domingo, 11 de octubre de 2020

ACTUALIZACIÓN, EL REPUBLICANO LIBERAL II, LUNES 12/10/2020


 
MIBELIS ACEVEDO DONÍS, RELOJES DETENIDOS
Unknown, EL REPUBLICANO LIBERAL II - 8 hours ago
¿Cómo abordar el problema de la desintegración social, la reparación y defensa de la cultura democrática en contexto que conspira consistentemente contra ella? ¿Cuánto importa construir y mantener una identidad política mediante un proceso discursivo coherente, y proteger ese espacio de las distorsiones que introduce el ethos autoritario? Los años de la Revolución de Octubre y su trienio dejan algunas lecciones al respecto. Se entretejen allí luces y sombras, sin duda. Un periodo abierto y cerrado por la siempre incierta vía de fuerza -el del 48 fue golpe ejecutado prácticamente p...
CARLOS RAÚL HERNÁNDEZ, …Y DIOS CREÓ ESA MUJER
Unknown, EL REPUBLICANO LIBERAL II - 9 hours ago
“Un caballero sólo defiende causas perdidas”. Borges Treinta etnias esclavizadas, aplastadas, se aliaron contra el régimen político más canalla de la humanidad: el imperio azteca o mexica, cuya religión pautaba lo que hoy llamamos genocidio, y los historiadores discuten si fueron 100.000 o 250.000 sacrificados. En horrendos días de 1486, asesinan 20 mil al dios del sol y la guerra, Huitzilopochtli. Los aztecas ejercían su sangriento dominio sobre 15 millones de rehenes. La capital, Tenochtitlan, una isla del lago Texcoco, cuyo centro urbano estaba en lo que hoy es el Zócalo de Ci...
TRINO MÁRQUEZ, NI MEDIA CLASE
Unknown, EL REPUBLICANO LIBERAL II - 9 hours ago
El auge de las clases medias en Venezuela fue uno de los símbolos más representativos de la acelerada transformación vivida por el país, al dejar de ser en un período muy breve una sociedad rural y convertirse en una sociedad urbana. Fue uno de los íconos de la modernidad y de los avances democráticos. Desde la muerte de Juan Vicente Gómez, en diciembre de 1935, hasta finales de la primera década del siglo XXI –con los avances y retrocesos del caso- la extensión y variedad de esas capas intermedias mostraban los principales cambios registrados en la nación. El reparto de la ren...
VÍCTOR A. BOLÍVAR, DE LA NUEVA CONSULTA Y EL COLAPSO COMO SALIDA
Unknown, EL REPUBLICANO LIBERAL II - 10 hours ago
“A partir de cierto punto no hay retorno. Ese es el punto que hay que alcanzar”. Franz Kafka. Desde luego que suena bien oír como lema que la presión interna es clave en la estrategia para celebrar elecciones libres y verificables que le pongan fin a la usurpación; pareciera una obviedad, pero esas palabras dejan de ser mero recurso retórico para ser una expresión rayana con una dimensión desconocida. Desde hace rato se percibe una desconexión entre la intencionalidad de la dirigencia política con la nueva consulta y lo que la calle siente, quiere y necesita. Ese planteamiento con...
LEANDRO RODRÍGUEZ LINÁREZ, UN SOLILOQUIO LLAMADO 6D
Unknown, EL REPUBLICANO LIBERAL II - 10 hours ago
El venezolano posee extraordinaria capacidad humorística, es trabajador, adaptable (más de lo necesario), pacífico, democrático, amante inquebrantable de la libertad, misma que viene incrustada en nuestro ADN… y es muchas cosas más, pero, como lo diría Arturo Uslar Pietro ¡no es pendejo! de eso no tiene un pelo. Tan es así que, en pleno boom petrolero, estando Chávez en la cresta de la ola de su populismo salvaje, el pueblo supo identificar lo que es permanente de lo transitorio u oportuno, es decir, lo bueno de lo malo. Siempre agradeció al oriundo de Sabaneta con votos toda vez ...
JESÚS ALEXIS GONZÁLEZ, DUMPING Y SUBVENCIONES: RUTA CHINA PARA LA DESAMERICANIZACIÓN.
Unknown, EL REPUBLICANO LIBERAL II - 10 hours ago
Resulta de interés, iniciar recordando que desde el 11 de diciembre de 2001cuando China se adhirió a la Organización Mundial del Comercio (OMC) cuyo sistema se fundamenta en los principios de la economía de mercado, fue catalogada como non-market economy (economía no de mercado) un estatus que históricamente ha pretendido modificar en favor de una economía de mercado socialista, un modelo con sustento marxista que enfatiza en el desarrollo de la fuerzas productivas combinando mecanismos de mercado y de planificación centralizada en aras de la construcción del socialismo teniendo c...



