lunes, 4 de enero de 2021

ACTUALIZACIÓN DE EL REPUBLICANO LIBERAL II, DIARIO DE OPINIÓN, http://elrepublicanoliberalii.blogspot.com/ LUNES 04/01/2021

 





MARÍA BLANCO, EL EMPRENDEDOR QUE NO SE JUEGA LO SUYO, NO ES EMPRENDEDOR

María Blanco reseña el libro de Deirdre McCloskey y Alberto Mingardi, El mito del estado emprendedor.

Uno de los fenómenos más repetidos en la historia reciente es el descubrimiento de cosas que ya están inventadas, como el "nuevo hombre", "el nuevo periodismo" o "el Estado emprendedor".

En el libro escrito conjuntamente por Deirdre McCloskey y Alberto Mingardi, The Myth of the Entrepreneurial State (El mito del estado emprendedor), publicado recientemente, se desvela la falacia del descubrimiento del estado emprendedor por la economista italo-estadonuidense Mariana Mazzucato.

La exitosa autora es asesora de Naciones Unidas, del presidente de la OCDE, de gobiernos como el escocés o el italiano, de la Comisión Europea, de la NASA; ha recibido todos los premios; tiene cuatro doctorados honoris causa, y un CV que hace palidecer al lucero del alba.

Y, sin embargo, en su libro más famoso, Mazzucato descubre, de nuevo, la cuadratura del círculo. Por eso es tan importante el trabajo de Mingardi y McCloskey, que recuerdan lo trasnochada que está esa idea de un Estado que, actuando cual emprendedor, beneficia a todos y es eficiente.

Sin embargo, la ocurrencia de que los gobernantes deberían ser exitosos industriales se remonta al aristócrata inspirador del socialismo utópico, Claude-Henri de Rouvroy, conde de Saint-Simon. En su Catecismo de los industriales (1823-24), Saint-Simon defendía que los industriales eran quienes debían llevar las riendas del país ya que son los más interesados en mantener la tranquilidad, en la economía pública, en limitar la arbitrariedad, y son los administradores más eficientes.

Lo que le parecía intolerable es que una nación esencialmente industrial esté dirigida por quienes no son productivos. No es la propuesta de Mazzucato, es la opuesta, pero es de esta semilla de la que surge la moda del estado emprendedor.

A mediados del siglo XIX, fallecido el maestro, sansimonianos como Michel Chevalier defendían el libre mercado y la empresa como medio para aumentar el poder del Estado. Un país rico que pague altos impuestos permitirá el fortalecimiento del Estado.

De esta manera, el gobierno podrá acometer, como empresario, grandes infraestructuras. No en vano, Chevalier fue quien, en 1860, firmó, junto con Richard Cobden, el tratado de libre comercio entre Francia e Inglaterra.

Chevalier participó en la creación del Canal de Suez y el de Panamá, y tenía la la idea de construir el ferrocarril transmediterráneo. Fue un digno discípulo de su maestro, Saint-Simon, quien ya había planteado la unión de los océanos Atlántico y Pacífico, a través de un canal.

Como recuerdan Mingardi y McCloskey, es a partir de John Maynard Keynes cuando, después de dos guerras mundiales y una depresión económica global, se pone en cuestión la necesidad de que sea el Estado quien estimule la demanda y adquiera protagonismo en el mercado.

Pero si damos la razón a Mazzucato y sus muchísimos seguidores, y concedemos que los inversores, como explica Thaler, actúan dominados por sesgos; si aceptamos que la sociedad es infantil e inmadura; si es verdad que las personas no vemos más allá de nuestras narices y necesitamos depender de alguien que nos ayude, ¿por qué tenemos que creer que los ministros del gobiernen no van a actuar dominados por sesgos, no van a ser infantiles e inmaduros y van a mirar a largo plazo?

Sobre todo, si analizamos las decisiones políticas de nuestro propio Gobierno, no ya en este año 2020, sino desde hace varios lustros, no se puede afirmar que sean los mejores líderes para guiar a nadie. Lo que se observa es, más bien, lealtad ciega al partido por encima del interés de los votantes, cortoplacismo patológico, superficialidad extrema y mucho gesto vacuo.

