domingo, 6 de marzo de 2022

CARLOS PADILLA: ESPECIAL DEL DOMINGO. 06/03/2022. LA GUERRA DE PUTIN

ESPECIAL DEL DOMINGO



LA GUERRA DE PUTIN

«No hagas a otros lo que no quieres que te hagan a ti» es considerada una regla de oro, que expresa con acierto el criterio común de los principios de la justicia, es decir que no quieres para ti lo que no quieres para los demás y quiere para ti lo que quieres para los demás,


En procura del contenido del sitio de este trabajo hemos hemos recurrido. a diferentes fuentes que se indican.

LA DOCTRINA GROZNY 
¿EN QUÉ CONSISTE ESTA ESTRATEGIA 
QUE PODRÍA USAR PUTIN EN UCRANIA?

En el algoritmo de Vladimir Putin todo se configura hacia un único objetivo: tener el control, así implique un gran nivel de devastación. El ataque a gran escala de Rusia contra Ucrania es un ejemplo. Los estragos, sin embargo, no son un equivalente si el mandatario llegase a apelar a la doctrina Grozny, estrategia militar que podría ser la antesala de una escena de terror en Europa.

Este método de largo alcance lo patentó el mismo Putin en 1999, en la segunda guerra contra Chechenia, cuando por entonces era primer ministro del gobierno de Boris Yeltsin. La aplicó contra los rebeldes chechenos después de culparlos de una sospechosa cadena de explosiones en apartamentos de Moscú, Volgodonsk y Buynaksk. Con previos peyorativos contra estos supuestos enemigos y bajo la consigna colateral de mermar la atmósfera de independentismo en este territorio, inició una operación militar que marcó un antes y un después.

El meteórico crecimiento de Vladimir Putin alcanzó su punto de ebullición el 26 de marzo del 2000 cuando juramentó como presidente de Rusia. Antes había incursionado de distintas formas en la política, aunque el verdadero empujón fue cuando Boris Yeltsin lo proclamó como primer ministro. Esto sucedió en agosto de 1999.

El exmiembro de la KGB que mostraba una extrema reserva aún no había revelado la antipatía que le tenía a Yeltsin. No solo lo consideraba uno de los que desmanteló la Unión Soviética junto a Gorbachov sino también el que encabezó la derrota de Rusia en la primera guerra ante Chechenia (1994-1996). Fue precisamente este conflicto bélico el que obligó al entonces primer ministro a maquinar una medida más radical, a fin de recuperar el control de esta república ubicada al suroeste.

En esos días se produjeron una serie de explosiones en apartamentos de Moscú, Volgodonsk y Buynaksk. La policía rusa logró capturar a dos supuestos terroristas, pero el gobierno de Putin decidió sospechosamente anular la investigación. A pesar de que no era clara la autoría de los rebeldes chechenos, con frases como “Perseguiremos a los terroristas a todas partes” decidió encaminar la segunda guerra contra este exmiembro de la Unión Soviética.

Después de que el ejército ruso tomara el 26 de agosto de 1999 las fronteras, ingresó oficialmente a ese país el 30 de septiembre del mismo año. En ese intervalo gestó uno de los métodos militares más cruentos de la historia que hasta ahora sigue siendo un paradigma de devastación: la doctrina Grozny. Toda la artillería puso como blanco a la ciudad de Grozni. Fue un bombardeo masivo que además de dejar a 120.000 fallecidos, arrasó con todo este territorio, que quedó mucho más irreconocible de lo que ya estaba —producto de la primera guerra— para la prensa internacional.

LA GUERRA DE PUTIN ES CONTRA MÍ Y CONTRA TI


"Termópilas está ahora en Ucrania, y el heroísmo de Ucrania inspira y unifica", afirma Mircea Cărtărescu el poeta, narrador e intelectual rumano. Está considerado el más importante escritor de ese país de la actualidad.

Ante la estúpida y sangrienta agresión a Ucrania por parte de la Rusia de Putin, Europa se parece hoy a la multitud de ciudades griegas del mundo antiguo que solo la invasión del colosal ejército persa unió y dotó de la conciencia de su unidad en valores e ideales, de la idea de formar un único mundo. Una fuerza desproporcionada y amenazadora, aparentemente invencible, fue la única capaz de hermanar Atenas y Esparta, encarnizadas rivales hasta entonces, uniéndolas bajo el mismo mando, con la misma voluntad de luchar por la libertad. Desde ese momento, en incontables ocasiones a lo largo de los siglos, la guerra entre la esclavitud y la libertad se ha repetido en mundos distintos como un arquetipo eterno de la condición humana.

