domingo, 9 de mayo de 2021

ACTUALIZACIÓN DE EL REPUBLICANO LIBERAL: DIARIO DE OPINIÓN, http://elrepublicanoliberalii.blogspot.com/ DOMINGO 09/05/2021

 





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BEATRIZ DE MAJO: LA EXCUSA PERFECTA PARA EL VANDALISMO. COLOMBIA EN CAPSULAS

La reforma de la Ley del Impuesto sobre la Renta era la excusa perfecta para convertir a Colombia en un polvorín. Lo han logrado y los destrozos no alcanzan solo a la propiedad privada y a los negocios. Para esta hora son 25 los colombianos caídos y más de 700 heridos en las calles de las ciudades inflamadas por la violencia. 

Tiene sentido que haya molestia y desazón en el país por los enormes problemas sociales y económicos que lejos de resolverse se han profundizado durante el actual gobierno. Las razones aducidas no son válidas, ni siquiera su sumatoria : ni el drama sanitario ocasionado por la pandemia del COVID, ni el flujo desmedido de refugiados venezolanos, ni el recrudecimiento de la inestabilidad protagonizado por la guerrilla y por el narcotráfico, ni los desórdenes provocados en la frontera del Arauca, ni la inflación rampante.
 
Es cierto que el gobierno de Iván Duque ha tenido que actuar como prestidigitador, con muchas pelotas en el aire desde que le pusieron en las manos el Palacio de Nariño, pero ello no lo excusa de haber permitido que la situación del país se deteriorara y que la calidad de vida retrocediera tan aceleradamente.
 
Los destrozos y las muertes que se han visto en las calles como consecuencia de la convocatoria a paro no tienen correspondencia alguna con el hecho que las origina. Un proyecto de reforma tributaria por extemporáneo, por inconveniente y por injusto que sea, no es motivo suficiente para desordenar el país y producir un mayor descalabro en el momento en que Colombia necesita mayor calma.
 
Lo que ocurre es que esta equivocación de la administración de Duque de proponer un nuevo articulado para la Ley del Impuesto sobre la Renta ha sido muy bien utilizado como disparador para alimentar el descontento general. De lo que se trata es del aprovechamiento vil de la inconformidad colectiva en favor del caos, porque el caos siempre genera beneficios a quienes saben extraer proventos de él. Convertir en indignación y hartazgo la explicable decepción de muchos por la falta de avance en la solución de los problemas nacionales redunda en lo que hemos estado presenciando a través de la manipulación de las masas: desórdenes en los que son maestros los líderes de las izquierdas radicales que han ido cogiendo cuerpo y ocupando espacios en la tierra vecina. Es lo que llaman los filósofos franceses pro-totalitarismo la“Teoria de la Deconstrucción”
 
El primer paso es cortar el flujo de la normalidad de un país con hechos violentos que inciden en la vida cotidiana. Se detienen los servicios de transporte, se siembra en la población el temor de salir a la calle, se impide el funcionamiento de los colegios. En dos platos se obstaculiza el funcionamiento normal de la sociedad como hicieron en Chile a fines del 2020.
 
De seguidas se inocula una mayor dosis de odio y de inconformidad de la población hacia las instituciones y sus representantes al utilizar la arenga pública para explicar cómo el levantamiento poblacional no es solo producido por la reforma tributara sino que lo alimenta la pobreza, la desigualdad, el caos sanitario, la carestía de la vida.
 
Al fin, la meta es el desprestigio de las fuerzas del orden encargadas de contener el vandalismo y hacer retornar las ciudades a la normalidad. Hoy por hoy los uniformados colombianos no pasan de ser perversos represores.
 
El caos colombiano no se va a detener. El desorden seguirá pasando a más, y continuará siendo motorizado por una descolocada izquierda que tiene en la mira las elecciones del 2022. En menos de dos semanas una nueva convocatoria incluirá igualmente al componente indígena, otros de los grandes olvidados del devenir colombiano.
 
El fin último de todo esto es sintonizarse con las angustias de las gentes pero hacerlo de manera perversa.
 
