domingo, 10 de julio de 2022

ESPECIAL DEL DOMINGO: NÉSTOR SUÁREZ "ROMPIENDO PARADIGMAS".

ESPECIAL DEL DOMINGO 

"ROMPIENDO PARADIGMAS"

NÉSTOR SUÁREZ 

Rumbo Propio no es un Partido Político , sino un movimiento ideológico, así nacimos hace 18 años. Rompimos así unos cuantos paradigmas, de entrada, pues en Venezuela los partidos nacen electoralistas: por y para las elecciones. Y caudillistas: no tras una doctrina y un programa, sino tras un caudillo «carismático». Y además de electoralistas y caudillistas, los partidos nacen clientelistas: arrimados a algún Tesoro público, repartiendo puestos, contratos y prebendas.

Siendo así, alguna gente nos dijo que RP no tendría éxito. A ellos les dijimos en esa oportunidad: «Amigos, esos tres no son los únicos paradigmas rotos. Porque como partido, de hecho, Rumbo Propio:

1.- Nació como un partido Zuliano liberal y autonomista, y no meramente regionalista y descentralizador. No queremos la descentralización del estatismo, sino la desestatización de la sociedad. Por eso nunca fuimos ni somos soñadores separatistas, pero tampoco estatistas «descentralizadores», menos aún regionalistas folklóricos. Más paradigmas rotos.


2.- Somos un partido de contribuyentes voluntarios. A nuestros adherentes y simpatizantes no les ofrecemos puestos, contratos ni prebendas. Les pedimos, lo que ningún partido les pide a los suyos en Venezuela: una cotización mensual, a todos, conforme a las posibilidades de cada quien. Tremendo paradigma rompemos aquí.

3.- Por fin, el gran tabú en la mayoría de los partidos: Rumbo Propio es de derechas, sin miedo ni Complejos. Porque ser de derechas no es delito ni deshonra: es tomar las banderas del Libre Mercado contra el socialismo, de la ley y el orden contra la criminalidad, de la propiedad privada contra las invasiones y expropiaciones, de crear riqueza contra la pobreza y la miseria, del trabajo y la producción contra el estatismo distribucionista, y por fin, de la familia venezolana contra la pauperizacion, desintegración y degradacion que hoy la destruyen. Ser de izquierda es lo contrario. Y ser de «centro» es evitar definirse.

Claro, eso rompe muchos paradigmas colectivistas, populistas…y socialistas «democráticos». En el socialismo el Estado es gran dueño y señor de todo, y en su nombre todo lo gobierna una camarilla despotica. Pero hay dos variantes. 1.- En la democrática, cada tanto la camarilla despotica y su jefe son sustituidos, conforme a los votos respectivos, por otros,iguales o muy parecidos. 2.- En la no democrática, se eternizan siempre los mismos. Pero si los amos son electivos, y los esclavos pueden elegirlos, y cambiarlos a veces, cambia eso la condición de esclavitud y servidumbre?

Rumbo Propio es democrático, pero entiende la democracia no como un fin en si mismo, sino al modo de Karl Popper: como un medio, para cambiar los gobernantes, de manera incruenta. La vieja oposición , nutrida de Socialismo Democrático, acusa o ha enfrentado al chavismo primero, y al madurismo ahora por antidemocrático, solo por eso. Pero los de Rumbo Propio los enfrentamos antes que nada por Socialistas. Los Liberales Clásicos somos los únicos opositores que cuestionamos y atentamos seriamente contra la misma fuente de legitimidad del régimen: el socialismo. Y qué creen ustedes amigos? Tendremos éxito rompiendo tanto paradigma?

