sábado, 3 de abril de 2021

ACTUALIZACIÓN DE EL REPUBLICANO LIBERAL: DIARIO DE OPINIÓN, http://elrepublicanoliberalii.blogspot.com/ SÁBADO 03/03/2021

 





AURORA LACUEVA: URGENCIA DE LA VACUNA

Aunque parecía ya logrado, no se ha concretado el acuerdo entre el gobierno de Maduro y el sector de la oposición liderado por Guaidó, a fin de adquirir vacunas anti-Covid con fondos del país represados en bancos del exterior debido a las “sanciones”. Al menos tal es la situación cuando esto escribo. Muy lamentable, pensando en la salud de toda la población. Leí que el gobierno de EEUU solo estaba abriendo el acceso a 30 millones de los miles de millones de dólares congelados, ¿o se trataría solo de una primera fase? Falta información.
 
Hasta ahora, la pandemia ha cobrado relativamente pocas víctimas entre nosotros, en comparación con otros países. Pero las cosas pueden agravarse con rapidez: el virus muta, los hospitales no están en las mejores condiciones, hay cansancio por la prolongada cuarentena… Alcanzado un punto de saturación de los servicios médicos, todo puede tornarse muy difícil. Por otra parte, el largo confinamiento afecta ya demasiado a la economía de las familias, y a la educación de sus niñas, niños y jóvenes. Entre las “sanciones”, la pandemia y los errores y faltas del gobierno, nos encontramos ante un país exprimido, agotado. Requerimos ir encontrando vías para avanzar: requerimos oportunidades para trabajar y recibir un ingreso justo, oportunidades para de verdad poder estudiar, oportunidades para planificar un futuro que no sea migrar. Un paso importante en ese sentido es que seamos inmunizados, permitiendo así que salgamos del encierro y nos activemos.
 
Los expertos hablan de la necesidad de vacunar a entre el 70% y el 90% de la población. No entran en la cuenta los menores de 16 años, pues aún no se ha investigado su reacción a la vacuna. Hablamos hoy de un mínimo por vacunar de 13 millones de personas, y un posible óptimo de 22 millones. Para vacunas de dos dosis, que son la mayoría, estas cifras se traducen en un mínimo de 26 millones de dosis y un óptimo de 44 millones. Hasta ahora han llegado al país unas 650.000 dosis. Falta mucho y deben aprovecharse múltiples canales para alcanzar la necesaria meta. El canje de petróleo por vacunas es una buena propuesta, y también sería útil poder usar al menos una partecita de los miles de millones de dólares de todos nosotros congelados en el exterior dizque para ayudarnos.

Aurora Lacueva
lacuevat@hotmail.com
Aurora Lacueva
@AuroraLacueva
@Unoticias
Venezuela

JOSÉ RAFAEL HERRERA: APURE ES UNA EXPRESIÓN DE LA LÓGICA DE LOS TÉRMINOS OPUESTOS

Los términos lógico-ontológicos propios de la oposición no pueden ser confundidos con los de la distinción lógica e histórica. Es verdad, como afirma Benedetto Croce, que “un todo es todo solo porque y en cuanto tiene partes” y que “un organismo es tal porque tiene, y es, órganos y funciones: una unidad es pensable solamente en cuanto tiene en sí distinciones y es la unidad de las distinciones. La unidad sin las distinciones causa repugnancia al pensamiento, tanto como las distinciones sin la unidad” (Log, 1, VI). Pero, advierte Croce, los términos que conforman la distinción no son términos opuestos, ni se reducen a ellos. Distinta es la actividad práctica de la teórica. En la teoría, la estética es distinta a la lógica; en la práctica, la ética a la utilidad. En cambio, lo opuesto de la actividad práctica es la inactividad práctica; lo opuesto de la utilidad es la inutilidad; lo opuesto de la moralidad la inmoralidad, etc. Entre los términos opuestos no es posible agregar o insertar conceptos como la fealdad, la falsedad, la inutilidad o la maldad. No caben. Lo opuesto a la derecha es la izquierda. Pero la gansterilidad es un término que no tiene cabida entre ellos. La gansterilidad, distinta como es de la derecha o de la izquierda, es la otredad de la otredad de la propia gansterilidad, es decir, de su término idéntico correlativo, aunque este se presente como la “antigansterilidad”, bajo la forma de Estado.
 