Lo que le toca hacer al gobierno, a la institucionalidad y a los partidos del centro y derecha, así como a la prensa, los empresarios y a otras fuerzas vivas del país es restablecer pronto la vida ciudadana basada en el Estado de Derecho. Y en segundo lugar, conseguir fehacientes pruebas de evidencien que los operativos desestabilizadores vienen de los extremistas, del exterior además, y probar quienes financian, asesoran o participan del proyecto de sembrar el caos.
 
Sentarse a negociar la Ley que ya fue retirada no rima a nada.
Beatriz De Majo
bdemajo@gmail.com
Venezuela – España 

CARLOS ALBERTO MONTANER: BUKELE CONTRA EL BARÓN DE MONTESQUIEU

Nayib Bukele, el joven presidente de El Salvador, la república más pequeña de América Latina, lleva algo más de dos años en el poder. Tiene, se dice, el 90% del apoyo popular de su país. Fue elegido en febrero del 2019. Es un hombre joven que le puso fin al bipartidismo. Durante treinta años parecía que la nación políticamente se sostenía sobre ARENA (derecha) y el FMLN (izquierda). Los primeros 20 años fueron de ARENA. Los últimos 10 fueron del FMLN. 

En las elecciones recientes del domingo 28 de febrero del 2021 Bukele obtuvo 56 diputados de un total de 84. El Salvador tiene un sistema legislativo unicameral. Cuando se le suman los 5 de GANA, el partido aliado, se obtienen 61 diputados. Impresionante. ARENA pasó a apenas 14 y los comunistas del FMLN a sólo 4. Es verdad que sólo votaron la mitad de los inscritos, pero los que no sufragan en unos comicios abiertos y transparentes, como los de El Salvador, convalidan con su no-presencia lo que aconteció en las elecciones. A esa notable victoria se une el éxito en las alcaldías. El partido Nuevas Ideas de Bukele también arrasó. Prácticamente en todas las cabeceras departamentales (13 de 14) y en los municipios que forman el Área Metropolitana de San Salvador (12 de 14) cayeron en la zona bukelista. 

Bukele cumplirá 40 años el próximo julio. Sus adversarios lo acusan de ser un “populista antisistema”. Hay algo de eso. El populista es una variante muy vistosa del demagogo de siempre, aunque, en su caso, tiene algunas peculiaridades que lo distinguen. Su paso por la presidencia ha servido, por lo pronto, para eliminar la peregrina idea de que los salvadoreños simpatizaban con la izquierda. Lo que, mayoritariamente, no simpatizan es con el status quo. Esos cientos de miles de salvadoreños que tienen dificultades para llegar a fin de mes, porque no les alcanza el salario, piensan que Bukele hará justicia y les devolverá lo que les han robado los políticos y la clase dirigente de siempre. 

¿Tendrá éxito Nayib Bukele? Es posible que estemos ante el caso de un gran vendedor con conocimientos de publicidad y mercadeo. Ojalá, pero es muy difícil transformar un país como El Salvador, tradicionalmente subdesarrollado. Toma mucho tiempo. Generalmente, si le sopla el viento en la popa, treinta o cuarenta años. Eso fue lo que le tomó a los “dragones” o “tigres” asiáticos, eso fue lo que demoró la propia China. La clave está en las inversiones extranjeras, hasta que se acumule suficiente capital nacional, y ésas llegan si hay un clima de sosiego en el país. 

No se trata del tamaño de la nación. Grosso modo, El Salvador tiene el tamaño y la población de Israel. Es la gente, pero también la circunstancia. Recuerdo cuando Daniel Ortega afirmaba que su vocación era crear una Suecia en Nicaragua, y yo me preguntaba, en voz muy baja, para que nadie me oyera,  dónde estaban los Volvo, los Saab y las Ikea para lograr esa hazaña. O dónde estaba la ley de patentes para construir un tipo de sociedad que fuera capaz de ponerse a la cabeza del planeta cobrando royalties generados por las invenciones locales. 

