martes, 28 de abril de 2020

ACTUALIZACIÓN, NACIONALES, EL REPUBLICANO LIBERAL II, MIÉRCOLES 29/04/2020

ELSA CARDOZO, LECTURAS DEL MUNDO EN PANDEMIA

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 5 minutos
Quien desde las circunstancias de su cuarentena sigue las noticias mundiales sobre la pandemia las podría leer como textos sobre un mismo tema y momento, pero que presentan relatos diferentes de principio a fin, privilegiando unos asuntos y soslayando o silenciando otros. Quizá se quede con alguna de las tramas o cruce algunas pocas, no más. Es un modo de lidiar con dificultades e incertidumbres que abruman, porque cuanto más enredado y lleno de nudos se nos presenta el relato, más difícil es concebir el desenlace colectivo y personal. La narración geopolítica recoge la naturaleza ... más »

LEANDRO AREA PEREIRA, PANDEMIAS Y CRISIS POLÍTICA

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 22 minutos
La pandemia provocada por el coronavirus no vino sino a acelerar violentamente la crisis mundial acumulada durante mucho tiempo para finalmente convertirla en tragedia. La humanidad debería presentarse ante el juicio inaplazable de la conciencia. ¿Lo habrá hecho alguna vez? Nadie inmune a la peste, las reacciones han sido múltiples ante eventos "irresponsablemente inesperados" que han puesto al desnudo un torbellino de causalidades que no hemos tenido tiempo aún de aclarar y sobre todo de resolver. Todo el constructo histórico, aquel aparente armazón genético sobre el cual se supo... más »

SIXTO MEDINA, BUSCAR UNA SALIDA DEMOCRÁTICA

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 40 minutos
A grandes rasgos, la realidad de Venezuela se observa caótica y difusa; desde el funcionamiento del Estado y sus instituciones políticas hasta las diversas posiciones que adopta la comunidad internacional son vidriosas. Como hace más de medio siglo -en pleno apogeo de la Guerra Fría- reflotan discursos académicos y políticos que apoyan a EE.UU. o a Rusia con el pretexto de la cuestión venezolana. Lo único que aparece claro es la fenomenal crisis humanitaria, económica y política que padece el pueblo venezolano, a lo que se suma el coronavirus, el Covid-19, que ha puesto en jaque a ... más »

OMAR A. ÁVILA H., ¿QUÉ PASA SI GANA BIDEN Y MADURO SIGUE EN MIRAFLORES?

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 46 minutos
Nuestro pueblo está esperando un liderazgo que promueva soluciones viables, que haga propuestas y que los invite a los ciudadanos a formar parte de su estrategia. A 9 de cada 10 venezolanos, no le sirve el dirigente que solo le diga lo que ya sabe: “este es el peor gobierno de la historia”. En Unidad Visión Venezuela lo hemos entendido, y por ello es que hemos venido presentando una propuesta diferente al “madurismo”, para convertirnos en una alternativa real, alentando a nuestro pueblo para que apueste por un cambio, que juntos debemos lograr -en la calle y en la Asamblea- trascen... más »

JOSÉ L. ZAMBRANO P. , NICO NO PUEDE SALIR DE CASA, SAINETE EN CÁPSULAS

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 55 minutos
Debe tener el alma en un hilo, pues en este instante no es fácil estar en sus zapatos. Sobra quien atestigüe sobre su pérdida de la compostura. Se haya al garete con sus temores. La presión creada ha sido más de la esperada. Pensó que la excusa del coronavirus le haría ganar tiempo, pero solo ha permitido demostrar la carencia de combustible en el país. Pero es un estilo repetido el crear el caos para después sosegarlo un poco. Miraflores se le hace chica. Los búnkeres infinitos y aburridos. Todo solo sirve para aumentar su ritmo cardíaco. De seguro le asalta la idea de otro conven... más »