Pues no se trata en primer lugar de una guerra entre ejércitos en los campos de batalla, sino un perpetuo conflicto interior de cada uno de nosotros.

Cuando la desproporción entre las fuerzas es tan desesperada, surgen las premisas del heroísmo, uno de los rasgos menos frecuentes y más valiosos de la humanidad. El mundo moderno, con su pragmatismo, tiende a negar o a burlarse del espíritu de sacrificio en la vida, de la inspiración en el arte, del idealismo como forma de ser y, sin embargo, no pasa un día ni existe una sola situación humana sin que veamos a nuestros semejantes ofrecer unas extraordinarias muestras de altruismo y de altura de miras. Es el rostro luminoso, la parte lisa de «la madera torcida de la humanidad», de la que hablaba Immanuel Kant. Esa parte lisa existe de verdad, en la vida de cada día, en las cosas pequeñas y en las grandes, pero sobre todo en los momentos cruciales para la humanidad, como es el momento presente. La batalla de las Termópilas parece hoy en día una bella historia, pero fue real y se ha repetido a lo largo de la historia cuando se ha visto que la fuerza bruta de los ejércitos gigantescos puede verse humillada por la voluntad humana de libertad.

Hoy Putin aúna Europa y el mundo entero, en contra de sus intenciones, mucho más que cualquier factor económico, sociológico o cultural. Termópilas está ahora en Ucrania, y el heroísmo de Ucrania inspira y unifica. Hoy, siguiendo el asedio de Kiev, vemos a través del grosor de la historia a unos soldados espartanos que resisten ante un inmenso ejército de esclavos. Porque también el imperio de Putin -que no se identifica con el pueblo ruso, el primero sometido a su yugo- es el de la esclavitud, el del gobierno a través de la fuerza bruta, como en la antigua Unión Soviética de la que él procede y que quiere ver restaurada.

Termópilas cayó, todos y cada uno de sus defensores fueron masacrados, pero sin esa batalla no habrían existido Salamina, Maratón o Platea, donde la voluntad de libertad, el instinto humano más fuerte que el de supervivencia, venció al coloso persa. También Kiev podría caer, y Ucrania podría ser conquistada, pero ya no tiene importancia, porque Zelenski y sus combatientes han entrado definitivamente en el horizonte dorado del mito. En este momento ellos son los héroes de la humanidad ante los que, incluso derrotándolos, el tirano no tiene nada que hacer. Al agrupar al mundo en su contra y al provocar la emocionante resistencia de Ucrania, Putin ya ha perdido la guerra.

La historia no es un libro o un manual, sino la confluencia sucesiva y simultánea de millones de vidas humanas. No está presente tan solo en el pasado, sino en estos mismos instantes. Debe seguir adelante a cualquier precio. La guerra de Putin es, sin embargo, una singularidad jamás vista en la historia, pues es la primera vez que, tras unas batallas convencionales, se perfila un dedo tembloroso que se acerca al botón del Apocalipsis. Un solo hombre, perdido en sus alucinaciones, puede destruir hoy definitivamente el amor, la creatividad, la compasión, la solidaridad, la felicidad, la contemplación, la sonrisa, la maternidad, la curiosidad, la inteligencia y muchos otros aspectos de la maravillosa criatura humana. La guerra de Putin no es ahora contra Ucrania, sino contra cada uno de nosotros.


PUTIN, HERÁCLITO 
Y EL PRINCIPIO DEL FUEGO Y LA GUERRA



Después de la posguerra con Ucrania, Putin se convertirá en un excelente ejemplar para ser estudiado

Quizás el paralelo que pretendo hacer en estas reflexiones de Pentagrama desde la perspectiva de la estructura del pensamiento de Heráclito y Putin, resulten para unos o para otros dilucidaciones y argumentos un tanto extravagantes como fantasiosos.

Heráclito (540-480 a.C) a pesar de vivir en Éfeso una colonia ateniese, expresó un gran desprecio por los principios de la democracia. Era descendiente de reyes, prominente miembro de la aristocracia. Una de sus máximas filosófica más célebre es: “un solo hombre vale por diez mil, si es el mejor”.