Nestor Suarez
nsuarez07@hotmail.com
@NestorSuarezRB
Venezuela

AQUÍ TITULARES DE HOY DOMINGO 10/07/2022, DESDE VENEZUELA PARA EL MUNDO, PARA LEER PULSAR SOBRE EL TITULAR ESPECÍFICO

  HOY - OPINIONES TEMAS INTERNACIONALES Y NACIONALES -  

MIBELIS ACEVEDO DONÍS: BURBUJAS DEMOCRÁTICAS. DESDE VENEZUELA




MIBELIS ACEVEDO DONÍS: BURBUJAS DEMOCRÁTICAS. DESDE VENEZUELA

No hay pantano más fullero que la presunta legitimidad que fines virtuosos endosarían a medios éticamente cuestionables. Allí, nos consta, prospera el germen de la autonegación

¿Ser leales a las prácticas democráticas, aunque se esté inmerso en un régimen no-democrático? El dilema no ha dejado de azuzar a los venezolanos, ni dejado de asomar desafíos para una oposición que, tanto en lo prescriptivo como en lo operativo, está obligada a distanciarse de los modos autoritarios y excluyentes del gobierno. No hay pantano más fullero que la presunta legitimidad que fines virtuosos endosarían a medios éticamente cuestionables. Allí, nos consta, prospera el germen de la autonegación, la pérdida de límites entre la propia ambición y la del adversario, ya de por sí desbordada.

“Cuando el gobierno es el caos, la oposición debe ser el orden; cuando aquel es violento, debe proponer la paz; si viola la ley, debe representar al Estado de Derecho”, recuerda Carlos Raúl Hernández. Un ejercicio tenaz de equilibrio y autorregulación, sin duda. Los esguinces de los últimos años, el enajenamiento identitario, dan cuenta que cómo el remedo distorsiona valores que inspiran el deber ser democrático, aquellos destinados a cristalizar en una praxis nunca libre de tensiones y yerros, sí, pero modulada por una irrebatible teoría. Como advierte Sartori, lo que la democracia sea no puede separarse de lo que la democracia debería ser. Para los ciudadanos, sujetos deseantes y aún así proclives a la elección racional (no simples creyentes) apreciar esa coherencia en la oferta política es vital. Porque, ¿cómo confiar en actores cuya contradictoria conducta los vuelve no sólo borrosos, no sólo indistintos respecto a sus demonizados rivales, sino del todo impredecibles?

Las preguntas surgen a cuenta de lo que aparentemente ya es una decisión tomada por parte de un sector opositor, el vinculado a la Plataforma Unitaria. Saltándose alertas y cuestionamientos, todo indica que el plan de convocar elecciones primarias intra-oposición en nombre de la auctoritas de una alianza hoy desmembrada -la MUD- seguirá desplegándose, contra todo trance. Contra el hecho, incluso, de que más allá de asuntos como la disputada representatividad o las discrepancias doctrinarias, la renuencia a sentarse a hablar con el otro es literal.

Aun con tan estrambótico arranque, cabría preguntarse por las características y alcances de un plan que pide consensos mínimos. En el mejor de los casos, se trataría de promover el ensayo de una elección libre y competitiva, crear una “burbuja” democrática operando en ese contexto no-democrático que, muy probablemente, seguirá vigente en 2024. Un proceso que, de entrada, no estaría exento de tanteos erróneos, de pujas intensas, del conflicto y la confrontación agonista que distingue la construcción colectiva de respuestas, siempre susceptibles de revisión. No se puede temer a esa imperfecta índole, sin embargo. “La única virtud esencial de la democracia es el amor por la incertidumbre”, señalaba Hirschman, y sobre ese punto importa alinear expectativas. ¿Cómo manejar la pluralidad para que esta sea anticipo de un proyecto de reforma política profunda; una que no sólo implique hacerse del poder, sino instaurar un gobierno sustancialmente mejor?

Si la idea es demostrar que hay compromiso con otra manera de hacer las cosas, asegurar el potencial inclusivo de estas acciones no es asunto menor. En este sentido, conviene recordar las observaciones de Anthony Downs. La calidad de la dinámica democrática, dice, emerge de un proceso competitivo que se funda en la interacción de la libre oferta de los partidos y el derecho de los votantes a participar en una elección exenta de coacciones (esto es, expresión del poder para gobernarse a sí mismo y escoger a quien se delegará ese poder). Aun eludiendo modelos “normativamente ambiciosos” a fin de priorizar lo posible frente a lo deseable, cuando los partidos compiten bajo el paraguas de estas saludables premisas se activa la infraestructura institucional de la democracia. Justo ese déficit que prevalece a nivel macro es lo que tocaría revertir en el lote de terreno que ocupa una fragmentada oposición.