En este sentido, conviene insistir, una vez más, en el hecho -lógico e histórico- de que el fenómeno contra el cual se enfrenta la sociedad civil venezolana -de la cual, por cierto, y para el asombro de unos cuantos inadvertidos, también forman parte los partidos políticos- no consiste en una relación de oposición, de antagonismo frente a “su otro”, sino en otra cosa, que no puede ser definida bajo los criterios formales, ni tradicionales o genéricos, de esa suerte de cajón de sastre que recibe el nombre de “anti-política”. Se trata de una experiencia inédita -de ahí la dificultad de su comprensión- marcada no por la oposición política sino por la distinción contra el criminal. Un político se enfrenta -se opone-, bajo los términos de la lógica política, contra otro político de otra tendencia. Y podrán luchar a muerte, pero tarde o temprano se producirá, entre ellos, el recíproco reconocimiento… No sucede lo propio respecto de un gánster, porque el gánster no solo no es político sino que es virtualmente un enemigo y un secuestrador de las relaciones políticas.
 
Más allá de la filmografía hollywoodense, en pleno llano venezolano, una de las puertas de entrada y salida estratégicas del gran negocio del narcotráfico, cerca de 5.000 personas han sido recientemente desplazadas, centenares han sido heridas y, por lo menos, se cuenta con más de una decena de personas asesinadas. Hasta ahora, porque la condición actual amenaza con empeorar. No obstante, y a decir verdad, la situación no es nueva. Y es que desde hace ya mucho tiempo, la población de La Victoria, en el estado Apure -al igual que la del resto de las poblaciones fronterizas de lo que va quedando de país- viene siendo controlada y sometida sistemáticamente por los poderosos carteles de “los Soles” y de “Sinaloa”. De modo que, lo que en algún momento de su historia regional diera lugar al nombre de “La Victoria”, hoy no es más que la confirmación efectiva de su completa derrota frente al terror de los narcos. No se trata de resaltar la incompetencia de los efectivos militares venezolanos en su “lucha por la defensa de la soberanía nacional”. Palabras, por cierto, absolutamente vaciadas de todo contenido. Se trata, más bien, de comprender los alcances de la confrontación, abierta y directa, entre dos mafias, entre dos estructuras criminales, que “luchan a muerte” por el control de la zona, a los efectos de defender el imperio de sus intereses o, más bien, los intereses de sus respectivos imperios.
 
Esta es la más estricta expresión del significado objetivo de la lógica de la oposición. La verdadera oposición al consorcio gansteril que mantiene secuestrada a Venezuela no es otra que el consorcio gansteril que, en este momento, lucha a sangre y fuego en su contra por el territorio de “La Victoria”, y que, llegado un determinado momento de las hostilidades recíprocas, es decir, tarde o temprano, tendrán la necesidad de establecer un acuerdo de convivencia, a los efectos de reconocerse recíprocamente. En otros términos, la llamada “oposición” al régimen gansteril venezolano no es –y no puede ser– una oposición, o, por lo menos, no lo es en términos reales, porque no es su término opuesto correlativo. A menos que renuncie a las formas políticas propias del juego democrático y decida  incorporarse a los grandes negocios de lo que va de siglo: el narcotráfico y el terrorismo. Pero con ello dejaría de lado sus banderas de lucha y renunciaría a su propia condición. En efecto, quienes luchan por la democracia y las libertades políticas y sociales en Venezuela no pueden ser considerados como la oposición –o los opuestos– al régimen sino como los distintos al gansterato y, como tales, deben comenzar a asumirse, a autorreconocerse. Nosce te ipsum. Lo que implica demostrar en la práctica el poseer la condición civil necesaria para poder serlo.
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La restitución del sistema de vida democrático en Venezuela pasa, necesariamente, por la existencia de una generación de dirigentes políticos que, como lo hiciera la llamada generación de 1928, sean lo suficientemente capaces de comprender que cuando se asume la democracia se está asumiendo un nuevo modo de vida, un innovador modo de ser y hacer, de pensar y hablar, adecuado a las ideas y valores que le son inmanentes. No bastan los tecnócratas de la política. No son suficientes los especialistas en publicidad y mercadeo. No se trata de un jingle, ni del último ritmo del rating –el de mayores ventas– en el hit parade del quehacer político. Se trata de una nueva cultura, por cierto, de una Weltanschauung, muy distinta a la que, hasta el presente, el régimen gansteril ha terminado por imponer y la mal llamada “oposición” por asumir. Ha llegado el momento de la autoconsciencia. 