Además, tal vez no sea inteligente fagocitarse el Poder Judicial salvadoreño, aún cuando sea legal, incluso cuando deja mucho que desear. Charles-Louis de Secondat, el famoso Barón de Montesquieu, autor de El espíritu de las leyes, una obra que jamás ha dejado de publicarse, pese a que la primera edición data de 1748, recomendó algo esencial para salvaguardar las repúblicas: la separación de poderes. Ya Nayib Bukele había conquistado el Parlamento en las últimas elecciones. ¿Tenía sentido apoderarse también del Poder Judicial? 

No lo creo. Hay que aprender a gobernar bajo la atenta mirada  de los jueces. Jean–Jackes Rousseau no tenía razón. La voluntad de la mayoría no es suficiente. En Estados Unidos me parecía ejemplar que 60 jueces, republicanos y demócratas, liberales y conservadores, examinaran las pruebas de otros tantos pleitos, y no hallaran rastros de la fraudulenta conspiración que denunciaban los partidarios de Donald Trump, incluidos los jueces de la Corte Suprema, nombrados por él a bombo y platillo. Una cosa es la realidad y otra muy diferente la fantasía. 

Hay que advertirlo otra vez: el Poder Judicial independiente es esencial en cualquier Estado de Derecho. La mayoría, aunque sea inmensa, no tiene derecho a imponer la esclavitud o la servidumbre a otras razas, géneros o “clases”. Las repúblicas se caracterizan por imponer límites materiales a los ciudadanos, especialmente si han sido encumbrados mediante comicios libres y abiertos, y por controlar a los gobiernos. No hay nada que inspire más respeto que un juececillo armado de una sentencia conforme a derecho contra un poderoso. La separación de los poderes es clave para el normal funcionamiento de la democracia. Montesquieu tenía razón. Rousseau estaba equivocado.

Carlos Alberto Montaner

montaner.ca@gmail.com

@CarlosAMontaner

Cuba- Estados Unidos-España

ARIEL PEÑA: SINDICALISMO Y ANTICOMUNISMO

Por ningún motivo el sindicalismo democrático que todavía existe en Colombia, debe recibir orientaciones de grupos o partidos políticos marxistas abiertos o furtivos; en vista de que la doctrina comunista es liberticida y está en las antípodas del pluralismo, pues los seguidores de esa secta se consideran predestinados para avasallar al resto de ciudadanos, de ahí que en las protestas hay que dejar en claro, que las luchas sociales no son patrimonio de ningún sector político e ideológico, ni tampoco pertenecen a candidaturas presidenciales izquierdistas o a proyectos políticos totalitarios, por esa razón el sindicalismo libre debe condenar los actos terroristas y vandálicos que han ocurrido en los últimos días en Colombia, agenciados por bandas narco-comunistas como el Eln, las Farc y colectivos chavistas, entre otros.
 
No se puede olvidar que Lech Walesa y Ronald Reagan sepultureros del comunismo en Europa oriental con la caída del muro de Berlín y la debacle de la URSS, tenían origen sindical, siendo el primero presidente del sindicato polaco Solidaridad y Reagan fue presidente del sindicato de actores de Hollywood, lo que demuestra el anticomunismo de estos dos artífices del derrumbe del totalitarismo en el viejo continente y que además fueron presidentes de sus respectivos países; en razón de lo cual históricamente el sindicalismo ha tenido un talante anticomunista desde la Primera Internacional de los trabajadores, puesto que en esa organización del siglo XlX fueron rechazados los sofismas de Karl Marx por parte de los obreros dirigidos por Bakunin y Proudhon.
 
Los integrantes del marxismo en todos sus pelambres, les debería dar vergüenza hablar acerca de que la ideología de los trabajadores es el comunismo, resaltando que los connotados lideres libertarios antes mencionados le propinaron hace 150 años una humillante derrota conceptual e ideológica a Karl Marx, quien pretendía mediante el Estado crear una esclavitud política en contra de los obreros, de ahí que el marxismo fue definido por loa anarquistas como una patraña burocrática de engaño al proletariado, que se fundamentaba en el absolutismo y la crueldad.
 
