sábado, 28 de agosto de 2021

ACTUALIZACIÓN DE EL REPUBLICANO LIBERAL II: DIARIO DE OPINIÓN, http://elrepublicanoliberalii.blogspot.com SÁBADO 28/08/2021

 




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GIOCONDA CUNTO DE SAN BLAS: VENEZUELA Y SU BARRANCO LEGAL

«No se tomará ni se encarcelará a ningún hombre libre, ni se usurpará su propiedad vitalicia, o libertades, o aduanas libres, ni se le prohibirá, ni se le exiliará, ni se destruirá de ninguna otra manera; ni será pisoteado, ni le condenaremos, sino por juicio legítimo de sus pares, o por la ley de tierras. No venderemos a nadie, ni negaremos ni postergaremos justicia o derecho a ningún hombre.»

En 1215 la Carta Magna firmada por el rey John de Inglaterra por presión de sus súbditos contenía ese texto, la cláusula 29, que garantizaba desde entonces derechos que hoy en día, actualizados y mejor elaborados, forman parte de leyes nacionales y universales relativas a la defensa de los derechos humanos. Ochocientos años más tarde, dicha cláusula 29 y dos más de aquella Carta Magna siguen vigentes al día de hoy en los estatutos de Inglaterra y Gales.

Traigo a colación este viejo y a la vez actual texto para enfrentarlo a la vergonzosa revelación del World Justice Project (WJP) en su reciente edición 2020 (212 páginas repletas de información), según la cual Venezuela ocupa el último lugar entre 128 países (dos tercios de 194), evaluados en torno al Estado de Derecho en cada uno de ellos, una deshonrosa posición que nos retrotrae a etapas anteriores a la firma de aquella Carta Magna del siglo XIII.

El Índice de Estado de Derecho del WJP queda definido por cuatro principios universales: rendición de cuentas, leyes justas, gobierno abierto, mecanismos accesibles e imparciales para resolver disputas. Principios estos que el WJP desarrolla en ocho factores, tabulados en una escala de 0 a 1, donde 1 indica la máxima adhesión al Estado de Derecho. Según el WJP, la situación venezolana en materia de derechos se resume en estos datos sombríos: límites al poder gubernamental (0,17), ausencia de corrupción (0,31), gobierno abierto (0,28), derechos fundamentales (0,31), orden y seguridad (0,48), cumplimiento regulatorio (0,20), justicia civil (0,27) y justicia penal (0,13).

Así, Venezuela se ubica en el último puesto de la tabla, acompañada por Nicaragua (118), Bolivia (121), Egipto (125), Congo (126) y Camboya (127). Entre los países americanos con mejores posiciones: Canadá (9), Estados Unidos (21), Uruguay (22), Costa Rica (25), Chile (26), Colombia (27). Más abajo, Argentina (48), Brasil (67), México (104). No sorprende que los países escandinavos ocupen los primeros cuatro puestos, en este orden: Dinamarca, Noruega, Finlandia y Suecia.

Tampoco sorprende, aunque duela, la baja puntuación de nuestro país. Muchos son los crímenes que avalan dicha ubicación en el foso del ranking. Varios de ellos están contenidos en el informe que la Fiscal saliente de la Corte Penal Internacional (CPI) dejó para su sucesor en el cargo. Graves acusaciones, debidamente documentadas, reposan también en los informes sucesivos de Michele Bachelet, Alta Comisionada de las Naciones Unidas, así como el de la Misión Independiente de Determinación de los Hechos de las Naciones Unidas, el de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y el de la Organización de Estados Americanos, solo por mencionar unos pocos informes de los muchos generados por instituciones del mayor nivel nacional e internacional en materia de derechos humanos.

En este momento hay 268 presos políticos, según el Foro Penal. Además, 9.406 personas se mantienen sujetas a procesos penales arbitrarios por motivos políticos, o bajo medidas cautelares, una fracción de las 15.741 detenciones políticas que desde 2014 se han registrado en Venezuela.

En resumen, de todos los informes hasta ahora publicados se concluye que en Venezuela se han cometido crímenes de lesa humanidad, de directa jurisdicción de la CPI: arresto, privación severa de libertad física, tortura, violación y otras formas de violencia sexual y persecución contra cualquier grupo identificable por razones políticas, algunas de las cuales han llevado a la muerte de las víctimas.

