viernes, 4 de febrero de 2022

ACTUALIZACIÓN DE EL REPUBLICANO LIBERAL II: DIARIO DE OPINIÓN, http://elrepublicanoliberalii.blogspot.com HOY VIERNES 04/02/2022

 


AQUÍ TITULARES DE HOY VIERNES 04/02/2022, DIARIO DE OPINIÓN, EL REPUBLICANO LIBERAL II, PARA LEER PULSA SOBRE EL TITULAR ESCOGIDO

   

                 HOY -  OPINIONES INTERNACIONALES Y NACIONALES -                                                                          * 04/02/2022 *

PAULINA GAMUS: HOY LES TOCA A USTEDES


JOSÉ RAFAEL HERRERA: ¿QUÉ ES LA ANTIPOLÍTICA?


ENRIQUE PRIETO SILVA: ¡4F: 30º ANIVERSARIO DE UNA BUFONADA!

LEANDRO RODRÍGUEZ LINÁREZ: ¡PENDEJOS REVOCADOS!







PAULINA GAMUS: HOY LES TOCA A USTEDES

Jamás imaginé que mis tres nietos a los que vi nacer, que se quedaban de pequeños a dormir en mi casa, a quienes apurruñaba, me los comía a besos, les hacía panquecas, les contaba cuentos y enseñaba canciones, se irían a vivir a otras tierras”. Palabras que seguramente tienen eco en millones de hogares venezolanos, a quienes la diáspora los ha separado de sus seres queridos, y ahora se les hará mucho más difícil que puedan venir a visitar a los abuelos. Mientras, una fría pantalla nos recuerda que nada puede aliviar la lejanía.

Deben ser miles los abuelos y bisabuelos que por distintas razones no pueden viajar para abrazar a su descendencia y que ahora tampoco podrán recibirlos en sus hogares venezolanos.

No sé por qué pero de repente me asalta la idea de que el régimen de Maduro tiene una Comisión que a diferencia de la mayoría, sí funciona y de manera más que eficiente; su objetivo es crear maldades con carácter seudolegal y de obligatorio cumplimiento. En otras palabras, enfocada a inventar cada vez una nueva manera de amargarle la vida a los pobladores de este país. No escribo una palabra que empieza por “j” y termina con “r” porque no me gusta utilizar tacos en mis artículos. En el lenguaje cotidiano es imposible evadirse.

Si tuviera que elegir la peor entre todas las desgracias que nos han provocado los veintidós años de socialismo del siglo XXI o psuvismo o chavomadurismo, elegiría la emigración o huida del país de seis millones de venezolanos y por consiguiente, la separación de las familias. Antes de 1999 jamás imaginé que mis tres nietos a los que vi nacer, que se quedaban de pequeños a dormir en mi casa, a quienes apurruñaba, me los comía a besos, les hacía panquecas, les contaba cuentos y enseñaba canciones, se irían a vivir a otras tierras. Así que sus hijos, es decir mis siete bisnietos, son cinco colombianos residenciados en Bogotá y dos estadounidenses que nacieron y viven en Miami. De los colombianos, dos tienen padre y tres madres que son venezolanos. De los dos gringuitos el papá es venezolano. Claro que nos vemos y hablamos por videos y tratamos de reunirnos en algún lugar, una vez al año. Pero nada de apurruñarlos, besarlos, dormir con ellos, cantarles y contarles. Una fría pantalla nos recuerda que nada puede aliviar la lejanía. Mis bisnietos colombianos adoran venir a Caracas y de hecho han venido. Mis bisnietos de Miami no desde que necesitan visa.

La Comisión de Maldades, eligió esta vez al SAIME (Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería) para que decida, de buenas a primeras, que los hijos de venezolanos nacidos en el exterior pueden ingresar al país con cualquier pasaporte. Pero para salir, necesitan pasaporte venezolano o visa venezolana estampada en su pasaporte original. La decisión es supuestamente constitucional. El Artículo 32 de la Constitución vigente desde 1999, reza textualmente: “Son venezolanos y venezolanas por nacimiento: 1º Toda persona nacida en el territorio de la República. 2º Toda persona nacida en territorio extranjero, hijo o hija de padre venezolano por nacimiento o madre venezolana por nacimiento, siempre que establezcan su residencia en el territorio de la República o declaren su voluntad de acogerse a la nacionalidad venezolana…”

Volvamos a la maldad: Los países con mayor número de emigrados venezolanos son los Estados Unidos de Norte América y Colombia. En ninguno de los dos existen consulados venezolanos a los que hubiesen podido acudir los padres para inscribir a sus hijos como nacionales de nuestro país. Pero imaginemos que existiendo los consulados, los padres decidieran que no quieren inscribir a sus hijos, es decir no quieren “declarar su voluntad de acogerse a la nacionalidad venezolana” y prefieren que sean colombianos, rusos, chinos, italianos o alemanes, ¿en qué artículo de la Constitución se establece que es obligatorio para los nacidos en el exterior de padres venezolanos ser inscritos como tales?, ¿tienen que ser venezolanos porque sí, a juro?