Esta reflexión viene al caso tras leer a María Vega quien, en su artículo de ayer, al hilo de las ideas de Mariana Mazzucato, señalaba la falta de experiencia de la clase política española en el mundo de la empresa. Podría excluirse a Marcos de Quinto y a pocos más. Efectivamente, el papel emprendedor del Estado no está exento de peligros, porque no puede darse.

Un emprendedor, por definición, como recuerda siempre Nassim Taleb, es alguien que se juega la piel, pierde su dinero, apuesta lo que es suyo. Los malos resultados de experimentos empresariales por el estado no lo pagan los causantes del desaguisado, ni en dinero, ni en votos. Siempre hay un culpable ajeno a la gestión del gobierno que permite tapar esos agujeros. Mazzucato tampoco se juega su dinero como consejera de Enel: los gurús saben cómo salir indemnes.

Pero Mariana Mazzucato no es la excepción, es la economista ortodoxa más exitosa, y más en los tiempos que corren. Como recordaban McCloskey y Mingardi, tras las catástrofes hay que esperar un crecimiento del rol del Estado.

El miedo, la debilidad económica, y en el caso de la pandemia, lo inesperado y la confusión informativa, son todos ellos factores que hacen temblar las rodillas de cualquiera y seguir al que nos dice que nos va a salvar.

Y ahí está Pedro Sánchez, que en todos los medios de comunicación se arroga la victoria de haber traído la vacuna, una llegada que nos alegra a todos, pero que es obra de la Unión Europea.

Si el presidente de España fuera Espinete, la Unión Europea la habría distribuido en nuestro país igualmente. Otra falsedad esparcida por las redes sociales es que es gratis: los fondos de la Unión Europea los aportamos los ciudadanos de la Unión Europea.

Como recordamos Carlos Rodríguez Braun, Luis Daniel Ávila y yo en Hacienda somos todos, cariño, libro que verá la luz el próximo 20 de enero, la maquinaria propagandística gubernamental nos engaña para que creamos que pagamos poco y por nuestro bien.

Por supuesto, la llegada de la vacuna es una muy buena noticia y yo soy optimista. Creo que poco a poco iremos recuperando el pulso y que siempre sale el sol tras la tormenta. Lo que nos encontremos cuando recuperemos la consciencia, eso es otra cosa. Feliz año a todos.

Este artículo fue publicado originalmente en El Español (España) el 29 de diciembre de 2020. 

María Blanco

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GABRIEL BORAGINA, ENTELEQUIAS FISCALES

"A título de principios, inmutables para un buen impuesto, que respete fundamentalmente la regla de la igualdad, Stuart Mill recomienda las cuatro máximas expuestas por Adam Smith que han sido aceptadas por numerosos economistas y, por consiguiente, ofrecen las características de verdaderamente "clásicas". Estas máximas son 1» Los sujetos del Estado deberán contribuir a sostener el gobierno tanto como sea posible en relación a sus facultades, es decir, en proporción de la renta de que ellos gozan bajo la protección del Estado. De la observación o del desprecio de esta máxima surge la igualdad o la desigualdad de un impuesto. 2» El impuesto que cada uno está obligado a pagar debe ser definido y no arbitrario."[1]

La expresión "sujetos del Estado" presenta problemas, porque si se entiende que el "estado" se compone de tres partes o elementos (gobierno, territorio y población) como acuerdan la mayoría de los juristas, es evidente que uno de los tres elementos (el territorio) no puede "contribuir", por cuanto no se trata de un ser humano. Nos quedan entonces solo los dos elementos restantes como posibles "contribuyentes" (gobierno y población) pero, como el gobierno está integrado por algunos miembros de esa población será más claro hablar de gobernantes y gobernados, ya que toda población se divide en estas dos partes.

Ahora bien, ya explicamos que los gobernantes no pagan impuestos como tales, entonces, nos quedan (por descarte) que se pretende hacer recaer esa "obligación" (cuyo fundamento no se ha dado, o se dieron "fundamentos" falaces para la misma) exclusivamente sobre los gobernados (es decir, solo una parte de la población).

