viernes, 16 de julio de 2021

ACTUALIZACIÓN DE EL REPUBLICANO LIBERAL II: DIARIO DE OPINIÓN, http://elrepublicanoliberalii.blogspot.com VIERNES 16/07/2021


 




AQUÍ TITULARES DE HOY VIERNES 16/07/2021 PULSA SOBRE EL TÍTULO PARA LEER

  

TITULARES DE HOY
16/07/2021

GIOCONDA CUNTO DE SAN BLAS: EL PROYECTO DE LEY DE EDUCACIÓN UNIVERSITARIA

    Decía Andrés Bello, ese gran humanista venezolano de vasta obra fuera de nuestras fronteras, fundador y primer Rector de la Universidad de Chile, que «la universidad no sería digna de ocupar un lugar en nuestras instituciones sociales, si el cultivo de las ciencias y de las letras pudiese mirarse como peligroso bajo un punto de vista moral, o bajo un punto de vista político».
 
     Eso precisamente, considerar a las universidades autónomas como peligrosas políticamente y reducirlas a reservorios de parcialidad ideológica, es lo que hace el régimen al proponer un proyecto de Ley de Educación Universitaria en el marco de «construcción de una sociedad socialista», a través de un proceso de «hegemonía cultural para la superación de la sociedad capitalista» (art. 3), con el compromiso de «impulsar el modelo productivo socialista a los fines esenciales del Estado» (art. 4). Entendámonos: “socialismo” en clave oficialista, nada que ver con la socialdemocracia danesa, por ejemplo.
 
     La universidad, según este proyecto, deja de ser esa institución universal, cuyo pilar fundamental a lo largo de nueve siglos ha sido el de la libre discusión de las ideas.  En el lenguaje farragoso y cursi al que nos tienen acostumbrados, los “legisladores” nos proponen «consolidar el vínculo entre la educación emancipadora y el trabajo creador y liberador […], que contribuyan a superar el modelo capitalista y sus modos de dirección autoritaria, las relaciones sociales de vasallaje y explotación, la división social del trabajo y la perversa distribución de la riqueza concentrada en pocas manos por el afán de lucro y el consumismo» (art. 8). Todo un monumento al cinismo, habida cuenta de nuestra realidad social luego de 22 años de supuesta revolución socialista, durante los cuales, autoritarismo, vasallaje, riqueza en manos de pocos y otras perversiones, son precisamente las marcas indelebles de un régimen depredador que ha arruinado al país y a sus moradores.
 
     Para sustentar el barbarismo ideológico, el régimen propone un sistema de nuevas estructuras. Ahora las universidades serán oficiales (creadas por el Ejecutivo Nacional, como partes integrantes de la Administración Pública Nacional, cuyo financiamiento es de origen fiscal, art. 13), de gestión popular (creadas por iniciativa de las organizaciones del poder popular de forma autogestionada o cogestionada con el Estado, art. 14) o de gestión privada (propuestas por fundaciones que tengan como fin exclusivo desarrollar los procesos fundamentales de la educación universitaria en las diversas áreas del saber, art. 15. Nótese que la disposición transitoria sexta obliga a las universidades privadas a transformarse en fundaciones, en un plazo de tres meses a partir de la entrada en vigencia de la Ley).
 
     Entre las instancias a estrenar está el Consejo Nacional de Transformación Universitaria (CNTU), cuya primera atribución es la de «establecer mecanismos de participación protagónica de las comunidades universitarias y de las organizaciones del Poder Popular, en la transformación permanente de las instituciones universitarias […], en función de la consecución de los fines del Estado y de la educación universitaria» (art. 21.1).
 
     Además del CNTU, habrá Consejos Territoriales de Transformación Universitaria (arts. 23 y 24), Comités Territoriales de Educación Universitaria (arts. 25 y 26), Centros de Estudios Territoriales (arts. 27 y 28), todos los cuales giran alrededor de los ejes y leyes comunales, impulsores de desarrollo de nuevas formas de organizaciones económicas y sociales solidarias, «en contraste con los valores establecidos en una sociedad capitalista y los estilos de vida consumista» (art. 28.7).
 
     No podía faltar un capítulo V, dedicado a la democracia participativa y protagónica en el sistema universitario para garantizar la participación paritaria de trabajadores académicos (antes, profesores-investigadores), estudiantes, administrativos y obreros en todas las instancias de cogobierno.
 