OSCAR ARNAL, DESGOBIERNO SIN GASOLINA

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 1 hora
La situación es de pronósticos reservados. La falta de gasolina complica la sustentabilidad del régimen. El disgusto que genera es monumental. Hemos presenciado en las colas gente que sufre, se sale de sus cabales y arremete contra todo lo que está a su alrededor. Sin combustible, la vida se hace muy difícil. Los productores del campo pierden las cosechas. Sus productos no tienen cómo llegar. La parálisis se hace general. Como en Cuba, cada vez empezaremos a ver más bicicletas en las calles, también más gente desplazándose a pie. En las bombas de gasolina, se arman unas colas desde... más »


ELSA CARDOZO, LECTURAS DEL MUNDO EN PANDEMIA

Quien desde las circunstancias de su cuarentena sigue las noticias mundiales sobre la pandemia las podría leer como textos sobre un mismo tema y momento, pero que presentan relatos diferentes de principio a fin, privilegiando unos asuntos y soslayando o silenciando otros. Quizá se quede con alguna de las tramas o cruce algunas pocas, no más. Es un modo de lidiar con dificultades e incertidumbres que abruman, porque cuanto más enredado y lleno de nudos se nos presenta el relato, más difícil es concebir el desenlace colectivo y personal.

La narración geopolítica recoge la naturaleza primariamente nacional de las dispares reacciones a la emergencia y los modos de asumir las medidas de aislamiento internacional, confinamiento, tratamientos e información. Se encuentran aquí en lugar muy visible las respuestas de los gobiernos de potencias que han hecho de la pandemia un asunto en el que, no obstante sus ineficiencias, compiten por evidenciar su poder en el manejo de la crisis.

En Estados Unidos con razonables niveles de transparencia y escrutinio democrático. En tanto que enormes opacidades y censuras al escrutinio son manifiestas en Rusia y, muy notablemente en China, con su intensa campaña nacional e internacional de eficiencia y distribución de equipos, entre donaciones y ventas. Es esto último lo que incluso una voz internacionalmente importante y usualmente moderada, como la de Josep Borrell, ha descrito como generosidad política, practicada también por otros regímenes autoritarios, como el ruso y el cubano; en Europa, en discursos, medidas y negociaciones, el relato de sus contrastes es más político y económico que de competencias geopolíticas.

Lo cierto es que la justificada alarma de la pandemia ha alentado el ejercicio de controles sociales y políticos extremos en los regímenes autoritarios -cómo no recordar su multiplicación en los últimos tres lustros- a la vez que los riesgos de abusos de restricciones en los democráticos, advertidos en uno y otro caso, una y otra vez por instituciones internacionales y organizaciones no gubernamentales. Esto último enlaza con el relato institucional, ya no solo interior, en el que reaparecen los debates sobre la eficiencia de regímenes autoritarios y democráticos en situaciones críticas, lo que en lo ya anotado sobre la exigencia de transparencia y legitimidad en la eficiencia inclina el balance, visiblemente, a favor de la democracia.

El capítulo de las organizaciones internacionales es bastante más complicado, porque a la natural preminencia inicial de lo local y a las exigencias domésticas de atención y recursos a los nacionales se suman en  muchos casos los impulsos y presiones nacionalistas (y populistas). De ello no escapa la Unión Europea, que ha debido afrontar complejas decisiones vinculadas a los retos inmediatos de la pandemia y a la salud económica comunitaria.

A escala global, la emergencia ha colocado en primer plano a organizaciones que por su propósito y responsabilidades en materia de salud y asistencia humanitaria deberían contar con mayor autonomía funcional y capacidad de respuesta. Sus ineficiencias organizacionales -que no justifican en este momento crítico los anuncios de restricción de fondos de Estados Unidos a la Organización Mundial de la Salud ni su conversión en campo de disputa por China- se complican por las incidencias de la trama geopolítica. También la institucionalidad económica internacional está desde ya bajo la inmensa presión del mundo detenido como está por la pandemia y de la recesión económica en marcha que el relato petrolero tan notablemente sintetiza y que se perfila especialmente demoledora para los países menos desarrollados.