Marx con sus dogmas estatistas, burocráticos y embrutecedores, buscaba que el Estado fuera un especie purgatorio para los trabajadores, por eso la narrativa de que el marxismo es la doctrina que deben de seguir los sindicatos es un embuste, debido a que la historia así lo ha demostrado, porque también con los dogmas de Marx se han montado dictaduras oprobiosas como las de Pol Pot, Stalin, Lenin, Mao Zedong, Kim il Sung, Ho Chig Minh y Fidel Castro que le han regalado a la humanidad alrededor de 140 millones de asesinatos que comenzaron con el golpe bolchevique en Rusia hace 103 años, amén de la creación de monarquías como las de Cuba y Norcorea.
 
Al comunismo en toda su historia no le ha interesado el bienestar de las masas, porque lo que pretende es mantener y reproducir la miseria como condición necesaria para que el Estado comunista represivo y burocrático perdure eternamente, por eso el sacrificio de los mártires de Chicago ocurrido en 1886 quienes eran libertarios y en cuya memoria se conmemora el Primero de Mayo es la antítesis del marxismo que aplasta la libertad individual, para montar nomenclaturas infames, cuyas élites parasitan con el
 
Estado oprimiendo a los pueblos y convirtiéndose en las burocracias más corruptas que hay sobre la tierra, pues al ser dictaduras no tiene ningún control.
 
La legalidad de las luchas sociales, que deben de ser lideradas por los sindicatos, especialmente, se tiene que basar en la solidaridad rechazando la infiltración de grupos terroristas marxistas leninistas, así pues estas bandas buscan utilizar la protesta para desarrollar sus aviesos planes, en vista de que como seguidores del adefesio marxista leninista pretenden tener a obreros, campesinos y a la ciudadanía en general de herramientas para satisfacer sus apetitos, recordando que el comunismo totalitario ha sido el peor enemigo de los pueblos, desde que existe.
 
El Cristianismo Católico ha sabido responder a los desafíos que de manera abyecta a impulsado el comunismo totalitario en el movimiento de los trabajadores, comenzando por el papa León Xlll quien el 15 de mayo de 1891, promulgó la encíclica Rerum Novarum, fundamento de la dignidad de los trabajadores, en ella se muestra el carácter social de la Iglesia, al apoyar incondicionalmente a los sindicatos, rechazando la acumulación desmedida de capital y repudiando la perfidia del comunismo totalitario.
 
De acuerdo a lo expuesto, sería importante que en Colombia apareciera una candidatura presidencial anticomunista para el 2022, y así fortalecer el debate ideológico y disipar ambigüedades doctrinarias que en nada ayudan a la democracia y a la libertad.
 
Ariel Peña
arielpena49@yahoo.com
@arielpenaG
Colombia

CARLOS BLANCO: ¿PUEDE LA DEMOCRACIA SOBREVIVIR?

1.- No resulta muy útil emplear demasiado tiempo en considerar lo que hubiera podido pasar si no se toman –o si se toman– determinadas decisiones. Lo que ha podido pasar es cualquier cosa, incluida la que ocurrió. De tal modo que no tiene sentido lógico, histórico y metafísico, hacerlo, porque siempre es una queja recubierta de llanto, en el tono de lo que pudo haber sido y no fue; lamento que cuadra en la voz del Inquieto Anacobero, Daniel Santos.

2.- Pese a toda esa prevención, siempre es ilustrativo hacer ejercicios retóricos de esa naturaleza para colocarse frente a situaciones complejas. Es criterio generalizado que Carlos Andrés Pérez fue un demócrata íntegro, que resignó el mando ante la decisión de la Corte Suprema de Justicia en 1993 y aceptó las consecuencias policiales, judiciales y políticas de esa decisión. Todo el mundo sabe que esa fue una oscura maniobra del fiscal y los magistrados de la CSJ, en el ambiente envenenado de entonces, con “notables” y oligarcas al mando. Pero, CAP, el demócrata, aceptó la decisión aunque, como augur, anunció las consecuencias que se padecerían.