MIBELIS ACEVEDO DONÍS, RELOJES DETENIDOS

¿Cómo abordar el problema de la desintegración social, la reparación y defensa de la cultura democrática en contexto que conspira consistentemente contra ella? ¿Cuánto importa construir y mantener una identidad política mediante un proceso discursivo coherente, y proteger ese espacio de las distorsiones que introduce el ethos autoritario?

Los años de la Revolución de Octubre y su trienio dejan algunas lecciones al respecto. Se entretejen allí luces y sombras, sin duda. Un periodo abierto y cerrado por la siempre incierta vía de fuerza -el del 48 fue golpe ejecutado prácticamente por el mismo elenco militar que derrocó a Medina Angarita en el 45- cundió sin embargo en representaciones, símbolos, valores profundamente democráticos. El historiador Luis Ricardo Dávila afirma que la llegada al poder de Acción Democrática remite al “tiempo de construir”. Este es, alineación con el Kairós, oportunidad para abrazar esa modernidad que nos era tan elusiva y cuyas señas, como anuncia Picón Salas, surgen tras la muerte de Gómez: “era necesario darle cuerda al reloj detenido…”

La labor de reforma social, de cambio en la fisonomía del país de “la miseria sin límites pero sin horizontes” (Gallegos dixit) comienza a perfilarse con López Contreras y Medina Angarita, ciertamente. Pero gracias a los ímpetus del octubrismo se emprende un salto radical, se planta cara a la sinuosa idea de la democracia tutelada. Podría decirse que la mayor contribución de aquella tenaz generación fue delinear un proyecto político civilista, ávido de mudanzas, desligado de la retrógrada figura del hombre fuerte. Uno que si bien no coronó con el éxito esperado, selló el nexo entre liderazgo democrático y sociedad, ese asiento desde el cual impulsar las transformaciones que signarían al resto del siglo XX venezolano.

Helo allí: juego vigoroso de representación y praxis. Ejercicio de cuestionamiento ante la reaccionaria, decimonónica cosmovisión del caudillismo (lo que de algún modo buscó mitigar el “veredicto de la historia” frente a inicios poco decorosos). Al mismo tiempo, renovación de la gramática política, empeño en la claridad de conceptos y la palabra “sin esguinces” cabalgando a lomos de la exuberancia retórica. Una prosa que en boca de Betancourt se vuelve “toda acción e incitación a la acción”, anota L.R. Dávila. La eficacia de ese discurso inaugurando un nuevo imaginario social, espolea a ese país sumido en el letargo y la espera. Un pueblo desnutrido, enfermo, ignorado, hasta ese momento atajado por la resignación, se convertía por obra de la política en sujeto activo de la reconstrucción, en restaurador de una nacionalidad quebrantada desde sus bases.

Tres febriles años de “gloriosa peripecia” octubrista sacuden los cimientos de una sociedad que cataba desafíos y bondades de la democracia. El orden pluralista consagrado en la Constitución de 1947, por ejemplo, dispensa merecido protagonismo a los partidos políticos, canales legítimos de representación ciudadana y agregación de voluntades. Rasgos, en fin, de esa democracia realista de la que hablaba Kelsen, posible en la medida en que existan espacios e instituciones capaces de encauzar la participación. El tiempo apenas alcanzó para los tanteos, sí, pero allí iba quedando el rastro de un movimiento bordado a fuerza de cercanía y mística, de apremios y razón apasionada.

“Modernidad”, “soberanía popular”, “libertades civiles”, son benditas expresiones que se vuelven carne, sudor, ánimus colectivo. “El vértigo de la libertad poseía a todos los venezolanos”, apunta Simón Alberto Consalvi. Y es el voto -que ahora incluía el de las mujeres, el de los analfabetas, el de todo venezolano mayor de 18 años- emitido en las primeras elecciones universales, directas y secretas que acá se celebraban, una de las caras más nítidas de esas conquistas. Sí: los excluidos de siempre se reconocían en el ideal de esa sociedad democrática, respondían con entusiasmo al llamado de consolidación de una nueva esfera pública. Y aunque al final el sectarismo y la hybris agusanaron el avance y dejaron de nuevo el camino libre a la tarasca militarista, es preciso valorar la siembra de eso que Alfred Fouillée llamó “ideas-fuerza”: ese universo simbólico que quedó respirando desde entonces, y cuya potencia impulsaría ulteriores sucesos.