     Hay mucho más en los 105 artículos y 10 disposiciones transitorias de este proyecto de ley, que hacen obligatoria su lectura y discusión. Porque está explícito en el proyecto que su fin es el de generar «actitudes, valores y capacidades […] para la construcción de la patria socialista» (art 46.2).
 
     Llegados a este punto, la única conclusión es que si no enfrentamos todos a una los desmanes propuestos, solo quedará releer con nostalgia la certera y hermosa definición que nos deja el artículo 1 de la Ley de Universidades, vigente desde 1970: «La Universidad es fundamentalmente una comunidad de intereses espirituales que reúne a profesores y estudiantes en la tarea de buscar la verdad y afianzar los valores trascendentales del hombre».
 

Gioconda San-Blas

gsanblas@gmail.com
@daVinci1412
@DiarioTalCual
http://giocondasanblas.blogspot.com
Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales,
Individuo de Número, Sillón XX
Caracas, Venezuela acfiman.org
 
“El castigo por rehusarte a participar en política es ser gobernado por personas inferiores a ti”. Platón 
"Aunque no te interese la política, la política se interesará en ti". Pericles

LEANDRO RODRÍGUEZ LINÁREZ: REALIDAD… ¡LA POLÍTICA ES REALIDAD!

Sí para algo han servido las protestas que tienen lugar en Cuba… mismas que no están pidiendo vacunas, comida, elecciones, medicinas ni nada de eso ¡Están pidiendo libertad! porque con ella tendrán todo eso y más… es que se le vio (para quienes aún dudaban) el rostro al castrismo, no solo por las sanguinarias represiones que el mundo, gracias a la tecnología, ha podido atestiguar, sino porque el régimen isleño, a fin de apaciguar las protestas, decidió eliminar (temporalmente) las restricciones de importación de alimentos y medicinas, o sea, no ha sido el “bloqueo” el causante del hambre y la miseria, ha sido una inhumana política de Estado.
 
¿Por qué? Porque un pueblo hambriento, enfermo, es débil, fácil de oprimir, obligando por más de 6 décadas sea el régimen el único capaz de satisfacer las necesidades básicas de la población, así generar seres humanos sumisos, temerosos, forzados inscribirse en el partido de gobierno, votar por los candidatos impuestos, marchar, desfilar, etc. El asunto es que hoy, ciertamente al pueblo cubano le da miedo enfrentarse al castrismo, pero le da mucho más pavor seguir sobreviviendo de esa manera. Somos de los creyentes que la libertad en Cuba está predestinada, apenas comienza la verdadera e indetenible batalla… es la realidad.
 
En Venezuela la política se maneja virtualmente, no haciendo mención al uso de las redes sociales que ha alejado el leve contacto existente entre políticos y la población, sino porque el quehacer de estos “líderes” (de bando y bando) en nada atienden las necesidades sentidas de los venezolanos, la oposición y el chavismo solo se ocupan de sus intereses, lamentablemente es así.
 
La realidad venezolana es dura, no basta hacer mención a la dantesca situación económica/social, sino porque políticamente el juego está trancado. El chavismo no solo alimenta su discurso con frases como “no nos sacarán ni por las buenas ni por las malas” sino que lo han demostrado con creces. Antes, mientras se los permitió el boom petrolero, ignoraban el desiderátum electoral de los venezolanos con populismo salvaje, pero destruida Pdvsa, la estrategia es otra; la manufacturación (desde 2017) de elecciones como actos gubernamentales o del Psuv, aunado a la violencia institucionalizada. Además, los diálogos, acuerdos, negociaciones y demás herramientas democráticas solo han servido para que el régimen supere ciertas eventualidades, finalmente, termina radicalizándose mucho más.
 
Mientras se habla de “Acuerdo de Salvación Nacional” el chavismo reforma el poder judicial nada más y nada menos que con Diosdado Cabello a la cabeza, acompañado de la esposa de Maduro. Acentúa el Estado Comunal, apresa y persigue dirigentes opositores, solo concede dádivas que en nada amenazan su absolutismo, es decir, antes se radicalizaba al finalizar los diálogos, esta vez lo hace mientras está “sentado”. Lo que nos obliga a preguntarnos ¿Cederá el régimen a través de mecanismos democráticos? Obviamente no.
 