Cómo conducirse para evitar que esa competencia cancele la normatividad democrática, algo que un utilitarismo anti-ético terminó justificando en su momento: esa es una prioridad. Allí, la calidad del liderazgo político -su intervención eficaz, sus extravíos o su trágica dejadez- sigue siendo medular. Si las condiciones formales que dan sustento a la dinámica democrática, como anunciaba Schumpeter, determinan el desarrollo de competencias que ostentarán los líderes, podríamos estimar que una situación no-democrática escamotearía esa irrupción. La clave entonces es apuntalar ese valor contextual mediante mecanismos que aseguren no sólo el reclutamiento de los agentes mejor dotados para la tarea en cuestión. También el dinamismo y flexibilidad en la toma de decisiones, la autodisciplina democrática que sirve de dique contra la corrupción, el aprovechamiento de lo políticamente diverso, la capacidad para sintetizar visiones opuestas y facilitar el relevo cuando sea necesario.

Quizás ese ejercicio de democracia competitiva supone renunciar a la comodidad de ciertos atajos procedimentales; de imaginar estructuras más idóneas, más inclusivas. No sólo más simples y expeditas. La racionalidad implícita en sistemas donde prevalece esta lógica, lleva así a detenerse en la dificultad que entraña no anular las pretensiones del deber ser; la “utopía concreta” expresada en equilibrios que permiten acoplar las complejas demandas ciudadanas y las ofertas electorales, el alma pragmática y el alma redentora de la democracia (M. Canovan). Para eso es indispensable una competencia que, más que a los contendores, conceda tribuna a las propuestas que ellos encarnan. Sobre las últimas, por cierto, hemos tenido muy pocas noticias.

Mibelis Acevedo D.
mibelis@hotmail.com
@Mibelis
@ElUniversal
Venezuela

JULIO CASTELLANOS: LA LEY DE VENTA DEL PAÍS POR ZONAS ECONÓMICAS ESPECIALES. DESDE VENEZUELA

La llamada Ley de Zonas Económicas Especiales que recientemente aprobó el apéndice legislativo del gobierno merece mucha atención de la opinión pública, en principio, es claro que el gobierno, sin decirlo abiertamente, admite con esa ley que la política de expropiaciones y los primitivos controles de Hugo Chávez condujeron a la actual crisis económica. Luego, más importante aún, exponen su intención de vender al país por pedazos, por zonas, en las que el capital trasnacional y los enchufados locales le saquen hasta la última gota de sudor al trabajador venezolano sin que este reciba un salario y contratación colectiva justa.

La explicación para esta aseveración es simple, la inversión extranjera directa puede venir al país si existe tutela judicial efectiva, estabilidad monetaria, respeto por la propiedad privada, seguridad personal, un gobierno transparente, servicios de telecomunicaciones aceptables, red vial adecuada, agua, electricidad, salud, educación… pero nada de eso existe hoy en el país. Por tanto, decididos a raspar la olla, las autoridades de facto deciden ofrecer a los capitales trasnacionales más oscuros y voraces un único atractivo: mano de obra barata (tan barata que por los exiguos salarios equivale a la esclavitud moderna), ninguna libertad sindical y total indiferencia a normas que impidan la explotación indiscriminada del medio ambiente.