Ahora, su tesis fundamental, que parece revivir en Vladímir Putin, es su teoría que como principio establece sobre la Guerra: “La guerra es padre de todas las cosas, de todas es el rey, y a los unos desvela como dioses y a los otros como hombres; a los unos hace esclavos, a los otros libres”. La vida solitaria de Heráclito, descendiente de la aristocracia, pasión por la destrucción, amante del fuego y convencido de la guerra para probar grandeza y poder, les hace seres semejantes en sus estructuras cognitivas y forma de ver la vida a uno y, al otro (Putin-Heráclito).

¿SI ESTO, LA GUERRA DE PUTIN, NO ES EL REGRESO AL SALVAJISMO, LA BARBARIE Y EL CAOS, QUÉ LO SERÁ?

LA BATALLA DE LAS TERMÓPILAS


AMADEUSPIRE

Hoy, con mucha tristeza escribo estas líneas para exponer la indignación que siento por toda la destrucción que ha desencadenado el sátrapa dictador Vladimir Putin al invadir a un pueblo pacífico que en el pasado fue sometido por sus vecinos, obviamente por el imperio ruso y posteriormente por el imperio soviético. En 1991 conquistó su libertad para jamás entregarla al capricho de un esquizofrénico. Es inconcebible como este ser diabólico se ha atrevido a bombardear ciudades cuyos objetivos son zonas residenciales mientras la indigna propaganda del poder ruso se hace eco de la nefasta matriz emitida por el Kremlin de que es una gesta para “desnazificar” y liberar al pueblo ucraniano sometido por el poder central de Kiev.

«Se dice que somos nazis. ¿Cómo puede apoyar el nazismo una nación que entregó ocho millones de vidas para combatirlo? ¿Cómo puedo ser un nazi? Que se lo digan a mi abuelo que estuvo durante toda la guerra en la infantería del ejército soviético y murió como coronel en la Ucrania independiente» dijo el presidente Volodimir Zelensky durante un discurso publicado en su cuenta oficial de Facebook a primeras horas del jueves 24 de febrero.

Putin es un inmoral puesto que su aparato de poder, centrado en su partido Rusia Unida, auspicia a partidos de la oposición con decretadas tendencias nacionalistas y “nativistas” como lo son el Frente Popular de Rusia y Rusia Justa los cuales promueven conservar la herencia cultural que comprensiblemente es loable, pero se centran también en la identidad étnica considerando a los inmigrantes como un grupo problémico, social y culturalmente diferente que degenera los principios y pureza de la sangre rusa. (Tuminez, 1996)

Es increíble leer a ciertos amigos justificar el accionar de un asesino como Putin contra Ucrania; me cuesta entender como la muerte de civiles y la destrucción de la infraestructura de una nación que tiene el inalienable derecho a la autodeterminación, dicho sea de paso, defendida a ultranza por la misma Rusia en el consejo permanente de la ONU, sea exaltado y hasta a veces victimizado. Llama nazi a Ucrania cuando es él el responsable de configurar el grupo Wagner, un ente paramilitar de mercenarios que con la venia del Kremlin apoyaron a los separatistas del Este Ucraniano y están involucrados en masacres en esa zona según la inteligencia ucraniana. Llama nazi a Ucrania y en su territorio reciben entrenamiento paramilitar grupos de extrema derecha de distintas regiones de Europa. Dicha capacitación se lleva a cabo bajo el paraguas protector de la DOSAAF (Sociedad Voluntaria de Cooperación con el Ejército, la Aviación y la Armada), una organización cuya fundación se remonta a los días de la Unión Soviética. La capacitación como tal es proporcionada por un club que aparece bajo dos nombres diferentes: «Rezerv» o «Partizan», la cual lleva a cabo sus actividades en una instalación militar en las afueras de San Petersburgo. Hasta 2018, «Partizan» y sus miembros figuraban en el sitio web de la oficina municipal de San Petersburgo como un grupo de vigilancia en el distrito de Vyborg.

Rusia es un emblema de orden nacionalista imperial. Y al igual que en la década de 1930, su aislacionismo no le impide estar involucrado en la tendencia global populista y anti-establishment. La apuesta del Kremlin por los partidos marginales de derecha ha dado sus frutos cuando se han trasladado a la corriente primigenia. A diferencia de los socialistas de los años treinta, el Kremlin y sus amigos de hoy no son impulsados tanto por la ideología como por el oportunismo y la corrupción. El objetivo principal de Putin no es presentar un modelo político alternativo, sino socavar las bases de las democracias occidentales cuyos modelos presentan una seria amenaza existencial a su poder.