Venezuela no ha tenido la oposición requerida, ha tenido timoratos, vendidos, equivocados y la lista continúa, no ha podido contar con una conducción acertada ni con las agallas necesarias, es cierto se dice fácil y tampoco es una labor exclusiva de políticos, sino de ciudadanos y de la diplomacia internacional.
 
La realidad venezolana exige una oposición capaz, que, así como el régimen amalgama a sus aliados internacionales, ella también sepa hacerlo, que pase de las palabras a los hechos y que tome el control de una agenda que desde hace mucho tiempo le pertenece, pero no ha querido/podido liderar ¡Es hora!
 
Leandro Rodríguez Linárez
leandrotango@gmail.com
@leandrotango
Venezuela

ANTONIO JOSÉ MONAGAS: “POLÍTICA Y VACUNA”

Cuando la política se acoge a postulados retrógrados o sectarios, su ejercicio suele hacerle jugadas infames a las realidades bajo las cuales opera. No es extraño entonces que la política trace sus prácticas en momentos donde las circunstancias se prestan a posibilitar cualquiera de sus maniobras. Sobre todo, aquellas cuyos beneficios amparan a quienes mejor saben evadir lo ofrecido.
 
 
Las realidades muchas veces actúan como cómplices de cuanta tramoya puede resultar en provecho de los más osados. Sobre todo, a la hora de arrinconar la honradez como valor de moralidad. Incluso, de excluir la tolerancia como razón de pluralismo político. 
 
Valen estas consideraciones para referir el problema que, desde la política, se ha manifestado respecto de la vacuna contra el Covid-19. Más cuando alrededor de tan contrariada situación ,se reúnen la urgencia y la prioridad como criterios de eficacia. 
 
En el curso de los últimos tiempos, han surgido dos orientaciones ejecutivas nacionales. Una estructurada desde Miraflores. La otra, desde la legítima Asamblea Nacional. Las mismas, encausadas por prerrogativas que se arroga cada postura o instancia presidencial. Indistintamente que alguna se considere con mayor o menor potestad para negociar la adquisición de las vacunas que deberán administrarse y aplicarse a la población venezolana, Es así como el problema ha acentuado la obstinación propia que adopta el poder político para respaldar sus posiciones y decisiones. 
 
La negociación a la que corresponde dicha situación, compromete condiciones que, supuestamente, son representativas de distintas y contrarias consideraciones. Estas, en términos de sus postulados o intenciones, podrían convertirse en razones capaces de aventajar los espacios políticos que tenderían a favorecer cada actor político o pujador. He ahí el dilema que se transformó en un serio conflicto de intereses políticos. 
 
La decisión tomada por la Comisión Delegada de la auténtica Asamblea Nacional, permitirá al país acceder a 12 millones de vacunas durante 2021. Su distribución y ejecución estaría supervisada por organismos humanitarios internacionales. 
 
Por su parte, la decisión tomada por el régimen desde Miraflores, apunta a otra dirección. La orientación que presume reivindicar, está muy alejada de la asumida por la legítima Asamblea Nacional. Por tanto, motiva una reacción que pone de manifiesto una delicada contradicción cuyo grado de incongruencia pone de bulto una crisis que determinaría el riesgoso enfrentamiento de las dos instancias políticas. 
 
Algunas lecturas politológicas 
 
Este problema, no deja de tener varias lecturas. Quizás, la que con más fuerza puede dar cuenta de lo que en el fondo está represado, es de naturaleza eminentemente política. Indudablemente. Y es que la doctrina política que tiene subyugado al régimen, la mantiene atada entre las limitaciones que condicionan su comportamiento autoritario-hegemónico. La aludida situación tiene en ascuas a Venezuela, Tal nivel ha sido el caos, que permitió la usurpación que acompañó la impunidad de la cual se valió la corrupción para arrasar con la institucionalización en algo alcanzada con el aporte de la pauta democrática. 
 
En un principio, el régimen había prometido que en el tiempo más inmediato posible, se vacunarían un grueso número de venezolanos. Pero la arrogancia mostrada por la actitud de dirigentes del régimen, ha trabado el ingreso de vacunas necesarias para cubrir buena parte de la población venezolana. No obstante, el régimen alteró impúdicamente su compromiso. Declaró que la vacunación sería completada con la aplicación de la vacuna cubana (Abdalá). Todavía está en fase de experimentación clínica. 
 