A este catálogo de brutalidad debemos sumar las violaciones a los derechos económicos y sociales, alimentación, salud; violaciones de los derechos civiles y políticos, hegemonía comunicacional, erosión del estado de derecho, desmantelamiento de las instituciones democráticas, de todo lo cual somos testigos y víctimas los pobladores de este sufrido país.

La intención primaria del WJP es que la herramienta desarrollada en este programa sea utilizada por legisladores, organizaciones de la sociedad civil, académicos, ciudadanos y profesionales del derecho, entre otros, para el diagnóstico de debilidades y fortalezas de cada país, que deriven en el fomento de políticas públicas fortalecedoras del Estado de Derecho. Siendo así, el trabajo será arduo para los ciudadanos de esta comarca cuando comencemos el retorno a la vida democrática que nos merecemos.

Gioconda San-Blas
sanblas@gmail.com
@daVinci1412
@DiarioTalCual
http://giocondasanblas.blogspot.com
Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales,
Individuo de Número, Sillón XX
Caracas, Venezuela acfiman.org
“El castigo por rehusarte a participar en política es ser gobernado por personas inferiores a ti”. Platón
"Aunque no te interese la política, la política se interesará en ti". Pericles
https://talcualdigital.com/venezuela-y-su-barranco-legal-por-gioconda-cunto-de-san-blas/

CARLOS BLANCO: "ADELANTE A LUCHAR MILICIANOS, A LA VOZ DE LA REVOLUCIÓN…”

1.- AD es un acontecimiento fundamental del siglo XX venezolano y latinoamericano. Ver a este partido con la mirada de su decadencia actual no le hace justicia a su formidable significado histórico. Fue un partido; pero, mucho más que eso. Fue el tejido a través del cual, en buena medida, se constituyó la Venezuela moderna; fue un hecho político, ideológico y cultural. Fue un partido entre otros, pero también fue la trama que articuló el país que conocimos por más de medio siglo.

2.- AD era bastante horizontal, en el sentido de que había una cercanía física y espiritual entre los líderes y la militancia. Una de las prácticas que conformó a la AD de sus años fulgurantes fue el de las asambleas de base, en la cual los más reconocidos dirigentes compartían con los más humildes miembros del partido, literalmente a su lado, silla con silla. Allí se debatían los problemas de la cotidianidad y también se presentaban los informes políticos sobre la situación del país. Había discusiones, críticas, enfrentamientos y acuerdos. Militantes y jefes se entremezclaban no como juego demagógico sino como real forma de convivencia.

3.- AD se presentaba como un partido nacional revolucionario, separado del marxismo-leninismo porque se asumió como partido policlasista. El proletariado aislado no tenía la entidad ni la fuerza para llevar a cabo la revolución procurada: antiimperialista y antifeudal, capaz de promover la industrialización nacionalista, de defender la elevación de la participación estadal en el negocio petrolero y finalizar la política de concesiones a las empresas extranjeras. Era un partido de izquierda desafiliado del movimiento comunista, ajeno a los dictados del Kremlin, desde el inicio en pugna con los internacionalismos soviéticos.

4.- El carácter nacional de AD fue acentuado por dos líneas maestras decisivas: primero, la incorporación de figuras representativas del pensamiento y la modernidad, entre los más simbólicos e ilustres Rómulo Gallegos y Andrés Eloy Blanco, y luego una inmersión total en todo el país, en sus más recónditos caseríos, con aquella idea que llegó a ser famosa de tener una casa del partido en cada lugar. Pueblos en los que había plaza Bolívar, iglesia, escuela, farmacia, telégrafo y… la casa de AD.

5.- Dos hechos no deseados, aunque con responsabilidad al menos en uno de ellos, definieron para siempre el perfil global de AD. Uno fue la polarización extrema que condujo al derrocamiento de Gallegos, el pase a la clandestinidad del partido y la feroz lucha entre este y la dictadura. Esta lucha forjó la esencia épica de AD porque nunca renunció al derrocamiento de Pérez Jiménez, aunque abrió un compás corto con las elecciones de 1952, cerrado por el asesinato de Leonardo Ruiz Pineda el 21 de octubre de ese año poco antes del 30 de noviembre, fecha de los comicios.