Viví siete años de mi vida en Kiev, muchos de mis amigos, músicos como yo, han tomado las armas para defender a su nación de las garras del poder invasor ruso. La ciudad de mi juventud esta hoy bajo ataque de misiles que destruyen todo a su paso, sin discriminación alguna de objetivo militar o civil, da igual. Putin ha de pagar muy caro lo hecho a Ucrania pues ni su ejército ni sus mercenarios podrán detener la determinación de un pueblo a ser libre. Putin decía hace unos días que Zelensky había huido de Ucrania como un cobarde y todos sus medios de propaganda, RT y Sputnik entre otros, repetían el fake dando por sentada la Operación Militar Especial (así le dicen los rusos y sus burócratas a sus invasiones) error de cálculo. Volodimir Zelensky es todo lo que Putin no es. Mientras el viejo ogro reprime en casa a las populosas manifestaciones de los ciudadanos rusos que se oponen a la guerra el joven y carismático presidente, acompañado por el pueblo ucraniano quien lo eligió como su líder, lucha por su nación no en nombre de una oscura fantasía imperial, sino por la firme convicción –cual espartanos- de que Ucrania es soberana, libre e independiente y eso, eso no es negociable.

SlavaUkaryina!
Franklin Rafael Pire Rojas, (Estado Falcón, Punto Fijo, Venezuela; 10 de marzo) Compositor, pianista, pedagogo y teoretico musical venezolano egresado del Conservatorio Estatal Piotr Ilich Chaikovski en la ciudad de Kiev, Ucrania en 1996 con el grado de MSc. en Bellas Artes

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Carlos Padilla
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AQUÍ TITULARES DE HOY DOMINGO 06/03/2022, DIARIO DE OPINIÓN, EL REPUBLICANO LIBERAL II, AQUÍ TITULARES DE HOY SABADO 05/03/2022, PARA LEER PULSA SOBRE EL TITULAR

MIBELIS ACEVEDO DONÍS: CRISIS GLOBAL, RENDIJA LOCAL

Un mundo globalizado también se vuelve domicilio de la guerra globalizada. Suponer que estar lejos del conflicto que desencaja a Europa librará a otras regiones de su influjo, sería iluso. Una interconexión y reemplazo de símbolos que no se detiene, una complejidad estrujada al máximo por populismos, autoritarismos y fundamentalismos, multiplica retos para una democracia a veces perpleja, desorientada. No pocas veces limitada, además, en su capacidad de posicionar un logos, valores y beneficios que antes la hicieron tan atractiva.

Para colmo, esa relación entre democracia y prosperidad que signó al s.XX también se hizo más frágil. En 2018, Yascha Mounk y Roberto Stefan Foa estimaban que la proporción del ingreso global en manos de países "no libres" como China, Rusia y Arabia Saudita, superaría al de las democracias occidentales. “En el transcurso de un cuarto de siglo, las democracias liberales han pasado de una posición de fortaleza económica sin precedentes a una de debilidad económica sin precedentes”. Gracias a eso, el “poder blando autoritario” toma ventaja a la hora de amplificar su relato, eventualmente deslizado tras la tapadera de los “alternative facts". El control que antes tuvieron las democracias en la difusión de noticias compite con grandes canales estatales como Al Jazeera de Qatar, CCTV de China o RT de Rusia. El resultado, advierten Mounk y Stefan, es “el fin del monopolio de Occidente sobre las narrativas de los medios de comunicación”; la consecuente dificultad para influir en la opinión pública o contener la proliferación de enemigos íntimos y extraños.

Con desempeños que frustran expectativas de mejora de los ciudadanos, en fin, la hegemonía cultural de la democracia, sus promesas de inclusión, tolerancia, libertad individual y autodeterminación colectiva, también han perdido fuelle.

En ese mundo apremiado por el ascenso material de regímenes híbridos y su gran potencial para medrar en la inestabilidad de los tiempos, se inserta Venezuela. Las señas de esta “democracia iliberal”, tan hábil para generar trampas ideológicas que sólo resucitan los peores atavismos, no nos son ajenas. Acá se instalaron tempranamente, ayudadas tanto por el desencanto democrático que cebó la antipolítica, como por la bonanza petrolera. Una coincidencia propicia para fomentar la ilusión de que, vía inversión social, la revolución devolvería lo que la “democracia burguesa arrebató al pueblo”. Esa renta en apariencia inagotable fue salvajemente drenada para certificar el “éxito” del Socialismo del s.XXI.