Ya el régimen había rechazado el ingreso de la vacuna de los Laboratorios Astra Zeneca la cual venía mediada por el procedimiento o Acuerdo Covax. Este, es animado por la Organización Mundial de la Salud, OMS. Pero como sucede siempre en política, entre lo que se promete y lo que se hace, se establece una brecha de incalculables perjuicios. Y visto el referido problema, se ve afectada la casi totalidad de la población. De sus consecuencias, no escapa nadie. 
 
Implicaciones jurídico-legales 
 
Lo que está advirtiéndose en el fondo de tan grosera situación, es la gruesa desigualdad que está induciéndose. Esta vez, a través del acceso y distribución de vacunas contra el Covid-19. En Venezuela, este problema supera en horror y desidia cualquier avistamiento hecho desde la incertidumbre. Más, cuando no se cuenta con la autonomía necesaria para revertir las insuficiencias que plantea la SALUD, como derecho social fundamental consagrado constitucionalmente. (Véase el artículo constitucional 83). 
 
Tal es la gravedad que reviste la situación en cuestión, que se habla de que el cuadro que se vive en el país encuadra con el delito de exterminio. Según el Estatuto de Roma, explica que el exterminio impone condiciones de vida, entre las cuales reconoce la “(…) privación del acceso a alimentos o medicinas (…)” (Art. 7.1-b) lo cual provoca desgracias en la población afectada. 
 
Respecto de lo que expone el artículo 83 constitucional, su lectura contemplada desde la emergencia humanitaria acusada por la pandemia del Covid-19, da cuenta que Venezuela carece de la autodeterminación, independencia y soberanía que refieren algunos preceptos constitucionales. Por consiguiente, la crisis evidencia la ausencia de un SISTEMA PÚBLICO de SALUD, preparado para priorizar la salud al atender “(…)la prevención de las enfermedades garantizando tratamiento oportuno y rehabilitación de calidad” (Artículo constitucional 84) 
 
Por otra parte, vale agregar que las flaquezas del régimen develaron la inexistencia de un cierto Plan Nacional de Vacunación que pudo haber sido el parangón capaz de mediar entre los problemas recurrentes, y los recursos necesarios para encarar problemas sanitarios de amplio espectro. Pero más pudo el proselitismo político que practica el régimen en su acontecer de conflictos creados o provocados, que los derechos y libertades sobre los cuales se posibilita el desarrollo de una nación con necesidades de crecimiento y progreso.  
 
El problema en el paroxismo de su incidencia 
 
Resulta inadmisible que en medio de las carencias que han sido testigo de la pésima administración de recursos dirigidos a atender las exigencias de la pandemia, el régimen prefirió vacunar primeramente la élite usurpadora. O sea, los altos mandos de dirección política, militar, policial y sanitaria. Así se hizo por encima de sectores vulnerables. Del personal de sectores de salud y educación, que ocupan las primeras líneas de riesgo. Dicha realidad, por demás absurda y obtusa, evidencia la falta de una política pública debidamente estructurada a ese respecto. 
 
Podría inferirse que la vacuna destapó una pervertida oportunidad de hacer pingües negocios políticos y económicos con su distribución y aplicación. Antes de considerarse como el derecho fundamental que su importancia y necesidad configura. O acaso, ¿Venezuela está aproximándose a vivir una situación regida por un perverso tráfico de vacunas y costosos pasaportes de vacunación? 
 
De ahí se amarra la obstrucción que políticamente ha dejado verse cuando se habla de la trama articulada para el dificultar ingreso de la vacuna. O ¿acaso hay intereses ocultos en entorpecer el fluido ingreso de la vacuna para así dilatar la cuarentena en tanto control social que le ha dado orondos resultados al régimen al mantener encerrada a su población? ¿O al régimen le conviene agravar la crisis para seguir inculpando a cuantos pueda?. Y en consecuencia, ¿suplicar por el cese de las sanciones lo que impide el desarrollo de sus macabros programas de estancamiento nacional? 
 
Es un tanto lo que se esconde bajo la encubierta, y complicada relación que en Venezuela, extrañamente, viene cuajándose entre política y vacuna.
 