6.- La resistencia fue ese período heroico de AD, proceso en el cual participaron el Partido Comunista y después del fraude de 1952, URD y Copei. Ese tiempo forjó cuadros templados en un combate desigual y glorioso. Hubo un elemento clave que fue el que muchos de los dirigentes dedicaron buena parte de su tiempo en el exilio a la formación intelectual; igual proceso vivieron dirigentes de otros partidos. Lo que explica que después del 23 de enero de 1958 Venezuela dispuso inmediatamente de cuadros forjados en la lucha y en el pensamiento.

7.- Rómulo Betancourt, al lado de sus tareas de dirección, escribe su obra fundamental Venezuela, política y petróleo, publicada por el Fondo de Cultura Económica en 1956. En ella muestra la visión del tiempo que le tocó vivir hasta la culminación de su libro, y desde allí juzga los gobiernos desde Gómez en adelante entre los polos del petróleo y los militares. Lo esencial es que Rómulo le proporciona una perspectiva a su partido y al que será su gobierno después de 1958.

8.- El otro hecho no deseado que contribuyó al perfil de AD, al lado de la lucha contra la dictadura, fue el enfrentamiento a Fidel Castro. Cuando “los cabeza calientes” de AD que después constituyeron el MIR, emprenden con los comunistas la lucha insurreccional, Betancourt y AD toman la decisión que los perfila por 40 años: se enfrentan sin vacilación. Construyen una alianza que destruye las prevenciones que existían contra Betancourt (algunos señorones caraqueños se preguntaban si no continuaría siendo comunista o indeseable promotor de “los alpargatúos”) y se forja un entendimiento entre el presidente, su partido, Copei, los empresarios, Estados Unidos, los sindicatos y por sobre todo, los militares.

9.- Betancourt se constituyó en un efectivo comandante en jefe al vencer con determinación la insurrección de izquierda, la que incluyó en varias oportunidades a oficiales captados por las fuerzas insurrectas. Cabría anotar que solo Lusinchi ejerció similar liderazgo militar con el incidente del Caldas, cuando las Fuerzas Armadas se aprestaron a enfrentar las fuerzas colombianas por la incursión de esa corbeta en aguas venezolanas. Rómulo Betancourt dedicaba especial atención a su relación con los militares, lo que consolidó un liderazgo militar más allá del debido acatamiento institucional.

10.- AD en el gobierno, en sus divisiones internas, en la oposición, ejerció durante unos 30 años consecutivos, desde 1958 hasta aproximadamente 1988 un papel que le dio rumbo y propósito a la nación venezolana. Con la crisis del modelo rentista, el deterioro de su dirección, la pérdida del oficio del pensamiento político, vino la decadencia; sin embargo, AD marcó la formación y consolidación de la República del siglo XX.

11.- Fue el gran partido de masas venezolano, a la par del PRI mexicano, el APRA peruano, el MNR boliviano entre otros. Nadie puede decir hacia dónde habría ido la historia si no participa en el golpe de estado contra el general Medina, pero lo cierto es que al hacerlo generó un sentido de revancha en el medinismo desplazado que mutó en varias formas, la última de las cuales fue la especie de “los notables” que realizó su venganza histórica con el derrocamiento de Carlos Andrés Pérez. En este proceso final, AD cambió su piel y su esencia para quedar en lo que es hoy. Sin embargo, AD se hizo con este país en su modernización y en su decadencia, 80 años en septiembre.12.-

12.- Es posible que no vuelvan a existir partidos de masas. La función de comunicadores cuando no había medios de comunicación y de portadores de que otro destino era verosímil, tal vez no sea necesaria en la época posmoderna y quién sabe si posdemocrática. Pero, cuando se reflexione sobre política, liderazgo, formación de los dirigentes, compenetración con la gente común y corriente, la historia de AD conserva nociones invalorables.