La maldad no sería tanta si en este país obtener una cédula o un pasaporte no fuera similar a ganarse el Loto. Ahora parece que fluye porque dan los pasaportes en tres semanas pero nadie sabe cuánto puede durar ese “por ahora” que no es como el otro que ya sabemos. Tener siete bisnietos ya asoma una idea de la edad de quien esto escribe, y escribo porque estoy segura de no ser la única afectada por la maldad programada que esta vez es migratoria. Deben ser miles los abuelos y bisabuelos que por distintas razones no pueden viajar para abrazar a su descendencia y que ahora tampoco podrán recibirlos en sus hogares venezolanos.

Paulina Gamus
gamus.paulina@gmail.com
@paugamus
Venezuela

https://www.costadelsolfm.org/2022/02/03/paulina-gamus-hoy-les-toca-a-ustedes/

JOSÉ RAFAEL HERRERA: ¿QUÉ ES LA ANTIPOLÍTICA?

En el conocido Prólogo a la Contribución para la crítica de la economía política, Karl Marx sostiene que “el modo de producción de la vida material determina el proceso de la vida social, política y espiritual en general”. Lo que se es se identifica con lo que se hace y con el modo como se hace. Ser es hacer. La vida es un hacer continuo y las formas como los hombres conciben su modo de vida depende de lo que ellos mismos sean capaces de hacer. 

Una frase compendia sus conclusiones: “No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino, por el contrario, es el ser social lo que determina su conciencia”. Esa es la razón por la cual el ser sin más, en su simplicidad, el ser a secas, no es, porque todo ser es en cuanto que es social, en cuanto que es hacer, es decir, en cuanto que es histórico, político. Verum et factum convertuntur reciprocatur, al decir de Vico.

“Todo es político”, advertía Gramsci en sus Quaderni, incluso lo es el no ser político, el concebir-se (o creer-se) a sí mismo en la no-politicidad o en la anti-politicidad. Ya lo había advertido el mismísimo Shakespeare, al referirse a aquellos artistas que, no sin cierta vanidad, creían poder mantenerse ajenos al quehacer político de su tiempo, presos -como diría sir Francis Bacon, autor del Novum Organum– de los “idola theatri”: “Todo arte que pretenda ser auténtico tiene que ser la necesaria expresión de lo político”. 

En suma, el ser social, históricamente considerado, por razones inherentes a su propio devenir, a su naturaleza histórica, no puede prescindir de esa su condición sustancial: la de ser zoon politikón, un “animal político”. El resto es imaginatio: son “el cazador o el pescador solos y aislados”, que “pertenecen a las imaginaciones desprovistas de fantasía que produjeron las robinsonadas diesiochescas” y su malentendido ‘retorno a la vida natural’. “Nadie -cita Hemingway a John Donne- es una isla, completo en sí mismo; cada hombre es un pedazo del continente, una parte de la tierra”. Y todavía más: “La muerte de cualquier hombre me disminuye, porque estoy ligado a la humanidad; nunca hagas preguntar por quién doblan las campanas: doblan por ti”.

Más interesante todavía pareciera ser el camino del recorrido inverso, cabe decir, el camino de aquel que, al mejor estilo positivista o nihilista -da lo mismo-, convencido del preponderante y superior papel de la política en y para la vida de los hombres, y presuponiendo, como todo auténtico “especialista”, que la política sólo puede ser el producto de la exclusiva labor de la techné, propia de la dirigencia partidista, considera que quien tenga el atrevimiento de opinar sobre una determinada situación política sin ser “político” es, para decir lo menos, un estulto, un ignorante, un perturbador del «orden natural de las cosas» y que debería, por el bien general, guardar las distancias, o más específicamente, mantenerse alejado de este tan especial y supremo oficio.