José Rafael Herrera,
jrherreraucv2000@gmail.com
@jrherreraucv
Venezuela

EGILDO LUJÁN: EL CANTO DE SIRENA HA TERMINADO EN UNA RUINA NACIONAL PROLONGADA

Es difícil hacer un análisis de la situación político y social venezolana sobre los últimos 22 años (1999-2021) transcurridos. Y más si se hace repasando la historia desde el año 1958, luego de haber sido derrocado el Presidente de turno, el Dictador Marcos Pérez Jiménez.   
 
Dicho gobernante, no obstante haber impuesto una dictadura militar, con todos los problemas que eso implica de por sí, logró imprimirle al país un ritmo desarrollista  de modernización, sobre todo estructural. El logró modernizar el sistema de autopistas y carreteras, hospitales. Y la Universidad Central, inclusive, fue declarada patrimonio cultural.   
 
La referencia es sobre muchas obras que hoy, después de 60 años, siguen siendo importantes. Y que las que lucen en proceso de destrucción, responden a la desatención de que han sido objeto precisamente en los últimos 22 años. 
 
Luego de un Pacto político histórico de unión democrática (El Pacto de Punto Fijo) durante esos 40 años, después de haber sido derrocado el Dictador, el país continuó con un innegable y acelerado desarrollo. Lo hizo con un ritmo  importante, tanto en lo  económico como en lo social, haciendo posible que Venezuela se ganase el calificativo de país ejemplo de progreso, y contando con la Democracia más sólida y avanzada de América Latina. 
 
Pero en la actualidad, sin embargo, al evaluar la situación venezolana, hay que comenzar por aceptar haber cometido un gravísimo error: se estructuró, entre todos los integrantes políticos y económicos de la sociedad civil, una confabulación  en contra del estamento gubernamental de 1998. Y luego, lejos de corregir los errores y afianzar la Democracia sin destruir los partidos políticos, se optó por escuchar los cantos de sirena de un nuevo Dictador cargado de ofertas engañosas; de un  sembrador de odios que terminó  convirtiéndose en un nuevo Mesías nacional.   
 
Es así como renace el populismo en Venezuela, que termina concluyendo en  el resultado que lo viven y  sufren  hoy 30 millones de ciudadanos, conjuntamente con un país que sólo puede exhibir su condición de ser un ejemplo de ruina nacional. Mejor dicho, modelo en pleno Siglo XXI de un país que hace poco fue el prototipo de una Nación que se proyectaba como muestra de una economía con posibilidades de ser motivadora continental de un proceso transformador, pero que terminó en lo que hoy evidencia:  un país humillado y arruinado. 
 
Ahora bien, en esos últimos 22 años (1999-2021) de desgobierno, con un elevadísimo índice de corrupción,  los responsables de lo sucedido terminaron cayendo  en el desprestigio y repudio de un  90% de los venezolanos, penosamente insuficiente para que se cerrara dicho ciclo, y al extremo de que, en la actualidad, continúen en el ejercicio del poder.  
 
Lo han hecho teniendo una resistencia  opositora de casi toda la población,  pero desarticulada, sin dirección, ni un Plan transformador concreto. Suficiente, desde luego, para que surja la gran pregunta;  ¿por qué los venezolanos no han logrado desprenderse de un gobierno tan repudiado?.  
 
Y la repuesta no ha sido otra que la más común entre todas las argumentaciones  que se han esgrimido al analizar el desempeño de los partidos políticos, como de sus líderes. Se trata de que:  nunca han podido lograr una verdadera unidad de la oposición democrática, tampoco haber concertado un proyecto unitario. Pero, además, como si hubiera sido poco, también han optado por ignorar a la Sociedad Civil.  
 
Para dicha dirigencia, ha sido suficiente  que, entre ellos, hayan prevalecido los intereses partidistas y personales, por sobre los intereses de los ciudadanos y la propia  Nación. Consecuencialmente, los ciudadanos han perdido la fe en los partidos políticos, y, a la vez que no se han considerado representados por el gobierno de turno, tampoco lo han percibido  de parte de quienes se autocalifican dirigentes de la oposición.  
 