Carlos Blanco
carlos.blanco@comcast.net
@carlosblancog
Venezuela – Estados Unidos

TRINO MÁRQUEZ: LA MULETA MILITAR

Me parece llamativa la composición del más reciente gabinete ministerial designado por Nicolás Maduro, que ocurre en medio de las conversaciones entre representantes del oficialismo y la oposición, todos civiles. Diez de los treinta y cuatro integrantes del tren ejecutivo provienen del estamento militar, tal como con agudeza destacó Control Ciudadano, la organización no gubernamental dirigida por Rocío San Miguel. No se trata de despachos marginales, adornos en la estructura del gobierno, sino de ministerios fundamentales para la conducción del país, verdaderos centros de poder que administran cuantiosos recursos.

En el ya casi remoto pasado del período democrático, el Ministerio de Relaciones Interiores era conducido por un civil. Generalmente estaba en el cargo un miembro fundamental del partido gobernante. Un dirigente con aspiraciones y posibilidades de ser candidato presidencial del oficialismo. Se entendía que fuese así porque el jefe de ese despacho llevaba las relaciones con las instancias endógenas del poder nacional y con los factores y fuerzas sociales internas. El ministerio proporcionaba una plataforma para proyectar la imagen de estadista del titular y permitía que este conociera los intrínculis del Estado. La presencia de un líder político en ese era símbolo de la catadura civil del Estado y del Gobierno. Ni siquiera en los momentos más ásperos del enfrentamiento con Fidel Castro y la guerrilla que este promovió y financió, a Rómulo Betancourt o a Raúl Leoni se les ocurrió designar a un militar activo para esa cartera.

Con el actual régimen se produjo un cambio radical. Los ministros del Interior, Justicia y Paz, como se les denomina desde hace algún tiempo, son militares activos, para que quede claro que el actual es un gobierno militar-cívico, en ese orden, a pesar de que a México sólo se trasladaron civiles en representación del Ejecutivo. Que no haya dudas ni nadie se haga el sorprendido. El despacho de Carmelitas se le concedió al almirante en jefe Remigio Ceballos como premio de consolación; no pudo desplazar del Ministerio de la Defensa al eterno y en apariencia imprescindible general Vladimir Padrino López. 

Antes había estado al frente la almirante en jefe Carmen Meléndez Rivas, ahora aspirante a la alcaldía de Caracas. Con el almirante Ceballos hay que destacar un detalle: mientras ejerció el cargo de jefe del Comandante Estratégico Operacional de la Fuerza Armada Nacional, fue sancionado por los gobiernos de Canadá y Estados Unidos, por ‘violación de derechos humanos’, entre otras acusaciones. El Ministerio de Relaciones Interiores, Justicia y Paz -tal cual lo destaca Control Ciudadano- es un bastión clave para el dominio de los organismos de seguridad e inteligencia del Estado. Dependen de ese ministerio, entre otros órganos, la Policía Nacional Bolivariana, la supervisión de todas las policías regionales y municipales; el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas; el Servicio Nacional de Identificación, Migración y Extranjería; la Oficina Nacional Antidrogas y el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional. No es poca cosa la que maneja ese ministerio.

Otro despacho emblemático, que en la era democrática estaba a cargo de un civil, es el Ministerio de la Secretaría de la Presidencia. Por allí pasaron figuras ejemplares como Ramón J. Velásquez y Simón Alberto Consalvi. Con la nueva casta gobernante, el presidente electo en comicios populares designa como su mano derecha a un militar, quien además despacha directamente desde Miraflores. Fusión extraña. Podría decirse que servil. Para el cargo fue nombrado Jorge Eliéser Márquez, general de la Guardia Nacional, uno de los cuerpos represivos que con mayor brutalidad se ha ensañado contra los venezolanos.

En el Ministerio para el Desarrollo Minero se designó al almirante William Serantes Pinto. Con este nombramiento -de acuerdo también con Control Ciudadano- se le otorga una parcela de poder económico clave al sector militar, fortaleciendo su control sobre la pequeña, mediana y gran minería, fundamental en esta etapa en la que Estados Unidos mantiene estrictas sanciones contra el gobierno de Maduro.