Sorprende sobremanera cómo el muy diligente detractor de la «antipolítica» acostumbre mostrar hasta “las costuras” los graves inconvenientes que, a lo largo de estos años, ha venido causando la intromisión de esta suerte de “irresponsables” que, «sin conocer las hierbas», se consideran en plena capacidad de hacer los más osados “hechizos” de toda posible tonalidad, como si fuesen auténticos expertos en las «esotéricas» artes de la Politeia. 

El profesor Albus Dumbledore, maestro de “el elegido” Harry Potter, se quedaría pasmado ante semejante atrevimiento. En síntesis, y según la opinión de estos expertos, son ellos, los «antipolíticos», esos irresponsables detractores del oficio político, los genuinos culpables de que, hasta la fecha, la “oposición” al régimen gansteril no haya podido concretar el triunfo en sus intentos por instaurar un régimen de libertades, democrático, justo y próspero en Venezuela.

Tal vez, en estos argumentos haya algo -o incluso mucho- de razón. “Zapatero a su zapato”, como dice el refrán. Nadie podría cuestionar el hecho de que, así como para dedicarse a la medicina o a la ingeniería es menester aprender al detalle las técnicas propias del oficio, de igual modo quien se dedica exclusivamente al conocimiento de la praxis política debe ser el más indicado para ejercer la difícil tarea de confrontar el gansterismo, esa fase superior del totalitarismo, revestido de una extravagante ideología de neo-izquierda y experto, por demás, en la manipulación de los más cándidos sentimientos de las clases desposeídas. Son ellos, en consecuencia, los llamados a diseñar la carta de navegación que haga posible el reencuentro del país consigo mismo. Pero, precisamente por ello, no se comprende bien cómo es que pudo surgir la antipolítica, no solamente la que hizo posible la llegada del lumpen al poder, sino también la que ha venido generando esa inconveniente e irracional «perturbación» a lo interno de la llamada “oposición”.

Pareciera necesario, pues, hacer algunas consideraciones que contribuyan a la comprensión del cómo y por qué pudo haber irrumpido en la escena pública la antipolítica, cuál es su origen y cuál es la razón de su caprichosa y extravagante presencia, tomando en cuenta el hecho de que antes del secuestro perpetrado por el cartel, se supone, los políticos venían ejerciendo sus funciones, y que durante el presente no pocos han sido los intentos de construcción de un gran movimiento político de unificación de las más diversas tendencias y militancias partidistas, verdaderos «mosaicos» -o piezas de un rompecabeza- con los cuales se pretende generar el «efectivo» movimiento de cambio que requiere el país. 

Es como si en un hospital en el que sobraran médicos de las más variadas especialidades se incrementaran irrefrenablemente las patologías. Cosa extraña, que debería llamar la atención de las autoridades del hospital en cuestión.

En otros términos: ¿será que la antipolítica surgió de la nada? Pero, por una vez: ¿no fue Aristóteles quien afirmó que de la nada no surge más que la nada? O, para decirlo en clave estrictamente ontológica: ¿no será la antipolítica la hija legítima del tradicional modelo de hacer política? Da la impresión de que la posición asumida por los “especialistas” en política es tan antipolítica como la de sus detractores. 

De hecho, la antipolítica bien puede ser definida como la inversión reflexiva -abstracta- de la política, su contra-cara. Y quizá eso explique, en parte, los saltos de “talanquera”, la “fuga” de los “alacranes” o la deserción de los pobres de Espíritu. Y es que los políticos de oficio, al negarse a reconocer la cada vez mayor -y más preocupante- consistencia de la antipolítica, terminan asumiendo la misma función que ejercen los antipolíticos en su contra. 

De suerte tal que el uno queda sorprendido como el claroscuro del otro. Cada uno se devela como “el otro del otro”, en el que el uno y el otro devienen idénticos. 

Sin reconocimiento no hay conocimiento, decía Hegel. Para que el país se reconozca, se requiere, en primer lugar, que la llamada “oposición” se reconozca a sí misma, que deje de lado los prejuicios, los viejos hábitos, y construya una novedosa red hegemónica que ponga fin al secuestro hamponil. 

Para ser una auténtica oposición es indispensable comprenderse como lo distinto de la criminalidad. Sin ideas «claras y distintas» no hay ni técnicas ni especializaciones que valgan de mucho, ni políticos ni antipolíticos que resuelvan el grave escollo en el que se encuentra inmerso lo que va quedando de país. 