La regresión que estos últimos años nos pone en la antípodas de aquella chispa, es evidente. Pero lo más perturbador es presentir que tal brecha es todavía más honda de lo que se muestra. Entre otras cosas, porque el compromiso con la democracia de quienes hoy se dicen sus defensores, naufraga no sólo por culpa de una dinámica que depende de la retorcida circunstancia. También por el divorcio entre medios y fines, porque entre el discurso de invocación a la libertad y los modos de ciertos sectores llevados por una estéril ética de los principios –esa que casi parece proclamar: “Fiat iustitia, et pereat mundus”: que “se haga justicia aunque el mundo perezca”- prevalece una disonancia difícil de omitir.

De la aspiración de apuntalar un liderazgo de honda raíz nacional, capaz de comprender, pulsar y sincronizarse con el nervio mayoritario; ajeno a mesianismos de cualquier índole y con proyectos gestionados desde la autonomía y el pluralismo: de todo eso dista mucho la historia política reciente. No cunden allí palabras que estremezcan y junten. Por el contrario, la impresión es que el imaginario democrático se adelgaza, se vacía, hecho cáscara sin sustancia. Ante la amenaza de la desinstitucionalización consumada, de la abstención aniquilando bríos y oportunidades, del recrudecimiento de las asimetrías, ¿cómo prefigurar el futuro sin el avío de esas ideas-fuerza, de ese motor del poder ser?

Con todo y sus muescas, allí está el espejo de ese otro octubre. Uno que sirve para entender la importancia de la palabra que se rebela frente a la ruina psíquica de los determinismos, que nos da pistas acerca de la responsabilidad que implica reactivar los relojes detenidos de la historia.

Mibelis Acevedo D.
mibelis@hotmail.com
@Mibelis

CARLOS RAÚL HERNÁNDEZ, …Y DIOS CREÓ ESA MUJER

“Un caballero sólo defiende causas perdidas”. Borges

Treinta etnias esclavizadas, aplastadas, se aliaron contra el régimen político más canalla de la humanidad: el imperio azteca o mexica, cuya religión pautaba lo que hoy llamamos genocidio, y los historiadores discuten si fueron 100.000 o 250.000 sacrificados. En horrendos días de 1486, asesinan 20 mil al dios del sol y la guerra, Huitzilopochtli. 

Los aztecas ejercían su sangriento dominio sobre 15 millones de rehenes. La capital, Tenochtitlan, una isla del lago Texcoco, cuyo centro urbano estaba en lo que hoy es el Zócalo de Ciudad de México. Los pueblos esclavos debían tributar cosechas, animales y sobre todo humanos, porque el dios bebía sangre a diario, y los aztecas tenían la delicadeza de no importunar en lo posible a su propia gente. 

Había opciones. Arrancar el corazón a la víctima todavía latiendo, o desollarla viva, o lanzarla desde lo alto de la pirámide, y a los hombres, enfrentarlos con cuatro guerreros al mismo tiempo. Terminada la faena, se los comían. Esa ciudad maravillosa y sanguinaria, con 200 mil hbs., esclavizaba los vecinos. Igual en el sur del continente los incas, el Tahuasinsuyo, sometían desde Cusco regiones hoy de Chile, Uruguay, Paraguay, Ecuador, Colombia, países que no existían, como tampoco México.

Las comunidades vivían en terror porque los mexicas secuestraban metódicamente y algún dios prefería niños. La que pasó a la historia como Malinche, dicho hoy en clímax feminista, pertenecía al último nivel en la escala social. Era popoluca, de un pueblo marginal encadenado por los mexicas. Al ser mujer, no podía hablar ante los varones ni levantar la vista, lo que no variaba mucho con los europeos. 

La guerra de liberación nacional

En su futuro, el puñal de ónix le partiría las costillas, como a sus dos hermanas, a cuyo padre asesinaron por defenderlas. Su madre la vendió a tratantes aborígenes que la entregaron como sirvienta y esclava sexual a un cacique maya de Tabasco desde los once años. Más tarde su amo, derrotado por Hernán Cortés, para hacer las paces con él se la regaló en un grupo de veinte muchachas.