Algunos de los otros ministerios en los cuales fueron designados militares como titulares son Agricultura y Tierras, Alimentación, Habitad y Vivienda, Obras Públicas y Energía Eléctrica. Esos nombramientos, desde luego, no se realizaron con la finalidad de elevar la eficacia de la gerencia pública ni la eficiencia del Estado. 

Es proverbial la ineptitud de los militares maduristas al frente de organismos y empresas del Estado. Vimos de lo que fue capaz el general Manuel Quevedo en Pdvsa: casi la quiebra. Los militares que han dirigido la Corporación Venezolana de Guayana (CVG) han sido de una ineptitud inaudita. La mayoría de las centenares de empresas estatizadas, que les han sido entregadas a militares activos o en condición de retiro para que las administren, se encuentran en bancarrota. Ninguno de los gobernadores que forman parte de ese cuerpo se ha destacado por el brillo de su gestión. El manejo de los asuntos civiles les resulta extraño e incómodo.

En la militarización del Estado y el Gobierno también se evidencia el fracaso del PSUV y del proyecto hegemónico iniciado hace más de dos décadas, dirigido a destruir la democracia. Este dato hay que tomarlo en cuenta en México.

Trino Márquez
trino.marquez@gmail.com
@trinomarquezc
Venezuela

JUAN GUERRERO: LA VACUNA

Esa tarde no nos esperábamos la llegada de la enfermera. Una señorita uniformada que venía de la Sanidad. Ella tenía una forma muy particular de tocar a la puerta, caminar y saludar. Con su falda a medio paso, marrón, su blusa blanca manga corta y sus zapatos marrones de tacón corto y medias de nylon, entraba sosteniendo una bandeja de metal y saludándonos con su sonrisita un tanto sarcástica. –Buenas tardes, cómo están ustedes. Acto seguido, nuestra maestra con su voz segura y de tono firme, ordenaba: -Niños, de pie. –Saluden a la señorita. Todos al unísono, respondíamos: -Buenas tardes, señorita.

Pero como ya era tradicional en nosotros, de inmediato dirigíamos nuestras miradas a quien sería el primero de la lista, Acosta Villar, Freddy. Era un negrito carbón que pelaba los ojos mientras todos lo seguíamos mirando con burla y también con curiosidad. Nos relajábamos cruzando los brazos y dejándolos caer en el pupitre, donde apoyábamos la cabeza como queriendo desaparecer por debajo del mueble.

Eran los tiempos de las vacunas. Tantas, que ya hasta nos habíamos acostumbrado a ellas. También a montarnos en el viejo autobús amarillo de la Malariología, donde nos llevaban a la medicatura para los exámenes de sangre, revisarnos la piel y los dientes. Eran tiempos de limpieza general, del aseo y la revisión higiénica que comenzaba siempre a las 7 de la mañana, después de entonar el himno nacional y del estado Zulia.

La maestra, Josefa de Morles, se colocaba frente a la entrada del salón y ordenaba dos filas. Primero entraban las niñas y luego, los varones. Teníamos que extender los brazos frente a ella, doblar y mostrar las palmas de las manos, también los dedos y dejar al descubierto las uñas, abrir la boca y sacar la lengua, ladear la cabeza de un lado y luego del otro, mientras ella se acercaba y miraba las orejas y nos olía, cual can husmeando entre nuestras axilas.

Pero ahí seguíamos contemplando a la señorita enfermera mientras ordenaba los frasquitos, jeringas, algodones y el oloroso alcohol. Ellas conversaban y nosotros rogábamos que se alargara la tertulia deseando que algún milagro ocurriera. Mirábamos a Freddy mientras se iba transformando, emblanqueciendo de tanto nervio y angustia. El tiempo se detenía, como ahora, y de repente las dos mujeres, como siguiendo un ritual previamente acordado, una alzaba el frasquito y con la mano derecha, pinchaba con la jeringa, mientras la maestra, sacudía la carpeta de asistencia y lanzaba por los aires a nuestro conejillo de indias: -Acosta Villar, Freddy.