La construcción de un nuevo modo de ser y pensar (que es un nuevo modo de hacer) es la verdadera prioridad. La formación cultural -esa que trasciende los límites de la política en minúscula- pareciera ser, de hecho, la tarea primordial.


José Rafael Herrera
jrherreraucv2000@gmail.com
@jrherreraucv
Venezuela

LUIS MANUEL AGUANA: EL INTERINATO NO SE JUSTIFICA SIN UNA CONSTITUYENTE

Cada vez se hace más difícil seguir respaldando una presidencia encargada que no se deja ayudar. Primero fue cuando el Presidente Encargado se lanzó sin pensarlo ni un día a respaldar el Referendo Revocatorio después del sonado “triunfo” de la oposición en Barinas, loquera que algunos tuvimos que atajar prácticamente al fondo del jardín central, como pelota que ya se iba de jonrón por parte del régimen (ver La verdadera victoria del régimen en Barinas, en https://ticsddhh.blogspot.com/2022/01/la-verdadera-victoria-del-regimen-en.html).

Y a pesar de esa declaración tenemos esta reciente en El País de España: “El peor escenario es una presidencial en 2024. Estamos procurando a través de un proceso de negociación adelantarla lo más posible. La próxima elección que haya en Venezuela tiene que ser para salir de Maduro, porque nos la deben desde 2018.” (ver Juan Guaidó: El peor escenario para Venezuela son unas presidenciales en 2024”, en https://elpais.com/internacional/2021-11-29/juan-guaido-el-peor-escenario-para-venezuela-son-unas-presidenciales-en-2024.html).

De nuevo se equivoca el Presidente Encargado. Insistir tercamente en elecciones “para salir de Maduro”, bajo la premisa de que estamos tratando con “políticos” y no con delincuentes respaldados por una mafia internacional, y que tienen secuestrado el Poder Electoral, nos llevará definitivamente al 2024 y más allá con más diáspora, más hiperinflación, más muerte y ruina para los venezolanos. Si la cabeza visible internacionalmente de la oposición cree en verdad eso, mejor dejemos el campo de juego y olvidemos recuperar a Venezuela para siempre. Sr Presidente Encargado, ¡el peor escenario para Venezuela es no resolver el problema ahora!

No hay nada más dañino para un pueblo que sus dirigentes se ausenten de la realidad. Quiero de verdad darle al ciudadano Presidente Encargado el beneficio de la duda, pero si los términos son buscar en una negociación y que los delincuentes que nos desgobiernan admitan que sus elecciones de 2018 no fueron constitucionalmente convocadas y “que nos deben” una elección desde 2018, es estar completamente fuera de la realidad.

Y claramente las elecciones de 2018 fueron ilegitimas y es por eso que existe Juan Guaidó como Presidente Encargado, por una previsión constitucional que aceptaron importantes gobiernos como el de los EEUU. Pero de allí a esperar que unos delincuentes acepten una nueva elección presidencial producto de un proceso de negociación, es condenar a Venezuela a una espera suicida. Lo menos que debería aceptar la Presidencia Encargada son nuevos puntos de vista, nuevas perspectivas de cómo afrontar la situación, y sobre todo nuevas propuestas que nos saquen de este callejón sin salida en el que nos ha puesto el régimen, con la ayuda deliberada o no de la oposición oficial. Y se deberían ventilar absolutamente todas las propuestas que signifiquen salir de inmediato de la tiranía.

No es verdad que una elección presidencial sea la única salida que le queda a Venezuela. Desde esta pequeña tribuna de la red he acompañado la propuesta de la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente de Carácter Originario como la solución efectiva al problema que tenemos en Venezuela. Pero ni el G4 ni el Presidente Encargado la han mencionado nunca como una opción en ninguna declaración a pesar de existir un Capítulo completo de nuestra Constitución que la describe (Título IX, Capítulo III).

Las razones de esa ausencia constituyente de la agenda de nuestra oposición, es por decir lo menos una incógnita. Conocían perfectamente desde mucho antes de la muerte de Hugo Chávez, que esta se podía convocar por acuerdo de las dos terceras partes de la Asamblea Nacional o el 15% del padrón electoral. Pero aun así nunca se decantaron por ella prefiriendo la solución revocatoria, que requería un apoyo superior. Tal vez el país fuera otro en el 2022 si en lugar de estar pendiente de sacar unos cuadros el 5 de enero de 2016, el Presidente de la Asamblea Nacional en ese día se hubiese preocupado en convocar al Parlamento para iniciar un proceso Constituyente de carácter originario.