Entre muchos otros por recoger, hay un relato ineludible que se desarrolla junto con los otros y que lleva el ritmo de la trama de fondo: el de lo esencialmente global de la pandemia en todas sus manifestaciones y consecuencias. Es allí donde se pueden tejer conexiones virtuosas entre todos los relatos. También aprendizajes: desde revisiones geopolíticas críticas hasta propuestas de fortalecimiento institucional para la gobernanza mundial; sin antipolítica, con exigencia de institucionalidad y responsabilidad en la política. Es el relato que contribuyen a construir quienes trabajan individualmente, en organizaciones no gubernamentales, en gobiernos y organizaciones internacionales con plena conciencia de lo que la interdependencia para lo malo y lo bueno genera como responsabilidad y oportunidad de reconducción.

En esta trama hay muchos actores visiblemente protagónicos, entre ellos las enfermeras y los médicos, los científicos e investigadores que buscan tratamientos y vacunas, las organizaciones no gubernamentales que se ocupan de proveer recursos y personal para la salud y las emergencias humanitarias, así como las que están atentas a la protección de los derechos humanos; los productores y abastecedores de bienes y servicios esenciales; los gobernantes y los funcionarios de organizaciones internacionales que se ocupan de la atención de lo inmediato y la preparación para lo que sigue, con iniciativas oportunas, responsabilidad, disposición franca a cooperar y transparencia.

Elsa Cardozo
elsacardozo@gmail.com
@PolitikaUCAB
@ElNacionalWeb

LEANDRO AREA PEREIRA, PANDEMIAS Y CRISIS POLÍTICA

La pandemia provocada por el coronavirus no vino sino a acelerar violentamente la crisis mundial acumulada durante mucho tiempo para finalmente convertirla en tragedia. La humanidad debería presentarse ante el juicio inaplazable de la conciencia. ¿Lo habrá hecho alguna vez?

Nadie inmune a la peste, las reacciones han sido múltiples ante eventos "irresponsablemente inesperados" que han puesto al desnudo un torbellino de causalidades que no hemos tenido tiempo aún de aclarar y sobre todo de resolver.

Todo el constructo histórico, aquel aparente armazón genético sobre el cual se suponía estructurada y segura la humanidad, se ha visto devorado ante la aparición de un nuevo e infinitesimal virus frente al cual hemos respondido con sorpresa inaudita, máxima ingenuidad desprovista de cualquier semáforo de previsión, lo que evidencia entre otras cosas que la agenda de prioridades humanas ha estado desenfocada de los que debieran ser sus objetivos superiores y nítidos.

Y si bien es cierto que la pandemia es mundial y no deja rendija salva, no podemos evadir el análisis pormenorizado de sus causas y efectos que son múltiples, complejos y relevantes en el manejo irresponsable del poder. Allí se encuentra la raíz profunda del asunto.

Ahora bien, el análisis de esta materia que será el tema que impregnará por décadas las más diversas áreas de la preocupación mundial y que debería transformar buena parte de nuestras formas de entender y vivir la vida, no debe ni puede pasar por alto el problema de las particularidades nacionales a la hora de establecer matices y preocupaciones valorativas sobre la ética y la responsabilidad de los gobiernos y demás actores relevantes a la hora de ser juzgados por sus comportamientos ante la crisis. Porque hay quienes también amparados en la pandemia general pretenden diluir la suya propia que vienen propiciando y arrastrando por décadas en éste y otros continentes.

Me detengo ahora en el caso venezolano por lo que a mí toca y corresponde. No existe resquicio de vida en nuestro país que no se encuentre contaminado y corrompido profundamente por la calamidad impuesta por el socialismo del siglo XXI desde hace 20 años y más. Y agrego que no hay listado posible del que se pueda excluir elemento alguno de nuestras vidas. 

La crisis nacional no es coyuntural ni estructural sino antes bien existencial, porque el cuerpo social nombrado como Venezuela ya dejó de existir como tal para convertirse en pandemia perfecta. Repito, no haré listas, es innecesario, porque no existe renglón o detalle de la vida social, familiar o individual que no viva y muera en una permanente tragedia a la cual se suma la actual y de la que el gobierno se aprovecha para pasar por debajo de la mesa y tratar de esconder, misión imposible, toda su incapacidad, tropelías y desmanes.