Antonio José Monagas
antoniomonagas@gmail.com
@ajmonagas
Venezuela

AMÉRICO MARTÍN: LA CAUSA DEL MAL CAUSADO

Venezuela vive en estado de aguda tensión que, por cierto, tiende a extremarse por causa de recientes iniciativas adoptadas por las esquinas del conflicto nacional. De especial importancia vuelven a ser las postuladas por la comunidad internacional para celebrar elecciones libres en el marco de una integral democratización de Venezuela.
 
Cualquier nuevo pronunciamiento de los factores mencionados debe ser analizado con el detenimiento del caso, especialmente coincidentes con un reciente discurso del presidente Joe Biden, quien no por casualidad dedica frases especialmente elogiosas a Juan Guaidó. Sería ese el camino confiable para dejar atrás la oscura tragedia que sepulta a nuestro país y se expande a todos los ámbitos de la administración, la economía, el deterioro acelerado de los servicios y los más peligrosos índices de hambre y miseria. 
 
El problema se agrava porque el oficialismo insiste en predicar que los comicios que celebrarán en noviembre son inobjetables, enfrentando el criterio adverso de la comunidad internacional, que se viene uniendo alrededor de la advertencia de que esos muy cuestionados comicios no serán reconocidos como válidos y, por tanto, de persistir en realizarlos contra viento y marea, la crisis se profundizará y las sanciones continuarán y hasta se agudizarán.
 
Lo sorprendente es que si se cumplieran las condiciones que normalizaran democráticamente la realidad nacional, la tragedia comenzaría a desaparecer como por arte de magia.
 
Primero, porque la comunidad internacional –como lo revela la desmilitarización de Afganistán– prefiere la paz a la guerra; así los fervientes partidarios de que los malos de la partida sean los otros, en tanto que los buenos, por supuesto, son ellos. Pero la realidad es que los países que han dictado sanciones lo han hecho contra violaciones aviesas de los derechos humanos y más bien grotescos incumplimientos de las más elementales normas electorales.
 
Sin esas profundas irregularidades por parte del oficialismo tanto las sanciones como el claro reconocimiento de las elecciones se convertirían en realidades automáticamente aceptadas, como por lo demás lo fueron consecutivamente desde 1958 hasta 1998, los célebres 40 años de democracia, fructíferos, que ha sido calificados como «la edad de oro de la historia nacional» y también «la revolución democrática de la república civil». Sin extenderme en consideraciones económicas, es evidente que el impetuoso crecimiento del país fue digno de admiración universal.
 
Como bien afirmara el economista Ángel Alvarado Rangel, es la calidad de la moneda, su resistencia al desorden inflacionario, uno de los indicadores por excelencia de la estabilidad y prosperidad de los países. El caso es –insiste el profesor Alvarado Rangel– «que entre la década de los 40 y principios de los 70, el bolívar aparecía en el ranking internacional como una de las tres mejores monedas del mundo. Era un periodo de sostenido crecimiento económico y estabilidad política» (¿Por qué no llegamos a fin de mes? La inflación y sus males en Venezuela. Fundación FORMA. Caracas s/f)
 
El elogio brindado por Biden a Guaidó no es ocasional ni menos incomprensible, puesto que en enérgica declaración oficial EE. UU., Canadá y la Unión Europea trazaron una política de fuerte respaldo a su interinato.
 
Los contornos del documento conjunto no podían dejar nada importante fuera de foco. Y realmente nada quedó en el aire. Lo primero, salirle al paso a la lógica de sanciones integradas como el mármol, y beneficiarse gradualmente de la posible división de la comunidad internacional. El documento único no lo permitió porque rechazó las concesiones al detal. Maduro debía democratizarlo todo a cambio de la derogación de todas las sanciones. Y en lo concerniente a las condiciones para el sufragio libre de veras, se incluye la plenitud de lo consagrado en las Constituciones de las democracias occidentales, como base inamovible del reconocimiento universal a sus resultados. La negociación entre las partes se haría cargo de los pormenores enojosos que, dejados sin respuesta, podrían llevarse en los cuernos el mejor de los diálogos. Se incluyen el tratamiento que recibiría Maduro al dejar el mando. Digamos que se decidiera considerarlo expresidente, con el trato usual que se otorga a los expresidentes en democracias. A cambio de tan generosa concesión, la victoria que lo desplace del poder sería nacional e internacionalmente reconocida.
 