Es verdad, se han hecho diversos intentos dirigidos a sustituir al régimen predominante, administrador incansable de cantos de sirena. Pero todos han terminado siendo fallidos, amén de desarticulados. Asimismo, se han celebrado   diversos eventos electorales, y el intento ha fracasado, bien por desunión, mesas electorales abandonadas, y por no admitirse que no se puede ir a elecciones contando el desgobierno, además de sometidos  a la voluntad predominante del control absoluto y parcializado de la rectoría de un ente electoral, cuyo desempeño administrativo más eficiente siempre ha sido el de no permitir que los eventos comiciales concluyan haciendo posible la victoria de quienes no forman parte de la estructura partidista gubernamental.  
 
Y, mientras eso ocurre en las instancias públicas, los partidos políticos, ciegos, se desempeñan condicionados por con un único interés: ganar puestos electorales, mejor dicho, “encamburarse” en Gobernaciones y/o Alcaldías,  sin querer ver, además,  que los escasos ganadores anteriores de algún puesto les nombraron un usurpador del mando paralelo, quitándoles toda preponderancia al legítimamente electo.   
 
Lo que es más lamentable al día de hoy, sin embargo, es que las organizaciones partidistas que todavía se mantienen activas,  están considerando concurrir a unas nuevas elecciones que pretende convocar el régimen, respondiendo siempre a sus intereses grupales, a la renovación de sus cantos de sirenas.   
 
Hay quienes creen y califican de hecho seguro que, en este caso, una vez más, es factible y posible lograr la mejor cosecha política cuando sus contrincantes  sólo siguen siendo ejemplos de lo que reza la expresión popular, en cuanto a que no hay peor ciego que aquel dotado de buena vista y que, sencillamente, no quiere ver.   
 
Como si lo planteado fuera poco, y, peor aún, ya está introducida la propuesta de cambio inconstitucional, para convertir a Venezuela en un estado comunal (Comunista), según lo cual Alcaldías y Gobernaciones terminarían siendo figuras arqueológicas, y sus ductores simples observadores de  techos. 
 
Definitivamente, llegó la hora de reflexionar y de entender que Venezuela tiene ya un mandato del pueblo. Y, como se sabe, lo que ese pueblo Soberano ordenó en la consulta del 12/12/2020, fue el cese de la usurpación de la autoridad gubernamental, para luego concurrir a unas elecciones libres y justas, además de debidamente supervisadas.  
 
 Lo que esto traduce, además, es que ningún funcionario público, tampoco  ningún ciudadano de la oposición debe -ni constitucionalmente puede- desobedecer el mandato del Soberano y, menos aún, concurrir a unas elecciones ilegítimas, convocadas y controladas por un Consejo Nacional Electoral totalmente parcializado.  
 
Duele e indigna decirlo, pero Venezuela se ha convertido en una calamidad mundial, en el que “ha metido las manos todo el mundo". Es un país que, a juzgar por el sentimiento popular, se ha convertido en una expresión política en la que lo que predomina es un contaminado “caldo morado". 
 
El mundo  democrático Occidental, ante el horror venezolano, convertido en un estado corrupto y forajido, con la diáspora más grande de la historia, le ha planteado  a Venezuela convertir en verdad inquebrantable su disposición a la unidad. Pero no tan sólo de los partidos políticos G-4, 5, 6, G-100 o más; también le están pidiendo la unión de toda la Sociedad Civil, conformada por los soberanos y legítimos dueños del país. De igual manera, le están exigiendo al frente opositor, nuevas caras con experiencia. Y a los partidos, asimismo, que no cometan nuevamente el error de ignorar a la Sociedad Civil.  
 
Basta con recordar  a un viejo político venezolano cuando se preguntó: "¿LA SOCIEDAD CIVIL?. ¿Y CON QUÉ SE COME ESO? ". Pues bien, esa desconocida y subestimada Sociedad, es la misma que hoy está llamando a la UNIÓN, y que, además de ser atendida, comprendida y apoyada, pudiera ser la que logre la materialización de la unidad entre los venezolanos. Pero, además, que haga posible la consolidación de toda la ayuda internacional ya prometida para rescatar y reconstruir al país.  
 