Esto demuestra que es falsa la cacareada pretensión de "igualdad fiscal" (los burócratas se autoexcluyen de las leyes fiscales).

En suma, sigue sin explicarse porque unas personas deben mantener a otras (gobernados a gobernantes) y además de manera "obligatoria". La respuesta típica es porque el gobierno tiene el monopolio de la fuerza para exigirlo, pero entonces preguntaríamos ¿Quién le ha otorgado ese monopolio? Hoy en día se respondería que el parlamento, pero el interrogante subsiste ¿quién le ha conferido autoridad al parlamento para otorgar monopolios a nadie, y menos aún a un grupo de personas que se auto titulan "gobierno”? Se responderá: la Constitución, pero tampoco satisface las preguntas anteriores esta respuesta, porque volveremos a preguntar ¿Quién les ha otorgado a los redactores de la constitución la facultad de otorgarles a otras personas el establecimiento de monopolios incluido el de la fuerza?, se responderá "el pueblo" lo que tampoco resuelve nuestra pregunta original, simplemente porque esta última respuesta carece de toda prueba y evidencia, ya que no existe ningún registro documental que sirva para probar que el pueblo -así en abstracto- hubiera jamás conferido a nadie facultad alguna para constituir monopolios, ni mucho menos, constituirse en monopolio por sí mismo por decreto legal. Las teorías del "contrato social, pacto social" etc. no tienen evidencia ni fundamento de ningún tipo.

No existe, pues, tal cosa como "igualdad fiscal". Y en cuanto a que "El impuesto que cada uno está obligado a pagar debe ser definido y no arbitrario" peca de inocente. porque no ha tenido en cuenta al tan extendido hoy en día impuesto definidamente arbitrario.

"La época de pago, el modo de pago, la suma a pagar debe ser determinada con un sentido y de una manera inteligible para el contribuyente y para todo el mundo. Mientras que, si fuera de otro modo, toda persona sujeta al impuesto se encuentra más o menos sometida al recaudador que puede agravar la carga del contribuyente para el cual está mal dispuesto o extorsionar por el temor de cualquier gratificación."[2]

Que estas cosas se cumplan, en el mejor de los casos, puede hacer menos evidente la arbitrariedad del impuesto, pero no la eliminan por competo. Aun conocidos esos detalles el impuesto puede seguir siendo arbitrario. ¿Quién define la arbitrariedad del impuesto? Indudablemente aquel que tiene que pagarlo, nadie más que él. Por cuanto es el único que conoce sus necesidades, patrimonio, proyectos, etc. Todas cosas que se verán más o menos afectadas por el impuesto. No es menos arbitrario el impuesto que alterará -por ejemplo- más del 50 % de mi patrimonio por el hecho que yo tenga la certeza de que el plazo de pago vencerá todos los días 5 de cada mes, que puedo pagar en efectivo o cheque, etc.

De hecho, se puede decir que la teoría que impera en materia fiscal es la contraria: la de la arbitrariedad, porque es la que efectivamente se aplica en la práctica para desgracia de todos, menos de los burócratas.

Igual de arbitrario seria que la tasa fuera baja pero que el recaudador pudiera exigirla en cualquier momento, o, de cualquier modo, etc.

La única manera de poder decir que un impuesto es menos arbitrario que otro (o menos arbitrario en sí mismo) es que el gasto que está destinado a satisfacer sea bajo. Por eso, la discusión relevante no es, en el fondo, sobre el impuesto, ya que este no es más que un efecto del gasto estatal (que es su verdadera causa). Lo vicioso del impuesto es su carácter de coactivo, pero su origen (y el del mal) debemos buscarlo -y lo hallaremos- en el gasto estatal.

"El carácter indefinido del impuesto —y esto es una práctica que se recoge a diario, en todos los países y en todas las épocas—, estimula la insolencia y favorece la corrupción de una clase de hombres naturalmente impopulares, aun cuando no fueran ni insolentes ni corrompidos."[3]

Aquí se dice algo interesante y muy cierto. Los impuestos fomentan la insolencia y la corrupción, y el mismo párrafo reconoce que esto es diariamente observable. Basta ver las planillas fiscales que tiene que llenar y completar el expoliado para poder ver con nitidez la cantidad de preguntas insolentes que formula el fisco, realmente uno al completarlas se siente de la misma manera que debieron sentirse los esclavos de la antigüedad.