3.- Pensemos qué habría pasado si CAP hubiese escogido rebelarse contra la maloliente e indecente tramoya: tal vez habría sido recordado como el autócrata aferrado al poder; el autoritario que violó las reglas de la democracia; el que habría traicionado su trayectoria, bla, bla, bla. ¿Habría seguido la democracia? Digamos, después de Caldera, ¿habría continuado con otro prócer civil y otro y otro?

4.- En la segunda presidencia de Caldera, en la primera mitad de su período cuando la izquierda que lo había apoyado pesaba más y estaba el rifirrafe con el Congreso dominado por la oposición, hubo varios de sus partidarios que pedían un “fujimorazo” (la disolución del Congreso) para poder realizar la obra de gobierno, a lo cual Caldera se negó. Después que adoptó las políticas de CAP con el apoyo de Acción Democrática (y del Congreso), esas presiones se desvanecieron, Caldera hizo su gobierno sin “fujimorazo” y terminó siendo bastante impopular, aunque también demócrata a carta cabal.

5.- Casos opuestos hay muchos. En Perú, después de disolver el Congreso y convocar elecciones, Fujimori alcanzó cotas de popularidad altísimas. Por su lado, estos días, Bukele se tiró una apuesta autoritaria al usar su mayoría parlamentaria para destituir al fiscal y a los miembros de la Sala Constitucional del máximo tribunal de El Salvador. Las maromas constituyentes y constitucionales de Chávez y de Maduro son conocidas.

6.- Estos ejemplos, arbitrarios, disímiles, con personajes incomparables entre sí, solo tienen la intención de mostrar una tensión entre la sobrevivencia de la democracia y los recursos autoritarios empleados (o no empleados como en los casos de CAP y Caldera), que colocan una gran interrogante sobre este sistema político. Mientras todo el mundo juegue el mismo juego, no hay problema: hay los estira-y-encoge naturales que flexibilizan los músculos del sistema y lo mantienen alerta; cada participante conoce sus límites, sofrena sus bríos de rebasarlos y si alguien lo hace, las instituciones de reconocida legitimidad lo reconvienen.

7.- Sin embargo, cuando en el juego hay quienes quieren controlar el poder por las buenas o por las malas, con respaldo popular muchas veces, los gobiernos democráticos carecen de defensas apropiadas; la legitimidad de sus instituciones y de sus acciones no basta. Se convierte la democracia en un orden extremadamente débil que si se defiende, yerra, y si no se defiende, también.

8.- Cuando ha habido democracias fuertes y son atacadas por quienes quieren destruirlas, las obligan a desnaturalizarse. Así ocurrió cuando Fidel Castro y su gente se montaron con grupos locales a promover guerrillas; no lograron destruir las democracias pero sí las obligaron a desfigurarse, al menos por períodos, con violaciones mayores o menores a los derechos humanos y políticos. Cuando estos sistemas están debilitados, como en muchos países en América Latina y el Caribe, sus enemigos casi siempre ganan: o las capturan desde adentro o las deslegitiman al hacerlas responder con la represión que siempre será rechazada.

9.- Estos rodeos y alusiones están toreando una duda fundamental que es el título de la nota: ¿pueden las democracias sobrevivir a la impopularidad? Lo que se ve en la región, ¿no será la larga marcha a un destino opaco, de libertades administradas desde arriba por autoritarismos que se volvieron necesarios? ¿El apoyo de las masas será a costa de la ruina de las instituciones del sistema?

10.- En Venezuela, ¿podrá recuperarse la libertad sin “mano dura”? ¿No habrá un período de transición no democrático para llegar a la democracia? ¿Cómo será la historia con los colectivos, las guerrillas, el narco, los Coquis y otros de similar pelaje y armamento? Quien no se plantee estas preguntas no se plantea, en serio, la transición.