Pero no se rindió a su suerte como era lo normal. Sus extraordinarias personalidad, inteligencia y sensibilidad política, la sacaron del abismo para que fuera una de las figuras más poderosas del siglo XVI. Hablaba la lengua azteca náhuatl, maya, aprendió castellano rápidamente y se hizo traductora del capitán en las negociaciones para las alianzas indígenas, desplazando a Jerónimo Aguilar. Fue compañera inseparable de Cortés y al final su mujer. La llamaban la lengua. 

Uno de los primeros mestizos es su hijo Martín Cortés. Los historiadores aclaran que Hernán no fue ningún Leónidas que enfrentó al imperio más poderoso con 300 españoles. En 1519 se acordaron cerca de treinta etnias, miles de indígenas, para derrotar a los mexicas en la primera guerra de liberación nacional del continente, comandados por Cortés y gracias a la habilidad de Malinche en las negociaciones, quien traducía como le daba la gana y ocultaba los arrebatos del capitán. 

Llamada de cuna Un-ocelote, la cristianizaron Marina, pero los indígenas solo podían pronunciar Malina. Malin-tzin, (doña Marina) la jerarquizó el tlatoani (cacique) de los tlascaltecas, arrobado por su carácter y atractivo. De allí derivó al fonema Malinche. Otro tlatoani la increpó porque se atrevía a dirigirse a él, y ella contesta, sin bajar la mirada “te lo voy a decir otra vez. Aquí quien habla soy yo. Y si no es conmigo, no tendrás con quien hacerlo”. 

Lengua suelta

Sin su tacto y habilidad, el violento Cortés hubiera fracasado. Él diseñó la estrategia militar, pero la lengua la hizo posible porque más que traducir, elaboraba política, conciliaba, los caciques a veces querían hablar solo con ella, y a Cortés lo llamaban el señor Malinche. Él, y ella en su corta vida, crearon México, al unificar los pueblos indígenas y construir la entidad político administrativa que avanzó al resto del territorio, más tarde poderoso Virreinato y que hoy lleva ese nombre. 

En la etapa de la independencia se entronizó la leyenda negra anti hispánica, los criollos renegaron y cubrieron de oprobio la memoria del fundador, y naturalmente a la heroína. Por alienaciones ideológicas, no se sabe cómo pudieron escamotear que el nacimiento de México es obra de españoles e indígenas, así como la independencia lo fue de criollos y pardos.

A mediados del siglo XIX, al comenzar las hostilidades entre México y EEUU, el mundo compadecía la suerte de este ridículo experimento democrático anglosajón, al que casi el mundo entero, salvo Alexis de Tocqueville, le auguraba corta vida. En la guerra, los gringos les arrebataron la mitad del territorio, y los criollos crearon una perversión ideológica para desahogar el resentimiento y la amargura. El patrioterismo mexicano cuando México no existía.

Malinche ya no fue la creadora de la nación y estratega liberadora de los oprimidos, sino su antítesis. Y para incomodidad de quienes no entienden o entienden retorcida la historia, Latinoamérica, que Vasconcelos llama “la raza cósmica”, existe porque las indígenas se cruzaron con los españoles, como Cortés y Malinche. Y porque los africanos se incorporarán a la fusión racial iniciada por Colón el 12 de octubre de 1492.

Carlos Raul Hernandez
carlosraulhernandez@gmail.com
@CarlosRaulHer
@ElUniversal

TRINO MÁRQUEZ, NI MEDIA CLASE

El auge de las  clases medias en Venezuela fue uno de los símbolos más representativos de la acelerada transformación vivida por el país, al dejar de ser en un período muy breve una sociedad rural  y convertirse en una sociedad urbana. Fue uno de los íconos de la modernidad y de los avances democráticos. 

Desde la muerte de Juan Vicente Gómez, en diciembre de 1935, hasta finales de la primera década del siglo XXI –con los avances y retrocesos del caso- la extensión y variedad de esas capas intermedias mostraban los principales cambios registrados en la nación. El reparto de la renta petrolera apuntó en gran medida hacia el fortalecimiento de la educación, la capitalización de los recursos humanos, el saneamiento del ambiente, la mejora de la salud pública, el fomento de la pequeña y la mediana industria, y la cristalización de  una extensa red de actividades en las cuales los profesionales liberales, los técnicos y los pequeños y medianos productores del campo y la ciudad, ocupaban un lugar prominente.  