El trato humillante que reciben los expoliados en la oficina de tributos, la cantidad de trámites agobiantes e inútiles que deben realizar, la arrogancia con que los empleados fiscales observan a sus víctimas tributarias, etc. justificaría por si solo la abolición de todo el sistema fiscal, y reemplazarlo por otro verdalmente voluntario. Naturalmente, somos conscientes que muy lejos estamos de ese ideal, sino que, al contrario, si existió una época donde los impuestos constituían la arbitraria voluntad del déspota de turno, entonces, o no hemos experimentado evolución alguna o -caso contrario- hemos ido en franca involución, regresando a aquel sistema de barbarie en materia fiscal.

[1] Mateo Goldstein. Voz "IMPUESTOS" en Enciclopedia Jurídica OMEBA, TOMO 15, letra I, Grupo 05.

[2] Goldstein, M. ibidem.

[3] Goldstein, M. ibidem.

 

Gabriel Boragina

gabriel.boragina@gmail.com

@GBoragina  

http://www.accionhumana.com/2020/11/entelequias-fiscales.html

Argentina

ARIEL PEÑA, EL CAPITALISMO BUROCRÁTICO

Cuando el senador Gustavo Petro, se refiere al desarrollo del capitalismo debe de ser el burocrático, en donde una dictadura comunista mediante la fuerza bruta parasita a perpetuidad con el manejo del gobierno, lo que también se conoce como capitalismo de Estado, que es aplicado con toda rigurosidad en los países que han caído en las fauces del totalitarismo comunista, teniendo en Latinoamérica ejemplos patéticos en Cuba, Venezuela y Nicaragua

Siguiendo la premisa leninista, acerca de que “salvo el poder, todo es ilusión”, el doctor Petro cuando ha planteado a ultranza la defensa de lo público está en conformidad con el capitalismo burocrático, en donde un reducido grupo de la sociedad se enriquece fabulosamente con los bienes de la nación y el resto de los ciudadanos se encuentra en la absoluta miseria, prácticamente de pordioseros, siendo esa la receta que la camarilla comunista venezolana le enseña a la denominada izquierda colombiana, y que indudablemente aplicarán las llamadas” fuerzas progresistas” en el país, si llegan a conquistar el poder en el 2022, visto que la miseria de las masas es un requisito indispensable para consolidar una dictadura marxista.

Cuando se habla de capitalismo, siempre hay que preguntar ¿cuál? En vista de que este tiene muchas variables, como por ejemplo el industrial y comercial, al que se le debe agregar el agrario, los dos legítimamente son productivos, también existe el capitalismo financiero, el capitalismo salvaje del que China es su mejor exponente, y aunque existen muchas versiones, no se puede dejar de mencionar al capitalismo autogestionario, en donde los ciudadanos independientemente de su condición social, por su propia iniciativa generan riquezas sin ser una carga para el Estado, como si lo es el capitalismo burocrático que quieren implementar los que se denominan como partidos alternativos, con el sofisma acerca de que “todo dentro del Estado y nada fuera de él”.

Muchas veces los demócratas, de pronto por falta de conocimiento, caen en la trampa reduccionista del comunismo totalitario, que vende esquemas maquiavélico para escoger entre capitalismo o socialismo, izquierda o derecha y entre apoyar a las fuerzas populares o a la burguesía, semejantes patrañas las diseñan para que las personas más ignorantes y atrasadas tomen partido al no haber otras opciones, pero los amantes de la libertad no deben de caer en ese juego, que hace parte del marxismo cultural promovido principalmente por Antonio Gramsci(1891-1937).