Es tan perniciosa esa ley que, sorprendentemente, la rechazan hasta los diputados del Partido Comunista de Venezuela. En criterio de Oscar Figuera, Secretario General de los comunistas, esta normativa “significa una nueva amenaza para la soberanía nacional por cuanto crea las condiciones para establecer áreas bajo control del gran capital transnacional a través de regímenes especiales, tanto en lo concerniente a las excepciones e impuestos al capital como en lo que respecta a establecer flexibilización y desregularización de las relaciones laborales en perjuicio de las y los trabajadores”. Tal parece que los comunistas muy tardíamente se dan cuenta del peligro de respaldar a la autocracia.

Quienes nos oponemos a la actual administración desde 1998, y al militarismo desde 1992, creemos que este proyecto busca dar legalidad a la entrega del país a intereses foráneos. Los socialistas antiimperialistas se sienten cómodos en el rol de capataces de sus amos en Rusia, China y Turquía y, por tanto, acomodan bien los nudos legales con los que aspiran a ahorcar cualquier huelga obrera. Toda la ciudadanía debe pronunciarse sobre los riesgos de un instrumento legal que permitirá vender, por zonas y a precio de gallina flaca, pedazos del país.

Como nota de cierre vale la pena resaltar que, aunque no hay ninguna sorpresa en ello, los partidos judicializados votaron a favor de esa ley. Para mi, como adeco, es vergonzoso, asqueante, que los supuestos adecos a los que el TSJ entregó las sedes, siglas y tarjeta de AD manchen la imagen del partido del pueblo votando junto con sus socios del PSUV. ¿Quieren una prueba más fehaciente de complicidad? Vean los votos a favor de vender al país.   

Julio Castellanos
jcclozada@gmail.com 
@rockypolitica
Venezuela

ORLANDO VIERA-BLANCO: CADA ÉPOCA TIENE SU PECERA...DESDE CANADA

Explicitar un discurso, es comprender la realidad. La generalidad es peligrosa, egoísta y pretenciosa. En el discurso, el capitalismo es codicioso y el socialismo, generoso. ¿La verdad? Leamos las estadísticas, las realidades de una sociedad u otra 
Foucault nos conduce a una importantísima reflexión: Cuidado con la ilusión tranquilizadora de los discursos. Y nos alerta: “A través de ideas generales, ignoramos la diversidad y singularidad de cada una de ellas. Pensamos habitualmente con tópicos abstractos, y por eso los discursos siguen siendo para nosotros «inconscientes», escapan a nuestra mirada. Los niños llaman a todos los hombres papá y a todas las mujeres mamá”, siendo que también llaman padre a algunos dictadores o madre a guerras generadoras de muerte y hambrunas, fenómenos catalogados de épicos y valiosos.

Entonces es preciso realizar un trabajo histórico que nos lleve a lo que Foucault llama arqueología o genealogía del saber, para sacar a la luz el discurso, su verdad o su mentira. Dicha arqueología es un ejercicio desmitificador.

Desmitificando el populismo

Foucault subraya la necesidad de anticipar la última palabra, la que marca la diferencia entre un antes y un después. “Cada vez que se llega a esta differentia última del fenómeno-que es el discurso escrito-descubrimos invariablemente que el fenómeno es extraño, arbitrario, gratuito”. Es la palabra que comprime realidades.

“Ser rico es malo […]Debemos morir por la revolución […] Robar para comer es válido […] Debe llegar el día en los próximos años en que estemos en cero por ciento de miseria, de pobreza extrema (…) Yo empeño mi palabra y mi vida y comprometo a todos aquí, para que sigamos luchando con esta variable terrible, herencia del gobierno capitalista neocolonial y herencia del capitalismo salvaje […] Declaro que no permitiré que en Venezuela haya un sólo niño de la calle: si no, dejo de llamarme […] Si dolarizamos nos tumban”.

Antes Marx hablaba de explotados, proletarios, la hegemonía del capital y la lucha de clases. Un discurso igualitario, horizontal y pobrecitista que se hizo vetusto, falaz, extraño, arbitrario, de una costosísima gratuidad. ¿Cuánto ha pagado la humanidad en hambrunas, guerras y muerte por una ficticia igualdad?