Los resultados de tal gestión empañaron la bella propaganda, sin duda; y pusieron de bulto la ineptitud del gobierno chavista para garantizar bienestar o paz a la población en el largo plazo. Sin embargo, un ethos democrático consistentemente embestido por el poder, hoy no parece lo bastante restaurado entre quienes deberían adversar los modos de la intolerancia. Lejos de crecerse en el contraste, la impresión es que ocurrió lo contrario. La relación en el espacio público, la índole de la política opositora y su zigzagueante praxis, acabaron maleadas por estos colosales desarreglos.

Pero salir del sótano político -también eso dice lo reciente- no pasa por apostar al naufragio económico, ni por despojar a la población del poco oxígeno que procura tras años de inenarrable privación. Las sanciones sectoriales, en lugar de aniquilar políticamente al gobierno, terminaron empujándolo a buscar alternativas que le permitiesen superar el brete. Como antes se ha advertido, eludir sanciones es viable y cada vez más común en un escenario geopolítico que disputa la hegemonía a occidente. Las políticas de aislamiento con fines de coercing, constraining, signaling, más que forzar rupturas o habilitar cambios políticos expeditos, tienden a promover la creación de redes de cooperación entre regímenes autoritarios. Es lo que ocurrió con Venezuela y Rusia. Gracias a eso, la suerte del país luce más atada que nunca a los trágicos vaivenes del conflicto que desborda a Europa del Este.

Sí: nuestra encrucijada, como anuncia Phil Gunson, podría ser otra víctima de la invasión rusa a Ucrania. La dependencia del gobierno venezolano ya se traduce en estrafalario apoyo a las unilaterales, brutales razones de Putin para violentar a una nación soberana, aún a contrapelo de la alarma del mundo. Las contradicciones argumentales abundan, es obvio. Pero ante la amenaza a la supervivencia, ante la reducción de las vías de escape, aquello de verse en los espejos de la épica de David contra Goliat, de condenar la injerencia imperial o el fervor expansionista, pasa a un segundo plano. Al aumentar la incertidumbre, reina el más mezquino miedo.

Abordar esta vidriosa situación aconseja prudencia, sentido común, razón práctica. No torpezas. Si de persuadir se trata, los políticos deben calcular la leña que sacan o meten al fuego. A lo mejor cabe apreciar la oportunidad que se abre y replantear los términos de una presión que, por más que se profundiza, no logra sus cometidos. Una negociación que impacte con audaces incentivos las claves de esta nueva vulnerabilidad, que ahorre viacrucis a los venezolanos, luce necesaria y posible (la reunión entre James Story y los gobernadores de Zulia, Cojedes y Barinas abona a esa perspectiva). Aun cuando EEUU anunció penalidades “tan robustas” que no dejarán ilesos a los socios de Moscú, la amenaza global podría redimensionar la rendija local; más cuando hay claras mudanzas internas impulsadas por algunos de los que están en el poder. ¿No será hora de desterrar un círculo vicioso que sólo afila los colmillos de otro "período especial"?

Mibelis Acevedo D.
mibelis@hotmail.com
@Mibelis
@ElUniversal
Venezuela

LEOMAGNO FLORES: SOMOS LA ADEQUIDAD

Hablar de ADEQUIDAD es hablar de la identidad adeca. Es la concepción de un conjunto humano que se llama Acción Democrática y que caracteriza un criterio, un sentimiento de comunidad en sentido “histórico político social”

Tras una larga espera de más de dos décadas, de un partido apagado, apenas sobreviviente, dirigido por una cúpula que lejos de avanzar en su transformación se dedicó a administrar políticamente sus símbolos y legado histórico con un sesgo caudillista y utilitario, que facilitó el secuestro oficialista y la declinación de sus ideales; ahora desde las bases, cansadas y desilusionadas, ha irrumpido con fuerza y motivación telúrica el movimiento de la ADEQUIDAD.

Por la vía de la judicialización dirigida, en Acción Democrática surgieron dos estructuras organizativas coexistentes en un mismo partido, siguiendo el esquema del PARALELISMO INSTITUCIONAL vigente en un país con dos Presidentes, dos Asambleas Nacionales y dos Tribunales Supremos de Justicia y pare de contar.

