viernes, 25 de marzo de 2022

AQUÍ TITULARES DE HOY VIERNES 25/03/2022, DESDE VENEZUELA PARA EL MUNDO, EL REPUBLICANO LIBERAL II, PARA LEER PULSA SOBRE EL TITULAR,

RAQUEL GAMUS: EL MAR DE LA INFELICIDAD

Cuando por allá en la década de los sesenta la Revolución cubana era la ilusión de un mundo mejor y la representación del glorioso David enfrentado al villano Goliat, la canción «El son se fue de Cuba» de Fernando Albuerne era repudiada por los seguidores de Fidel. En Venezuela, el tema que era interpretado por reconocidos artistas lo cantaba Felipe Pírela. En una graduación de bachilleres del Liceo Andrés Bello, amenizada por la orquesta de la Billo’s , cuando sonó la canción hubo una tángana protagonizada por los partidarios de la Revolución cubana.

«Cuando salí de Cuba» fue otra nostálgica canción compuesta por Luis Aguilé, un músico argentino muy famoso para la época, que también era objeto de protestas por los admiradores de la Revolución cubana. También guardo el recuerdo de una actuación de Luisito Aguilé, como se le conocía, en el Aula Magna de la UCV en la que fue abucheado por parte del público al interpretar su sentido tema.

La “ceguera ideológica” hacía insensibles a los partidarios de Fidel Castro sobre el sufrimiento de quienes habían decidido dejar su isla por distintos motivos y para quienes sin titubear se empleaba el calificativo de “gusanos”. Muchos abrimos los ojos sobre el engaño de la Revolución cubana y entendimos, aunque tardíamente, el sufrimiento tanto de los que se fueron como de los que se quedaron dentro.

Me vienen estos hechos a la memoria al leer la más reciente edición del Informe sobre la felicidad mundial, publicación anual de las Naciones Unidas desde hace diez años, que para elaborar el ranking que pueda reflejar el grado de felicidad de los ciudadanos de una nación toman en cuenta la opinión de personas y algunas variables como el PIB, la corrupción, la confianza social, la esperanza de vida saludable, el apoyo social en tiempos de problemas, generosidad y libertad para tomar decisiones claves en la vida.

Pues bien, en el informe de 2022 que acaba de publicarse, Venezuela aparece como uno de los países más infelices del planeta al encontrarse en el lugar 108. Es el país latinoamericano peor situado entre 146 estados analizados.

Copiando a destiempo el fracasado modelo cubano, incluyendo el falso propósito de convertir al país en el mar de la felicidad, lo hundieron progresivamente en una de las naciones más infelices del planeta, con toda la infraestructura destruida, sin oportunidades de trabajo, sin acceso a la alimentación y la salud. 6 millones de ciudadanos se han visto obligados a abandonar sus familias y sus pertenencias, una buena parte de ellos de la manera más precaria y sacrificada y aunque no han sido denominados gusanos, han sido tratados como tales en muchos de los países donde intentan instalarse.

Prometiendo el bien colectivo produjeron la tragedia colectiva. Denigraron de la oligarquía y crearon una cleptocracia con la clara determinación de no abandonar nunca el poder. No fue un modelo original, a Fidel Castro se lo impusieron los soviéticos a cambio de mantenerlos económicamente y tener un pie puesto en el patio trasero de Estados Unidos cuando la disyuntiva mundial era entre socialismo y capitalismo.

En el caso del chavismo es distinto, han mantenido al régimen cubano y copiado voluntariamente su modelo, empeorándolo. Hoy ese modelo ha sido abandonado, los rusos también son sus aliados, ya no para abogar por el socialismo sino para seguir compitiendo con Estados Unidos y tan solo para apoyar el autoritarismo despojado de ideología.

Raquel Gamus
@gamusraquel
@ElNacionalWeb
Venezuela

TRINO MÁRQUEZ : SAMBIL ES EL CAMINO ENTRE EL SOCIALISMO Y EL CAPITALISMO DE LOS AMIGOTES

Nicolás Maduro decidió retornar a sus legítimos dueños el Sambil La Candelaria, después de que Hugo Chávez anunciara su expropiación en un Aló, Presidente, en diciembre de 2008. Han sido casi catorce años de desidia y destrucción, al igual que en los otros miles de activos de los cuales el régimen se apropió. El sueño populista del comandante jamás se concretó. El Sambil nunca fue convertido en un hospital, en una escuela, liceo o universidad, como el locuaz mandatario propuso cuando adoptó la medida. La historia de ese centro comercial, que habría animado la actividad económica de esa popular zona de Caracas, resulta patética. Evidencia otra vez la insondable incompetencia del chavismo en el manejo de los bienes públicos, expropiados o no, y la corrupción que rodea todo lo que toca.