Al correr del tiempo “cuando hemos ido hasta el fondo de cierto fenómeno, descubrimos la singularidad de cada uno de ellos y su arbitrariedad característica”. Entonces llegamos a la fase de constatación.

Evidenciamos que ser rico no es ni bueno ni malo, el fenómeno es usar el discurso para despojar y desquitar. Que el capitalismo no es causal de la miseria sino por el contrario, el fenómeno es destruir todo forma de emprendimiento y creación para crear miseria como instrumento de control. Que los niños de la calle no son herencia neocolonial, sino que el fenómeno es que existan para adoctrinarlos “No cabe duda de que el hombre, el sujeto del que hablan los filósofos-advierte Foucault, no es un sujeto soberano. No domina el tiempo ni lo verdadero”. Lo que sí domina el hombre es su voluntad, su derecho a vivir, de ser feliz. Cuando el discurso de generalidades niega esa voluntad, es arbitrario y costoso

«Aristóteles, San Agustín e incluso Bossuet no fueron capaces de elevarse hasta condenar la esclavitud…Siglos más tarde, condenarla nos parece una evidencia». Parafraseando a Marx, “la humanidad se plantea problemas en el momento en que los resuelve’. Cuando se derrumba la esclavitud y todo el dispositivo legal y mental que la sostenía, se derrumba a su vez su «verdad».

Desmitificar es desmentir discursos esotéricos como el populismo redentor y revanchista. Lustros más tardes de discurso anticapitalista y antiimperialista, lo que ha proliferado son los niños de la calle, los soviets oligarcas, la propiedad-estado-miliciano y la democracia de propaganda, de opinión prevaleciente o vituperante donde quien disiente va a la cárcel o el exilio.

Las universalidades no existen

¿Qué verdades se desmoronan? La caída del muro de Berlín levantó el velo del comunismo. Atrapados en un muro de alambres de púas más luces y sirenas de la muerte, el silencio y el aislamiento, fueron despertados por el discurso escrito. Y llegó Ronald Reagan, al pie de la Puerta de Brandeburgo [Berlín/ junio 1987], lanzando al mundo su grito de libertad: «Sr. Gorbachov abra esta puerta…Si la Unión Soviética busca paz, busca prosperidad y busca liberación, venga aquí y Tear down this Wall [derriben esta pared]”.

Si algo no resiste el pasado [1989] ni el presente, es la requisa del tiempo, la vida, los sentimientos y la razón…en una pecera. O se ahoga el pez o se rompe la pecera. Hombres, mujeres y niños viviendo a oscuras, separados por décadas, embriagados de miedo, no creían que el muro caería. Que esa “verdad” de pagar el precio del exterminio, se derrumbaría. La historia nos enseñó la singularidad del fenómeno: nadie paga el precio de un exterminio o de un ostracismo del cual es inocente. El hombre no es soberano, no domina ni su tiempo ni su verdad, pero si querer ser…

Alerta Foucault “En cada época los contemporáneos están encerrados en discursos como en peceras falsamente transparentes […] Falsas generalidades y el discurso varían a través de los tiempos; pero en cada época pasan por verdaderos”. Es hora de salir de nuestra pecera, de una falsa transparencia. No es verdad que Venezuela es libre y menos bolivariana.

Explicitar un discurso, es comprender la realidad. La generalidad es peligrosa, egoísta y pretenciosa. En el discurso, el capitalismo es codicioso y el socialismo, generoso. ¿La verdad? Leamos las estadísticas, las realidades de una sociedad u otra.

Esa es la hermenéutica de Foucault. La que comprende el sentido y la trascendencia de los actos. No es justificar todo en el amor o en el odio, sino meterse “en la piel del otro” y comprender por qué somos amados o somos odiados. Ese día comprendemos el concepto y los fenómenos. Es la verdad ajustada a los tiempos y a los hechos. “Descubrimos entonces la verdad verdadera del pasado y la «inexistencia de los universales" ¿Qué arrojó la revolución francesa, la industrial, el liberalismo o internet? o ¿A qué nos condujo el comunismo, el nacionalismo, el positivismo estructuralista o la tiranía? La ilustración y el progreso lo primero. Guerras, hambrunas, retroceso y muerte lo segundo.

