de los centros de votación, alertas, vigilantes. Exigir el cierre de mesas en el tiempo estipulado. No aceptar injerencia de los integrantes del Plan República en aspectos del proceso electoral. La función de ellos es solamente de custodia, vigilancia y seguridad. Los miembros de mesa son la autoridad en ese momento. Y exigir con toda la fuerza que los resultados sean dados a la brevedad. Nada de gallos o media noche. Votar, cuidar y cobrar. La democracia debe, tiene, que vencer al comunismo.        

Iván Olaizola D’Alessandro
Iolaizola@hotmail.com
@iolaizola1

Caracas - Venezuela 

ALBERTO JIMÉNEZ URE, EL «ESTADO TIRÁNICO VENEZOLANO» SERÁ EXTINTO

«Cuando conjugo el verbo tiranizar advierto que no puedo hacerlo en futuro simple: a los déspotas aguarda una ceremonia que no es religiosa, sino de celebración con heroica. El pensamiento bajo sus efectos abate, y más poderosamente que una detonación nuclear»

Antes que los abuelos, padres y vástagos del «Estado Tiránico Venezolano» irrumpiesen en el «Plató de la Política Centro/ Suramericana», menos de aproximados veinte intelectuales de nuestro continente advertíamos no muy lejana la trágica irrupción del «Estado Tiránico Venezolano»: cierto, en la patria que fue «bolivariana». Lo harían para experimentar con nuestras vidas, confiscándolas y sometiéndolas a inmerecidas penurias. Recuerdo el rencor que ciertos cuentistas, poetas, novelistas, ensayistas y profesores que solían discutir en los cafetines y claustros de las universidades autónomas fomentaban hacia autores como: Juan LISCANO, Octavio PAZ, Reinaldo ARENAS, Guillermo CABRERA INFANTE, Ricardo GIL OTAIZA, Camilo José CELA y Jorge Luis BORGES, entre varios, sin excluirme porque en la de Los Andes fui con persistencia hostigado por ellos. Sembraban el odio, la división de la Nación Venezolana y una guerra entre civiles tras los cuales estaban militares insurrectos.
Cuando fui asesor del artista plástico Carlos CONTRAMAESTRE, Director de Publicaciones de la Universidad de Los Andes (1979), con frecuencia recibíamos un panfleto de la «Organización de Liberación de Palestina» (OLP) que cometía ataques terroristas similares a los de «ISIS, «Boko Haram» u otros que en el Año 2015 mantienen en zozobra a los viejos imperios del planeta. Discrepábamos, afables el uno con el otro, sobre las intenciones de esos asesinos de eliminar a Israel. Que unos propugnen eso que se conoce como la «Yihad» o sean menos exterminadores carece, absolutamente, de relevancia: porque son sus irrefrenables propósitos de dominación violenta, degenerada y primitiva lo que debemos repudiar de todos ellos por cuanto comporta provocar el fracaso de «Civilización» y el triunfo de la «Barbarie Doctrinal».
Durante aquellos tiempos, el «terrorista prototipo» no tenía el recurso de las «redes de disociados» (RDD): empero, sus actos  igual impactaban gracias a la difusión de «imágenes vía satélite». Destacaban los secuestros de aviones y personalidades del mundo, las matanzas o ejecuciones callejeras (extrajudiciales) en nombre de la «liberación de los pueblos e independencia». Ese «terrorista prototipo» recibía financiamiento de algún poderoso país petrolero o vendedor de armas de guerra.
Ya yo escribía y publicaba mis «estoraques» (así, en el «Corredor de la Muerte» porque ambos pertenecemos al «Sector de la Edad Tercera», los ha insólitamente calificado mi amigo Teódulo LÓPEZ MELÉNDEZ) contra todos los afamados tiranos de la época, algunos de los cuales todavía están en este mundo y hacen mucho daño. Los todavía no fallecidos son, en estos tiempos nada episcopales, abuelos de quienes conforman el «Estado Tiránico Venezolano»: sostenido mediante formas parasitarias/criminales de actuar y doblegar a pueblos con los cuales experimentan cruelmente.
El abominable, nada supremo y ya difunto padre del «Estado Tiránico Venezolano», sobre cuya memoria suelo esputar, colocó los tubos estructurales de una edificación destinada al funcionamiento de oficinas donde peligrosísimos delincuentes administrarían inmensos recursos de origen imperial norteamericano para destruir nuestra nación y otras. Fueron inoculados con el «Virus de la Brutalidad» y viajan para propagarlo por un continente donde los únicos prescindibles son ellos.
En el curso de mi existencia, he tenido probadas premoniciones: motivo por el cual hoy anuncio que está en ciernes el día cuando inhumaremos al «Estado Tiránico Venezolano» impuesto hace más de tres lustros, para desgracia de quienes nacimos y vivimos en la patria que fue «bolivariana». República convertida en santuario de criminales por la «Casta de Terroristas del Siglo XXI»

Alberto Jimenez Ure
jimenezure@hotmail.com
@jurescritor

Merida - Venezuela

SAÚL GODOY GÓMEZ, SER VENEZOLANO,

Hay un mito del ser venezolano que inmediatamente contamina cualquier percepción que se haga en la búsqueda de la identidad, o se trate de definir una manera de actuar, pensar o simplemente vegetar en estos parajes que llamamos Venezuela. Ese mito lo conforma, por una parte, una construcción histórico y social sostenida principalmente por unos testimonios y una documentación, anclados en la tradición, que nos asegura que tuvimos un pasado reciente, cuando menos; y por otro lado, la leyenda dorada que asegura que pertenecemos a una raza cósmica que, como los gatos, no importa la altura del salto que se dé, siempre caemos parados.