También hemos observado a Gustavo Petro, promocionando el intercambio comercial entre Colombia y Venezuela, dizque para que no hayan más refugiados del vecino país, lo que parece una propuesta inocente, si no supiéramos lo que representa el senador izquierdista; puesto que muchos empresarios colombianos se quebraron con las deudas que no pagaron en Venezuela por las mercancías exportadas, así que lo que pretende Petro es inventar otra disculpa ante el fracaso del modelo del socialismo de siglo XXl o capitalismo burocrático, pero además la pandilla chavista utiliza el hambre de la población como arma política, y no estaría interesada en buscar paliar el hambre que está sufriendo el pueblo venezolano.

Hay que reiterar que dentro de las diferentes formas de capitalismo productivo, sobresale en los sectores populares el de la autogestión libre y creativa, que es opuesta al esperpento marxista leninista, dado que esa atrocidad es enemiga de todas las libertades individuales, en donde desde luego se encuentra la económica, que es fundamental para el desarrollo social y humano del individuo, por ende para que los ciudadanos logren sus metas mediante el trabajo productivo, solamente ello es posible dentro de la democracia, puesto que el capitalismo burocrático de Petro se aplicaría en Colombia solamente con un Estado gigantesco, paquidérmico y represivo mediante una dictadura totalitaria.

Las propuestas “capitalistas” del candidato de la Colombia Humana, se enmarcan por la forma y por el fondo en el estatismo, que es la esencia del marxismo, en donde una élite inescrupulosa mediante fantasías engaña a la ciudadanía para conquistar el poder político y así montar una tiranía de la cual nunca se sale, pues se aplasta a la democracia; de modo que hay que permanecer en alerta, para que el país no caiga en el capitalismo burocrático que es otro remedo del socialismo del siglo XXl o castrochavismo, usando diferentes falacias para engrupir a los pueblos y conducirlos en una primera fase a una esclavitud política, que envilece en grado sumo a los seres humanos, para después convertirlos en despojos.

Ariel Peña

arielpena49@yahoo.com

@arielpenaG

Colombia

JOISE MORILLO, UNA DUPLA MACABRA

 La aparición del COVID-19, derivado de la cepa SAR 2 que a su vez es cepa del Ébola, Gripe aviar, H1N1 y otros virus endémicos más, es una carta más bajo el brazo que necesitaba el gobierno actual de Venezuela para sostener su proceso macabro de someter al pueblo y mantenerse en el poder. Desde que Hugo Chávez obtuvo el gobierno de Venezuela, el gobierno de Cuba, en otrora, presidido por Fidel Castro logró lo que tanto había ansiado por 50 largos años detrás de los líderes –también comunista- de la llamada IV república, haberse de forma gratuita el petróleo de Venezuela.  La diferencia fue que, aunque comunistas; tales líderes no eran resentidos sociales, ni megalómanos y sus camarillas tampoco, además existía un nacionalismo profundo que había impedido de múltiples formas las arremetidas sofistas, demagógicas y hasta bélicas de la república antillana, aunada a la verborrea del León de Biran en pos de convencer a estos de hacer convenios asimétricos donde Cuba con su acostumbrado trato de blancas solapado con asistencia y asesorías en el campo de la medicina y el deporte pagaría los suministros millonarios de petróleos que serían enviado desde el año 2000 hacia la isla.

La gota que desborda el vaso, que desaforo el cilindro de ensayo fue la propaganda que se le hizo a finales del 2019 al denominado virus, aunque sin dudas ha cambiado la forma de comportamiento y las estrategias profilácticas a nivel mundial no era para imponer el control sistemático de la vida del ciudadano. En el caso Venezuela, esto anterior señalado y el proceso de destrucción de la economía seguido por el patrón perverso o fórmula macabra -la receta de Fidel- del diablo de Biran, denunciada en una oportunidad por el ex presidente de PDVSA Guaicaipuro Lameda, es una dupla, no de individuos, sino de estrategias. En tal sentido cito :

"Si vas a conquistar un país, destruye la dignidad del ser humano y acaba la economía de la nación"... "Al pueblo mantenlo pobre, ignorante, engañado, dependiente y ocupado buscando que comer" (F. Castro.)