Por lo pronto, si de algo hay que ocuparse, con dedicación y ahínco, es de evitar que, por hambre y enardecida, esa misma Sociedad Civil explote en guerra civil y que, por las malas, tome las riendas del país. 0, en el peor de los casos, termine aupando propuestas similares a otras que se están dando en diferentes partes del mundo, en donde la pandemia del coronavirus ha terminado convirtiéndose en la más lamentable de las razones para que se justifiquen falsas soluciones entre dolor, sangre y más miseria.  

 

Egildo Lujan

egildoarticulos@gmail.com

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@egildolujan

Venezuela

ENRIQUE PRIETO SILVA, ¡LA GUERRA COMO POLITICA DE PAZ EN VENEZUELA!

Nunca nos imaginábamos, que la tozudez del enfrentamiento contra el chavismo, utilizaría la misma fórmula de protesta política utilizada por éste, que, sin dudas, marcó un antes y un después en la historia de Venezuela; y queriéndolo o sin quererlo, el destino presagiado con la pestilencia del rancherismo ignaro y purulento, impregnado de juventud y militarismo consciente pero equivocado, nos condujo a la puja de un sinsentido tosco, como lo es propugnar la guerra como forma de hacer política para lograr la paz en nuestro país.
 

Viene a nuestra mente el pensamiento de hace mas de veinte años, que incluimos como “Introducción en nuestra obra ‘La Guerra por la Paz’, en cuyo texto endilgamos la osada e ignorante idea del nunca bien nombrado “difunto eterno”, dijimos: “Con la toma de posesión de la presidencia de la República en 1998 por el teniente coronel Hugo Chávez, se inicia en Venezuela un ciclo político diferenciado de los anteriores en todos los tiempos de la historia republicana venezolana, que marcó un signo de incertidumbre, dada la inconsistencia de su orientación política y de gobierno. Éstos marcharon por la senda del cataclismo cuyo futuro se hizo previsible, aunque impredecible, por cuanto logró reunir en una sola idea y orientación todos los poderes públicos, dirigidos en su mayoría por gobernantes y magistrados subyugados a él, quien sin empacho les reclamó cualquier desviación que tuvieran de su línea, que fue ninguna, pero que logró encumbrar con el calificativo pomposo de “revolución bolivariana”, que no es más que una idea socavada de la vieja y fracasada tendencia marxista, que a la fecha solo impera en Corea del Norte y Cuba…” ; y no por curiosidad, sino por lo significativo del pensamiento, cuando dijimos: “Lamentablemente, surgió una legión de seguidores, muchos de ellos rezagados compañeros de su frustrado intento de golpe de Estado en 1992, que desplegaron explicaciones fútiles de victoriosos, así como un profuso grupo de pancistas, que con un interés económico o de respingo en su incapacidad profesional, se nutrieron de este falso ideal bolivariano, que en el fondo no es otra cosa que un “militarismo ignaro y belicoso”, que creó un clima de intolerancia y divisionismo vengativo contra quien no profesara o se uniera a esta distorsionada idea socialista, que, con el calificativo de “roja rojita” logró profundizar la división partidista a la que se refirió el Libertador en su proclama de Santa Marta…”
 
Y sin profetizar, ni ínfulas de pitoniso, también pensamos: “Pero de mayor gravedad en esta quimérica “revolución”, fue el tinte y orientación guerrerista que dio Chávez a su “loco” idealismo que mal llamó “bolivariano”. Luego de su reelección en 2006, dudosa para la Oposición, inició su propuesta de reforma constitucional, que fundamentó en lo que llamó “socialismo del siglo XXI”, siendo precisamente esta orientación, la que tuvo un rechazo profundo en el pueblo venezolano, de allí la derrota que sufrió en el referendo por la reforma constitucional que propuso en 2007. Uno de estos rechazos fue precisamente
 
el deseo de un pueblo por lograr un país en paz, que obviamente rechaza la guerra ya que hablar de revolución y de socialismo como orientación para gobernar, es recordar la historia reciente de los dos últimos siglos donde los promotores de estos regímenes han fracasado y donde el mundo político se ha oscurecido en la órbita del no querer entender la casusa del fracaso. No hay que hurgar en las causas, cuando los resultados han sido evidentes: ‘un mundo en tensión y en guerra’”.
 