El Sambil fue refugio para varios centenares de familias humildes, al igual que la Torre de David, ubicada a poca distancia. Luego de desalojadas o reubicadas las familias residentes, se convirtió en depósito del Ministerio de Comercio. Más tarde, fue utilizado como taller mecánico del Ministerio de Economía y Finanzas, para terminar siendo depósito de Mi casa bien equipada, otro de los programas clientelares ejecutados con recursos públicos por el régimen en épocas electorales. Como se aprecia, ningún destino admirable se le dio a la edificación confiscada. Otra de las borracheras de poder de Chávez que terminó naufragando, luego de haber sido dilapidado el capital humano y financiero invertido en esa obra, que habría favorecido tanto a los grandes, medianos y pequeños empresarios que cifraron sus esperanzas en ese proyecto, y a los consumidores de toda esa zona.

Ahora, hundido en la ruina, el Sambil es devuelto a sus propietarios con la finalidad de que no siga siendo un testimonio de la ineficacia gubernamental en pleno centro de Caracas, por donde transitan cientos de miles de personas cada día. Ese atisbo de sensatez y vergüenza mostrado por el gobierno, no forma parte de ningún plan estratégico para privatizar los varios miles de comercios, fábricas, firmas, fincas, haciendas y fundos confiscados por el régimen en más de dos décadas de dislates económicos. El gobierno no ha dicho qué va a hacer con empresas tan importantes como Agroisleña –nervio económico de todos los estados agrícolas del occidente del país- transformada en ese esperpento llamado Agropatria. O cuál será el destino de la Cantv, de Movilnet o de las empresas de Guayana, convertidas en chatarra. Sería conveniente saber qué va a hacer con las numerosas fábricas de café, de helados, de válvulas, de acero y de plástico que antes producían ganancias y pagaban impuestos al Estado central y a los gobiernos regionales, pero ahora se encuentran en rojo, siendo mantenidas por el erario público a costa de pagarles pensiones y salarios miserables a los empleados, profesores y maestros del sector público.

La reprivatización del Sambil transcurrió de forma casuística y caótica, al igual que todo lo que emprende el gobierno. Parte de esa anarquía es la dolarización de la economía, satanizada por Chávez y por Maduro, pero que terminó imponiéndose al igual que la ley de la gravedad, pues la realidad económica es terca y no hay capricho o antojo de caudillo alguno que pueda oponérsele.

Ante la ausencia de un marco legal claro, la privatización madurista terminará siguiendo similar al modelo de la Rusia de Putin: un proceso concebido para favorecer a los amigos del régimen y crear el círculo de empresarios que les deberán sus fortunas al amo del poder. Los enchufados serán los elegidos. La regla será la discrecionalidad en la asignación de las empresas y los activos que retornen a las manos privadas.

Maduro necesita deslastrarse poco a poco de ese fardo económico tan pesado heredado de Chávez, que él contribuyó a abultar cuando el marxismo lo seducía, después de su formación en la Cuba de Fidel Castro. Ahora, su tránsito por Miraflores le ha enseñado a ser pragmático. Entiende que la economía hay que comprenderla y respetarla. Que una cosa es hablar como marxista y otra, muy distinta, es gobernar siguiendo los dogmas marxistas. Lo primero da cierto lustre y popularidad; lo segundo conduce al colapso. 

El modelo que se implantará en Venezuela en el futuro cercano no será el capitalista convencional –en el cual numerosos factores productivos compiten libremente en el marco de un conjunto de pautas establecidas-, sino una versión del mercantilismo clásico, típico de los regímenes de fuerza, donde las reglas son opacas y confusas, y las decisiones cruciales las toma el autócrata que gobierna, privilegiando a quienes forman parte del círculo de poder, y le sirven de cómplices y testaferros. Esta atmósfera hará más pesada la labor de los empresarios genuinos. De esos que han logrado sobrevivir en medio de la hostilidad y el acoso gubernamental permanente.

Maduro se ha visto obligado por la necesidad de mantenerse gobernando a girar hacia posiciones menos ortodoxas. Lo hará en medio de piruetas extrañas y malabares. Invocando los principios marxistas, pero actuando como un capitalista feroz, sin pudor y sin principios. Fundará el capitalismo de sus amigotes.

