lunes, 23 de mayo de 2022

AQUÍ TITULARES DE HOY LUNES 23/05/2022, DESDE VENEZUELA PARA EL MUNDO, PARA LEER PULSAR SOBRE EL TITULAR EN ROJO

    

  HOY - OPINIONES TEMAS INTERNACIONALES Y NACIONALES - 23/05/2022 

PAULINA GAMUS: A LA VUELTA DE LA ESQUINA. DESDE VENEZUELA.


CARLOS RAÚL HERNÁNDEZ: LOS SIGLOS SEMANALES . DESDE VENEZUELA.




PAULINA GAMUS: A LA VUELTA DE LA ESQUINA. DESDE VENEZUELA.

Se supone que en enero de 2024 los venezolanos decidiremos, mediante el voto, quién gobernará nuestro país por los siguientes seis años. Para cualquier plan personal, año y medio parece mucho tiempo. Pero para organizar unas elecciones presidenciales transparentes, que inspiren confianza y animen a votar, la fecha es muy cercana, Destaco el “se supone” porque en una democracia no hay dudas sobre el cumplimiento de la ley en cuanto a lapsos electorales y a cualquier otra materia que haya sido objeto de legislación. Pero en los regímenes autoritarios o –para ser más directa– en las dictaduras, las leyes son interpretadas y aplicadas de acuerdo al capricho de quienes ejercen el poder. Por tal razón las elecciones presidenciales en Venezuela podrían ser en 2024, en 2023, en 2025 o simplemente no ser.

El tan denostado Luis Vicente León acaba de tuitear algo que percibo sino como exacto al menos cercano a la realidad: «La gente está agotada del tema político porque 90% perdió la esperanza en que la oposición institucional pueda producir el cambio político que el 75% de los venezolanos desea». Se deduce que el otro 25% no desea un cambio y está feliz con su situación actual.

Mucha gente, quizá la mayoría, está sino agotada al menos desilusionada, desinteresada o quizá resignada con el devenir político y especialmente con el político partidista. Es cierto que la democracia no se concibe sin la existencia de partidos políticos y precisamente ahí radica nuestro problema: no vivimos en democracia y una parte importante de la población –los menores de 30 años– ni siquiera tuvieron ocasión de experimentar cómo era la vida cotidiana antes de Hugo Chávez: con medios audiovisuales independientes y críticos y no los de ahora que, bajo presión, guardan silencio ante los atropellos oficialistas y son voceros oficiosos del gobierno. No han conocido unas elecciones libres y transparentes y tampoco lo que significa vivir sin miedo a que una opinión, una imagen y hasta un gesto, puedan ser motivo para pasar años en la cárcel sin derecho a juicio.

Algo que tampoco conocen es al actual liderazgo de oposición. Sin pretender ofenderlos creo que a un potencial elector que acaba de cumplir 18 años de edad, no le dicen mucho los nombres de los dirigentes políticos que acaban de participar en una sesión remota convocada en la primera semana de mayo, por la Comisión de Enlace entre el Parlamento Europeo y el Mercosur.

La misma sirvió para exponer las profundas diferencias entre los principales líderes de la oposición tradicional venezolana. ¿Quiénes fueron los líderes participantes?: Juan Guaidó, Henrique Capriles, María Corina Machado, Leopoldo López, Gerardo Blyde, Nicmer Evans y Antonio Ecarri. Nicmer Evans, dijo algo que en pocas palabras es una fotografía de la actual oposición partidista venezolana: “ La mayor evidencia de lo que pasa en Venezuela es que la única manera de que los convocados hoy a esta sesión se encuentren en un mismo espacio y a un mismo tiempo, estando todos en Caracas, es que el Parlamento Europeo nos convoque. Desde ahí parten nuestros problemas”.

¿Cuándo, cómo y porqué se extraviaron en el camino esos dirigentes incapaces de ponerse de acuerdo al menos en el poder del voto como único medio democrático para el cambio? ¿Es posible que algunos crean todavía que la solución a la tragedia venezolana está en una acción militar foránea? ¿Imaginan ustedes, respetados lectores, cómo serán las primarias que están en el tapete del debate político, si aquellos dirigentes que no creen en las elecciones en dictadura, aspiren sin embargo la candidatura presidencial?