La enorme importancia de acuerdos de semejante rango se mediría al romper en una fuerte consolidación de la democracia y el surgimiento de la convivencia, base para una granítica consolidación institucional que enviaría a un prehistórico pasado los momentos más ignominiosos que, por más de 20 años, atormentaron a nuestro país, por el manejo más disparatado, ligero y reprochable de una nación que merecía mejor suerte.
 
El mal paso, darlo rápido, dicen que dijo la reina Victoria. Si esa alusión se refiere al diálogo, la negociación y las elecciones libres, transparentes, iguales y protegidas por el mundo entero, creo que bien valdría la pena entrar en el proceso de purificación democrática bajo los emblemas flameantes de la libertad, la democracia, la justicia, la convivencia civilizada y la más acelerada y merecida prosperidad económico-social.

Américo Martín
amermart@yahoo.com
@AmericoMartin
@DiarioTalCual
Venezuela

ARIEL PEÑA: TAMBALEA LA CAMARILLA COMUNISTA CUBANA

Las grandes movilizaciones que se realizan en Cuba desde el 11 de Julio, están demostrando nítidamente, que el pueblo isleño, no era el rebaño que la camarilla comunista cubana manejaba a su antojo, como lo creían los mamertos latinoamericanos, porque en 62 años de dictadura sanguinaria por primera vez la ciudadanía se lanza a las calles en diferentes ciudades(algo inédito), exteriorizando su frustración de tanto tiempo, para exigir sus derechos que la nomenclatura marxista les ha robado con el cuento de la “dignidad”, siendo ese sofisma en la practica el envilecimiento absoluto de las masas, para que los miembros del régimen parasiten a perpetuidad con los recursos del Estado. Desgraciadamente está demostrado que los comunistas en el poder recurren al genocidio como método de represión para no ceder, y de ahí que la comunidad internacional debe estar alerta.
 
El hambre, la falta de libertad y la precariedad en la salud especialmente por el Covid-19 o peste china, han sido el detonante que ha llevado a Cuba al estallido social en contra de la dictadura, en donde los artistas de la isla han desarrollado un papel preponderante, rechazando esa consigna paranoica castrista de “patria o muerte “ por la de “patria y vida”, puesto que el comunismo es el máximo representante de la muerte en toda la historia de la humanidad y en Cuba los crímenes y la tortura de la tiranía en contra de la población han sido un común denominador; por lo tanto se necesita la solidaridad de los pueblos libres del mundo para que cese definitivamente el martirio que han tenido que sufrir los cubanos a manos del comunismo.
 
A lo anterior hay que agregar que en Colombia existen varios partidos de lo que llaman izquierda, que están afiliados a la internacional comunista del Foro de Sao Paulo y que consideran a La Habana como su fuente de inspiración, y que lo único que hacen es barnizarse para que no los
 
identifiquen como comunistas, pues sus dogmas marxistas permanecen intactos, así digan que hay que dejar atrás el siglo XX y entrar definitivamente al siglo XXl.
 
Y lo hemos observado también con el dictador venezolano Nicolás Maduro en sus peroratas trasnochadas ante su pandilla, que usando el principio marxista de la mentira, prácticamente “consagra” a Venezuela como el “·paraíso terrenal” en donde no hay hambre, ni represión, ni torturas, ni existen cerca de 5 millones y medio de refugiados en los países vecinos en los cuales muchos están pidiendo limosna; lo que demuestra que si hay un eje del mal que es enemigo de la humanidad compuesto en Latinoamérica por los déspotas embusteros de Cuba, Venezuela y Nicaragua, que buscan someter a las otras naciones de la región a sus instintos perversos con la violencia y la mentira, contando con la ayuda de los comunistas en diferentes países que se camuflan con variados nombres.
 
La bestialidad marxista se fundamenta en la irracionalidad y el delirio, pues desde que apareció el manifiesto comunista en 1848, se exaltó a la violencia como la partera de la historia, la cual según esa deformidad hay que practicar porque otros la han utilizada en el pasado, invitando a los seguidores de esa corriente cruel a asumir el salvajismo, igual a como lo hace Miguel Diaz-Canel en la isla con sus esbirros para reprimir la protesta, en donde la razón desaparece. Toda esa perversión es para defender los privilegios de la nomenclatura cubana.
 