Como un autómata se paró y de inmediato, frente a la enfermera, desnudó su brazo izquierdo. –No mi corazón, dijo la enfermera. –Esta es diferente. Tienes que desabotonarte la camisa, y te pones un poco inclinado bajando la cabecita, mientras yo te alzo por detrás la camisa y la franelilla hasta arriba. Acto seguido, le clavó la jeringa en la espalda y nuestro héroe hizo solo un respiro tan hondo, que se le marcó todo el costillar cual perro callejero.
Esa tarde todos en el salón lloramos, otros gritaron, otros sollozaron, pero al final, la maestra sentenció, junto con la enfermera: -Se han portado muy bien, ¡felicitaciones!
En el recreo nadie dijo nada. Nadie preguntó, como por estos tiempos: ‘Para qué era esa vacuna’, ‘de qué laboratorio es’, ‘qué efecto tiene’, ‘qué país la fabricó’. Nada de nada. La maestra y la enfermera, solas, tomaban la decisión y ¡zas!, te pinchaban y listo. No había caricias, ni ‘pobrecito’, ni si ‘es posible para mañana, o el otro día, o tengo tos’. Nada. Tampoco en la casa. Uno llegaba y apenas le decía a la mamá, o al hermano: -Me pusieron la vacuna (así, en la pura generalidad), y luego escuchabas: -Ajá. ¿Y te dolió? Luego, la respuesta era un encogerse de hombros y seguir al cuarto o al patio, a lamentarse en la soledad de uno con uno mismo, y nada más.

Ahora, no. Ahora es un puje tras puje. Una criticadera, una duda, una preguntadera generalizada. Lo viví hace poco. Yo mismo me vi entre una larga fila de preguntones: -¿Será que esa vacuna china sirve? ¿O mejor esperamos la rusa? Mientras la mujer en la medicatura seguía con su cara bien lavada y descubierta, llamando y ordenando a la gente para el pinchazo.

Total, escucho a alguien a mi lado murmurar: -Es que el porcentaje de efectividad de esta vacuna es inferior a las que existen en otros países. Lo observo, apenas si sabe manipular su costoso teléfono de última generación. La gente se desordena, tanto por la espera como por tanto infiltrado que llega de último y lo pasan de primero.

Después de tres horas, en medio de una lluvia mañanera y con hambre de perro, da igual la que nos pongan. Pienso en mis tiempos de cuando era niño. Había orden y la maestra y la enfermera disponían de nuestro mundo y nosotros, a fin de cuentas, confiábamos en ellas y en las vacunas.

Juan Guerrero
camilodeasis@hotmail.com
@camilodeasis
@camilodeasis1
Venezuela

ANTONIO JOSÉ MONAGAS: LA INFINITUD DE LA UNIVERSIDAD

El que Friedrich Nietzche hubiese blasfemado el nombre de Dios cuando se atrevió a plasmar que “Dios ha muerto, sigue muerto y nosotros lo hemos matado”, es tan absurdo y criticable como quienes hoy quieren emular al reconocido filósofo. Pero cambiando el sujeto. Suplantando a Dios por la Universidad.

Y aunque en principio, no hay forma posible de una comparación que se justiprecie de su alcance, es insensato pretender tanto lo primero como lo segundo. Ni Dios está muerto por cuanto es infinito, ni tampoco la Universidad. Esta gran institución es imperecedera por tantas razones que comprenden su magnanimidad, perseverancia, estoicismo, continuidad y longanimidad. Es más perenne que el oro.

Sin embargo, buena parte de la justificación que esgrimen quienes han supuesto que “la Universidad está muerta”, se apoyan en la animadversión que sienten contra la institución. Independientemente de si hablan en nombre del resentimiento o repulsión a la inteligencia, dado lo crítica, democrática y plural, como tal cual la desnudan sus acciones, procesos y momentos propios de la vida académica que la Universidad tiene.

Desde que la Universidad abrió sus puertas para formar hombres y mujeres alrededor del conocimiento de las ciencias, las humanidades, las tecnologías y las artes, ahí mismo nació para la infinitud, para la inmortalidad. Dispuesta a trascender por encima de cuanto obstáculo se le atravesara. Podría verse afectada por las circunstancias, como en efecto ha sido a lo largo de más de 8 siglos. Pero nunca, para dejar vencerse por los avatares.