La gente está agotada del tema político porque observa y juzga a quienes han ofrecido soluciones a término que no sucedieron. La gente está asqueada de los nuevos partidos que surgen de divisiones por razones crematísticas. Para decirlo más crudamente: porque se cuadraron con el régimen de Maduro que financia sus traiciones.

Pero la gente también está hastiada de ver una misma cara, durante más de dos décadas, al frente de un partido que fue “el del Pueblo”. ¿Cuál es la diferencia con el afán de eternizarse en el poder que tuvo Hugo Chávez, que tiene Maduro y que tienen el castrismo en Cuba, Putin en Rusia y el orteguismo en Nicaragua?

La democracia en el mundo vive horas menguada. Pareciera que una demencia contagiosa lleva a los electores a decidirse por gobernantes demagogos, corruptos y autoritarios. La reciente elección en Filipinas del hijo del dictador Ferdinand Marcos, como presidente y de la hija del actual dictador y muy corrupto Rodrigo Duterte, como vice presidenta, es una muestra de esa demencia colectiva o al menos de una pérdida absoluta de la memoria.

De repente uno recuerda aquel lema peronista al retorno del ya anciano Juan Domingo Perón a la Argentina: “Ladrón o no ladrón queremos a Perón”. Ese declive del sistema democrático ha favorecido a Nicolás Maduro, lo hace sentirse más seguro de que no hay mecanismos internacionales para evitar que las democracias naufraguen y que el número de sus eventuales socios anti democráticos va en aumento.

¿Está todo perdido? ¿Tiramos la toalla, nos resignamos y ya? No lo creo. He tenido la suerte de conocer a jóvenes dirigentes políticos que han entendido que gran parte del desencanto político en nuestro país se debe a dirigentes que se desconectaron de las bases populares, que no saben lo que ocurre más allá de sus oficinas y que hacen ofrecimientos vacíos e irrealizables. Jóvenes dirigentes que practican una manera de hacer política no basada en el odio y en la confrontación. Jóvenes líderes que entienden y procuran algo que resulta indispensable para un renacimiento democrático y para un verdadero cambio: el reencuentro de la familia venezolana. Prefiero no dar nombres, dar nombres es un peligro en partidos que descabezan a los jóvenes que se destacan. Por sus obras los conocerán.

Paulina Gamus
gamus.paulina@gmail.com
@DiarioTalCual
@paugamus
Venezuela

CARLOS RAÚL HERNÁNDEZ: LOS SIGLOS SEMANALES . DESDE VENEZUELA.

Tres semanas ago, con fascinante brillo, @Mibelis Acevedo escribió en estas páginas sobre el aburrimiento (“Este tedio”, EU:07/05/2022) y no perderé la ocasión de desenvainar sobre el mismo tema una espada que yacía en reposo. En los últimos tiempos la pandemia hizo que el espacio cultural se llenara de demasiados disparates. Pero Mibelis nos refresca con su inimitable manera. Va para ella.

Romeo esperaba ansiosamente a Julieta con la complicidad de fray Lorenzo, horas eternas, pero no se aburría. Su mente estaba depositada en el encuentro y el lapso que lo separaba de ella era angustia, pero no tedio. Nadie se hastía en el purgatorio, que se distingue del infierno, por ser dolor con esperanza. Un siglo de su compañía hubiera sido un instante para él. Juana de Arco en la pira siente que un segundo es eterno, y abjura. No atendemos al tiempo en el tráfago de actividades, ni en la intensidad del placer. Para el insaciado, en cambio, es la dura espera, igual que para quien padece agónicamente. Un condenado a muerte no aguarda la fecha fatal con fastidio. Al contrario, quien no tiene expectativas sobre mañana, ni le aguarda algo, un día va detrás de otro, la existencia misma es un hastío, una faena inerte.