En lo personal, no creo que exista una descriptiva ontológica del venezolano, principalmente porque no hay un ente colectivo venezolano; si existió, entonces, se trató de una impronta muy frágil que ya ha sido destruida por el castrochavismo, que nos ha gobernado en los últimos 16 años, y que no ha dejado piedra sobre piedra de ese mito.
Para que un mito colectivo sea exitoso, es decir, para que permanezca en el tiempo y sea considerado importante para la gente que lo comparte, lo mínimo que se debe hacer es retratar en grupo a toda esa sociedad, asignándoles algunos atributos comunes; la actual Venezuela que conozco está profundamente dividida por una serie de creencias de clases, razas, cultura y opiniones, algunas tan opuestas, que me parece un verdadero milagro que puedan convivir juntas. La otra cuestión es que, si ese mito realmente existiera, deberíamos estar a la altura del mismo, no solo recrearlo, tenerlo como modelo y profesarlo en la acción y voluntad del pueblo, sino mostrar con orgullo sus logros.
El castrochavismo rompió con ese mito que, en lo que a mí concierne, nunca nos perteneció.
Y lo digo, no porque hayamos estado en concordancia con sus valores y principios, sino que simplemente nos importó un “carajo” si estábamos o no a su altura, ni lo valoramos, ni lo hicimos nuestro, se trataba de una pertenencia automática, no se necesitaba hacer esfuerzo alguno, no se aspiraba siquiera a una construcción personal alrededor del mito… Y es allí, justamente, en esa posibilidad de descubrirnos sin mitos, sin caretas, sin compromisos con la historia, justamente una de las características de ser venezolano, nuestra disposición a adaptarnos a lo que venga y como vaya viniendo, sin pagar esas tremendas responsabilidades de orgullos y frustraciones que otros pueblos sí tienen con su pasado, con la historia y con su porvenir.
El que nuestra sociedad haya soportado con un mínimo de resistencia que un grupo de disociados y dementes nos gobernara de la manera que lo han hecho los chavistas, que nosotros mismos como sociedad los hayamos puesto allí para que nos atormentaran y casi exterminaran, como lo han hecho, en nombre de los más bajos ideales humanos (expresados, no en lo que decían, sino en lo que hacían), tratándonos de la manera más grosera y miserable, violando nuestros más sagrados derechos y agrediendo como lo hicieron nuestra tranquilidad e integridad como personas, demuestra, o que somos unos grandes ignorantes y abúlicos, o que somos una gente bien rara, que podemos soportar el abuso auto infligido, y tener la resiliencia de recuperarnos  e ir por otra cosa.
Aunque tenemos una historia muy rica en sucesos y personajes, envidia de otros pueblos, contamos con historiadores insignes, con escritores y artistas de muy fina tesitura, tenemos la fortuna de haber cultivado una intelectualidad avand garde, multicultural, internacional, mundana y simpaticona… nada de esto, aparentemente, ha tenido la menor importancia a la hora de enfrentarnos a nuestros demonios, que aparentemente llevamos a cuestas y son legión, y son estos demonios los que finalmente deciden nuestro avatar.
Pero como dije, esta vocación por la improvisación y una muy peligrosa tendencia a dejar que las cosas sucedan ante nuestros ojos sin levantar un dedo, haciendo el mínimo esfuerzo posible para resolver nuestros asuntos y esperando siempre por el Deus ex machina, nos ha colocado ya no una, sino mil veces al punto de la extinción como pueblo y nación.
O somos favoritos de la providencia, o nuestra piel es dura para eso de dejar de existir.
Lo que sí les puedo decir, con toda seguridad, es que somos sobrevivientes natos, no importa el tamaño de la catástrofe natural o política que se cierna sobre nosotros, siempre encontramos la manera de volvernos a poner de pie y continuar como si nada, principalmente porque tenemos la memoria más corta del mundo entero, que debe ser una nueva destreza evolutiva que los venezolanos hemos adquirido, carecemos de memoria a largo, mediano y corto plazo, sólo vivimos en la inmediatez, en el ahora, olvídense de toda la metafísica heiddegueriana sobre los horizontes ontológicos, el nuestro acaba donde termina nuestra nariz.
No nos podemos medir por figuras como Bolívar o Miranda, ni siquiera por intelectuales como Bello o Gallegos, mucho menos por políticos como Betancourt o científicos como el doctor Fernández Morán, nuestros grandes hombres aparecen y desaparecen como por acto de magia, igual que los malos malosos, los asesinos y los dictadores… ninguno es medida para nuestra naturaleza intercambiable, tránsfuga, adaptable, indiferente ante los partos del cosmos.
Siempre he creído que los venezolanos estamos en el planeta tierra porque somos portadores de una buena nueva o vamos a ser testigos de algo sin precedentes; el asunto es que nadie sabe qué es, pero, igual, esa impresión de que tenemos una misión en la vida, que sobrepasa con creces nuestra naturaleza de dejarnos llevar por los acontecimientos sin resistencia alguna, justifica de alguna manera que estemos ocupando espacio en este sobrepoblado condominio, en uno de los lugares más bellos y ricos del orbe.
¿Quiénes somos los venezolanos? Creo que nadie lo sabe con certeza, nacemos con el complejo con que nacen todos los latinoamericanos, que somos de la periferia, dependientes, explotados y que queremos ser liberados, no somos de occidente ni de ningún otro lado, pero fuimos conquistados y nos impusieron una cultura que no era la nuestra.
Por otro lado, somos una sociedad compuesta de emigrantes; Venezuela estuvo expuesta, desde sus comienzos, a un flujo migratorio intenso, si hay un mortero donde las razas han sido mezcladas y la genética humana sometida a interesantes experimentos ha sido en esta tierra, donde el clima ha actuado sobre la libido y la libido sobre nuestro genoma.