Trino Márquez
trino.marquez@gmail.com
@trinomarquezc
Venezuela

CARLOS E. AGUILERA A.: UNA REVOLUCIÓN PATRIOTERA, NADA BOLIVARIANA

“En el régimen absoluto, el poder autorizado no tiene, no admite límites. La voluntad del déspota es la ley suprema” SIMÓN BOLIVAR.

Con ingenuidad, los teóricos de la modernización suponían que las nuevas sociedades se caracterizarían por la separación tajante entre religión y política. Para decirlo bíblicamente, creyeron que el reino de este mundo se independizaría del reino de los cielos. Obviamente ello no significaba la negación de la religión como opción personal, sino que las decisiones acerca de lo público ya no se tomarían de acuerdo a preceptos religiosos y que el Estado no tendría una doctrina oficial.

Por ello, en general en el mundo y en particular en nuestro país, sería inconcebible a esta altura de la historia suponer que, para asegurar el acceso al cargo, un futuro mandatario tuviera que intercambiar París por una misa. Por ello también, venimos observando desde hace tiempo la apelación a las ceremonias ancestrales en los actos políticos, más como una expresión de inclusión cultural de grupos tradicionalmente marginados como un retorno a épocas remotas.

Las escenas del gabinete gubernamental venezolano reunido en rezo colectivo en la plazas públicas y encabezado por personeros del régimen, dejan ver una de dos cosas: que el Estado no es laico o que se utiliza la religión como un instrumento político. Si es lo primero, entonces habría que preguntarse de qué proceso revolucionario se habla, cuando se supone que este debía llevar a su máxima expresión la tendencia a la secularización de la sociedad y del Estado. Si es lo segundo, entonces hay que darles la razón a quienes emplean el ambiguo término de populismo para calificar a estos regímenes. En cualquiera de los casos, el mensaje que transmiten los personeros del régimen chavista, es que el futuro político de la revolución depende de la participación social y obviamente mucho más que de las instituciones.

A muchas personas sorprendió, que lo más granado de la izquierda celebró una misa ecuménica por la salud del entonces comandante Presidente. Que la convocatoria la hizo un partido que sigue a un mesías, lo que permite interpretar, que estamos viviendo en una revolución mística, que se manifiesta con canciones patrioteras que hablan de sacrificio, martirio y no se cuantas cosas más.

Ya lo señalaba el extinto Senador Jorge Olavarría en su histórico discurso de orden pronunciado en el Congreso Nacional el 5 de Julio de 1999, cuando con voz cargada de inocultable molestia por la situación que ya en inicios del gobierno presidido por Hugo Chávez, comenzaban a aflorar.

En aquel entonces sentenció crudamente (sic):

“Los hechos de hoy plantean ante la conciencia moral de los venezolanos de hoy la obligación de hacer algo por lo que hoy amenaza la esperanza de cambiar lo que hay que cambiar, pueden hacer y van a hacer retroceder a Venezuela a un ayer, cuyos atavismos de violencia están latentes, y sólo falta alguien que los despierte. Y alguien los está despertando.

Esa debe ser la valentía de los venezolanos que tienen que ser valientes en el siglo XXI. Para ellos, los venezolanos que hoy y ahora tenemos alguna responsabilidad, debemos tener, hoy y ahora, el valor y la decisión que se necesitan para enfrentarse a la orgía de insensatez demencial que nos empuja hacia atrás. Que nos lleva a desandar caminos andados, que nos induce a repetir errores cometidos.

Si los venezolanos nos dejamos alucinar por un demagogo dotado del talento de despertar odios y atizar atavismos de violencias, con un discurso embriagador de denuncia de corruptelas presentes y heroicidades pasadas, el año entrante Venezuela no entrará en el siglo XXI. Se quedará rezagada en lo peor del siglo XX. O retornará a lo peor del siglo XIX”

Una indudable premonición de lo que a lo largo de estos largos 22 años, ha venido padeciendo el pueblo venezolano.

Si existiera un poco de rubor, el color encendido que la vergüenza asoma en el rostro, habríamos de creer que se le debería pedirle disculpas al pueblo venezolano, por este acto inicuo que nos deja mal parados ante la faz del planeta. Pero esto es como pedir “peras al olmo”...