Las universalidades no existen. La igualdad decretada no existe, pero querer serlo si. Los fenómenos igualitarios son artificios como la socialización, la globalización, el comunismo o la hegemonía comunicacional, el culto al mesías. «Locuras verdaderas» a nuestros ojos, vanidosas, peligrosas, extrañas, arbitrarias, aparentemente gratuitas, sutiles y ficticias, que nos hacen vivir en una pecera...hasta que muere el pez o se rompen la pecera, de agua y transparente ilusión.

Orlando Viera-Blanco
ovierablanco@vierablanco.com
@ovierablanco
Embajador designado de Venezuela en Canadá

EDGAR BENARROCH: IGUALES PERO DISTINTOS.. DESDE MEXICO

Los seres humanos somos iguales por ser creación del mismo Padre Eterno, por nuestra misma condición y ante la ley, pero somos distintos por nuestra formación, ideales, principios y valores los que nos lleva a consideraciones y opiniones coincidentes pero también diferentes, a comportamientos y acciones distintas. Somos sociales por instinto gregario y nos podemos desenvolver en comunidad por la consideración, respeto y tolerancia que todos debemos tenernos y la capacidad de aceptar nuestras deficiencias y errores, conversándolas para superarlas. 

Gracias a Dios somos distintos en ese aspecto, sino la humanidad sería muy aburrida y además en las diferencias nacen los mejores caminos y logramos los mejores productos. Bien se ha dicho que “Cada cabeza es un mundo” por lo distinto que somos. Lo lógico, natural y sensato es que todos, en nuestras diferencias, nos encontremos cuando se trata de luchar para alcanzar el Bien Común y la Justicia Social. Como queremos el bienestar propio lo deseamos al prójimo y para ello debemos colaborar con toda nuestra voluntad, privilegiando siempre la lucha por reivindicar a los más débiles, pobres y vulnerables. Mientras exista pobreza no podemos, no debemos estar conformes ni tranquilos, por ello, la vida es una constante lucha y entrega de servicio privilegiando a la colectividad y al pobre y desamparado.

Nos encontramos en una situación muy severa y difícil que nos causa inmenso malestar a todos por la desastrosa obra de este régimen. Nuestro ineludible e impostergable deber es parar la caída que tenemos como país y personas y recuperar la Nación para colocarla en vías de desarrollo integral y ello sólo es posible saliendo de lo que tenemos. 

Por la desastrosa gestión de este régimen, quienes antes le dieron su confianza hoy se la retiraron y están en franca línea de oposición deseando un cambio radical cuanto antes. Ese cambio urgido por el pueblo, que lo clama a diario y a gritos, debe promoverlo y líderizarlo la dirección de la oposición conjuntamente con el país nacional organizado y adelantar una estrategia inteligente, eficaz y útil para salir de lo que tenemos e iniciar la inmensa tarea de la reconstrucción nacional. 

Esa estrategia debe ser compartida por todos quienes queremos cambio, entonces ella debe elaborarse en UNIÓN de todos. Unión para elaborar la hoja de ruta que nos lleve a la salida cuanto antes de este régimen totalitario y maligno y para configurar una propuesta al país que contenga las soluciones a la honda crisis que soportamos, esas soluciones deben ser entendibles, creíbles y sobre todo realizables para no caer en nuevos desengaños. Sería nuestro programa de gobierno para la recuperación nacional y bienestar de todos quienes acá vivimos.

Se ha dicho, por voceros autorizados de la oposición, que el próximo año, 2023, seleccionaremos nuestro candidato a la Presidencia de la Republica y que será por consenso -que es lo deseable- o por elecciones primarias donde todos los venezolanos mayores de 18 años puedan expresarse. A ese candidato, seguro próximo Presidente, le entregaremos ese programa de gobierno que será el camino que debe seguir. Menos mal que ahora falta menos.