Escribe Neruda “pasan días iguales persiguiéndose… día que has sido niño, inútil /que naciste desnudo/las leguas de tu marchan van corriendo sobre tus doce extremidades”. El aburrimiento y el tiempo se personalizan cuando no pasa nada. Dice Cioran “…Son las tres de la madrugada… Siento este segundo y luego el siguiente y saco la cuenta de cada minuto”. Tal vez por casualidad, B.B King nos impacta con su blues inolvidable, llamado casualmente Las tres de la mañana, en el mismo tono intenso del filósofo rumano del suicidio. Varios films, por ejemplo, Lejos del cielo (Haynes: 2002) narran la vida asfixiante, repetitiva de las mujeres enclaustradas en sus hogares durante la era represiva del machismo en los años cincuenta, previa al reventón de los sesentas. En contraste, Historia de una pasión (Davies: 2016) describe el sentimiento que mantuvo a dos amantes en lucha contra la separación impuesta por el entorno. El Dr. Jhivago y Lara (Lean: 1965) jamás se aburrieron durante mil páginas y durante todas se buscaron en medio del infierno comunista.

Nos aburrimos cuando “no pasa nada” pero depende de cuánto nos interesamos por el entorno. Es un engaño que no pase nada porque los acontecimientos se producen por zettabites a nuestro alrededor. Por obra del coronavirus que nos obligó a aislarnos, experimentamos varios tipos de vivencia. Algunos lo tomaron como una maravillosa oportunidad de ver películas, leer libros y planear acciones sobre el futuro, crear arte o dedicarse a hobbies. Parejas nuevas o bien avenidas, vivieron lunas de miel, pero en situación contraria, devienen aburrimiento, contrariedad y crisis. Quienes disfrutan la soledad, encuentran la situación ideal, mientras los socialites padecen molestias insufribles. Algunos lamentan perder la oportunidad de hacer el negocio de su vida o ventajas que se les presentaron. Otros sin entornos placenteros o expectantes, sufren trastornos físicos y emocionales. Atormentado por la conciencia del tiempo, Vallejo escribe “cómo me duele el pelo al columbrar los siglos semanales”.

Pocos describen en el arte las vidas sin mañana como Francis Bacon. Sus figuras humanas son amasijos deformes, abotagados, semi disueltos, en el ciclo opresivo entre el trabajo y cuartos de pensión de mala muerte, salas de baño sórdidas y sucias, bajo un escueto bombillo pendiente del cable. Bacon presenta el hastío aterrador: contar el tiempo de un plazo que es la propia vida sin mañana. La cuarentena, sin tal dramatismo, no tenía un final predeterminado, e inquietaba su término incierto. Para un condenado, la sentencia tiene plazo fijo. En Sueños de fuga (Darabont: 1994), el protagonista enfrentaba su larga e injusta condena con optimismo pues cavaba en la pared el túnel con una inofensiva cucharita, camuflado en un afiche de Raquel Welch. Sería libre y podría reconstruir su esperanza a base de esfuerzo y decisión. Algunos con teleologismo optimista dicen que las pestes son el preámbulo de las grandes reconstrucciones, cosa que no creo sea una determinación sino descripción de que la voluntad recoge los escombros y sigue la marcha.

El Renacimiento arranca con Dante en el siglo XIII y lo interrumpe la Muerte Negra del siglo XIV pese a Boccaccio y Petrarca. Hubo que esperar hasta el XV para que se reiniciara la vida. Las pestes lanzan millones de seres humanos a la muerte y la miseria, lo que no abona a verlas como bendiciones progresistas. Pero el ser humano se sobrepone, que es otra cosa. En un momento de humor, el atormentado Soren Kierkegaard dejó su versión del desarrollo humano como obra de la monotonía, según cita Mibelis. “Los dioses fastidiados, crearon a los humanos. Adán se aburría y le trajeron a Eva. Luego los dos se aburrían junto a Caín y Abel en familia. Aumentó la población del mundo, y los pueblos se aburrían masivamente. Para entretenerse, se les ocurrió la idea de construir una torre, tan alta que llegara hasta el cielo… Después se dispersaron por el mundo y viajaron por todas partes, pero aún se aburren”.