Esta ausencia todavía persiste en las mentes de todos ellos, incluyendo la del Presidente Encargado. Y esto a mi juicio es inaceptable y sumamente dañino para los venezolanos. ¿Por qué? Porque se oculta deliberadamente al venezolano común que existe una manera de hacer que los delincuentes cedan en sus pretensiones de continuar en el poder, porque esta fue la misma herramienta que utilizó el innombrable para sacudirse el “status quo” de 40 años que tenía Venezuela en 1998.

¿Qué excusa podrían dar los áulicos del régimen en una mesa de negociaciones para no convocar al Constituyente, después de más de 22 años de éxodo y destrucción del país? ¿Qué Maduro es el Presidente? Podrían pasar siglos y dirían lo mismo, y nosotros lo contrario. Lo que correspondería decir allí es que lo decida el pueblo, entre otras razones por que ambas partes seguirán insistiendo en tener cada una la razón. Pero esto seguirá sucediendo si la discusión sigue siendo una elección presidencial. Nuestra propuesta no es discutir allí unas elecciones presidenciales, ni pelear por unas “elecciones que nos deben”, sino el mecanismo previsto constitucionalmente para refundar y reconstituir al país. Una Constituyente incluiría a todo el mundo, incluso a ellos, quienes dicen ser gobierno legítimo desde 2018 y quienes decimos que Maduro es ilegítimo Maduro no podría zafarse de una negociación en esos términos.

Cuando se habla de una Constituyente se determinan las bases del proceso, esto es, las Bases Comiciales. En un proceso negociado no podrían existir elecciones “as usual” con el Poder Electoral de régimen. Este proceso se regiría por un sistema de reglas diferentes establecidas en ese documento de Bases Comiciales: quienes pueden ser elegidos; sobre qué base poblacional; cuántos representantes por Estado; porcentajes para las decisiones trascendentales que deberían tomar esos ciudadanos designados por el pueblo para refundar y reinstitucionalizar a este país maltrecho; qué hacer con los Poderes Públicos, comenzando por el Poder Ejecutivo de Maduro; designar y en qué momento, un Gobierno de Transición por el período mínimo necesario para poder convocar un proceso electoral con todas las garantías de transparencia y legitimidad, limpiando a fondo ese antro llamado CNE.

¿Se dan cuenta por qué no podemos considerar ni remotamente parecida la solución electoral presidencial que pide la oposición oficial en esa mesa de negociaciones de México, existiendo una solución con mayor proyección para solucionar de inmediato el problema venezolano como una Constituyente de carácter Originario para la Refundación Nacional? Los términos de esa elección Constituyente no pueden ser impuestos por el régimen con su CNE, es una elección de una naturaleza completamente diferente y sus términos deben ser objeto de negociación entre las partes.

Podría decir muchas cosas más, pero la intención de esta nota es otra, que espero que la Presidencia Encargada pueda llegar a asimilar en su verdadera trascendencia. Y para eso me tomo el título del último comunicado de ANCO “EL PROTAGONISMO DEL PUEBLO ES LA ÚNICA VÍA POSIBLE PARA LA SALVACIÓN NACIONAL” (ver Comunicado ANCO del 30-01-2022, en https://ancoficial.blogspot.com/2022/01/comunicado-anco-el-protagonismo-del.html), donde se explica la propuesta en detalle.

Ese título tiene para mí una traducción muy importante para todos los venezolanos: la única razón por la cual se justificaría la existencia de una Presidencia Encargada, luego de la farsa revocatoria protagonizada por el régimen y su oposición, sería la convocatoria a un proceso Constituyente de carácter Originario a través de las negociaciones de México. No serían los activos –que por lo demás han sido protegidos por los diferentes gobiernos amigos del pueblo venezolano sin la intervención del Gobierno Encargado, ni cualquier otra excusa, sería la salvación nacional, expresada en acabar de una buena vez y a la brevedad posible con este estado de cosas que está destruyendo a Venezuela.

Luis Manuel Aguana
https://ticsddhh.blogspot.com/
luismanuel.aguana@gmail.com
@laguana
Venezuela

ENRIQUE PRIETO SILVA: ¡4F: 30º ANIVERSARIO DE UNA BUFONADA!