Venezuela - México

ROMÁN IBARRA: OPCIONES 2024. DESDE VENEZUELA

Pasan los días, meses y años, y hay quienes no quieren darse cuenta de que si no actuamos a tiempo, luego –cualquier esfuerzo- será tardío, y con lamentables consecuencias.

Es de tal magnitud la desconexión de la dirigencia política con las verdaderas necesidades, que en un tiempo de crisis profunda, prefieren anteponer aspiraciones personales, o grupales, al interés general.

Los mismos que hasta ayer gritaban: ¨solos no podemos¨, ¨dictadura no sale con votos¨, entre otras muestras de ignorancia e incapacidad, hoy regresan al ámbito electoral sin pedir perdón, pero claro, hay un detalle: todos son candidatos desde ya.

De los que a diario han venido lanzando candidaturas extemporáneas; sin alma, y sin votos, no hemos oído una propuesta seria en materia de gobernabilidad.

Nosotros queremos insistir en que debe haber unidad, pero no de los partidos, hoy por cierto todos divididos, sino de la ciudadanía tras un propósito trascendente. Si, el destino del país es más importante, y reconstruirlo ahora supone trabajar en beneficio de todos.

Superar el descalabro generado por estos 22 años ininterrumpidos de gobierno, supone inteligencia y desprendimiento, pero también una dosis de patriotismo importante.

Un país que aspira a la modernidad no puede seguir sin luz; agua; metro; seguridad de personas y bienes; salud; justicia independiente; empleos dignos y bien remunerados;

Por eso, insistimos en que lo prioritario es un programa mínimo de gobernabilidad; creíble, y realizable, para sentar las bases del país que queremos, y solo luego, el liderazgo que lo represente.

A ese respecto debemos aclarar que Venezuela ha vivido crisis importantes en el pasado, y ha sabido enfrentarlas ejerciendo la coherencia, y la necesidad que demanda el momento histórico. López Contreras, a la muerte de Gómez, y el Dr. Ramón J. Velásquez, en el segundo gobierno del Presidente Carlos Andrés Pérez. Me refiero entonces, a la necesidad de encontrar a un líder de consenso que dirija ese programa de gobernabilidad mencionado.

Se habla de líderes empresariales; intelectuales, o políticos para conjurar la crisis. Personalmente creo que el país es bastante más que una sociedad mercantil, por lo cual, me inclino por la necesidad de un político experimentado; con talante democrático; que pueda entenderse con todos los sectores; que adelante relaciones comerciales y diplomáticas con el mundo entero, y que no abrigue odios, ni venganzas contra nadie.

Un líder, y un gran equipo que nos ayude a superar la crisis; recupere la institucionalidad democrática; los servicios esenciales para la vida; respete los derechos humanos; que genere confianza para la inversión nacional e internacional. En fin, un Estadista.

Solo así podremos acometer la solución inmediata de los asuntos más urgentes, y prepararnos para cuando tengamos mayor representatividad en la AN, para consensuar con las demás fuerzas, las reformas de fondo que la Constitución necesita para poder avanzar, como: la eliminación definitiva de la reelección presidencial, y volver al sistema del período quinquenal; eliminar la Asamblea Nacional Constituyente, pues es un problema en lugar de una solución; igualmente hay que eliminar la perturbación del referéndum revocatorio, siempre manipulado al antojo del poder, a falta de reglas claras.

Impulsar la segunda vuelta presidencial, o ballotage, para darle al sistema mayor gobernabilidad; volver a la bicameralidad con la representación popular (diputados), y la de los estados (Senado). Avanzar tanto en la descentralización y como en la municipalización para mejorar la relación entre ciudadanos y sus gobernantes más cercanos.

Las primarias tal como se están presentando, son un escenario excluyente, y sectario que dejaría profundas heridas en los participantes y sus respectivos apoyos.