Para algunos es una estúpida lucha contra lo ya “declarado” por una pitonisa o un lector de futuro, alguien “que sabe de eso”; quienes inventaros la mentira verdadera, de que “solo por la fuerza sale el dictador, porque está protegido por los militares”, Vaya usted a saber, cuando los militares han tenido poder en este país, si no es la opinión de hábiles políticos, que conocen la debilidad del pensamiento del militar mediocre, que sigue la corriente para lograr el ascenso, porque este es su único fin que persiguen muchos, bajo el slogan de; “herederos de libertadores y defensores de la patria” . Así surgió, con estos pancistas el eslogan: “leales siempre, traidores nunca”. ¡Vaya usted a saber a quién son leales y a quien traicionan!
 
¡Por Dios!, ¿Dónde estaba el raciocinio perlado de la apreciación que se aprende en la “casa de los suelos azules” o en “la casa que vence las sombras? Porque, no vayamos a creer que todo fue labrado uniformados de verde, ni a punta de bayoneta, ¡No!, hubo muchos doctores doctos y menos doctos, que empuñaron su espada libertaria para seguir al mesías sabanetero, que fue muy bien bordado por algunos próceres enquistados, quienes hoy se rasgan las vestiduras dentro de los luchadores por la libertad de Venezuela.
 
Pero su más grave pecado ha sido, esa lucha entusiasta por promover ¿la guerra de dos mundos?, como dice el argot, donde cada quien lee su biblia y su tratado estratégico, que no fuera malo, si no sostuviera solo el pendón de la batalla, como lo pregonó la “revolución bolivariana”. Esa terca suerte de lucha que no admite el error de apartarse porque el enemigo es muy poderoso y está protegido por “los verdes”; esa falsa esperanza solo protestadora e incrédula, manejada desde la sombra y el amparo del montón, pero que solo da la cara “cuando el llanto de la madre patria llama”, o cuando su grito es para sordos.
 
Pensamos por nuestra parte, que ¡nunca la guerra es opción! La guerra hay que evitarla y nunca promoverla, y aunque con el tiempo, tanto la filosofía como la doctrina del Estado han cambiado, siempre perdurará el decir de Clausewitz: “la guerra es la continuación de la política por otros medios”. Lamentablemente, el mediocre no quiere entenderlo así, y por esta razón siempre cree que la fuerza es el prodigio mágico del poder, y para algunos, el poder es la fuerza; de donde surge la manida creencia de que el poder es solo el militar, por lo que se subsume el subdesarrollo con la ignorancia, hasta lograr hacer creer al mediocre militar que él es poderoso, de donde surge el poder del mando militar, que llevado por mal entendido, logra confundir al mediocre que así lo cree, sumándose a la pérfida amenaza de la guerra por mantener o tomar el poder.
 
Nunca debemos olvidar las enseñanzas de los filósofos de la guerra, quienes siempre se han apartado de ella con el decir: “Las guerras y todo tipo de enfrentamientos han surgido en procura del poder o de la supremacía gubernamental, del mando o de la preponderancia y, con ellos el permanente conflicto entre las personas, los pueblos y los Estados, pero en todos los casos, siempre ha privado la irracionalidad y el desenfreno, aunque se ha mantenido latente la posibilidad de paz y de convivencia, cuando la fuerza o la razón logran el equilibrio del poder o de la subordinación…” Y, aun cuando no se lograse la paz, pudiere surgir una detente que ponga fin al conflicto, aunque lo fuere de forma temporal. Es lo lógico en el convivir humano, donde siempre debe privar la racionalidad que hace la diferencia del hombre con el animal. La guerra es siempre indeseada, en toda la historia ésta siempre ha sido el medio para dirimir cualquier tipo de disputa que, en su mayoría se derivan de conflictos por el poder o por la supremacía política y por el liderazgo en la "aldea global". La guerra es una Idea que está en todas las mentes, desde la infantil, y desde los Juegos de la edad más temprana, hasta los recuerdos de senectud, por las escenas vividas o evitadas, por las conocidas o estudiadas, por las escritas o leídas.
 