Las clases medias percibían suficiente ingresos que las dotaban de capacidad de ahorro  para dinamizar una amplia gama de actividades comerciales e industriales. Cito como meros ejemplos la construcción de viviendas familiares y de centros comerciales, entre otras edificaciones; la industria del turismo, aviación, gastronomía y hotelería; la industria automotriz; la del calzado, textil y confección. Se  convirtió en un principio económico y social admitido, que una economía prospera si es impulsada por una compleja diversidad de grupos sólidamente arraigados con capacidad de exigir a gran escala distintos tipos de bienes y servicios. Si la demanda abandona los cotos cerrados de grupos privilegiados y se universaliza.  

Venezuela -con tropiezos, desde luego-  avanzó dentro de ese  modelo hasta que las perversiones del estatismo desmedido, el colectivismo y la corrupción e incompetencia que siempre acompañan el socialismo,  se hicieron patentes. 

Durante la era de Nicolás Maduro, las franjas intermedias de la población han ido languideciendo. Así queda demostrado en los estudios de Encovi, Consultores 21 y otras encuestadoras y centros de investigación. Perdieron toda capacidad de ahorrar y activar la economía a través de la demanda y la generación de empleo asociada con esta. La pandemia del covid-19 lo único que ha hecho es agudizar el deterioro, iniciado en 2013 cuando los precios del crudo comenzaron a descender de la cima donde se habían encaramado. Los irresponsables del régimen creyeron que el movimiento ascendente de esos valores sería permanente. Inspirados por esa fábula, se dedicaron a destruir la industria y la agricultura nacional, y a ensanchar la panza del Estado expropiando empresas productivas e incorporando una clientela, que creció al mismo ritmo que los precios de los hidrocarburos descendían en los mercados internacionales. 

El resultado de los disparates perpetrados durante años, es que encontramos  una nación desmantelada, donde la inmensa mayoría de las personas apenas obtienen ingresos para cubrir el costo de la canasta alimentaria. Los más afortunados logran ganar dinero para satisfacer los requerimientos nutricionales y consumir los bienes y servicios de la canasta básica, que además de los alimentos abarca vivienda, salud, educación, transporte y recreación. Las clases medias fueron sustituidas  por una categoría de grupos a los que podemos llamar no pobres. Ganan para sobrevivir en medio de la adversidad, pero con una calidad de vida en continuo declive.

En la actualidad no puede hablarse de clases medias en el sentido tradicional. La contracción de la economía es tan severa y la regresión en la distribución del ingreso tan aguda, que el abismo entre los grupos sociales resulta oceánico.  Hemos involucionado al período final de la tiranía de Juan Vicente Gómez, cuando Venezuela era una nación semifeudal –como la llamó Rómulo Betancourt en el Plan de Barranquilla- en la cual existían unos minúsculos sectores medios integrados básicamente por la burocracia del Estado gomecista. El resto eran artesanos muy humildes, campesinos arruinados y el proletariado que trabajaba en los campos petroleros  

Lo que se ve en la actualidad es un pequeño núcleo de venezolanos que logró ahorrar en divisas, o que las obtienen por las labores que realizan o por las remesas que reciben del exterior. Alrededor de 15% de la población. Esas capas poseen la fuerza financiera suficiente para mover las ventas en los bodegones del este de  Caracas y de algunas ciudades donde ese tipo de  comercios se han establecido. Pueden mantener activos algunos cuantos restaurantes que reparten comida a domicilio. Pero, se encuentran muy lejos de poder sacudir los escombros que aplastan la economía nacional. Con ese minigrupo no es posible reactivar las industrias más grandes, conducidas a la quiebra mucho antes de la pandemia y de las sanciones internacionales.   

Para que el país vuelva a contar con actividades dinámicas            -como la construcción privada, la fabricación, ensamblaje y venta de vehículos automotores, el turismo interno y hacia el exterior, o la venta en volúmenes significativos de ropa y zapatos- se requiere  que considerables sectores sociales demanden esos bienes. De ese ideal nos hallamos muy lejos. Mientras Nicolás Maduro ocupe Miraflores, operará una fuerza centrífuga que hará que Venezuela sea lanzada cada vez más lejos del desarrollo, la modernidad y la civilización.

Los no pobres ya no son ni media clase. 

Trino Márquez
trino.marquez@gmail.com
@trinomarquezc

VÍCTOR A. BOLÍVAR, DE LA NUEVA CONSULTA Y EL COLAPSO COMO SALIDA

“A partir de cierto punto no hay retorno. Ese es el punto que hay que alcanzar”. Franz Kafka.