¡Es lo que han venido haciendo! Iniciando, con el paro de la producción y exploración petrolera en gran parte del Edo Zulia y el Lago de Maracaibo, luego con las sistemáticas expropiaciones de haciendas y productoras agrarias, con el descaro de convenios cooperativos mediante empresas de maletín, con las operaciones del Fondo Chino, con Mercal, Pdval, con controles y restricciones en contra del libre comercio y el acoso a las empresa e inversiones privadas, hasta llegar a la cima del deterioro programado de la industria nacional. Acabar con el desarrollo minero sustentable hasta hace pocos años, detener el mantenimiento y racionar el funcionamiento de los servicios públicos: agua, electricidad, gas doméstico, combustible etc., etc. Han sido el Corolario.

 

 

Aunque exista este proceso de destrucción del desenvolvimiento económico ya precario de Venezuela y la privación de la libertad de movimiento, mediante el racionamiento de combustible, la libertad de obtener información veraz y actualizada con el resto del mundo y del acontecer cotidiano; la dignidad del pueblo no ha sido socavada y, además el espíritu democrático y amante de la paz  que caracteriza al pueblo venezolano ha sentado las bases para mantenerse alerta y reaccionar con propiedad ante el avatar que le ha tocado resistir los últimos veinte años.  El coronavirus ahora, es parte de la fórmula de la zaga izquierdista del mundo, para haberse de las riquezas de los pueblos menos favorecidos y mantener un bastión en cada uno de ellos en contra de un supuesto enemigo, El Imperio USA.

El Covid-19, y el control de combustible son las valencias perfectas que han encontrado los tiranos para controlar la vida del ya bien maltratado pueblo venezolano, es el émulo del holodomor (la hambruna) impuesto por la URSS al pueblo ucraniano. Por ello, no es extraño que pretendan aislar a los pueblos fronterizos por todos sus linderos. Por algo existen las descaradas alianzas entre los terroristas de las FARC y el ELN con sectores del gobierno de Venezuela y han resurgido las intervenciones y asaltos armados en las fronteras de Venezuela con objetivos políticos. Por esa alianza asimétrica no hay combustible para el venezolano y, si, para los países parásitos de quienes se han enamorado los vengativos, resentidos y vándalos (zánganos con aguijón) destructores de repúblicas que ostentan el gobierno de Venezuela. A esto anterior se suman, planes macabros bien elaborados.

Agravando esto, la eliminación de las sanciones de los gobiernos poderosos en contra de los testaferros del régimen del PSUV y el régimen déspota de Venezuela no va a ser, pues esas sanciones están impuestas por: The Treasure DPT. USA contra individuos y no a la nación por un delito que afecta al tesoro nacional de USA e igualmente afecta a otros países de Europa, tales sanciones se imponen, pues, no se sabe con propiedad -esta en investigación constante- el origen de los recursos, de esos dineros en manos de particulares y, a la vez de miembros o afectos del régimen Chavista-madurista. Otras sanciones se han impuesto por fallas administrativas, evasiones de impuestos e incumplimiento de contratos. Todo con evidencias probables de que las faltas podrían resultar -mediante tales investigaciones- programadas a voluntad y, los dineros, provenientes del fraude contra la nación venezolana.

Parte de los planes es que que se mantengan esas sanciones, el gobierno de Maduro no desea que las retiren, los del PSUV a su vez, no lo desean. Empero no les conviene al régimen, pues, ese es el juego político de Estados con gobiernos como Cuba, y la antigua Chile de Allende quienes se escudan con la denuncia contra las sanciones a particulares, nepotes, adláteres testaferros de sus regímenes para tener una carta debajo del brazo y jugar con la propaganda excesiva y tergiversada, que denuncian los supuestos atropellos imperialistas en contra de naciones supuestamente libres y soberanas, para haberse de apoyo geopolítico y armar ejércitos, no para proteger  la nación como afirman en sus discursos embusteros, sino para proteger al régimen y al tirano que lo comanda. Todo es una mentira al estilo de la tiranía platónica.