Personajes siniestros del marxismo como Lenin y el “Che” Guevara, han hecho sublimación del terrorismo para esclavizar a los demás seres humanos, aunque el primero rechazaba el terrorismo individual, lo justifica cuando lo ejecuta el partido llamándolo “ guerra revolucionaria”; y el asqueroso criminal cubano-argentino defendía el terrorismo diciendo: “ tenemos que crear la pedagogía de los paredones de fusilamiento, y no
 
necesitamos pruebas para matar a un hombre”, también esa bestia invitaba a poner bombas en cualquier lugar donde se encuentren los enemigos sin importar quien muriera. A los anteriores individuos terroristas del marxismo se deben de añadir los nombres de Pol Pot, Stalin, Mao Zedong, Kim Il Sung, Fidel Castro y en Colombia a las Farc y el Eln.
 
Antonio Gramsci comunista italiano le hacía alabanzas a la irracionalidad, despreciando la lógica y la moral como lo hace la dictadura cubana, para afirmar que no se necesita de la razón, sino que lo importante es ganarse mediante el engaño a los sectores mas ignorantes y atrasados de la sociedad para conquistar el poder y perpetuarse en el, de la misma manera hace algún tiempo el cura brasileño Frei Betto quien representa a la Teología de la Liberación, confirmaba las afirmaciones de Gramsci diciendo que no se necesitaba de la razón. Quedando patentado que tanto en el comunismo totalitario tradicional como en el marxismo cultural la razón no tiene cabida, y desde luego el régimen cubano practica la irracionalidad a rajatabla.
 
El eje del mal internacional no es ninguna ficción, sino una realidad encabezado por el marxismo, que ha agraviado a varios pueblos del mundo con su proceder y que en Colombia por no haberlo enfrentado ideológicamente desde hace varias décadas, se da el lujo de engañar a la juventud y a sectores populares, por lo que la democracia liberal que según las fabulas comunistas es “burguesa”, debe desarrollar tareas de concientización especialmente en la academia, para desenmascarar al comunismo que es una maldición para la tierra como lo ha demostrado en Cuba y por eso el levantamiento popular en esa nación, que busca su segunda independencia, librándose de la camarilla comunista.
 
Ariel Peña
arielpena49@yahoo.com
@arielpenaG
Colombia

GABRIEL BORAGINA: ANTECEDENTES PRE-MARXISTAS DEL IMPUESTO PROGRESIVO.

"El mismo Seligman hace una historia de las diversas iniciativas que en los tiempos primitivos señalaron, aunque sea en forma de esbozo, un intento de materializar el impuesto progresivo. Y en este sentido recuerda el antecedente de Guicciardini, que, en el año 1549, en su obra La décima scala in Firénze, se ocupó ya del tema. Las tentativas se registraron también en los tiempos de la Revolución francesa, bajo cuyo imperio se sancionó una ley de limitación de las rentas. En Francia, precisamente, habían de señalarse los más serios intentos para llegar al impuesto progresivo, mereciendo recordarse a M. Dufay, verdadero paladín, quien en su obra L'impot progressiff sur le capital est sur le renta, dice: "La tributación debe mantener en un justo límite la apropiación particular de la riqueza producida, al menos indirectamente, por el trabajo de todos. Debe mantener entre los hombres cierta igualdad real, corrigiendo y atenuando los efectos del egoísmo individual y la extrema desigualdad natural. En otras palabras, concluye, la misión del impuesto es liberar el trabajo en lugar de estorbarlo y coartarlo, como ocurre en el presente. En consecuencia, debe él restar su excesivo poder al capital y dar al trabajo su poder social, que tiene hoy en grado insuficiente"."[1]
 
Los franceses han sido histórica y tradicionalmente en su mayoría socialistas, o han tendido hacia esa ideología, a veces más, otras menos. Raras han sido las excepciones, entre las cuales es obligado citar al notable decimonónico Frederic Bastiat y, más modernamente, al notable Jacques Rueff, por supuesto entre otros. Ya hemos visto antes que, Marx y Engels ubicaron en el segundo lugar de importancia de su plan para imponer el comunismo a nivel mundial la creación de impuestos progresivos fuertes a las personas. Y ciertamente no creemos causal que la mayoría de los países del planeta hayan adoptado los mismos sin tener ninguna vinculación con el influjo marxista ejercido y expandido por todo el orbe, inclusive hasta nuestros días. Pero, desde luego, ni Marx ni Engels fueron precursores de este impuesto, ya los hubo antes que ellos.
 