La Venezuela maravillosa revestida de paz y de bonanzas de pronto se ha visto seriamente comprometida y afectada con tantos escándalos y exabruptos, muchos de los cuales fueron denunciados aspirando a ser corregidos pero que, a la postre, han sido entorpecidos, silenciados, y acallados con cobardes acciones y atentados contra los derechos humanos y de libertad de información. Una orgía de desaciertos contra la dignidad de un pueblo, al que se le pretende involucrar en la llamada revolución marxista, socialista (sic) y mal llamada bolivariana, con mensajes subliminales en la red comunicacional del Estado, con cánticos y loas a su líder máximo,hoy por hoy dirigiendo los destinos del país a control remoto, desde el infinito silencio sepulcral, en el cual “Chávez vive y la lucha sigue”.

Carlos E. Aguilera A
careduagui@gmail.com
@_toquedediana
Miembro fundador del Colegio Nacional de Periodistas (CNP-122) 
Venezuela

JUAN GUERRERO: ¿ESTÁ MEJORANDO VENEZUELA?

En los últimos meses se ha estado generalizando la falsa afirmación según la cual el país se encuentra en una situación socioeconómica mejorada. Esto porque se ha visto una proliferación de pequeños emprendimientos en el área de alimentos, básicamente, con los denominados ‘bodegones’ que son pequeños abastos donde se vende gran cantidad de productos importados a precios dolarizados.

Esa proliferación se observa en todas las regiones del país al igual que la venta de vehículos importados y de la denominada ‘línea blanca’, así también de locales donde se venden teléfonos celulares de última generación.

Este escenario, junto con un despliegue de información y propaganda del régimen (utilizando periodistas ‘palangristas’ e influencer) han creado la falsa imagen de un país que está saliendo de la podredumbre socialista donde se encuentra desde hace poco más de 15 años.

Los estudios estadísticos, las investigaciones de campo adelantadas por organizaciones profesionales dedicadas a la observación y progreso de las sociedades, entre ellas la Agencia de las Naciones Unidas para la Alimentación, FAO, la Agencia Internacional para las Migraciones, ACNUR, el Informe Bloomberg de asesoría financiera (indica que Venezuela se ha convertido en una ‘economía de bodegones’), así como el Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Católica ‘Andrés Bello (Encuesta Nacional de Condiciones de Vida), señalan que Venezuela se encuentra entre las últimas naciones del mundo en progreso humano, violación sistemática de los derechos humanos fundamentales, corrupción institucional generalizada, entre otros.

Los índices estadísticos de las Naciones Unidas (FAO) indican que Venezuela representa la cuarta crisis alimentaria mundial. Los índices de pobreza acumulada sobrepasan el 94% mientras la pobreza extrema se sitúa en 74%. La pobreza crítica en la población infantil, según datos de la agencia de las Naciones Unidas para la Infancia, UNICEF, alerta que poco más de 3 millones de niños de hasta 5 años ‘necesitan con urgencia asistencia alimentaria y humanitaria’. Por otra parte, el 37% de los jóvenes, entre 15 y 17 años, no estudian ni trabajan. La migración venezolana, estimada según las agencias internacionales, sobrepasa los 6 millones de seres humanos, colocando a Venezuela en el segundo país con mayor número de migrantes en el mundo después de Siria.

El irrespeto del régimen totalitario de izquierda instalado en Venezuela viola constantemente los derechos de los trabajadores venezolanos, imponiendo en la práctica los denominados ‘salarios de hambre’ en los sectores más emblemáticos, como los de la salud y la educación.

Grave y dramática es la situación de las pensiones de los jubilados a quienes se les hace imposible acceder a la llamada ‘canasta alimentaria’, cuyo costo sobrepasa los 400$ mientras devengan en promedio 10$ al mes.

Por otra parte, los servicios primarios: agua, electricidad, gas doméstico, teléfono, aseo e internet, se encuentran desde hace poco más de 12 años sin capacidad operativa e imposibilitados de atención para mantenimiento preventivo ni correctivo. De ellos el sistema eléctrico nacional se encuentra en las peores condiciones: subestaciones eléctricas sobrecargadas, torres y sistemas de transmisión en precariedad evidente. Todo ello hace que constantemente el suministro eléctrico nacional colapse y sea necesario suspender el servicio en extensas zonas del país, en promedio de 4-6 horas diarias.

¡No! Es falso que Venezuela se encuentre mejor y su economía esté recuperándose. ¡No! Es mentira que el régimen totalitario de izquierda radical adelante soluciones reales, tangibles, efectivas y eficaces para mejorar las condiciones de vida de la sociedad venezolana. Ejemplo de ello es el resultado de la evidente violación de los derechos de los profesores, personal administrativo y obrero de las universidades, a quienes se les ha desmejorado en sus condiciones de vida por sueldos y beneficios contractuales notoriamente insuficientes y violatorios de la normativa jurídica establecidos en la Constitución Nacional.