Carlos Blanco
carlos.blanco@comcast.net
@carlosblancog
Venezuela – Estados Unidos

ANTONIO JOSÉ MONAGAS: “O TE SOMETES O DESAPARECES”

El ejercicio de la política, casi ha defenestrado el concepto de “política”. De hecho, su sentido se ha degenerado entre la abulia y la indolencia que de forma consecutiva ha servido a su praxis para retrogradar su importancia. La conducción de los asuntos públicos, se tornó en un verdadero desorden donde la estupidez, la ignorancia, el egoísmo y la envidia se convirtieron en recursos para dominar desde  el poder que endilga la política en sus cursos de acción. 

Por eso no ha sido difícil inferir cómo las ideologías políticas se desprestigiaron en el tiempo histórico. Ni siquiera la teoría política que, en su momento le infundió significado al socialismo engendrado con base en el pensamiento de Engels y Marx y que luego presumió ponerlo a prueba el dictador José Stalin, alcanzó a ocupar el lugar que las ciencias política y social guardaban para la aludida ideología. 

Tampoco funcionó debidamente para el liberalismo, inspirado en el ideario de Jean Jacques Rousseau. Pareciera entonces que las ideologías políticas, no convencieron totalmente. Sobre todo, aquellas que distorsionaban las libertades a partir de valores que poco o nada adecuaron las actitudes humanas a exhortar comportamientos de honestidad, solidaridad, respeto y dignidad. 

De manera que el concepto de política se tergiversó en detrimento de lo que configuran sus elementos. Particularmente la que a juicio de Hannah Arendt, resulta de mayor injerencia en el terreno de la política. Y que se halla representada por el “pluralismo”, concepto éste que remite a la “diversidad política”. A su vez, asociada con la “tolerancia” en tanto que valor moral. 

Pero más allá de una crisis de ideologías como la que ha afectado al mundo luego de la segunda Guerra Mundial, está ocurriendo una crisis de sociedad. La sociedad abierta se ha impuesto a la sociedad cerrada o confinada por el ejercicio de la política que sólo ha servido para camuflar asquerosas prácticas sociales y políticas asquerosas dada su infección de impudicia que las deformó. Así se tiene el desfachatado ejemplo del socialismo del siglo XXI llevado de la mano por el resentimiento de sus operadores. 

El caso Venezuela

Haber pretendido fraguar el socialismo del siglo XXI en Venezuela, dio al traste importantes proyectos que, de alguna forma, comenzaban a mostrar resultados. Aunque modestos, apuntaban a definir un país fundamentado en las capacidades formadas en sus universidades y centros de alta profesionalización. Y en las  potencialidades configuradas por la onda de industrialización que venían acoplándose y alineándose con la dinámica de un país que mostraba vigor y pujanza en su crecimiento. 

Pero todo fue zarandeado por un discurso que se sirvió del poder que la corrupción le brindaba al ejercicio de la política para cundir cuanto estamento institucional podía. En consecuencia, inspirado equivocadamente el ejercicio de la política en las presunciones de una ideología que ya se mostraba agotada toda vez que no atendió las lecciones de la historia política mundial contemporánea, degeneraron en tramadas conspiraciones que arruinaron al país en casi toda su extensión. 

Todo así se confabuló. Gracias a los postulados disgregadores que le dieron forma al mal llamado “socialismo del siglo XXI”. Es así que a sus pretensiones, se le endilgó el remoquete de “revolución”. Aún cuando a decir de algunos observadores, eso de “revolución” no ha sido otra cosa distinta que la perversa conjugación de elementos de perversa composición. Fueron y continúan siendo “dinero, poder y odio” lo que ha permitido la manipulación de ideas, promesas y hechos.

No hay duda que el susodicho socialismo del siglo XXI, ha sido una cruenta pesadilla que ha durado demasiado. Sus víctimas han sido sindicalistas, profesores universitarios, empresarios, comerciantes, militares, activistas políticos demócratas y periodistas, particularmente. Muchos de ellos, asesinados. Otros, torturados, presos políticos, perseguidos, coaccionados, robados, extraditados, inhabilitados, humillados, exiliados, apaleados y expropiados, principalmente. 