Nadie puede dudar que el país es otro después del 4F, como lo fue después del 23Ene58, del 18Oct45 y de muchas otras fechas propiciadoras de rupturas políticas post independencia. Gómez, los Castro, Zamora, Carujo, Pérez Jiménez y muchos otros sin sentido de importancia ni de liderazgo, en su momento fueron actores indi-viduales o de grupos, que de una u otra manera asumieron el rol de elegidos, o al menos así lo pensaron, por lo que insurgieron militar o montoneramente, para con-quistar el poder supuestamente usurpado y corrompido. Pero, ¿Qué ha quedado de ellos? Solo el triste recuerdo de sus hechos y el devenir de una nueva historia pa-tria. No debemos olvidar que somos actores en el presente, pero jamás podremos construir la historia. Ella surge espontáneamente de la cultura del pueblo, solo manipulada por quienes la escriben; y cuando ésta deja de ser veraz, siempre se cono-cerá por la leyenda, el cuento o la novela. Ellos son el alimento de la prosa.

Hace 20 años nos solicitaron que expusiéramos en cortas líneas el sentir militar sobre la exaltación del 4F. Pero sobre todo, que fuéramos sinceros en la expresión. Misión difícil, pero no imposible, cuando estábamos viviendo ese sentir cotidiana-mente. Sin embargo, nos obligó la misión a depurar nuestro pensamiento, para poder hilvanar las ideas, con pasión, pero sin la tentación motivadora que nos da el reflujo hacia un profundo apasionamiento. Humanos somos, y como humanos vivimos con la tentación del calificar y descalificar por gusto, que generalmente no es el del lector. De esto se trata.

No tuvimos dudas en calificar el 4F como un fallido intento de insurgencia, que más tarde, con el 27N, despertaron en la mayoría de los venezolanos un estremecimiento anti gubernamental (no político), de aversión a los partidos del llamado estatus, quienes se enceguecieron con la victoria contra los insurgentes, pero que co-metieron el grave pecado de creerse incólumes y amurallados. Más grave aún, no entendieron el mensaje conclusivo de la unión de desavenencias incultas del popu-lacho del 27 y 28F, con el pensamiento erróneo de los actores del 4F. No es cierto que hubiera continuidad, ni mucho menos semejanza de pensamiento. Los días del 89 fueron una simple demostración de la incultura popular y del aprovechamiento del liderazgo también inculto, que capitalizaron una manifestación de hambre con la arenga revoltosa por el aumento del transporte, aprovechando el error gubernamental en planificación, de liberar los precios el mismo día del incremento salarial, lo que produjo una escalada que la gente no podía pagar, ya que el cobro es semanal, quincenal o mensual. Este error estratégico fue la chispa en el fulminante. Olvida-ron, que nuestra gente está acostumbrada a que le den a cambio de nada.

Sin apasionamiento, no podemos negar que en 1989 había comenzado la recuperación económica del país, sin la demagogia de la dádiva. Esta situación, no era buena para los insurgentes del 4F (incluyendo los actores de cara oculta ¿traidores?, ¿antipatriotas?), quienes confesaron que tenían 10 años preparando el golpe, lo que nos indica que, esta mejoría económica no era buena para la causa, si es que la conocían, porque a la luz de los hechos, su fuerte era la historia del árbol de tres raíces y la macro envolvente política social, lado aparte de la reguladora economía, fundamental sustento de todo proceso administrativo. Para ellos, la acción militar era un fin en sí misma. Pareciera, según las versiones de los actores, que la insurgencia perseguía un fin inconfesable, no conocido y supuestamente perjuro contra sus superiores, quienes, sin discriminación, entraron en un mismo saco de gatos (¿corruptos o leales al sistema político?). Esto, en la justicia militar y en la ordinaria, se tipifica como insubordinación, con calificativo de motín o sublevación de acuerdo a los Códigos. De haber triunfado, no sabemos que pudo haber ocurrido, porque de haber existido un plan orientador bien concebido, no estuviera ocurriendo lo que ocurre. Solo las palabras confusas de sus actores, luego de su inserción en la política democrática, es el aparente decir de la verdad, ya que pareciera que sus acólitos ¿civiles?, muchos llamados o calificados de intelectuales, no han sido con-testes en sus historias. Pareciera, que ni ellos mismos creían en el movimiento de los insurrectos.