Pienso, al igual que el desaparecido político e intelectual Enrique Tejera París, que Venezuela ha cultivado no ya una élite intelectual, sino un importante sector de la clase media y baja, de la clase trabajadora, pródiga en conocimientos y oficios de alta calificación, que fue educada en los años anteriores al chavismo y que constituye un importante recurso al momento de rescatar el país, ya que se encuentra en el pico de sus capacidades productivas; si bien es cierto muchos han emigrado, está por verse si, logradas las condiciones mínimas para la reconstrucción del país, podamos contar con ellos.
A los venezolanos nos caracteriza la inmadurez, que se refleja en la improvisación, en estar siempre inventando recursos para salir del trance, de ese “si me dejan hablar no me fusilan”, de estar a cada instante exponiéndonos a situaciones previsiblemente peligrosas o comprometedoras, como si estuviéramos tentando continuamente nuestra buena suerte, aquí le decimos “tirándonos la parada”.
Disfrutamos del complejo de Annie la huerfanita, nos gusta vivir en el lujo y la seguridad de la mansión pero somos malagradecidos con sus dueños; lo que queremos es reparaciones, que nos devuelvan el oro de Moctezuma y la plata del Potosí; creemos que los demás son ricos y nosotros pobres porque nos robaron, vivimos del resentimiento y de los orgullos nacionales que, en el fondo, son la ilusión de que volveremos a ser indios, nativos, aborígenes originarios, tribus bailando contentos alrededor de la fogata ancestral.
Nos la pasamos mirándonos el ombligo y creyendo que todo gira a nuestro alrededor; queremos ser un país potencia sin poner el empeño en ello, queremos ser buenos y solidarios quizás sea la razón por la que suframos de ese atavismo llamado socialismo, deseamos que nos quieran… y por no saber decir no, amanecemos todos los días con resaca y sintiéndonos culpables porque de seguro hicimos algo terrible la noche anterior, de lo cual ya no tenemos memoria; pero he allí nuestro tesoro, al segundo nos olvidamos y estamos de nuevo en nuestro papel preferido, mirar los toros desde la barrera, sin comprometernos, sin mucho sacrificio, con el menor trabajo posible.
Bajo estas circunstancias es imposible planificar, el futuro se nos presenta apenas como una evocación de algo que nos gustaría vivir, pero igual que hacemos con los controles de nuestros televisores, nos gusta el zapping, cambiar de canales constantemente sin fijar la atención en ninguno.
Cuando alguien empieza hablarme de historia de mi país, para explicarme de donde vengo, lo que hago es reírme; después de lo que permitimos que el castrochavismo hiciera con el bolivarianismo, ya nada me conmueve… si algo les agradezco a estos toscos chavistas, es haberme hecho ver que la historia es ideología, nada más.
¿Tenemos un vínculo con esta tierra? Me lo he preguntado un millón de veces, como somos tan sentimentales y sensibleros se nos aguan los ojos recordando en el extranjero una puesta de sol en la playa, el sabor de una empanada o el aroma de un buen café, pero en realidad y luego de ver nuestra diáspora y la facilidad que tenemos de asimilarnos a cualquier cultura, por más exótica que ésa sea, creo que no hay más lazos que los circunstanciales, no compartimos ese apego a la tierra de los ancestros, y a los camposantos donde yacen enterrados sus huesos, que en otras sociedades son tan valorado.
Nuestra nacionalidad es toda una puesta en escena, son desfiles militares o de mises, es la pompa de un acto oficial, los discursos de patriotas valientes sobreponiéndose a los ejércitos imperiales, la aventura de cruzar ríos y montañas para darle la libertad a los oprimidos… se trata de manifestaciones tan increíbles y fantásticas que no hay manera en que pueda relacionarme con ellas, pareciera que mi pasado pertenece a un suplemento, a un comic de los superhéroes de Marvel.
La vida del venezolano transcurre como un reality show, llena de situaciones inconexas, de gaffes y pantallas que anuncian el aplauso del público, hasta publicidad y música incidental llena nuestras vidas, hasta que nos da un tate’quieto, y es entonces que empezamos a cuestionarnos, ¿Qué tipo de sociedad estamos construyendo? ¿Es verdaderamente lo que estamos viviendo lo que deseamos deseamos?  Lamentablemente, ese renacer de una consciencia llega muy tarde y nos tortura en nuestros últimos días.
Uno de los aspectos que menos me gusta de los venezolanos es nuestra poca generosidad con quienes entregan sus vidas al engrandecimiento del país y el gentilicio de la nación, quienes llegan al final de sus vidas rodeados de riquezas y con un alto reconocimiento son por los general los que han abusado de sus cargos, los “vivos” que se han sabido vender, pero los artistas, deportistas, docentes, constructores de oficios y saberes, sabios y hasta héroes de la patria que lo entregaron todo por Venezuela por lo general terminan en medio de la pobreza y la miseria, relegados al olvido, exilados, ignorados, nuestra historia está llena de este gesto despiadado, por lo general la patria mal paga a quien se entrega a ella, sería algo que me gustaría cambiar.
Si los venezolanos nos permitiéramos un momento de introspección, una pausa en nuestra ajetreada vida por la subsistencia, estoy seguro de que caeríamos en cuenta de la vaciedad en la que estamos sumidos… y, creo, haríamos algo por darle sentido a nuestra existencia.
Pero hay algo que me da esperanza y que sí creo nos podría dar finalmente la estabilidad que necesitamos para alcanzar una razón de vida, y ese algo, o mejor dicho, alguien, es la mujer venezolana, pero no toda mujer (las hay rutilantemente superficiales y algunas, definitivamente perversas), me refiero a las que se comprometen con su maternidad, con su prole, con sus hombres (cuando son veraces), con su tierra y su pasado, son las que reciben a diario el golpe de realidad y saben enfrentarla sin perder la cabeza, las que deciden permanentemente un futuro para los suyos llueve, truene o relampaguee, las que tienen la vocación irrevocable de la sobrevivencia y no pueden permitirse distracciones ni caer en artificios, hablo de millones de heroínas anónimas que no se doblegan ante las adversidades… no me cabe la menor duda, son nuestras mujeres las que han llevado y llevan el país a cuestas, y son la razón de vida de nuestras azarosas existencias. A ellas, mis respetos y cariño.    - 
Saul Godoy Gomez
saulgodoy@gmail.com
@godoy_saul