Esas estructuras paralelas, cada una por su lado, actúan en su propio interés grupal en nombre del partido, que dividido en su cúpula, sin embargo se mantiene unido en sus bases, gracias al pegamento indeleble de la ADEQUIDAD, lo que ha llevado a una situación similar a la que experimentan los seres humanos al momento de una gravedad cuando el alma temporalmente se separa del cuerpo y desde arriba uno se ve así mismo en terapia intensiva, agonizando pero ansiando reunirse de nuevo. En efecto, el partido como estructura luce vacío, apenas vivo por la nómina de directivos de cada facción organizativa, mientras que por otra dimensión, llena de fervor y repleta de lealtad al legado histórico, se superpone la ADEQUIDAD que alimenta a los adecos de corazón, esperanzados en la reunificación para recobrar la integridad existencial de Acción Democrática y volver a ser un todo.

La ADEQUIDAD, es un sentir que mueve a toda una legión de militantes, amigos y simpatizantes del partido fundado por Rómulo Betancourt. Alguien dijo que Rómulo descubrió en sus contactos con las masas, la prexistencia de ese modo de ser venezolano que se condensó en el partido, en un sentimiento de pertenencia con la causa popular, amalgamado por las costumbres, tradiciones, valores e idiosincrasia de sus militantes que exhiben de generación en generación, el orgullo de ser integrantes de esta organización que nació para hacer historia un 13 de septiembre de 1941.

La ADEQUIDAD que hoy reclama la unidad y el desplazamiento de los liderazgos agotados dentro y fuera del partido, es una forma de ser, vivir y sentir la esencia de la venezolanidad por encima de las ambiciones personales, las pequeñeces del odio y el revanchismo político.

De eso se trata esta cruzada renovadora impulsada por el liderazgo emergente de la generación de los 70 y las posteriores hornadas de lideres que privados del relevo generacional en su momento, ahora volvemos por nuestros fueros para evitar que el primer partido político de la modernidad venezolana desaparezca por postración. Somos la rebelión de la ADEQUIDAD para volver al futuro.

Leomagno Flores
magnotablet@gmail.com
@Leomagnofa
Venezuela

ANTONIO JOSÉ MONAGAS: LA ÚLTIMA CLASE DEL DR. MONAGAS

(In memoriam de José Miguel Monagas, mi padre)

Para el maestro que vive su magisterio tanto como vive su vida, ninguna clase debe relegarse de una visión que haga ver el mundo no tanto como es hoy. Sino como será mañana. Este criterio, que guió la acción docente del extinto educador José Miguel Monagas, supuso la necesidad de concienciar en el alumno la libertad como condición y derecho para desarrollar las iniciativas que desde la creatividad pueden construir.

Esa es la base de lo que doctrinas educacionales, expuestas en la década de los sesenta del siglo XX, motivaron múltiples praxis docentes. Todas dirigidas a exhortar formas de enseñanza fundamentadas en el axioma “aprender aprendiendo”. Lo cual luce complementado por el pensamiento del filósofo y matemático griego, Pitágoras, cuando expresaba que “educar no es dar carrera para vivir. Sino templar el alma para las dificultades de la vida”

Justo en esa dirección, apunta la pedagogía. Aunque el problema que muchas veces traba el trabajo docente, tiene su explicación en la resistencia cultural cuando actúa conciliada con el carácter ortodoxo de procesos educacionales que sólo plantean y exigen que el alumno comprenda algo desconocido para él. Cuando debe ser lo contrario. O sea, hacer del estudiante alguien distinto. Alguien que hasta ese momento, no existía.

Motivado por esa línea metodológica, José Miguel Monagas, cultivaba y animaba las virtudes de sus alumnos cuales flores de un jardín. Del jardín de educandos que siempre tuvo ante sí. Cual espléndido y augusto jardinero. Para eso se había formado como Maestro de Educación Primaria Urbana, graduado en Junio de 1949, en la Escuela Normal de Cumaná. Luego, en 1957, como abogado y doctor en Derecho, por la Universidad de Los Andes. Por eso, entregó su vida al magisterio en todos los niveles del proceso enseñanza-aprendizaje. Aunque también, se valió de estar preparado como periodista y líder sindical y gremial. Por consiguiente, se dio en alma, vida y corazón a la educación con la sublime motivación de formar hombres y mujeres de bien para la Patria grande.