Los resultados están a la vista. Los ángeles revolucionarios dejaron el enjambre celestial, para diversificarse en la trova legendaria. Cada cual en su ronda aventure-ra y demagógica, por supuesto que sin discurso, ya que nunca lo tuvieron. Al me-nos, es lo que deducimos de la falta de definición del proyecto, que nunca dieron a luz, y nunca aparecieron los serafines, los querubines y los arcángeles que se unieran al coro celestial para promover y ensalzar la refundación de la República; y muchos han sido los desertores que no se atrevieron a dar la cara y mucho menos a disentir por su fracaso.

Con sinceridad, debemos reconocer la ruptura del esquema revolucionario. En lo militar, es difícil entender la actitud que han asumido los mandos, quienes parecieran no percatarse del pensar de sus subordinados. Basta conversar con cualquier subalterno, para oír expresiones de indignación y soberbia, por lo que nunca han querido como militares: ser actores practicantes en el mundo de la política partidista. Siempre ha existido una casi general molestia, al sentirse presionados y obligados a pertenecer a una organización que, según su pensar, se ha desviado del objetivo que los motivó a incorporarse a ella; y está ocurriendo lo que más hay que temer: oscuridad adentro y claridad en la calle. ¿Y quién ha dicho que no puede repetirse el 4F? Es un error que, quienes a la sombra insurgieron en este movimiento que po-demos calificar de paradoja, se crean tan seguros del apoyo colectivo.

Ellos nos demostraron, que los comandos de entonces fuimos unos ilusos al pen-sar que nunca más ocurriría un golpe de Estado. En verdad, no lo ha habido, pero si ha habido intentos que pueden repetirse. El militar aprecia su uniforme, pero se reciente con el mal empleo de la disciplina. Esa, que muchos la ven como la jerarquización solo para la subordinación, pero no para el cumplimiento de las tareas militares. No todos (la mayoría), visualiza la desviación funcional con el empleo en el desarrollo. Especialmente, los más jóvenes sienten un toque de frustración, cuando se ven alejados de su ideal (ilusión de aspirante), involucrándolos en lo que no quieren: la política.

Fuimos de los precursores en solicitar el ejercicio de los derechos políticos en el militar, sin la participación partidista. Pero nunca nos imaginábamos que soterrada-mente habían subalternos que propugnaban, no solo el ejercicio de estos derechos, especialmente el voto, sino que acariciaban el ideal de una revolución comunista, que tanto dolor, muerte y frustración nos produjo, y que hoy, al desnudo quieren im-plantar, incomprensiblemente, cuando en el mundo, sus promotores después de 75 años de engaño, decidieron confesar y apartarse de la utopía.

¿Qué celebramos del 4F? Tal vez valga la pena una conmemoración reflexiva, que pudiera servir de ejemplo del no deber ser. Nosotros compartimos en su mo-mento la angustia de los jóvenes oficiales por el estado crítico de la política del país (no debemos confundir con situación económica); por la terquedad del liderazgo, que nunca quiso entender la necesidad de reformar la constitución, de dar apertura a la democratización sindical, de sanear el poder judicial, eliminar la dictadura de los partidos y sincerar el discurso presidencial y de los ministros con los entes de su dominio, pero en ningún caso era esto motivación para la insurgencia militar. Lo que hizo falta fue la insurgencia de un líder político que nos aglutinara en torno al males-tar, para promover los cambios. Solo Caldera e Isturiz, aprovecharon la tribuna del Congreso para lograr luego posiciones. Triunfaron en las elecciones, pero fracasa-ron en su gestión.

Hay que entender, que la deficiencia era del liderazgo partidista y político, especialmente de AD y COPEI, quienes se creyeron los dueños del control gubernamental en la alternabilidad bipartidista. Pero, peor era la actitud de los líderes de los otros partidos, muchos de ellos, sumergidos inicialmente en el Chiripero y luego en el Polo Patriótico. Trataron de engañar con un discurso incoherente e irreflexivo, queriendo demostrar que son diferentes y no tienen nada de culpa. Ellos, en verdad, no deben celebrar el 4F, sino que deben hacer jornadas de penitencia por sus erro-res y por el fracaso que aún experimentan. Un político no puede llamarse exitoso por estar en el gobierno, sino por aportar ideas, por ayudar a realizarlas o por corregirlas. Unas jornadas de reflexión no caerían mal. No basta con comparar el 23 de Enero con el 4F. Hay que recordar que el mando se los dio el pueblo con los votos. El 4F fue un día triste que no logramos descifrar, si por el fracaso de la asonada o por no haber triunfado. Otro puede venir. Ojalá y no volvamos a equivocarnos.