Miranda - Venezuela

JOSÉ LUÍS MÉNDEZ LA FUENTE, LOS SUPERPODERES DE LA NUEVA ASAMBLEA NACIONAL

En los comicios del 6 de diciembre  próximo, tienen la mayoría de los venezolanos puestas todas sus esperanzas  políticas de cambio y de futuro.  Pero ¿hasta qué punto es tan cierto que una nueva AN en manos de la oposición, puede generar o conducir a una transformación del orden actual de las cosas, o mejor deberíamos decir del “desorden”? 
La AN, sea nueva o vieja,  tiene como todo poder legislativo tres funciones básicas. La primera, es hacer las leyes; la segunda ser la gran arena pública donde se  ventilan y debaten  los grandes temas políticos, económicos  y sociales del país; la tercera la de ejercer  su cuota de control político sobre los otros dos poderes, el Judicial  y el Ejecutivo,  principalmente sobre este último; más aún, a fin de que haya un equilibrio, en un sistema  presidencialista  como el nuestro, donde el  Presidente de la República  concentra un poderío casi omnímodo. En el ámbito propiamente legislativo, la fuerza  política de la AN que tenga una mayoría simple o absoluta, no va a tener mayores problemas para aprobar leyes ordinarias, aun cuando el Presidente de la República; o el Tribunal Supremo de Justicia no cumplan con los plazos para la promulgación o revisión por inconstitucionalidad de los proyectos de ley; sin embargo, para las “leyes orgánicas”, la oposición que gobierne la  AN necesitaría  una mayoría calificada de dos tercios, esto es, unos 112 diputados.
En el terreno del control político, la nueva AN, con una mayoría significativa, dominaría las 15 Comisiones Permanentes ordinarias y o especiales que evalúan y analizan las diferentes materias tanto del sector público como  privado; lo que se traduce en nombrar las directivas de dichas comisiones y decidir  cuales manejarían directamente y cuales dejarían al partido de gobierno; es decir, lo contrario de lo que ocurre actualmente.  Igualmente tendrían la potestad de crear las comisiones de investigación y estudio  que consideren pertinentes.  Estas comisiones de investigación, tienen importancia, pues en principio, los jueces tienen la  obligación de tramitar y evacuar las pruebas  remitidas por éllas o bien por  la  directiva  de la Asamblea Nacional. Directiva que, por cierto, también quedaría en manos dela oposición, lo cual políticamente supone un fuerte descalabro para el oficialismo, dado el  importante rol político que su actual presidente viene cumpliendo.
Pero la función de control más importante y llamativa de cara al pueblo, radica en las atribuciones que le da la Constitución a la AN para nombrar y remover a los titulares de los otros Poderes Públicos, Poder Ciudadano, Poder Electoral y Tribunal Supremo de Justicia, hasta ahora y desde el año 2000, totalmente en manos del  chavismo. Sin embargo, la nueva bancada mayoritaria de la oposición en la nueva AN, se encontraría con que tres de los actuales cinco rectores del Consejo Nacional E lectoral, ya fueron designados recientemente, y que solo tendrían, teóricamente, la posibilidad de nombrar a los otros dos que vencen su periodo en el 2016. Queda el consuelo de que contar con dos miembros en ese  importantísimo organismo electoral, es mejor que no tener ninguno, como ya ha sido costumbre, y la esperanza de que algunos de los ya nombrados hasta el 2021, renuncie o se vaya por causas o circunstancias que escapan al propósito de  este artículo.
Lo mismo ocurriría con los cargos de Defensor del Pueblo, Fiscal y Contralor General, que también fueron designados por la actual AN en el 2014, aunque por mayoría simple; algo que a nuestro entender viola el Artículo 279 de la Constitución patria que exige una mayoría calificada. No obstante, el control  aquí vendría dado por la obligación que tienen  el Presidente  del Consejo Moral Republicano y los titulares de los órganos del Poder Ciudadano de  presentar un informe anual ante la AN en sesión plenaria. Así mismo, de presentar cualquier otro informe que, en cualquier momento, le  solicite la AN.
En cuanto a los miembros del Tribunal Supremo, los mismos duran doce años en sus cargos y debido a que se adelantarán algunas jubilaciones para dar paso a nuevos magistrados nombrados por la AN antes de que finalice su actual periodo legislativo, la oposición que gane la AN tendría que esperar  la renuncia de algunos de ellos o su desbandada, para reemplazarlos. Precisamente por razones del equilibrio entre Poderes a que hiciéramos referencia anteriormente y del control natural  que deben ejercer unos sobre otros, se hace imposible para la nueva AN, remover de sus cargos a los jueces del Tribunal Supremo de Justicia, sin la cooperación del Poder Moral y, viceversa, destituir algún miembro del CNE o del Poder Ciudadano sin la intervención del  Poder Judicial. Obviamente, será la dinámica política que está por venir, la que determine si eso es o no  posible.