Estamos a tiempo de organizar una discusión amplia para generar primero el programa de gobernabilidad sugerido, y luego habrá tiempo para discernir en torno al liderazgo necesario para llevarlo adelante con éxito. Un líder de Consenso!

Roman Ibarra
romanibarra@gmail.com
@romanibarra
Venezuela

JUAN DIEGO VILLA ROMERO: EL COMBUSTIBLE NOS COMPROMETE A TODOS, DESDE VENEZUELA

Inicio mi artículo haciendo alusión a una realidad deplorable conocida por muchos, pero ignorada por pocos. Y se trata nada más y nada menos que de la intermitencia en la distribución de gasoil, gas y gasolina, además del mercado negro de los mismos, lo cual, impide una recuperación económica plena y desmonta ese falso mito “Venezuela se arregló”.

No pueden repetir como loros esa frase deshonesta: “Venezuela se arregló”, cuando en cada campo venezolano se pierde parte de lo producido por nuestros agricultores y ganaderos ante la imposibilidad o dificultad de estos para acceder a los combustibles, cuando al día de hoy, vemos gente cocinando a leña, producto de la distribución desigual del gas doméstico.

Alzo mi voz por nuestros productores del campo a quienes les cuesta trasladarse a sus fincas, y que a la vez, ven complicadas sus labores de manejo de cultivos y rebaños ya que estas actividades dependen de vehículos, maquinarias y equipos que son impulsados por combustible.

Quiero enfatizar que esta situación de accesibilidad limitada de combustible persiste y se agudiza en toda la geografía nacional, incluyendo nuestra ciudad Capital y el estado Miranda, donde se observan largas e interminables colas para adquirir este rubro. Aunado a ello, los abusos de algunos funcionarios adscritos a cuerpos de seguridad, en detrimento de nuestro pueblo y las letras de la Constitución Nacional.

Presidente Nicolás Maduro, ministro Tarek El Aissami y demás autoridades inherentes al tema energético, ustedes están más que obligados a ser garantes de condiciones decentes para el acceso a los servicios como gasolina, gasoil, gas, de manera que no se comprometa más la producción agroalimentaria, ni se paralice la actividad económica de un pueblo que aún se sobrepone a las adversidades, que hace lo humanamente posible por intentar salir de la inflación con proactividad, resiliencia y dinamismo.

Si cada campo produce, el país come; si la ciudad se moviliza, detenemos la inflación afianzando el “Hecho en Venezuela”, pero un campo y una ciudad con problemáticas en el acceso al combustible, es sin duda alguna, retraso para las puertas de un futuro próspero, que todos -sin distingo de banderas ideológicas- anhelamos, luchamos y merecemos.

Desde Unidad Visión Venezuela lo hemos dicho en voz de nuestro Secretario General Nacional, Diputado Omar Ávila, y sin temor alguno: “Para que Venezuela mejore nos urge producción en cantidades suficientes. Toda actividad productiva requiere transporte y este necesita combustible, para ello hay que tener las refinerías operativas al 100%, en fin, falta mucho para una recuperación que conduzca a desarrollar una economía saludable, además hay de entender que somos nosotros quienes haremos mejorar al país con esfuerzo y trabajo, reconstruyendo valores morales, la educación ciudadana y el respeto a los valores democráticos para así sacar al país de este atolladero”.

Con ello quiero dejar claro que lo políticamente responsable es un cambio de rumbo, en aras de privatizar el 49% del circuito energético nacional y que el Estado de manera estratégica, conserve un 51% de participación. Esto con el fin de restaurar mancomunadamente nuestro parque refinador con criterios gerenciales y poner coto a esta problemática, dado que el combustible nos compromete a todos.

Finalizo, pidiendo a Dios su bendición para Venezuela y que dé sensatez a quienes tienen el poder de dar ejecución a los cambios que necesitamos como Nación.

Juan D. Villa Romero
Juandiegovillaromero27@gmail.com
juandiegovillaromero2798@outlook.com
@visionvenezuela
@jdiegovillave
Secretario Juvenil
Unidad Visión Venezuela
Venezuela