¡No! En Venezuela la diaria y sistemática violación de los derechos humanos básicos, por acción u omisión del Estado, las dramáticas condiciones de vida y la evidente censura a los medios de comunicación, han generado un caos generalizado donde el país y la república, de hecho, no existen. Donde se ha impuesto, de hecho, la violencia del régimen para ocultar la verdad de esta tragedia nacional

Juan Guerrero
@camilodeasis  
Venezuela

LEANDRO RODRIGUEZ: ¿HAY O NO HAY OPOSICIÓN?

En términos prácticos no hay oposición en Venezuela, la que se deja apreciar en las distintas redes sociales y medios de comunicación secunda todo lo que el chavismo propone. Siendo objetivos, una oposición debe “oponerse”, no apoyar lo que su “enemigo” plantea, sobre todo cuando dichas acciones violan flagrantemente la ley, la democracia.

Tampoco hay oposición orgánica, de partidos, pues las instituciones públicas psuvizadas solo prestan atención a las organizaciones que el TSJ o el CNE impuso directiva, sin embargo, prontamente veremos el simulacro de unas primarias dizque opositoras, en las que saldrán “electos” los personeros que el régimen decida, así de sencillo.

Los líderes políticos quienes no han secundado lo planteado por el chavismo han sido apresados, inhabilitados o exiliados. Aunque a muchos no les guste, María Corina Machado desde hace mucho tiempo supo descifrar al chavismo, por eso los encaró tempranamente, así como también encaró a la supuesta oposición colaboracionista… errores por supuesto ha cometido, pero en nada mella su clara posición contra el castrismo venezolano. Lo propio podríamos opinar de Ledezma quien, más allá de su pasado partidista, también ha sabido encarar al régimen, por eso lo destituyeron, inhabilitaron, apresaron.

Simonovis no ha sido político, pero el régimen le arrebató más de una década de su vida encarcelándolo injustamente, según organizaciones de derechos humanos y la confesión del juez que presionado tuvo que sentenciarlo. Tan es así, que los asesinatos de aquel 11 de abril de 2002 aún están impunes, sin investigar. Simonovis forma parte grupo que, sin lugar a dudas, podríamos identificar como opositores reales al régimen.

Estimado lector, probablemente no le guste estos nombres, pero es muy clara la diferencia entre quienes se prestan para los escenarios (y hasta discursos) que prefabrica el régimen - con sus reglas, condiciones, leyes e instituciones - con quienes han sabido decir que no a esos escenarios irracionales como elecciones en condiciones absurdas o diálogos dónde el régimen es el único que impone. Hay muchos otros con esta clara postura, pero no quisiéramos comprometerlos sin antes, al menos, ver posturas públicas por pare de ellos.

A todas estas figuras opositoras reales debemos sumar la inmensa mayoría de los venezolanos de a pie, al menos 80% de la población que espera una orientación, una guía, un liderazgo que marque la ruta real. También agregue los liderazgos de los distintos gremios, organizaciones sociales y de todo tipo que desean un cambio de 180° en la conducción del país.

Debemos estar muy claros, muy probablemente Estados Unidos y la comunidad internacional suavicen sanciones con miras a levantar la producción petrolera de Venezuela, esos recursos en nada beneficiarán a los venezolanos, serán recursos destinados a fortificar controles, racionamientos, represión, castración de derechos, libertades y todo cuanto sea útil al castrismo venezolano para continuar reteniendo el poder al margen de la ley, de la democracia.

Así es, ese aligeramiento de sanciones no redundará en incremento de nuestra calidad de vida pues, la Venezuela de hoy, post sanciones, es exactamente la misma de la Venezuela antes de sanciones, a decir: Con caos en los servicios públicos, Pdvsa quebrada, inseguridad, inflación, etc. son problemas más longevos que las sanciones internacionales.

El problema para usted, para mí, jamás han sido los recursos del Estado, sino el proyecto de imposición del castrismo en nuestro país, donde el debilitamiento de la sociedad a través de sus necesidades básicas, sus derechos y libertades son las herramientas para debilitar y controlarnos, además de la violencia institucionalizada. De allí que la oposición real venezolana debe estar muy clara y ser muy gallarda… con agenda propia. 

Leandro Rodríguez Linárez
leandrotango@gmail.com
@leandrotango
Venezuela