Carlos Raul Hernandez
carlosraulhernandez@gmail.com
@CarlosRaulHer
@ElUniversal
Venezuela

ANTONIO JOSÉ MONAGAS: ¿DEMOCRACIA PATEADA? . DESDE VENEZUELA

Qué difícil ha sido para el régimen político actual, entender y atender la democracia. Pero no la democracia que resuena a través de la formalidad del discurso. Tampoco, mediante elecciones que finalmente se convierten en actos de precaria repercusión pues la coacción inducida desde posiciones de poder político merman sus posibles efectos.

Esa praxis no interpreta los sentimientos que alientan la democracia en toda su dimensión. Sencillamente, debe admitirse y reconocerse que quienes ejercen cargos de responsabilidad político–gubernamental (Véase el caso Venezuela), han tergiversado el concepto de democracia. Han pretendido demostrar que la democracia tiene otra connotación. Naturalmente, sus realidades deben responder a los intereses particulares del proyecto ideológico de gobierno. Por supuesto, sin que medie otra consideración distinta de la que determina la intención de determinar todo según la voluntad de una única persona, De una sola apreciación que busca imponerse a toda condición por encima de cualquier circunstancia.

Es lo que la teoría política denomina “autoritarismo”. Es decir, una fuerza convertida en poder político que busca dirigir sus energías a arroyar toda acción que pueda contrarrestar la autoridad legítima.

El caso Venezuela es un indigno ejemplo de “autoritarismo”. Tan repugnante realidad, divulgada nacional e internacionalmente mediante imágenes que promocionan hechos de presunta democracia, ponen en claro lo que oculta la gestión política. Sobre todo, cuando es harto conocido que cada evento publicitado mediante propuestas de mercadeo político–gubernamental, son meros remedos de lo que el discurso del régimen falsamente exalta.

Las decisiones de gobierno, giradas alrededor de los abusos que, en nombre de la “revolución” equivocadamente inspirada en la semblanza y obra de Simón Bolívar, se han cometido, son demostraciones patéticas del engorro que viven quienes presumen de gobernantes.

Su falta de responsabilidad, sumada a la ausencia de consistencia alineada con la necesidad de allanar los vacíos que con el insistente desorden se han acumulado en casi veinticinco años, ha coadyuvado a profundizar la crisis política y social que Venezuela ya vivía en 1998.

Pero actuaciones relacionadas con el agravio de condiciones que tocan con amenazas y agresividad a los medios de comunicación privados, a los sectores terciarios y secundarios de la economía nacional, a los derechos fundamentales que exhortan la vida, a aquellos ámbitos sobre los cuales descansa la salud y la alimentación, y a la educación superior afianzada por la autonomía universitaria, incitan un rechazo a todo lo que pueda estar contaminado de prurito gubernamental.

Mientras los actuales gobernantes sigan haciendo de las suyas sin reconocer al otro, sin comprender que no son únicos. Sin entender que el país es de todos y que todos tienen cabida en él, la descomposición seguirá oscureciendo el horizonte nacional.

Será entonces factura a cobrarse por parte del régimen. Y lo hace con saña y alevosía a fin de ocupar el espacio donde residen los derechos y libertades de los venezolanos. Ello, en franco perjuicio de la salud social y afectiva de todos. De todos aquellos que fijan sus esperanzas en una democracia real, muy alejada de lo que con angustia y tristeza se vive ahora. O sea, una ¿democracia pateada?

Antonio José Monagas
@ajmonagas
Venezuela

LEANDRO RODRÍGUEZ LINÁREZ: ¿2024?

Con qué cruel facilidad algunos políticos plantean a los venezolanos “esperemos hasta 2024”, lo peor de todo, es que para esa fecha no se vislumbra un proceso electoral medianamente aceptable, al contrario, desde 2017 cada elección se empecina en ser más absurda, diseñada exclusivamente por y para el Psuv, por eso los dantescos resultados, la aceleración de la destrucción de nuestra otrora bella Venezuela.