Este gobierno siniestro y hambreador encuentra refugio y disfraz al calor del caos que provoca la realidad mundial actual y de alguna manera cobra en tiempo, aliento y subterfugio, en la tarima humanitaria de su supuesta preocupación por el país. 

Y aparte de todo debe quedar claro que la razón fundamental de nuestro abismo mundial y nacional, cada uno dentro de sus contextos, se encuentra en la ambición desproporcionada y drogadicta por el poder en cualquiera de sus modalidades y expresiones humanas. Nada se esconda, todo se muestre, desatinos y responsabilidades deben quedar al descubierto para aprender un nuevo rumbo, aunque nunca se comience desde cero.

Leandro Area Pereira
leandro.area@gmail.com
@leandroarea

SIXTO MEDINA, BUSCAR UNA SALIDA DEMOCRÁTICA

A grandes rasgos, la realidad de Venezuela se observa caótica y difusa; desde el funcionamiento del Estado y sus instituciones políticas hasta las diversas posiciones que adopta la comunidad internacional son vidriosas. Como hace más de medio siglo -en pleno apogeo de la Guerra Fría- reflotan discursos académicos y políticos que apoyan a EE.UU. o a Rusia con el pretexto de la cuestión venezolana. Lo único que aparece claro es la fenomenal crisis humanitaria, económica y política que padece el pueblo venezolano, a lo que se suma el coronavirus, el Covid-19, que ha puesto en jaque a la humanidad, que se enfrenta, sin esperarse, a la idea de un apocalipsis.

La realidad del conflicto y enfrentamiento entre el régimen de Nicolás Maduro y los opositores a su gobierno es innegable y es parte de una transición nada novedosa en la política venezolana de los últimos años, que ha comenzado, luego de la muerte de Hugo Chávez. Y así, se observa en los ciudadanos, cuando expresan sus ideas, que hay un inmenso rechazo al gobierno de Nicolás Maduro.

Los venezolanos están de acuerdo en que atraviesan una brutal recesión económica, pero se distancian a la hora de señalar a los responsables. Para unos es el régimen chavista de Maduro, para otros son las medidas coercitivas o sanciones del gobierno de Donald Trump contra el gobierno bolivariano. Frente a todo esto la actitud o postura ideológica de Nicolás Maduro produce resultados ambivalentes. Por un lado, quiere proyectar la imagen de un gobierno todopoderoso, que puede hacer lo que le da la gana, pero, por el otro genera la acentuación del rechazo.

Asumido el enfrentamiento social que existe en Venezuela marcado por diferencias ideológicas fuertes, el desafío urgente es que dicho conflicto sociopolítico sea encaminado positivamente y de forma pacífica por las vías democráticas modernas, entre otras, porque la finalidad de la democracia es encauzar los conflictos en torno al orden o la paz y evitar la violencia, pues –en palabras de Teodoro Petkoff- regimenes como éste, autoritarios, autocráticos y militaristas, con vocación totalitaria, pero hibridos entre dictadura y democracia y por tanto escenarios no cerrados para la acción política, sólo pueden ser enfrentados con posibilidades de éxito mediante una estrategia democrática.

Existen diversos mecanismos institucionales diseñados para absorber e incorporar al sistema político los conflictos que siempre, de una u otra forma y con diferentes intensidades, pueden surgir en los procesos sociales. Sin embargo, el combustible vital de cualquier mecanismo institucional es la legitimidad, la creencia compartida por parte de una sociedad en la eficacia e imparcialidad de las instituciones que lo rigen. Es la confianza que la sociedad tiene en sus instituciones, aquello que hace que un simple mecanismo normativo o constitucional se convierta en un hecho real de poder.

La situación de Venezuela es muy compleja y delicada. El debate de ideas es prácticamente inexistente. Y no habrá republica posible si, frente a los desbordes de poder y a las tentaciones hegemónicas de Maduro, no se consolida una activa oposición republicana, responsabilidad que recae sobre los partidos políticos opositores; el asunto es que los conflictos no tienen una única salida: las puertas de salida de la crisis son siempre varias, de muchos colores ideológicos y con horizontes diferentes, pero no todas conducen a la democracia.