Una atribución importante en ese ejercicio de control político, no vista hasta ahora, es la que tiene la AN con una mayoría de las tres quintas partes de sus miembros presentes, 99 diputados si están todos, para aprobar una moción de censura en contra de alguno de los Ministros que integran el gabinete ejecutivo. Esta moción implica su remoción en el cargo, sin posibilidad de que sea nuevamente nombrado ministro o vicepresidente,  durante el resto del periodo presidencial. Dado que no hay normativa alguna que regule esta materia, habría que  preguntarse  qué ocurriría en el caso de que un ministro así removido, no quiera dejar el cargo y como podría la AN hacer cumplir esta decisión sin la colaboración del Poder Judicial. Evidentemente,  esta sería una fuente de eventuales conflictos entre el nuevo Poder legislativo y el Poder Ejecutivo, con el  fin de anular o hacer ineficaz, en la práctica, la potestad  de la nueva AN.
Otra situación de potencial  enfrentamiento entre ambos Poderes, pudiéramos encontrarla en el campo de las “leyes habilitantes”. En efecto, si tenemos en cuenta que la  Ley Habilitante en vigor, vence el 31 de diciembre próximo, y que Maduro ha venido gobernando por decreto durante estos dos años, no sería descabellado pensar que antes de que termine el actual periodo legislativo, se delegue nuevamente en el Poder Ejecutivo la facultad de dictar leyes que es típica de  la AN, a través de otra ley habilitante, la tercera,  y se invista a Maduro con plenos poderes legislativos que busquen, entre otros objetivos, hacer nula la facultad de hacer leyes que le corresponde por naturaleza a la AN. 
Como quiera que la Constitución vigente no establece expresamente cuales son las materias objeto de delegación legislativa al Presidente de la República, y que la leyes habilitantes conferidas hasta ahora han  englobado  materias más allá de lo social y lo económico, contra toda tradición y lógica, no hay razones para pensar que una nueva ley habilitante no abarcaría cualquier materia, incluidas las que tocan derechos civiles y libertades ciudadanas.
Ante esta  hipótesis, que dejaría a la oposición de manos atadas, sería válido plantarse la posibilidad de que la nueva AN  reaccionase dictando leyes en materias, que  aun estando genéricamente  comprendidas dentro de la ley habilitante,  pudieran considerarse  por su índole penal, fiscal, civil o electoral, entre otras varias, dentro de la competencia residual que la doctrina universal, le asigna por ser inherentes a su exclusiva competencia, al Poder Legislativo. Un conflicto así quedaría bajo la competencia del Tribunal Supremo de Justicia y sus consecuencias dependiendo de la decisión que se adopte, pudieran ser devastadoras para nuestras instituciones.
Por último, en su afán por reducir o minimizar el poder de una AN opositora, se nos ocurre que el gobierno pudiera utilizar la novedosa figura de la “omisión legislativa”, establecida en el numeral 7 del Art 336 de la Constitución y que ya fue probada, aunque con diferente propósito, con motivo del Referéndum  Revocatorio del año 2000 y que le confiere a la Sala Constitucional del Tribunal Supremo, la facultad de declarar la omisión del Poder Legislativo cuando éste haya dejado de dictar normas de su competencia. Ello le permitiría a dicha Sala Constitucional tomar  los correctivos necesarios, los que en aquella oportunidad no fueron otros que los de nombrar  a los  miembros del  CNE, incluido su Presidente.
No se trata pues de superpoderes,  sino de atribuciones naturales que hábilmente utilizados pudieran convertirse en  extraordinarios, frente a  las posibles dificultades que se avecinan. Lo demás  está por verse.
Jose Luis Mendez
Xlmlf1@gmail.com
@Xlmlf1

España

RONNY PADRÓN, EL SOCIALISMO EN GOBIERNO NO NEGOCIA

Esa premisa debe iluminar el pensamiento de todos los patriotas venezolanos, electores o no, en relación al venidero 6 de diciembre. Estamos enfrentados a una dictadura socialista, por ende una fuerza criminal que solo aceptó la celebración de comicios parlamentarios sumida en la arrogancia de continuar con su fachada democrática en medio de esta catástrofe iniciada a partir del 11 de abril de 2002.