Muchos tratan de forzar desenlaces ansiando similitud con, por ejemplo, Singapur, pero ignoran allí yace una férrea dictadura castrense adueñada de esa nación. También aspiran el chavismo haga el viraje de China, convertidos a una economía de mercado salvaje, pero olvidan políticamente mantienen el comunismo atroz, eliminando los derechos políticos de la población, condenándolos vivir bajo la sombra de una poderosa/inescrupulosa élite. Lo propio ocurre con Vietnam, Rusia y demás países víctimas de la peste comunista, se vieron obligados evolucionar sus economías al “capitalismo”, pero políticamente continúan aplicando el comunismo para lo único que sirve: anclarse en el poder a través de la violencia institucionalizada.

¿Es posible aplicar desenlaces similares en Venezuela? Lo están intentando, el régimen echa mano a un sector político, antes considerado opositor, ahora simplemente secuaces contratados para fines macabros: aparentar democracia, aliviar sanciones (aunque las causas que las generan se ahondan) e intentar generar confianza para engatusar inversiones a fin el país, al menos, vuelva a ser lo que era en la hoy añorada “cuarta república” ¿Lo está logrando? ¡No!

El insultante slogan “Venezuela se está arreglando” es aplicado en el peor momento de todos, el país colapsa por los cuatros costados, el éxodo, la inflación se redoblan y, a excepción de USA con sus puntuales intereses petroleros, nadie evalúa invertir, solamente los mismos cómplices internacionales del chavismo.

El salvavidas de las remesas cada vez es menos efectivo, la economía del covid, la invasión a Ucrania y la hiperinflación en nuestra distorsionada economía roja, hace que 100$ de hace un año hoy rindan como si fueran 70 o menos, amén que las economías mundiales afrontan alza de precios por la coyuntura mundial, motivo por el cual los “remeseros” se ven obligados enviar menos dinero… una tragedia redonda.

Con todo esto, un sector político, con agregados de la oposición reconocida, nos insultan con la frase “¡Esperemos las presidenciales 2024!”… la gran pregunta ¿Qué hacemos mientras? ¿Qué agua bebemos, qué gasolina usamos, en cuáles hospitales nos atendemos, con cuál electricidad desempeñamos nuestras labores, con qué sueldo compramos comida, medicinas, ropa y un largo etcétera? No en vano se van a negociar en México, en territorio domado por uno de los más grandes carteles del mundo, así nadie “indebido” tendrá acceso a lo que allí se “negocia”.

En conclusión, son supremamente necesarias las primarias, pero sin CNE, sin “alacranes” y sin fines electoreros. En segundo lugar, no es en 2024 cuando se debe emprender la lucha, sino este mismo año, la sociedad civil día a día enfrenta acciones de protestas, manifestaciones diversas sin el acompañamiento político, estos (los políticos) intentan imponer la agenda al ciudadano cuando son los políticos que deben secunda la agenda de los venezolanos.

Regalar 2 años al régimen más oscuro de nuestra historia, mientras la población ve agudizar sus sufrimientos y el chavismo se radicaliza, no debe dejar dudas es una prédica de colaboradores del chavismo o incapaces perfectos. Digámosle ¡Fuera! y escojamos gente sintonizada con lo que el país requiere.

Leandro Rodríguez Linárez
leandrotango@gmail.com
@leandrotango
Venezuela

LUIS FUENMAYOR TORO : ROMA, SUS INGENIEROS Y EL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI . DESDE VENEZUELA

Hace más de 2 mil años, en lo que hoy conocemos como mundo occidental, los romanos dominaban buena parte del mismo y se expandían permanentemente hasta territorios vecinos, que conquistaban y anexaban a su vasto impero. Pero esto fue posible no sólo por su condición guerrera, ambiciones de dominación y un trato particular a cada población conquistada, sino porque fueron además creadores de conocimientos y de técnicas y mejores usuarios de los mismos, lo que los colocaba muy por encima de sus vecinos. Sus avances determinantes en la elaboración del hormigón y las técnicas desarrolladas de la construcción, entre ellas el desarrollo del arco en la arquitectura, les permitieron asumir la edificación de grandes acueductos, aún en pie, que transportaban suficiente agua a sus territorios, para satisfacer las necesidades de consumo doméstico y las de producción de Roma y de las ciudades conquistadas.