Es una estrategia bien elaborada para inducir a los gobiernos poderosos que pueden dar apoyo a los pueblos oprimidos por estos regímenes, a que impongan sanciones. Mientras tanto a los pueblos subdesarrollados de la periferia les donan dinero para solucionar problemas públicos, les financian deudas y créditos para tener apoyo en las asambleas de organizaciones como la ONU la OEA etc, es toda una estrategia bien planificada, desarrollada entre el Alba, CELAG y el foro de Sao Paulo en el caso Venezuela, para financiar un proyecto que lo único que ha producido es miseria y mantener a regímenes sanguijuelas como la castro-dictadura tiránica de Cuba y la irreverencia del régimen de Daniel Ortega en Nicaragua, adicionalmente.

Con ese plan macabro de propaganda -anti imperialista- y, mediante evidencias de premisas válidas pero no veraces, mantienen a los pueblos que oprimen y a los organismos e instituciones internacionales de seguridad y paz; mal informados y engañados. Es todo un teatro, donde se emplea, desafortunadamente, el dinero de un pueblo indefenso en pro de una camarilla que quiere, mediante la fuerza, la mentira, el hambre, el terror, la angustia y con un argumento ideológico falaz y demagógico, mantener -per secula seculorum- el gobierno en sus manos.

 

Joise Morillo

aojoise@gmail.com

kaojoise@gmail.com

@Joisemorillo

Venezuela – Estados Unidos

ANTONIO JOSÉ MONAGAS, 2021 RAZONES PARA ESTAR “OJO AVIZOR”

Un dicho hebreo reza que “nunca muestres a un tonto un trabajo hecho a medias”.  Y todo, porque sería incapaz de imaginarlo terminado y se dedicaría sólo a criticarlo. O a usurpar su ejecución. Pero igualmente, nunca muestres a un atrevido vivaracho el mismo trabajo trunco. Pues aprovecharía las circunstancias para encarecerlo a partir de piadosas mentiras que sólo servirán para engañar a cuantos pueda. Peor aún, con una fantasiosa descripción de cómo convirtió lo imposible en concreta realidad. Es exactamente lo que caracteriza un momento en la vida de cualquier sociedad que peca de ostentosa. De ingenua. O de parasitaria.

Es el caso Venezuela, toda vez que las cosas en el mundo de la política se desvirtuaron drásticamente. Y a una inusitada velocidad que a muchos sorprendió brusca y luctuosamente. Sin embargo estos casi 22 años que lleva retraído el país en medio de un forzado confinamiento, incitado por las desafinadas notas de una absurda revolución, han sido suficiente para obtener la conciencia necesaria que permite entender el fondo del problema. Conciencia ésta, a partir de la cual podría posibilitar invertir el orden de la relación de poder que, con violencia y saña, ha marcado el desmoronamiento de la estructura política que se esforzaba por resguardar la institucionalidad democrática venezolana.

Por eso cuando el tiempo corre la brecha y pone el devenir sobre el surco de un nuevo año, se plantean crudas posturas contradictorias. Que tienen la fuerza y el empuje necesario para apremiar situaciones de nueva factura política. Esto significa llegar al encuentro de firmes esperanzas que, indiscutiblemente, podrían animar cambios en la hoja de ruta del sistema político nacional. Y esto, en la pauta del proyecto de gobierno, no existe. Es contrario al espíritu de libertades que choca con la ideología del régimen oprobioso y represivo. Sin embargo, persiste en el temperamento del venezolano demócrata. En todo sentido.

2021, por ser un año de agitada presunción electoral, puede verse cómo la imperecedera posibilidad de hallar el punto de inflexión conduciría hacia la recuperación política, económica y social del país. Asimismo, cabe apostar a que 2021 representa un espacio que comprometería la recomposición de la oposición democrática. Toda vez que de su trabajo, podrán depararse esquemas y mecanismos de adhesión a la causa democrática. Tanto como de convalidación al país que puede desarrollarse en el plano de sus capacidades instaladas y potencialidades probadas y demostradas.