Cada crisis por la que ha transitado la Universidad, la ha fortalecido. En los problemas vivenciados, ha hallado una oportunidad para resarcirse. Para consolidarse de cara a lo que exalta su compromiso pedagógico-institucional-académico.

Sus periplos, equivalen a procesos graduales de aprendizaje-enseñanza que convocan las potencialidades que en su esencia radican. Así ha sido su recorrido. Entre tiempos y espacios. Y es, lo que le ha permitido salvar brechas, diatribas y empellones demostrativos de su fuerza para imponerse a las incertidumbres. Tan igual, como para fulgurar entre las penumbras que intentan oscurecer su brillo.

Estas realidades son las que han motivado, en la historia de los pueblos, a encumbrar la razón de ser de la Universidad. Indistintamente del lugar en el cual esté enclavada su institucionalidad. Un ejemplo de lo que concierne a estas verdades, es el caso de los académicos Luis Pastori y Tomás Alfaro Calatrava, cuando escribieron: “Esta casa que vence las sombras, con su lumbre de fiel claridad (…)” para destacar la condición de “Alma Mater” de la universidad venezolana ante su razón académica. (Del himno de la Universidad Central de Venezuela, UCV)

La Universidad no ha muerto

En los último tiempos, algunos agoreros vienen diciendo que “la Universidad ha muerto”. ¡Crasa equivocación! No hay referencia que admita un caso de expiración de alguna universidad. Aunque no es de negar que ha habido tiempos en que la universidad se vio constreñida a cerrar sus puertas, aulas y laboratorios por causas de nimia temporalidad. Incluso, por intereses que sólo explica un obtuso, abusivo y aprovechado poder político. Pero siempre, el atasco en su condición de problema, ha sido coyuntural.

Venezuela no ha sido la excepción. Muy a pesar de los cambios que ha adolecido el país. Particularmente, desde que fue instituida la primera Universidad, la UCV. (Fundada el 22 Diciembre de 1721, con antecedentes en el Colegio-Seminario de Santa Rosa de Lima, desde 1673).

Siempre, las universidades venezolanas han sabido sortear los embates que en algún momento las ha afectado. La historia política contemporánea, es fiel testigo de múltiples impases en esa línea de confrontación.

Sin embargo, la puja por creaciones de educación universitaria de toda especie, rango y dimensión, o por eliminaciones y reemplazos de cualquier género y clase por otras de igual o peor configuración organizacional, no ha sido ni será causa de supresión, exterminio y desarraigo de universidad alguna. Ni siquiera, porque algunas han sido de factura gubernamental.

Además, resultaría imposible dejar de reconocer que, en lo que va de vida republicana venezolana, no ha habido ninguna actividad o creación de bien colectivo que no haya tenido su raíz o motivación al margen del esfuerzo universitario. O de las capacidades creativas que en ellas residen.

Así que no tiene cabida de ningún tipo, sintonizarse con tan desacreditada expresión. Con la apesadumbrada frase que declara la muerte de la Universidad. Tan imperturbable y permanente es la Universidad, desde todo punto de vista, que ni siquiera los allanamientos o las reducciones presupuestarias de las cuales han sido víctimas las universidades autónomas (venezolanas), han podido derrumbarlas. Y si alguna vez el gobierno, por miedo a sus críticas, llegó a desmantelarlas, como sí en efecto ha sucedido, su capacidad de recuperación no ha hecho esperar.

Y todo así ha sucedido, porque la Universidad, ha continuado fortaleciéndose. Más, por cuanto es un acto de fe académica consolidarse institucionalmente como artífice del progreso en tiempo presente y de cara al porvenir. O como lo expresara el rector Dr. Renato Esteva Ríos, con motivo del aniversario de la fundación de la Universidad de Los Andes, el 29 de Marzo de 1952, la Universidad
(…) ha de imponerse como un poder espiritual frente a todo, representando la serenidad frente al frenesí, la seria agudeza frente a la frivolidad. Entonces así, la Universidad volverá a ser lo que fue en su hora mejor: un principio promotor de la historia.