Así entonces, resulta cuando menos inconsistente sostener la posibilidad de un gobierno socialista respetando las decisiones de un parlamento nacional de mayoría demócrata. Tan inconsistente como estimar siquiera la posibilidad de un reconocimiento por parte de ese régimen ante una victoria demócrata que implique la mayoría de dos tercios para nuestros parlamentarios. Se infiere de lo anterior que la llamada mayoría simple parlamentaria por parte de las fuerzas demócratas en modo alguno reviste importancia política para el régimen socialista, habida cuenta su absoluto control del poder ejecutivo y judicial, suficiente como para neutralizar completamente el accionar político de un parlamento carente de la mayoría calificada con los referidos dos tercios de sus miembros, que en caso contrario lo habilitaría constitucionalmente para concretar cambios trascendentales en el ordenamiento jurídico nacional, comenzando por la propia Carta Magna.

Son los riesgos implícitos de participar en comicios diseñados por el socialismo para favorecer a su régimen a través del voto ilegal, la violencia, y el ventajismo electoral, donde aun siendo los demócratas una mayoría popular inocultable, sometidos como estamos frente al socialismo que nos mata de hambre, enfermedad y a manos del hampa, en su política de esclavitud, el ejercicio real de esa mayoría popular sigue dependiendo de la voluntad de la dictadura a través de su poder electoral nacional, todo por la errada decisión de una dirigencia demócrata nacional dominada por el colaboracionismo y la traición.

La antedicha camisa de fuerza solo podrá desatarse en la medida que todos los patriotas venezolanos tomemos conciencia de nuestro deber ciudadano consagrado en el artículo 333 de la Carta Magna, y así entonces, antes, durante o después del 6D cumplamos nuestra obligación constitucional de apoyar la inmediata restauración del Estado Democrático y Social de Derecho y de Justicia, hoy secuestrado por el socialismo y su dictadura

¡Ni un paso atrás¡ Ora y labora.

Ronny Padron
caballeropercivall@gmail.com
@caballeroperci

Anzoategui - Venezuela

GERMÁN GIL RICO, PATEAR LA VOLUNTAD CIUDADANA

Está en la naturaleza de los gobernantes totalitarios no aceptan el mandato ciudadano expresado por medio del voto. No tiene importancia como se hayan auto-etiquetado. Fascistas, social-comunistas, nacionalsocialistas, falangistas o social-desarrollistas, igual cometen todo tipo de tropelías y marramuncias para garantizar su permanencia en el poder. Creen que nunca serán despojados de la usurpada investidura por cualquiera de las fórmulas conocidas. Los lacayos de los hermanos Castro: Maduro-Cabello o, con frecuencia, Cabello-Maduro, figuran en la oprobiosa lista.
Estamos en el zaguán de la votación para elegir diputados a la Asamblea Nacional para el período 2016-2021 y los números no dan posibilidad a los chavistas de continuar siendo mayoría. Las encuestas, incluyendo las pagadas por el gobierno, preanuncian la derrota del Socialismo del Siglo XXI y garantizan a la oposición cómoda mayoría y algunas auguran mayoría calificada para la Alternativa Democrática agrupada en la MUD.
Frente a la posibilidad de una “muerte anunciada” los rojos-rojitos han enloquecido y acentuado tropelías. Intentan amedrentar a los líderes de la MUD, a todos los niveles, amenazando su integridad física con la actuación de bandas armadas en el sabotaje de asambleas públicas, cada vez más nutridas y fervorosas en localidades donde antes no era posible ni “volantear”. Además han redoblado el reclutamiento de operadores de redes sociales, profesionales o aficionados y aumentado los emolumentos a niveles de envidia, desatando una brutal campaña de infamia, desinformación y  miedo diseñada, dirigida y difundida desde las instalaciones de la Sala Situacional asentada en Miraflores.
Las reiteradas amenazas de Nicolás Maduro, el impostor, como las de “no entregaré la revolución” o “me echaré a la calle con el pueblo, si la oposición gana las elecciones”, son manifestación de miedo, del miedo que los atrapa y produce un frío que les recorre el espinazo. Saben que en esta partida de ajedrez sólo les queda una última jugada de altísima peligrosidad. Bloquear, mediante el arbitrio de la Ley Habilitante, la actividad de la mayoría opositora en Asamblea Nacional a ser elegida el 06-12. Serían varias que normarían los asuntos de mayor sensibilidad política y administrativa, con vigencia hasta el 19-04-20. 
Pero veamos. Activar el “no entregaré la revolución” es dar un golpe de Estado, para lo cual debería contar con la complicidad de la totalidad de la Fuerza Armada y entregarle el bastón presidencial. Y el “me echaré a la calle con el pueblo si la oposición gana” ¿Con el pueblo que lo acaba de derrotar? A la calle se echará el pueblo respondiendo al llamado de la MUD y derrotará al golpista. Defenderá su derecho a decidir. Maduro tendría que “echarse a la calle” en solitario y buscando un avión para salir del candelero que provocó. El pueblo no es  retrasado mental como el castro-chavismo lo cataloga. No tiene miedo a cuero de tigre muerto y no sacará de la fosa a incompetentes y corruptos.
En cuanto a la última jugada, el profesor de Derecho Administrativo José Ignacio Hernández en artículo publicado en Pro-Davinci del 19-11-2015 titulado ¿Una Ley Habilitante puede neutralizar a la próxima Asamblea Nacional?, tipifica el hecho como FRAUDE  CONSTITUCIONAL. Recurrible ante el Tribunal Supremo de Justicia, el cual no se abocará al estudio del caso. El del 2010 tiene 5 años en un profundo cajón. Entonces, ¿qué hacer? La calle. Salir a la calle con el pueblo que los derrotó y plantarse frente al Palacio Legislativo para impedir la aprobación del mamotreto y hacer lo mismo a las pertas del TSJ y demandar, con la fuerza que da la razón y el derecho, la declaratoria de FRAUDE CONSTITUCIONAL la Ley o la ristra de leyes habilitantes, aprobadas por el oficialismo para patear el voto ciudadano.  
PÉSAME: El 26 de Octubre falleció Gumersindo Rodríguez Gil, beconomista de alto vuelo y compromiso social, valiente cuadro de Acción Democrática en la lucha contra la dictadura militar de Pérez Jiménez, extraordinario compañero y mejor amigo con significación de hermandad. Paz a su alma y mi solidaridad en el dolor con Aglae, Nelson, la Nena, Carolina y Francisco.  
German Gil Rico
gergilrico@yahoo.com
@gergilrico