Edificios colosales como el Coliseo y el Panteón en Roma, el Foro Romano, los innumerables templos (Júpiter, Vesta, Cástor y Pólux, Antonino y Faustina, Saturno, Venus y Rómulo y César, en Roma; Nimes y Augusto y Livia en Francia, Claudio, Diana y Vic, en España; Évora en Portugal, Antas en Cerdeña), las termas (Caracalla, Nerón, Agripa, Diocleciano y Trajano, en Roma; Pompeya y Herculano en Italia, Bath en Inglaterra), los teatros y anfiteatros (Marcelo, Pompeyo y la Concordia, en Roma; Pompeya, Volterra y

Verona, en Italia; Cartagena, Sagunto, Itálica y Mérida, en España; Orange y Arlés en Francia, Aspendos y Éfeso en Turquía, los de Jerash en Jordania, Palmira en Siria, Augusta en Suiza, Dougga en Túnez) y sus arcos de triunfo (Constantino, Séptimo Severo, Tiberio y Tito, en Roma; Trajano en Italia, Bará, Medinaceli y Cáparra, en España; Orange y Saintes en Francia).

A lo anterior se añaden los estadios y circos, los mercados, los mausoleos, las basílicas, cientos de miles de kilómetros de calzadas, caminos y carreteras, que comunicaban todo el imperio; la creación del calendario juliano, vigente por más de 1.500 años; la concepción geocéntrica del universo, la construcción de los primeros sistemas de calefacción urbana, la aplicación de poleas, grúas, catapultas, faros y de molinos hidráulicos, a las actividades agrícolas y militares. Se destaca la creación de la noria hidráulica, de carácter casi industrial. Uso de sistemas de canales de riego desde ríos y represas. La aleación de latón, el uso del mercurio en la extracción del oro y los números romanos, fueron innovaciones originales. Se podría decir que no eran en realidad muy prolíficos en la generación de innovaciones, pero sin duda fueron excelentes en perfeccionar las innovaciones de otros pueblos, adaptarlas a sus necesidades y crear la mayor capacidad técnica del mundo de su época.

Ésta les sirvió para sostener el imperio más grande conocido en su momento y uno de los mayores de todos los tiempos. Sus gobernantes tuvieron el tino de tener siempre ingenieros a sus servicios, dispuestos a enfrentar y resolver

cualquier reto que se les presentara, lo que les permitió zanjar los múltiples problemas que surgían en un imperio tan extenso, tan diverso y acechado desde varios frentes. La importancia de este hecho en el éxito de los romanos hace más de 2 milenios no ha sido comprendida por nuestros gobernantes, en especial los actuales, quienes se caracterizan por su desprecio de las ciencias, de la técnica y de la tecnología. A lo más que llegaba Chávez era a casi venerar los llamados saberes populares y ancestrales, sobre todo porque no requieren de estudios, ni de escuelas y liceos, mucho menos de universidades, sino a lo sumo de la sombra de una mata de mango. Sus supuestos seguidores en el gobierno actual tienen las mismas convicciones.

Mientras no haya claridad de la necesidad de las ciencias, la tecnología y la educación para el desarrollo nacional, no habrá luz al final del túnel aunque se llegare a salir del mismo.

Luis Fuenmayor Toro
lft3003@gmail.com
@LFuenmayorToro
Venezuela

JUAN GUERRERO: SOBREVIVIR EN VENEZUELA, DESDE VENEZUELA

-Si vamos todos a lo mejor nos escuchan, dijo uno de los que estaban haciendo la cola para surtir gasolina. Yo los miré. El sol del mediodía ‘partía tejas’ y el hambre hacía sonar los estómagos. Varios se levantaron y se sacudieron el polvo de los pantalones. Otros se fueron a cerrar sus vehículos. Pero la mayoría permaneció impasible mirando cómo los cuatro hombres se alejaban rumbo a la gasolinera para protestar frente a los guardias y policías, quienes, de manera descarada dejaban pasar a los <vip> que, apenas llegaban, les permitían la entrada para surtir.