En contra de la perturbadora frase que afirma que “la Universidad está muerta”, vale replicar que la Universidad se renueva día a día. Su florido y hermoso prado, es un cultivo de inteligencia, saberes e ideas y que convertido en realidades, seguirá abonando y honrando el desarrollo nacional. Es así, porque la Universidad siempre ha vibrado con el sentimiento que embarga toda situación social, política o económica. O que incluso, vaya más allá de sus fronteras. Pues la Universidad, en un sentido estricto, la hacen sus hombres y mujeres. Sus obras y vidas. Aún sometidos por la cuarentena motivada por la pandemia.

Por eso, que quienes insisten en asesinar la Universidad, o declararla sucumbida, deben saber que esa intención jamás podría patentizarse. Porque la Universidad es eco defensivo y resonante de toda crisis que amenace el devenir del país, con hambre de ideas, de trabajo y de conciliación. Eximia razón para haber definido a la Universidad como “una sociedad de intereses espirituales” cuya “(…) tarea es buscar la verdad y afianzar los valores trascendentales del hombre” ( Del artículo 1 de la Ley de Universidades. Caracas, 1970)

Por consiguiente, sobran razones para asentir su perennidad. Por tanto su permanencia. Eso explica otras razones más para aducir por qué y para qué haber disertado sobre la infinitud de la Universidad.

Antonio José Monagas
antoniomonagas@gmail.com
@ajmonagas
Venezuela

OSCAR ARNAL: UNIDAD O COSA DE LOCOS

Sin unidad opositora participar en estas regionales es cosa de locos. Si en las próximas horas la llamada plataforma unitaria va a declarar que acudirá al proceso, también debe acordar un reglamento de primarias. Hasta finales de septiembre se pueden sustituir nombres en el tarjetón lo que permite que se realicen estas elecciones de base que filtrarán las candidaturas que no tienen el respaldo necesario, pero que de llegar hasta el final restan oportunidad a los principales aspirantes de la alternativa democrática. De igual manera, en las próximas horas el CNE debería prorrogar el día para finalizar las primeras postulaciones en vista de la idiosincrasia nacional de dejar todo para la última hora, lo que han hecho la gran mayoría de las organizaciones políticas.

El régimen sigue jugando sucio. Ahora acaba de anunciar la rectora oficialista del CNE que los inhabilitados injustamente, podrán o no participar en las regionales dependiendo de quienes sean, a pesar de que habían anunciado que el que se postulaba quedaba habilitado y que unos cuantos opositores volvieron del exilio para inscribirse. La contradicción tiene como objetivo seguir promoviendo la abstención y la división de la oposición, sin ceder en nada en relación a las negociaciones que ocurren en México. Lo mismo pasa con aquello de que las elecciones no van a posponerse, ni habrá más tiempo para ponerse de acuerdo en materia de condiciones electorales de cara a las regionales.

En este momento encuestas serias hablan de una abstención que podría estar en el 60%, la inmensa mayoría de los que no van a votar, en caso de hacerlo le sumarían a la oposición, y a esto hay que agregar a todos aquellos que emigraron o que están fuera de sus estados y que tampoco van a ejercer el derechos al voto.

Para colmo de males, al no existir una ley de primarias, la oposición está presentando múltiples candidaturas en cada municipio y región. Esta división de mantenerse asegura pésimos resultados a nivel nacional. Es increíble que en un país donde el 80% es opositor, el gobierno pueda todavía ganar elecciones. Y la cuenta es que un 20% se convierte en alrededor de un 50%, con 40% de participación y cerca de dos terceras partes de la población electoral absteniéndose. Los oficialistas van a votar casi que obligados y chequeados. “El que no vota no come” espetó uno de los jefes del régimen en los pasados comicios.

El escenario es incierto. Aquí se lanzó como dice el refrán “Raymundo y todo el mundo”. En las semanas venideras la oposición tiene la opción de convocar primarias en todo el país y unificar a sus candidatos. Otro método podría ser el de las encuestas, donde las ventajas sean claras. Hoy más que nunca en la unión opositora y en la participación electoral está la fuerza.

Los candidatos de la alternativa democrática con sus aspiraciones abrieron la caja de Pandora. Al final, después de que salgan todos los fantasmas, quedará la esperanza, representada esta vez en la resurrección del ave fénix…

Oscar Arnal
oscar.arnaln@gmail.com
@OscarArnal
Venezuela