Miranda - Venezuela  

JULIO PORTILLO, EL PRINCIPIO DEL FIN

Sería inútil un tema distinto al de las elecciones. Aun los más indiferentes están con ansiedad de los acontecimientos por venir. Un país próximo a ser sacudido por un profundo cambio que nos dejará honda huella. Estamos unidos por un unánime disgusto.

Este es un régimen envuelto en el fracaso. Maculado por graves acusaciones. No hay gobierno en el mundo más desprestigiado que el venezolano. Acumula un prontuario extenso: narcotráfico, asesinatos, torturas, corrupción, espionaje, deportaciones en masa, presos políticos, justicia amañada, militares humillados, financiamiento de elecciones en otros países, regalos excesivos a gobiernos cómplices, en fin, ha perdido la legalidad y la legitimidad del poder.

A pocos días de las votaciones no hay señal de propósito de enmienda. Por eso contra esta dictadura, están los estudiantes, academias militares, empresarios honestos, universidades, científicos, sacerdotes, trabajadores y empleados públicos amenazados, las mujeres cansadas de las colas para encontrar comida, colegios profesionales amordazados y hasta los antiguos votantes envenenados por el régimen, dicen acorazados BASTA. Es pa´ fuera que van.

Es el principio del fin de la tiranía bicéfala de Maduro y Diosdado. Que están tan nerviosos, que Maduro se fue a Irán a una reunión sobre exportadores de gas donde no fue invitado. El segundo ya acepta la derrota y le ha dicho a sus allegados “preparen la maleta”. El gobernador del Zulia, Arias Cárdenas, ya no hay acto al que asista donde no reciba silbidos y gritos de rechazo.  No tendrán necesidad como Pérez Jiménez de abrir las arcas del Banco Central antes de partir, están tan gordos del dinero robado que no les quedan bien los pantalones.

Los candidatos de la oposición con templanza han sorteado toda clase de obstáculos para llegar a los electores. Algunos han sido detenidos por horas, otros han soportado las envestidas de los colectivos armados. Meten miedo, pero tienen tanto miedo que hasta la aparición de María Corina en la televisión invitando a votar la han prohibido.

Lo ocurrido en Argentina nos ha llenado de valor y entusiasmo. Se repite lo de Mauricio Macri “hacer posible, lo imposible”. La madrugada del 7 de diciembre encontrará a los venezolanos en todas las ciudades celebrando el fin de la dictadura. Será otro 23 de enero de 1958. Con Dios delante.

Julio Portillo
julioportillof@gmail.com
@julioportillof

Zulia - Venezuela

GOLFREDO DÁVILA, EL 6 DE DICIEMBRE, LA ESPERANZA DE UN PUEBLO

Tanto aquel 6 de diciembre de 1998 como este de 2015, despertaron las esperanzas de cambio en los venezolanos, serán fechas recordadas para la posteridad. Lamentablemente, las expectativas de hace 17 años fueron frustradas, por un régimen que a pesar de haber contado con todo, lo echo por la borda y al contrario de resolver los males heredados, aceleró la quiebra económica, institucional y moral del país. Así fue perdiendo la confianza del pueblo y hoy se encuentra en fase terminal.

El próximo 6 de diciembre el pueblo expresará su rechazo al fracaso y respaldará a la MUD, cuyo reto es convertir los votos en gestión exitosa, cumplir sus compromisos y recuperar la confianza de la gente. Les toca entonces, a los diputados al parlamento, jugar un rol estelar en el proceso de cambio. Esto no será tan sencillo, ni será un acto de magia, pero avivar la hermandad, la paz y la unidad nacional, será un paso gigante.

El cambio de gobierno y del modelo político, vendrá por añadidura. Por tanto hay que obrar bien y accionar en torno a los ejes que a continuación se mencionan:

1.      Reconciliar la familia venezolana, recuperar la venezolanidad y la confianza en el futuro, de que si se puede construir una patria grande, empezando por construir un lenguaje comunicacional sano y respetuoso con el pueblo.
2.      Revalorizar la política, promoviendo la simbiosis entre ciudadanía y política. Y para contener su proceso de degradación, es necesario cambiar la manera de hacer política, convertirla en un apostolado de servicio a la gente y gerenciar en forma transparente la cosa pública; pasar del ejercicio democrático formal a hacer que la democracia sea la vida de una sociedad, donde el respeto por el otro, el reconocernos en la diferencia, la cooperación y la participación plena, sea algo normal y cotidiano.
3.      Una gran campaña por la vida, orientada a revalorizar de forma integral la vida, a sembrar ética conductual, convivencia social y solidaridad, a fomentar el trabajo y el estudio, la honradez y la honestidad y un Estado apegado al resguardo de los derechos humanos; estas medidas, junto con otras que frenen la impunidad y transformen el sistema de justicia, servirán para reducir la violencia y el crimen.
4.      Recuperar la institucionalidad del país, no es volver al pasado, se trata de ir al futuro con nuevas ideas, lograr que las instituciones y las leyes se coloquen al servicio de la gente, que haya garantías en el cumplimiento del orden constitucional y del ejercicio pleno de las libertades democráticas, echando a un lado los intereses subalternos, hegemónicos y mezquinos de líderes, caudillos o grupos de poder; asimismo, renovar políticamente los poderes públicos, TSJ, CNE y Poder Ciudadano.
5.      Recuperar la economía del país, a través de un programa coherente, tal como lo plantea el profesor Gustavo Machado, centrado en la defensa de la producción nacional y del presupuesto familiar. Eso significa, impulsar un desarrollo económico soberano, una política dirigida a atacar la pobreza y medidas que no sigan recargando la crisis en los hombros de los trabajadores y el pueblo.
Este pueblo ya no soporta una frustración más, una nueva falla al país, alejaría a los venezolanos de su participación en la vida pública y eso sería fatal. El esfuerzo por reconstituir el país debe ser de todos, pero mayor responsabilidad la tienen quienes asumen cuotas de poder institucional, cuya gran tarea es no volver a fracasar.
Golfredo Davila
golfredodavila@gmail.com
@golfredodavila

Zulia - Venezuela 

SIMÓN GARCÍA, EDITORIAL, EL TRIUNFALISMO BUENO

El tiempo sigue pasando y el cambio agigantándose. Las cartas que el gobierno ha lanzado resbalan en la decisión popular. El mismo presidente, con desesperación inocultable, personifica su consigna de ganar como sea. Produjo pena ajena verlo nombrando en el tarjetón los partidos que apoyan a sus candidatos y al final, mientras balbuceaba “esta es la tarjeta de la oposición, MIN Unidad”, colocar su dedo en la tarjeta del engaño.

            Ya no se discute si la oposición ganará, sino con cual ventaja. Las apuestas, que se tranzan ahora en dólares, son sobre si la oposición  sobrepasará o no la cifra de los 111 diputados. El que haya personajes, próximos o provenientes del oficialismo, apostando a que la MUD logrará la proeza, constituye un signo de hacia donde sopla el viento. Tal vez no tengan el honor de un gallero, pero no apuestan por pálpito.

            La voz de la calle, los números de todas las encuestadoras reconocidas (excepto Varianzas) y el ánimo de los seguidores del gobierno indican que se está esperando el más contundente cambio de conducta  electoral del país. Mayor incluso que cuando decidió a favor de Chávez.

            Frente a todas estas evidencias, algunos amigos advierten que el espíritu de triunfalismo tumba los brazos. Por supuesto, que bajar la guardia es inconveniente. Pero lo que está ocurriendo es que la gente quiere cambiar en paz y votar con la disposición de respetar y hacer respetar el mandato del soberano. Y cuando es la gente la que nutre ese clima de victoria, es porque tienen la decisión de voto en la mano. Así no lo digan.

            La materia prima del triunfalismo que se está destapando es el deseo de salir de esta gente. Es un optimismo que, al expresar con fuerza y seguridad la inminencia de una victoria, convierte su torrente de energía positiva en un motivo de atracción para mover el voto de los indecisos y en un aliciente para asumir sin miedo las tareas que cada quien tiene que cumplir hasta que el CNE publique su primer boletín. El triunfalismo activo es la decisión práctica a e echar el resto por el cambio.

            El estado de ánimo opuesto, el pesimismo, es una ráfaga debilitante y más  paralizante. El régimen ha inducido pesimismo en la conciencia social bajo el dogma de que su poder es invencible y eterno. Esta idea se ha traducido en un estado de escepticismo que convierte en un mantra el círculo quejoso de que es imposible que la oposición gane, si gana un ovni invertirá los resultados y si no pueden hacerlo, le darán una patada a la mesa.     

            El escepticismo es peor que el triunfalismo. Pues si uno es confianza absoluta en el triunfo, el otro implica la rendición espiritual antes de confrontar a un poder cuya continuación conduce a la destrucción del país, al agravamiento de las condiciones de vida, la ausencia de soluciones y el clima de división, odio y exclusión que pretenden implantarnos para dominarnos.

            Pero el que anda victorioso es el pueblo. Los dirigentes de la MUD se mantienen comedidos e incluso conservadores respecto a los resultados del 6 de diciembre. Pero constatan que una visible mayoría va a ir a votar porque es la única forma democrática y constitucional de castigar a un gobierno que ha traído este desastre que ya nadie aguanta.

            Junto a ellos, personas que fueron emblemas del proceso en muchas comunidades, han decidido advertirle a Maduro que quienes le dieron la presidencia no son sus votantes cautivos.

            Unos y otros conforman la nueva mayoría plural. Al ganar juntos sientan la base inicial del nuevo equilibrio institucional para el 2016. 

Simon Garcia
simongar48@gmail.com
@garciasim

Caracas – Venezuela

CARICATURAS DEL miércoles, 25 de Noviembre de 2015 EL REPUBLICANO LIBERAL, DIARIO DE OPINION, RAFAEL RIOS Y/O EDUARDO SANTOS, HUMOR, DEL DÍA, FORMA ESPECIAL DE OPINAR, RECOPILACION, MAS RECIENTES, VENEZUELA,


















Rafael Rios

rariga2@gmail.com

Eduardo Santos
eduardosantos211@gmail.com

@rariga

@edsantos211