En nuestra época de actividad, nunca pudimos imaginarnos que pudiera existir algún subalterno, que insuflara y soliviantara la disciplina, organizando, como ocurrió, una rebelión contra los propios mandos. Esa incredulidad nos dio tanta confianza, que luego se transformó en tristeza. Hoy, el militar discierne políticamente, pero en forma negativa.

Enrique Prieto Silva
enriqueprietosilva@yahoo.com
@Enriqueprietos
Venezuela

LEANDRO RODRÍGUEZ LINÁREZ: ¡PENDEJOS REVOCADOS!

El 15 junio de 1989, en la ciudad de Caracas, tuvo lugar una convocatoria denominada “La Marcha de los pendejos”, entre sus convocantes lucía Arturo Uslar Pietri. Uno de los slogans de ese acto, que resultó multitudinario, fue “No soy corrupto, soy pendejo”, era una manera particular de exhibir las buenas costumbres de los venezolanos en rechazo a la que imaginábamos era la clase gubernamental más corrupta que podíamos tener… ¡Cómo éramos de inocentes!

En su famoso programa “Primer Plano de Marcel Granier, Uslar Pietri declaró en vivo: “Si usted decide meterse a especulador o ladrón, el riesgo de ir a prisión es mínimo. Aquí nadie sufre con meterse a pícaro, porque no hay castigo para eso”. (La mayoría de los venezolanos son honestos), “aunque serlo no le signifique alguna recompensa, y no faltará desde luego alguien que le diga: Caramba, ese hombre sí es honesto. Pero lo más seguro es que le declaren más bien pendejo”.

Desde ese momento en nuestro país, la palabra “pendejo” se descodificó, comenzando a tener otro contexto, de inocencia, distinto al que tradicionalmente se tenía, como el de una persona excesivamente fácil de timar, atontado.

Ahora bien, el pendejo de 2021 no tiene nada que ver con el de 1989, pues cuando te timan por inocente una vez estamos en un contexto comprensivo, pero cuando te timan varias veces de la misma manera no se puede ser más que un soberbio tonto.

Afortunadamente, menos de 50 mil personas acudieron a la flagrante trampa del revocatorio, a un matadero suicida. Ahora bien, los “lideres” que se prestaron para solicitar el revocatorio ante las autoridades no pueden ser pendejos, en su mayoría fueron políticos curtidos, como el exgobernador del Táchira, es allí donde la suspicacia criolla abre campo a las reflexiones de calle: “quienes lo solicitaron estaban cuadrados con el régimen, para así aniquilar de un plumazo las aspiraciones revocatorias”. Sea cierto o falso, el resultado es el mismo, el régimen, así como en 2016, se quitó de encima de la manera más vulgar, jurídicamente hablando, el fantasma del revocatorio, despejando su trampa electoral por los siguientes 3 años. Estos convocantes no tienen nada de pendejos, muy probablemente tenían fines muy claros, en detrimento de los venezolanos.

Ahora, “showceramente”, han dicho acudirán a las demás instituciones chavistas para anular, en detrimento del chavismo, el acto del CNE chavista… toda una joya del oscurantismo del Siglo XX que nos averna la patria.

Para colmo de males, los políticos opositores (incluyendo Guaidó) han comprado el juego, los escenarios y la agenda al chavismo, al unísono (con pocas excepciones) parecen coincidir que el próximo juego serán las elecciones presidenciales 2024, es decir, anhelan las instituciones psuvizadas de hoy sean transparentes para esa fecha, que el CNE chavista sea imparcial, que para dentro 3 años los inhabilitados y hoy presos políticos puedan ser candidatos en unas elecciones democráticas y constitucionales… ¿Usted cree eso posible? ¿Qué acuerdo nefasto hay detrás de todo esto? Hay que ser el pendejo mayor, el del molde, para creerse semejante descaro barbárico.

Sabemos luchar contra el castrismo no es nada fácil, pero ya deberíamos tener muy claro que lo electoral y todo el espectro democrático es inútil contra quienes manejan las armas, recursos e instituciones del Estado a placer, temerosos de pagar por los delitos que se les acusan dentro y fuera del país. Venezuela requiere una conducción opositora sería, ajustada a la realidad política y que no trate a los venezolanos como pendejos. 


Leandro Rodríguez Linárez
leandrotango@gmail.com
@leandrotango
Venezuela