Juan Guiadó ofrece una salida con su respectivo horizonte político y económico; Nicolás Maduro, otra. Lo importante es que más allá del color de cada puerta, esta sea abierta con la llave del entendimiento y de la democracia. 

Sixto Medina
sxmed@hotmail.com
@medinasixto 

OMAR A. ÁVILA H., ¿QUÉ PASA SI GANA BIDEN Y MADURO SIGUE EN MIRAFLORES?

Nuestro pueblo está esperando un liderazgo que promueva soluciones viables, que haga propuestas y que los invite a los ciudadanos a formar parte de su estrategia. A 9 de cada 10 venezolanos, no le sirve el dirigente que solo le diga lo que ya sabe: “este es el peor gobierno de la historia”.

En Unidad Visión Venezuela lo hemos entendido, y por ello es que hemos venido presentando una propuesta diferente al “madurismo”, para convertirnos en una alternativa real, alentando a nuestro pueblo para que apueste por un cambio, que juntos debemos lograr -en la calle y en la Asamblea- trascendiendo así a los líderes virtuales del 2.0 que mucho twittean y poco hacen.

En medio de esta crisis pandémica mundial, no estamos pidiendo ingenuamente una pausa en la diatriba política, ya que de seguir como vamos, nos espera la autodestrucción. En este momento, podemos hacer una tregua política, ya habrá tiempo de dirimir nuestras diferencias en las urnas electorales.

Nosotros, sin ningún tipo de complejos, seguiremos siendo la voz de aquel que “clama en el desierto”. De esa población que sufre, que lo único que le importa ahora es ver cómo se resuelven los problemas cotidianos. Si como político no aportas soluciones, eres parte del problema.

Es muy importante que el mundo vea lo mal que gobierna el régimen de Maduro, pero también es importante que se informe sobre cómo Guaidó despacha parte del presupuesto nacional, con los fondos retenidos que Estados Unidos le ha transferido para ir solventando los problemas más urgentes, especialmente los humanitarios.

Esta observación la hacemos con el fin de advertir, que el pueblo venezolano no permitirá, que en medido de la crisis y la urgencia nacional, los demócratas no advirtamos que sin transparencia y rendición de cuentas, se termine emulando los vicios del régimen. Por lo tanto, insistimos una vez más, en que presenten las cuentas de los recursos asignados el año pasado, y un presupuesto oficial para los que se asignan en medio de la pandemia, a fin de organizar la debida contraloría para los mismos. Igualmente, esperamos ver en las partidas presupuestarias los recursos destinados al socorro de los ciudadanos migrantes que están pasando las de Caín en el exterior y en los refugios de cuarentena fronterizos.

Como leía de manera acertada en estos días un twitter del ex secretario de la MUD, Jesús “Chuo” Torrealba: “la culpa de la crisis es del gobierno, pero la responsabilidad de encontrar soluciones es de la oposición, porque el gobierno tiene como objetivo: no solucionar. ¿O es que este sector de la oposición tiene el mismo objetivo?”

Ojo, hay que estar claros que no solo son los trabajadores del sector salud los que necesitan apoyo, son todos los trabajadores que dependen de un salario absolutamente deficitario, personas con discapacidad, pacientes con patologías crónicas, pensionados, jubilados, adultos mayores, personas en condición de calle, todos sin excepción requieren de apoyo económico urgente.

Colocar la vida y la salud de los venezolanos por encima de nuestras diferencias y aspiraciones políticas, ideológicas y electorales en medio de esta pandemia, no significa que un sector claudique ante otro.

Finalizo preguntándole a los que aún viven en la fantasía de que Trump va a mandar a los marines, “hacer una operación quirúrgica”, y no sé cuántas historias más, si han pensado en la posibilidad de que en noviembre gane Joe Biden y Maduro siga en Miraflores. Esto lo digo utilizando por cierto, esa “lógica” “de que todas las opciones están sobre la mesa”, es decir, hay que estar preparados para todos los escenarios. Por lo tanto es imperativo ir diseñando una estrategia realizable y que dependa de los venezolanos.