En Francia siempre ha predominado -desde los tiempos de la revolución francesa en adelante- un socialismo de tipo gramsciano (por Antonio Gramsci, el célebre pensador marxista italiano) que propone la lenta pero persistente infiltración marxista por vías "no" violentas a través de la educación y diversos medios de comunicación social. Su paralelo en Inglaterra ha sido la sociedad Fabiana. Pero las ideas gramscianas y fabianas han tenido mayor repercusión y aprobación en Francia más que en otras partes.  Hoy están extendidas por todo el mundo.
 
Aceptan el marxismo en sus planteos básicos y fundamentales, y sólo discrepan en la metodología de implementación. De allí que, condenen la propiedad privada de rentas, capitales y patrimonios, y vean en los impuestos la manera más sutil y mejor implementada de expoliación. Mediante la doctrina de la "justicia social" cambiaron la palabra expoliación por expropiación, pero el artilugio es vano para quien lo medite superficialmente: se trata de lisa y llana expoliación. La ley impositiva pende como Espada de Damocles sobre la cabeza del "contribuyente" que vive en una constante amenaza entre pagar o ser severamente castigado.
 
Desconocen cómo funciona el mercado, y que este es el que mantiene "en un justo límite la apropiación particular de la riqueza producida" mediante el mecanismo de distribución de la misma que, conforme a los mandatos de los consumidores, el propio mercado cumple. Son los consumidores y no los productores los que determinan cuanta riqueza poseerá cada miembro de la comunidad. El impuesto no puede cumplir con esta función porque es contrario a su naturaleza, por eso lo más que puede hacer es destruirla. Esta ruina se consuma mediante la redistribución de rentas y patrimonios llevada a cabo por medio de instrumentos fiscales y otras vías de ataques a la propiedad privada.
 
Cuando alude al "trabajo de todos" quiere referirse a lo que Marx llamaba el "trabajo socialmente necesario" para producir cualquier cosa fincando el valor de las cosas en esa fórmula. Pero el valor de las cosas no surge del trabajo sino de su utilidad marginal, como hemos explicado en todas nuestras obras.
 
Paradójicamente para muchos, la "igualdad real" que busca el autor se obtiene a través del "egoísmo individual" como ya lo advirtiera en 1776 Adam Smith en su obra magna Investigación sobre la causa y naturaleza de la riqueza de las naciones. No hay otra manera de acercarse a ella. Este egoísmo -para sorpresa de muchos ignorantes- es también la solución (como la historia lo ha demostrado donde se lo ha dejado actuar) a "la extrema desigualdad natural" y en cuanto a que "la misión del impuesto es liberar el trabajo en lugar de estorbarlo y coartarlo, como ocurre en el presente" es precisamente al revés, y plantea una misión imposible, porque el impuesto jamás ha podido, ni puede, ni podrá nunca liberar el trabajo. Esto es un absurdo. Y lo de "estorbarlo y coartarlo, como ocurre en el presente" es lo que ha sucedido en el pasado y sucederá en el futuro, por cuanto se quiere hacer del impuesto algo que es contrario a su naturaleza. El impuesto es un robo, y por más que se lo adorne con hermosas palabras, frases maravillosas, y los mejores deseos seguirá siendo lo que fue en el pasado y es en el presente: un despojo violento, una expoliación.
 
Respecto de que el impuesto "debe él restar su excesivo poder al capital y dar al trabajo su poder social, que tiene hoy en grado insuficiente" es una expresión poco feliz, porque al restar el poder del capital resta el del trabajo, habida cuenta que sin capital no hay trabajo, pero la ignorancia económica hace decir sandeces a muchos según se aprecia, como que el capital se "opone" al trabajo y viceversa lo que es algo a luces vista ridículo y pueril. "Combatir al capital" como dice la letra de la marcha peronista -tan celebrada por las masas hoy en día- es destruir el trabajo y multiplicar la pobreza, creando riqueza para los burócratas, sus familias y amigos.
 
Gabriel Boragina 
gabriel.boragina@gmail.com
@GBoragina 
Argentina
 
http://www.accionhumana.com/2021/05/antecedentes-pre-marxistas-del-impuesto.html