Desde luego que suena bien oír como lema que la presión interna es clave en la estrategia para celebrar elecciones libres y verificables que le pongan fin a la usurpación; pareciera una obviedad, pero esas palabras dejan de ser mero recurso retórico para ser una expresión rayana con una dimensión desconocida. Desde hace rato se percibe una desconexión entre la intencionalidad de la dirigencia política con la nueva consulta y lo que la calle siente, quiere y necesita. Ese planteamiento constituye un reciclaje más en la tortuosa mutación kafkiana del mantra opositor. 

Así lo percibimos los venezolanos que ya nos expresamos en la consulta popular del 16 de julio de 2017, y desde entonces sólo hemos pedido que se honren sus decisiones vinculantes. De ellas, con más votos afirmativos que las otras dos preguntas, se aprobó la tercera por 7.454.703 votos que representaron el 98,93% de los que participamos para que se procediera a la renovación de los poderes públicos de acuerdo a lo establecido a la Constitución, y a la realización de elecciones libres y transparentes, así como la conformación de un gobierno de unión nacional para restituir el orden constitucional.  

En el ínterin, esa respuesta sólo sirvió para ser vilmente manipulada para celebrar unas elecciones regionales que tuvieron que contar con el visto bueno de una “ANC” que por cierto fue desconocida y rechazada en la respuesta a la primera pregunta de la misma consulta. Igual sucedió con el errante TSJ legítimo que fue abandonado a su suerte y solo lo usan discrecionalmente. 

Esa consulta del 16J, aprobada impecablemente por la mismísima AN basándose en los artículos 5, 70, 71 y 187.4 de la constitución, incluyó   la matriz del cese a la usurpación y la transición para celebrar unas elecciones libres, que hoy con algunos cambios y aliños se proponen en la nueva consulta. Es de preguntarse si esa dirigencia cree que invirtiendo el orden del planteamiento logrará lo que no ha podido hacer por su propia inconsecuencia con los resultados del 16J. 

Del cese a la usurpación a un gobierno de transición, para celebrar unas elecciones libres, pasamos ahora al nuevo mantra de unas elecciones libres que pongan fin a la usurpación sin que medie un gobierno de transición que aparentemente desaparece del planteamiento. De allí que puede desprenderse de la segunda pregunta de la nueva consulta, que ese propuesto gobierno de transición del 16J, sea ahora suplantado por la continuación sin fecha en el calendario del gobierno interino que ejercen conjuntamente el presidente encargado y la AN (el G4). Simplemente corren la arruga.

El caso es que, con esta dictadura, jamás podrá negociarse para celebrar cualquier evento electoral aún con las mínimas condiciones, como tampoco para que el mismo régimen le ponga fin a su propia usurpación, o para que se busque una forma consensuada de salvaguardar de la crisis a los consultados y, menos aún, para que se abstenga la dictadura de seguir cometiendo delitos de lesa humanidad. 

Por lo demás, creemos firmemente que esta nueva consulta morigera los efectos y alcances de la protesta popular, en una catarsis que la diluye. La presión interna tiene que ser dirigida a un colapso total, que trascienda los hasta ahora infranqueables muros de los fuertes militares, poniéndolos en “tres y dos”; como también dirigida al universo de escépticos que se activarían y apostarían a ese desenlace. Esa presión interna con ese objetivo, requiere del mismo grado de compromiso que ha tenido la bancada 16 de julio de la AN. A ellos nuestro reconocimiento.

Víctor Antonio Bolívar Castillo 
vabolivar@gmail.com
@vabolivar

LEANDRO RODRÍGUEZ LINÁREZ, UN SOLILOQUIO LLAMADO 6D

El venezolano posee extraordinaria capacidad humorística, es trabajador, adaptable (más de lo necesario), pacífico, democrático, amante inquebrantable de la libertad, misma que viene incrustada en nuestro ADN… y es muchas cosas más, pero, como lo diría Arturo Uslar Pietro ¡no es pendejo! de eso no tiene un pelo.

Tan es así que, en pleno boom petrolero, estando Chávez en la cresta de la ola de su populismo salvaje, el pueblo supo identificar lo que es permanente de lo transitorio u oportuno, es decir, lo bueno de lo malo. Siempre agradeció al oriundo de Sabaneta con votos toda vez que su gobierno inundó la nación con becas de fácil asignación, mismas que a la larga resultaron en terrible mal, no eran políticas sociales que fomentaran la educación n el trabajo, ni ayudaban superar la pobreza, al contrario, anclaron radicalmente a la pobreza de la mano del malicioso poder comunal.