Al estimar las realidades venideras desde esta perspectiva, 2021 sería un nicho de oportunidades para poner al descubierto la fachada que en principio el régimen usurpador intentó ocultar. Pero sin éxito alguno. Aunque al pretenderse encumbrar las tonterías proclamadas por los actuales gobernantes, fue propagándose la estupidez que fungió de escenario para afianzar desatinadas expectativas. Expectativas éstas que inspiraron la retórica y narrativa del régimen para impulsar el populacherismo, escrito con el ortodoxo mote de “comunas”, que ha arrastrado al país a sitiales de impudor internacional.

2021 será un año, sin duda, difícil. La maquinaria del poder político (incluso, del económico) continúa en manos equivocadas. No obstante, tal como expone el verbo culto “desde el amanecer se conoce el buen día”. Lo cual quiere decir que, desde un principio, pueden advertirse ciertos finales. Y 2021, augura o conjura algunos de esos imaginados finales. Entre tantos finales, podría pensarse en el que cabría significar el esperado restablecimiento de la paz social y política que merece Venezuela. Y su ciudadanía. Aunque tan anhelada realidad, deberá tener en cuenta 2021 razones para estar “ojo avizor”. 

Antonio José Monagas

antoniomonagas@gmail.com

@ajmonagas    

Venezuela

VICENTE BRITO, 2021 AÑO DE SOLUCIONES O CONFRONTACIONES

Comienza el 2021 un año que para la gran mayoría de los venezolanos significa la oportunidad de superar las coyunturas desfavorables en las cuales nos encontramos el 2020, el cual significó para la nación un tiempo de limitaciones, frustraciones y reducción continua en nuestra calidad de vida. Múltiples razones nos condujeron por tan tortuoso camino, no solo causadas por el Covid 19, con sus efectos en las desmejoras de los sectores económicos y sus consecuencias negativas en lo social, sobretodo en el desempleo y niveles pobreza. Las crecientes desavenencias políticas observadas no permitieron lograr una sola decisión conveniente al interés nacional y con ello haber logrado mejorar las complejidades así como las angustias que nos afectan. 

En el 2020 se combinaron distintos factores antagónicos cuyos efectos en nuestra forma de vida fue de desmejoras continuas nunca antes alcanzada en los últimos 75 años después de finalizada la segunda guerra mundial, cuando comenzó un periodo de desarrollo económico y social sostenido en los ingresos petroleros, vale la pena destacar la incorporación de los millones de inmigrantes que vinieron de más de 10 países, los cuales contribuyeron al crecimiento productivo y de infraestructura, logrando ubicarse Venezuela dentro de los países del mundo con mejores servicios públicos y calidad de vida..

En el 2021 entramos a un nuevo año donde las inconveniencias a las cuales estuvimos sometidos se mantienen y parecen aumentar. No ha sido fácil para las familias lograr sostener sus mínimas necesidades durante el tiempo transcurrido. Se observa disposición de lucha y capacidad de los venezolanos para buscar equilibrar sus limitaciones y solventar aunque sea parte de sus necesidades. Esta capacidad innata que poseemos se demuestra en los venezolanos que han emigrado, donde observamos como nuestros hermanos que están en otros países obtienen reconocimientos y ganan premios en los distintos escenarios mundiales donde nos toca competir. 

El país luce agotado y cansado de la multiplicidad de diferencias observadas en las distintas propuestas presentadas por los distintos sectores que hacen vida nacional, donde el antagonismo toma los espacios y los conflictos permanentes parecen imponerse como la nueva modalidad al cual nos tenemos que acostumbrar. Lo cual se demuestra y se hace evidente al no observarse algunos planteamientos que den soluciones a las diferencias existentes, lo que se percibe es un preocupante y angustiante aumento de las confrontaciones entre los responsables de lograr alternativas válidas para todos los venezolanos. 

Los próximos días serán cruciales para la Nación Venezolana donde están en manos de los responsables de la conducción pública, el lograr decisiones que no signifiquen "las única y no discutible propuestas" de quienes se sienten con el control del poder y dicen representarnos. El país los observa y espera pacientemente decisiones que conlleven a soluciones y no a mayores confrontaciones.

Vicente Brito
vicent.brito@gmail.com
@vicentejbrito
Presidente
Red por la defensa al Trabajo, la Propiedad y la Constitución  
Caracas-Venezuela