-No sé qué van a ganar con ir a protestar, dijo un señor que estaba a mi lado. –Desde hace más de 8 años estuvimos peleando en las calles de todo el país y lo que ganamos fueron muertos, desaparecidos y presos. Todos ya se olvidaron de eso. Los políticos de la oposición andan disfrutando de sus negocios con el régimen o fuera del país con sus familias, bien acomodados. Nos dejaron solos y aquí estamos, -señalando la interminable cola de vehículos. Pasando calamidades y frustrados.

Hubo un silencio de aprobación y desconsuelo. No sabría definirlo. Quizás porque ya íbamos para 7 horas esperando para entrar y surtir gasolina. O porque ya en los rostros solo se aprecia agotamiento, cansancio extremo e incredulidad para soportar las horas, los días, las semanas y los meses que van pasando y caen como agobiantes dudas de sobrevivenciade este día y de todos los días.

Es que la rabia hace tiempo se transformó, más que en frustración, en sobrevivencia. El agotamiento físico, mental y espiritual, dio pasó a una suma de calamidades que algunos especialistas denominan como, ‘burnout”, o ‘persona quemada o bloqueada’. Ese cansancio crónico, extremo. La sensación de pérdida total de interés por la vida. Solo buscar sobrevivir, alimentarnos mientras pasan las horas. Es que en la Venezuela actual se han perdido todas las aristas que nos daban seguridad y nos instalaban en la normalidad de una realidad que ofrecía un destino, un futuro.Pero ya no sabemos si realmente vivimos en una sociedad y, pero aun, sintiendo que no existe Estado que nos proteja, mientras el gobierno se transformó en un régimen totalitario que humilla, veja y maltrata al ciudadano.

-La verdad, le escuché decir a un flaco y larguirucho señorque hacía la interminable cola, que aquí cada quien resuelve como puede. –Fíjese usted, señalándome. Con el negocio de la gasolina cada uno de ellos tiene su tajada. Sale de los llenaderos la gandola y ya los generales obtienen su cuota, luego llega acá y quienes administran la estación de gasolina, también le ganan, después, los policías y militares que custodian, venden los puestos <vip> y sacan sus dólares. Total, que esto es un negocio de corrupción muy difícil de solucionar. –Y ni se le ocurra decirle en sus caras que son corruptos porque lo sacan de la cola y se lo llevan preso, y nadie lo va a defender.

Es esa la sensación de indefensión, de amarga humillación y violencia contenida frente a la violencia representada en unos uniformes que defienden lo ilegal.

Nadie sabe a ciencia cierta si mañana amaneceremos sin agua, sin electricidad, con la inseguridad de saber si podremos comprar una bombona de gas doméstico para alimentarnos, si el Internet funcionará o si llegará la gasolina. Estos son los límites que cercan la vida del venezolano que habita un espacio geográfico llamado Venezuela. En la mirada del semejante uno intuye la tragedia compartida del día a día. La frustración de hacer una interminable fila para, después de cuatro o seis horas, escuchar que se terminó la gasolina y no saber si mañana volverán a surtir.

El drama psicológico, la tragedia colectiva se cuenta en historias de abuelos abandonados que prefieren dejar de comer para que sus nietos puedan alimentarse y alargar la vida para que puedan ser hombres y mujeres y alcancen a vivir un poco más. –Yo ya viví y es mejor que le des la arepa al niño que está creciendo. Cuenta uno que supo de una abuelita que se dejó morir de hambre para que su nieto pudiera comer.

Yo escucho y me hago el desentendido para no seguir en este calvario de historias de anónimas voces que hablan mientras esperan surtir de gasolina sus vehículos. –Pero mire que en Carache (pueblito andino) llega una gandola cada quince días, dice un joven camionero. –Allá uno tiene que anotarse en un cuaderno que lleva un funcionario y después, debe irse de madrugada a la única gasolinera del pueblo. –Aquí, al menos, a uno le dan un número y ya medio asegura que podrá surtir gasolina, dice el joven esperanzado.

Ya en mi casa, apenas entrando, comenzó el corte de electricidad que también le toca a la estación de servicio donde el joven esperanzado, varios vehículos detrás de mí, tenía horas esperando para surtir gasolina.

Juan Guerrero
camilodeasis@hotmail.com
@camilodeasis
@camilodeasis1
Venezuela