El Poder Comunal resultó la verticalización de la política, la consolidación de la dependencia de las comunidades con el ejecutivo nacional para tratar de hilvanar culto a la personalidad de Chávez y una fidelidad tarifada, una fórmula voto-recursos. Sin embargo, y ese es el punto, los venezolanos supieron darse cuenta que, una cosa es aprovechar becas y demás estipendios de fácil asignación y, otra cosa muy distinta, es vivir atado a esa condición de moderna esclavitud.

Por lo arriba señalado, los venezolanos dijeron NO a la reforma constitucional de 2007, que buscaba constitucionalizar este modelo de dependencia exclusiva a las dádivas oficiales, es decir, al modelo cubano. Lamentablemente, tal como ha sido la conducta antidemocrática del chavismo, de nada importó los venezolanos la rechazaran, a las pocas semanas Chávez comenzó aplicarla vía leyes habilitantes, hoy vivimos injustamente en esa Venezuela que rechazamos hace 13 años.

Lo propio ocurre hoy de cara al 6D, otro proceso electoral rechazado como los perpetrados desde 2017, al margen de la ley y la legitimidad. El venezolano depositó su último gramo de fe en las parlamentarias 2015. Tras haber ganado la oposición por paliza el régimen activó su ilegal control institucional para restar la mayoría calificada opositora (2/3 partes), anular todos sus actos y posteriormente imponer un inexistente desacato. Ello terminó de aniquilar la fe, la esperanza en el voto.

Por tal motivo, desde 2017 los procesos electorales han estado signados por abstenciones históricas, el venezolano dejó de votar y, lea bien, no volverá hacerlo hasta que se rescate el hilo democrático y constitucional en el país, que garantice resultados electorales transparentes y que cada poder elegido pueda gobernar conforme lo indica la constitución, sin paralelismos ni desviación de recursos ni competencias.

El 6D surge innaturalmente, con un chavismo aferrado ilegalmente al poder, sin oposición real y con una oposición manufacturada por el régimen, cuyas instituciones expropiaron los principales partidos opositores e impusieron directivas y éstos a su vez los candidatos bendecidos por el régimen. Ello redundará en que sin importar el resultado el país mantendrá el proyecto chavista, ese que rechazamos en 2007 y hoy nos extingue la vida ¡Que injusto!

Por eso, desde sus inicios, este 6D es otro proceso electoral sin oyentes, ni votantes, un soliloquio exclusivo para las élites del Psuv y sus aliados… es nuestra opinión. 

Leandro Rodríguez Linárez
leandrotango@gmail.com
@leandrotango

JESÚS ALEXIS GONZÁLEZ, DUMPING Y SUBVENCIONES: RUTA CHINA PARA LA DESAMERICANIZACIÓN.

Resulta de interés, iniciar recordando que desde el 11 de diciembre de 2001cuando China se adhirió a la Organización Mundial del Comercio (OMC) cuyo sistema se fundamenta en los principios de la economía de mercado, fue catalogada como non-market economy (economía no de mercado) un estatus que históricamente ha pretendido modificar en favor de una economía de mercado socialista, un modelo con sustento marxista que enfatiza en el desarrollo de la fuerzas productivas combinando mecanismos de mercado y de planificación centralizada en aras de la construcción del socialismo teniendo como principal características que las industrias básicas y otros sectores como el bancario son mayoritariamente propiedad del Estado; las cuales “compiten” (?) entre si en el marco de un sistema de precios controlados complementado con la incorporación continuada de mano de obra barata desprovista de una red estatal de protección social frente a las enfermedades o la vejez, lo cual propicia que los trabajadores chinos han de reservar más del 50% de sus ingresos en prevención de problemas de salud o para cubrir su vejez; siendo un hecho que a la postre se traduce en una elevada tasa de ahorro nacional (?) que luego es utilizada por el Estado en pro de sus fines marxistas. A tenor de lo expresado, resulta una perogrullada señalar que ante la ausencia de condiciones de libre competencia  los precios chinos internos no reflejan su Valor Normal (cobrado normalmente en el mercado nacional) y por tanto no resultan una referencia confiable a los fines de aplicar o no medidas antidumping, en razón a la existencia de un alto grado de intervención estatal que afecta los precios y costos de las materias primas y servicios que el Estado considere que afectan directamente a la economía nacional y al sustento de la población (?). 