Las promesas incumplidas o deudas sociales de tan desvirtuado socialismo, superaron los límites de la “sorpresa cáustica”, dado el número a que las mismas llegan. El socialismo del siglo XXI, además de haber logrado elevar a Venezuela como el país de mayor miseria a nivel mundial, tan aberrante socialismo carcomió los cimientos de la institucionalidad democrática degenerando en la gruesa crisis que hoy corroe al Estado venezolano. Consintió la irrupción de grupos armados extranjeros lo cual es expresión de la extorsión y chantaje que le infunden al régimen la temeridad para actuar al margen de acuerdos internacionales de paz. Es decir, la sarcástica burla del concepto de “soberanía” y que la hace ver cual insolente y escueta “paradoja”. Esto ha funcionado para que  el régimen acentúe su condición de usurpador y pusilánime. 

Hoy, la desvergüenza tipifica a Venezuela. El índice de miseria es 6 veces mayor que el de Zimbabwe, un país situado en el África austral, inmerso en una pobreza de colosal magnitud. Y con un índice de desarrollo humano sumamente deplorable. 

Todo esto, condenó a Venezuela a un atraso jamás pensado. Podría decirse que la “somalizaron”. O sea, la convirtieron en una extensión de la empobrecida República Federal de Somalia. Tanto por la violencia desatada allá por motivos del terrorismo padecido, secuestro y delitos de variada tipología, como por los peligros que a diario se viven en el “Estado más fallido de África”. 

Aunque lo peor en Venezuela, no sólo pareciera no haberse alcanzado. Pero sí, el hecho de tener un régimen cuyo ejercicio de la política lo lleva a cabo sostenido por criterios que excluyen a quien se pronuncia en su contra pues el régimen ha vedado capitales libertades. 

Las ideologías parecieran haber servido para derruir situaciones. Así como para dividir familias. Para polarizar poblaciones. Para radicalizar determinaciones. Para urdir pretextos que valen cuales leyes de coyuntura. Por eso el mal nombrado “socialismo del siglo XXI” en Venezuela, ha sido razón para hacer útiles a tontos de vocación y a pícaros de oficio. 

Pero también, tan retorcido socialismo ha sido perspicaz al momento de atenuar sus pilladas, perversiones y fanfarronadas. Por tanto, ha buscado sustentar sus ejecutorias según el principio tiránico “o te sometes o desapareces”.

 

Antonio José Monagas 

antoniomonagas@gmail.com

@ajmonagas

Venezuela

ENRIQUE PRIETO SILVA: ¡EXPRESARNOS CON RESISTENCIA!

En comunicado de la nominada “Fuerza Pública en el Exilio” dirigido a la Sociedad Venezolana y Comunidad Internacional expresa: “Estimados Hermanos Venezolanos en tierra de Libertadores, y a nuestros connacionales que forzosamente están fuera de la Patria, las circunstancias nos obligan a viva voz, amparados en el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, a expresarnos en espíritu con Resistencia y en repudio a la más atroz y oscura tiranía, nunca jamás conocida en esta nación.”
 
Declaración que estimamos de máxima cordura, toda vez, que es lo que hacemos, quienes desde el 4 de febrero de 1992, hemos enfrentado a los “militaroides”, que en mala hora se convoyaron para intentar “salvar la República”, revirtiendo el hilo democrático con un intento de golpe de estado, que fue derrotado por las institucionales fuerzas armadas de entonces, que concebidas en la Constitución de 1961, asumieron su rol de “…asegurar la defensa nacional, la estabilidad de las instituciones democráticas y el respeto de la Constitución y las leyes…”, agregándole, que: “…cuyo acatamiento estará por encima de cualquiera otra obligación.”, bálsamo que obliga a reconocer la labor prestada por esta institución, cuyo rol democrático la ha obligado siempre a estar “al servicio de la República, y en ningún caso al de una persona o parcialidad política.”
 