Sus clases, constituían disertaciones magistrales que convocaban la reunión de personas con distintas ocupaciones y oficios. Y venidas con el entusiasmo que despierta el discurso de quien sabe hacer y sentir la educación.

Esa figura admirada y respetada por tantos, era el Dr. José Miguel Monagas, quien se honraba sobremanera cuando de él se referían como el Maestro Monagas.

Sus clases, aunque centradas en teoría educativa, o en Filosofía de la Educación, apostaban a debatir sobre Deontología de la Honestidad y Pedagogía de la Dignidad. Para ello, debía pasearse por los idearios de insignes estudiosos de la Educación como Simón Rodríguez, Paulo Freire, Luis Beltrán Prieto Figueroa, Lev Vygotsky, Jean Piaget, J.J.Rousseau, Ángel Rosenblat y Orlando Albornoz, entre otros.

Explicaba que si bien el hombre es un animal político, tal como lo definió Aristóteles, era igualmente sujeto de la Economía, de la Matemática y de la Geografía. Sólo que cualquiera de tan extensas disciplinas, debían su desarrollo a la Educación. Pues en la Educación, residen los recursos, razones, elementos y condiciones sobre las cuales se erige cualquier axioma, postulado o verdad que la consolidación y afianzamiento de las ciencias y artes, brinda en aras del progreso humano. Y de la vida misma.

Enfatizaba con suma constancia que hay dos poderes en este mundo que cimientan o resquebrajan la continuidad de la vida. Y eran el de la espada (o de las armas). Y el poder de la pluma (o el de la educación dirigida a sembrar el conocimiento). Quizás por ello, las tiranías le temen a los libros, tanto como al pensamiento creativo a partir del cual se formaliza, desarrolla y asegura el saber.

Al mismo tiempo, sus clases eran marco para que los asistentes forjaran constructos que validaran la importancia de cuantos proyectos de vida perfilaban ideas y esperanzas.

Aunque nada tan profundo como fue su última clase magistral, dictada en febrero de 1986 en el auditórium de la Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad de Los Andes, Para la misma, entre los asistentes destacaban autoridades rectorales y decanales universitarias. Además, distinguidos académicos. Un portentoso estudiantado convertido en magno cuerpo universitario, sumado a familiares, amigos e interesados en escuchar las hondas palabras del Maestro Dr. Monagas que invitaban a reflexiones de conciencia y causa .

El Maestro José Miguel, afincado en un verbo que llegaba a los parajes más recónditos del alma y la razón, decía: “debemos asegurarnos de trazar un nuevo mapa entre nosotros, porque es posible que no volvamos a tocar lo que hemos guardado en nuestros afectos y recuerdos. Y que por descuido o desidia, pudimos haber perdido sin entender la ocasión que provocaron las respectivas pérdidas”

“A veces, es necesario dejar atrás impulsos o intereses pues aunque pueden tenerse cerca, comienzan a sentirse lejanos. Eso es un problema de vida. Y su solución, amerita ser de nuevo uno mismo. O sea, quienes en el fondo somos. Y que en principio, compartimos esas luces que hoy se hallan distanciadas de nosotros. Pero tan conmovedora situación, la explica el hecho de habernos convertido en seres incómodamente previsibles. Como el vuelo de las aves hacia el sur con ese pronóstico de terribles injusticias que todos vemos y nadie soluciona”

Seguía el Dr. Monagas estremeciendo sentimientos toda vez que expresaba: “quizás, necesito irme para estar de nuevo entre ustedes. Al igual que ustedes necesitan mi ausencia para aprender a encauzar la vida desde el sentido de la Educación como canal profundo de análisis y reflexión. Estos es como marcharse para entonces comprender la necesidad de devolvernos a la vida. Pero con nuevas y mejores ideas que sean capaces de recoger lo que en el camino fuimos dejando”.

Así fue despidiéndose José Miguel Monagas, como quien va achicando agua del barco que se hunde. Pero con la certeza que lo imposible sea lo posible de los tiempos por venir. Con palabras que sacudían sentimientos y emociones, apuntaban a emotivos significados. Hace treinta y cinco años, la Mérida universitaria fue testigo de tan especial y magistral discurso. Así se dio la última clase del Dr. Monagas.

Antonio José Monagas 
antoniomonagas@gmail.com
@ajmonagas
Venezuela