A pesar del escenario descrito, en enero 2020 EEUU y China intentaron aproximarse a un “acuerdo” impulsado por la OMC en favor de liberalizar el comercio entre ambas naciones, siendo que dicho “preacuerdo” se estancó ante la posición estadounidense de ratificar el estatus chino de non-market economy. Es de acotar, que a la OMC le resulta de menor importancia el cómo funciona la economía de mercado restando interés a en que medida los precios de las exportaciones reflejen la influencia de la intervención estatal, con especial énfasis en la práctica china de exportar sus productos a un precio más bajo que su valor normal como consecuencia de la presencia de un monopolio donde todos los precios interiores los fija el Estado al no prevalecer las condiciones de mercado; hasta propiciar (con intención o sin ella) una competencia desleal en materia de exportaciones ya que los precios no están determinados por las fuerzas del mercado, al tiempo que el Estado chino crea una ventaja comparativa artificial (capacidad aparente de producir un bien utilizando relativamente menos recursos que otro). 

La misma OMC en septiembre 2020, condenó los aranceles impuestos por EEUU a China entre 2018 y 2019 mediante aranceles a las exportaciones de un 25% mas un 10%, siendo una decisión del vigilante del buen funcionamiento del comercio internacional (?) que soslaya las estrategias chinas en materia de dumping y subvenciones y al propio tiempo respalda sus intenciones profundizadas en los últimos diez años de instaurar un nuevo orden mundial asumido como modificaciones que le favorezcan en la distribución del poder en el sistema político internacional con énfasis en lo económico; al tiempo de intentar moldear el mundo a su conveniencia y de alcanzar una definitiva internalización del Yuan para lo cual viene sistemáticamente procurando rutas de abastecimiento de gas y petróleo, así como de la expansión mundial de sus empresas estatales. Tal internalización del Yuan, constituye una necesidad vital para China ante el sostenido dominio del US$ en el sistema mundial aunado al riesgo que EEUU le condicione el uso del sistema SWIFT (no transfiere fondos, envía órdenes de pago entre cuentas de instituciones), al igual que aplicar medidas que puedan afectar su inmensa deuda soberana (emisiones de títulos de valores o bonos) por un monto superior al billón de yuanes.  

Desde una visión complementaria, es de implícita obviedad que China está haciendo uso del dumping y las subvenciones como una estrategia para aumentar su participación en el comercio internacional, teniendo al propio tiempo la intención soterrada de inducir una desamericanización mundial a través de la utilización desleal de las enormes arcas del gobierno para desarrollar industrias que compiten directamente con entidades establecidas en Occidente; y con ello disminuir el predominio de EEUU en el escenario geopolítico mundial donde el US$ representa más del 50% de los pagos internacionales e igualmente es la principal moneda de reserva (utilizada en grandes cantidades por muchos países como parte de sus reservas internacionales), hasta conformar una relación asimétrica en favor de la economía estadounidense. 

El dumping ha de entenderse, como la práctica continuada de vender productos y servicios en el comercio internacional (para el tema en comento) por debajo de su precio de costo, como una táctica de penetración de mercados habida cuenta que el precio de los productos exportados resultan inferiores en el país extranjero en relación al país que los fabricó. Las subvenciones por su parte, hacen referencia a una aportación monetaria realizada por el Estado chino (para el tema en comento) a instituciones o países con la finalidad de llevar a cabo una actividad previamente definida; o lo que es lo mismo constituye una forma de asistencia financiera otorgada por el Estado chino para apuntalar ideas y proyectos que sean de su interés a la luz de la denominada Ruta de la Seda en tránsito al comunismo. 

La pretensión china de la yuanización constituiría un hecho normal en un mundo de activa multipolaridad monetaria, pero profundamente indeseable si el fin ulterior es una fraudulenta desdolarización para apuntalar la desamericanización y eliminación del sistema SWIFT en aras de vulgarizar la transferencia mundial de fondos en yuanes; más aún cuando en el comportamiento chino subyace la ambición de un globalismo en un contexto de gobernanza mundial única  liderada por el partido comunista más representativo a nivel mundial, bajo la aspiración de una economía de mercado socialista como condición para impulsar un comunismo mundial apuntalado en el presente por un estado profundo, también conocido como Estado dentro de otro Estado haciendo referencia a una forma de gobierno clandestino operado mediante redes de grupos de poder encubiertas que siguen una agenda en común con marcada adhesión a un marxismo anarquista, que de igual forma está abogando por una iglesia profunda para lograr fines opuestos a la institución. 

Bajo la figura de una reflexión final, nos atrevemos con inquietud prospectiva a señalar que en las venidera elección presidencial de noviembre 2020 en EEUU, se estará decidiendo el destino del mundo Occidental. 

Jesús Alexis González
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@JesusAlexis_Gon