Omar A. Ávila H.
dip.omaravila@gmail.com
@OmarAvilaVzla
@omaravila2010  
Diputado a la Asamblea Nacional

JOSÉ L. ZAMBRANO P. , NICO NO PUEDE SALIR DE CASA, SAINETE EN CÁPSULAS

Debe tener el alma en un hilo, pues en este instante no es fácil estar en sus zapatos. Sobra quien atestigüe sobre su pérdida de la compostura. Se haya al garete con sus temores. La presión creada ha sido más de la esperada. Pensó que la excusa del coronavirus le haría ganar tiempo, pero solo ha permitido demostrar la carencia de combustible en el país. Pero es un estilo repetido el crear el caos para después sosegarlo un poco.

Miraflores se le hace chica. Los búnkeres infinitos y aburridos. Todo solo sirve para aumentar su ritmo cardíaco. De seguro le asalta la idea de otro convenio o una plática marañosa para engatusar de nuevo con promesas incumplibles y falsas. Pero ya nadie le cree. Los continentes se aburrieron del esquema y se volvió predecible.

Está a la espera por el golpe de gracia. El plato fuerte sin entremés. Parece irremediable. Tiene una portezuela como alternativa por donde escapar. Pero no se lo permitirán. Su entorno tiene tensiones similares y caerá con él sin remedio. Su brújula ya no señala caminos. Ya se hace confusa la llamada a La Habana. Sus asesores tienen otros desórdenes por los cuales preocuparse. El virus los ha puesto en el muro de su propia contienda.

No hay rictus certeros para las almas malignas que le haga ganar más espacios. No es el momento de hacerles mutis a las supersticiones. Requiere de sus aliados oscuros. No es sencillo cambiar la sombra y las artimañas sempiternas. Pero toda la mala saña ha quedado sin efecto. Los espíritus perversos también lo abandonan.

No hay donde apostar los cañones de guerra y toda la perorata sobre la lucha contra el imperio. Solo queda una caricatura; una mala imagen, borrosa y mal esculpida, sobre aquellas farfulladas políticas de un poderío sudamericano. Tamaño engaño. Todo se pagaba con el dinero petrolero. Pero la caja chica se hartó del usufructo. Cambió la geografía del mercado. Ya el oro negro bajó su precio y ha sufrido ahora el doble de estrujones por el Covid-19.

Se escucha el Réquiem agrio del final. Se lo entonan hasta sus antiguos aliados. Su destino parece conjurado. El maleficio gringo. Siempre se lo azota en las narices a quien le lleva la contraria.

Los norteamericanos se deben de saber de memoria sus instrucciones bélicas; sus intimidaciones para hace lo que les plazca. Ya no tienen el tono sutil y desenfadado. Ahora poseen un aplomo decidido. Sí, esta vez huelen a azufre de verdad. Vienen por él. Lo quemarán en su propio caldero. Está en aprietos y su librillo de anotaciones pierde el orden estricto del pasado.

El Departamento de Justicia de Estados Unidos lo ha dejado claro recién. Se lo ha dicho a los medios de comunicación con una solemnidad sinfónica. Si Maduro tratase de viajar a territorio estadounidense o se presentase en la ONU, por ejemplo, sería arrestado inmediatamente. No es reconocido como mandatario. Por eso no tiene inmunidad. Pero sí el cartel de búsqueda está vigente para su captura.

Su posible tiempo de presidio es vasto. Enfrentaría entre 50 años a cadena perpetua. Por eso no se entregará. Apostará hasta la última gota de su sangre por no abandonar el poder. Típico de la gran mayoría de los dictadores. Tiene el futuro descompuesto. No hay hoy habilidad demagógica para hacer olvidar sus acciones perturbadoras.