Sigue en su comunicado “FUERZA PÚBLICA EN EL EXILIO”, expresando que: “…lamentablemente quienes hoy se presentan con el nuevo ropaje democrático, no son dignos representantes de las virtudes, que acompañaron a nuestros próceres de la independencia, pretenden acceder a las migajas convenidas con el más nefasto Régimen Criminal, podrán ser adjudicados simbólicamente como gobernadores y alcaldes, pero jamás podrán disponer de los recursos y el situado constitucional y el mismo poder político, pues los enemigos de la cosa pública, no se los liberarán, en pocas palabras, lo que tendréis, serán tan simples burgomaestres decorativos, que no podrán disponer del control efectivo del gobierno local ni regional, y te seguirán presentando ofertas engañosas, ayer estuvieron en la Asamblea Nacional, y no lograron cumplir, con lo que nos ofrecieron, y hoy nuevamente insisten en pedirte el voto para seguir en lo mismo,…”
 
Ante tales inquietudes manifiestas, quienes vivimos y padecemos los sinsabores de esa política del régimen que queremos cambiar, nos preguntamos: ¿Y hasta cuando tenemos que esperar en nuestro martirio, para que vengan los “otros” a liberarnos de este yugo antidemocrático? Entendemos y lo sabemos, que estos gobernantes usufructúan el poder deliberadamente en contra de las normas constitucionales, y quieren mantenerse gobernando durante todo el tiempo, pero hemos sido nosotros los
 
culpables de que esto sea así. Nos incluimos para que no nos incluyan con “ellos”, esos que califican de colaboradores del “más nefasto Régimen Criminal”, como lo hacen con quienes, no tan ciegos, se han dado cuenta como nosotros, que no podemos seguir esperando esa fuerza libertadora en la que muchos creen que vendrá a liberarnos, sino que hay que aprovechar cualquier oportunidad que se nos presente para tratar de cambiar el gobierno y a todos los poderes púbicos. Esta es una oportunidad, como ha habido otras.
 
Yerran los declarantes, al decir que “…la ceguera situacional nos impide ver en manos de quién estamos sometidos…” ¡No!, si sabemos quiénes son los gobernantes, que se iniciaron con el “comandante eterno”, que muchos apoyaron, y que fue electo presidente por una mayoría cercana al 60% de los votantes, muchos de ellos en el exilio. Estamos de acuerdo, en que es hora de despertar y levantar el ánimo; por eso creemos y tenemos fe en la esperanza de que saldremos pronto de este marasmo; pero para ello, no podeos perder oportunidades. Debemos aprovechar cualquier fisura que se nos presente, y este proceso electoral que se plantea, es una gran fisura. No podemos desconfiar del CNE porque lo integren unos u otros. No podemos imaginarnos “faunas políticas” para calificar a todos los políticos opositores del pasado. Ellos, como todos nosotros están convencidos del error de poner como bandera la abstención como fórmula de desacuerdo.
 
Ya sabemos que somos nosotros quienes tenemos que cambiar el ya derrotado régimen y la mejor oportunidad es la que se plantea, elecciones de gobernadores y autoridades municipales, preparando también, sin condición, el referendo revocatorio para el próximo año, de un presidente que esta allí por la misma terca abstención.
 
¡Sí! es necesario integrar la presencia de los empresarios, sindicatos, dirigencia universitaria, gremios profesionales, ONG, y toda la diversidad de los sectores de la vida nacional que aspiran vivir en libertad, incluso las diversas iniciativas en resistencia que están organizadas en el exilio, y que son vitales y necesarias, no podemos ser excluyentes, honremos nuestro sentir patrio, “la fuerza es la unión”, hay que dejar los personalismos a un lado, no es tiempo de caudillismos, es tiempo de resistencia, pero toda resistencia debe tener momento de utilizar la oportunidad para ganar espacio.
 
¡Es lo que queremos, resistir y luchar en todos los espacios y oportunidades!
 
¡No luchar por presumir la derrota es la antítesis del victorioso!
 
Enrique Prieto Silva
enriqueprietosilva@yahoo.com
@Enriqueprietos
Venezuela