La idea fija y categórica es iniciar la transición lo antes posible. Para muchos especialistas, el levantar a un país estragado y atiborrado de terrorismo tomará tiempo. La acción debe apuntar bien sus objetivos. Por el territorio nacional deambula un número grande de movimientos subversivos que han hecho nido con la venia del Cartel de los Soles.

El enviado especial de Estados Unidos para Venezuela, Elliot Abrams, lo dijo sin mucho recato y con una contundencia que no deja dudas: “no veo posible que Maduro continúe en el poder”, por ello todo está puesto sobre la mesa para una posible transición. Lo más esclarecedor es que haya admitido sus conversaciones con Rusia y China para lograr este cometido.

La fecha es impredecible. Pero saldrán del poder y se recuperará la democracia. La presencia de los agentes cubanos no parece ser un impedimento. Hay una estrategia que la conoce bien la propia isla. El respaldo ruso es enrevesado. No los veo arriesgando tanto, sabiendo todo lo que está en juego.

Los venezolanos la están pasado mal. Tienen un cautiverio impuesto y no hay manera de movilizase sin gasolina. Cuesta comer con regularidad. Pero el autócrata tampoco está bien. Su vida dispendiosa y la de sus camaradas será cambiada rotundamente. Adiós a los banquetes magníficos y al meterle la mano en el bolsillo a un pueblo entero. Hoy no puede salir de su casa grande sin que lo esposen para llevárselo a su nueva morada. El uniforme naranja no es un cuento y espera por él. 

José Luis Zambrano Padauy
zambranopadauy@hotmail.com
@Joseluis5571
Ex director de la Biblioteca Virtual de Maracaibo “Randa Richani”

OSCAR ARNAL, DESGOBIERNO SIN GASOLINA

La situación es de pronósticos reservados. La falta de gasolina complica la sustentabilidad del régimen. El disgusto que genera es monumental. Hemos presenciado en las colas gente que sufre, se sale de sus cabales y arremete contra todo lo que está a su alrededor. Sin combustible, la vida se hace muy difícil. Los productores del campo pierden las cosechas. Sus productos no tienen cómo llegar. La parálisis se hace general. Como en Cuba, cada vez empezaremos a ver más bicicletas en las calles, también más gente desplazándose a pie.

En las bombas de gasolina, se arman unas colas desde la tarde anterior. Hemos visto gente por días durmiendo en sus carros, que no han podido equipar. Se privilegia a los militares, las policías, los funcionarios y a todo aquel que consigue un salvoconducto gubernamental. Eso de que todos somos iguales frente a la ley ha quedado atrás.

Los precios también se han disparado, junto al dólar. Hace semanas se estabilizó la cotización, por un tiempo, en 75.000 bolívares por dólar, pero en los últimos días, hasta el oficial sobrepasa los 125.000 bolívares y el paralelo llega a los 175.000.

A la ausencia de gasolina, la depreciación del bolívar y la hiperinflación, se suma el drama del Covid-19. En un país donde la economía informal y el trabajo está ligado a lo que se gana cada día, la hambruna es una realidad. Los dos factores de contención del colapso total tenían que ver con la gasolina y los CLAP. Uno se les desarticuló y el de las bolsas de comida se va reduciendo a su mínima expresión.

Lo que no entendemos es por qué el gobierno de Maduro no se da cuenta de la realidad y negocia sobre la última propuesta presentada por los EE.UU.. Ante una inminente catástrofe humanitaria de gigantescas magnitudes, el plan de un Consejo de Estado con dos miembros del equipo de Guaidó y el mismo número del oficialismo, resulta equilibrado, mientras avanzamos hacia una consulta electoral en el plazo máximo de un año. Guaidó ha dicho que está dispuesto a apartarse para que se conforme un gobierno de emergencia y salvación nacional. ¿Qué va a esperar Maduro? Después de más de 20 años de desgobierno es hora de volver al artículo seis de la Constitución. Necesitamos un gobierno democrático, alternativo, electivo y de mandatos revocables. Al régimen le será peor no aceptarlo.

Oscar Arnal 
oscar.arnaln@gmail.com
@OscarArnal