Y, cuando hablamos del pensar socialista o comunista, encontramos una contradicción que nos llama a la reflexión, es el pensar de Mao Tse-Tung, quien concibió la guerra como un fenómeno que se da en un determinado lugar y en un momento preciso de la historia y no como algo necesario a la "naturaleza humana". Decía al respecto: "Somos partidarios de la abolición de la guerra; no deseamos la guerra. Pero la guerra solo se puede abolir mediante la guerra. Para acabar con los fusiles, se debe empuñar el fusil". "Hacer la guerra es, en general, algo malo en sí. Sólo la necesidad debe hacer emprenderla. Los combates, cualquiera que sea su naturaleza, son siempre algo funesto incluso para los vencedores; hay que librarlos cuando sea imposible hacer otra cosa". "En lo concerniente a nuestro deseo, no quisiéramos combatir ni un solo día. Pero si las circunstancias nos obligan a luchar, podemos hacerlo hasta el fin". ¿Hay contradicción?
 
Otro estudio que nos obliga a orientar a los amantes de la guerra, a los que creen que la política es inservible, traicionera y fraudulenta. A quienes siempre creen en la mentira disfrazada de verdad política; de acuerdo con la Estrategia Militar china, "Se puede hacer la guerra, se puede combatir, se puede invadir ciudades, provincias y reinos, pero antes de llegar a tales extremos, hay que estar bien seguro de que se tiene la humanidad por principio, la justicia por objeto, la rectitud por regla. No se debe resolver atentar contra la vida de algunos hombres si no es para conservar la vida de un número aún mayor; no se debe turbar el reposo de algunos hombres sino para asegurar la tranquilidad pública; no se debe perjudicar a ciertos individuos más que para hacer bien a la especie; no se debe querer más que lo debido legítimamente, y quererlo sólo porque es debido, y exigirlo sólo como es debido. De ello resulta que sólo la necesidad debe llevarnos al uso de las armas". Hoy, la guerra late en el corazón del hombre universal, avivada por intereses políticos como siempre, que de una u otra manera, no dejan de reflejar el espíritu del liderazgo también universal. Universalidad que pasa de lo individual de los humanos a lo genérico de la humanidad, en su fraccionamiento en pueblos naciones o Estados, según la escala de organización de los poderes y de cohesión de los grupos sociales”.
 
Debemos entender, que los teóricos de la guerra solo piensan en guerra, como hacerla y como ganarla. Nunca en su mente aparece la percepción, que mejor que la guerra es la paz. Nunca debemos confundir la lucha política con la guerra. El adversario político no es un enemigo, es un contrincante o adversario, a quien, si aplicamos la bondad de vigilancia del proceso electoral, nunca podrá vencernos. Pero esto obliga a que entendamos, que no existen tres bandos como muchos guerreros piensan, que hay chavistas y opositores, y ellos se mantienen para ver los toros desde la barrera. Esos que llamamos “ni, ni”, que se creen la verdad verdadera y piensan que ¡solo con la fuerza es posible! Pero que la enfrenten otros, los tontos que le siguen su juego paradigmático.
 
Como fin de corolario, debemos persuadirnos, de que nadie es poseedor de la verdad. Surgen dudas sobre la verdad verdadera y aún de las percepciones sobre los hechos. Hoy, con el dominio de la información en los medios masivos, se da al traste con lo que siempre se dijo que, “de la guerra sabemos lo que nos cuentan los vencedores”, siendo difícil manipular la verdad con la información, sea ésta periodística o para elaboración de inteligencia. Pero en esta última, la manipulación, a más de peligrosa es inconveniente en el momento de diseñar estrategias.
 
Esta realidad planteada la unimos a la afirmación expuesta por Arthur Schopenhauer, filósofo que vivió entre 1788 y 1860, quien, en conocimiento de la duda, explicó: “Toda verdad pasa por tres etapas: Primero es ridiculizada, secundariamente sufre una oposición violenta, y tres, es aceptada como auto evidente.” Por todo ello, en el tratado mencionado “La Guerra por la Paz” concluimos con esta expresión: ¡No hay dudas, todo conflicto bélico es una caja de Pandora, donde se pueden encontrar muchas sorpresas, y, en todo caso, con victoria o con derrota todos pierden! En el pasado, toda victoria era compensada con un botín, pero en el presente, toda victoria involucra una pérdida compensatoria para reconstruir y beneficiar al derrotado. Así las cosas, se logrará la paz después de la guerra, pero quedarán las grietas y las heridas a que conducen todos los conflictos bélicos. ¡Al final, solo quedará el desagradable sabor de justificar la guerra por la paz!
 
Enrique Prieto Silva
enriqueprietosilva@yahoo.com
@Enriqueprietos
Venezuela

LUIS FUENMAYOR TORO: LOS COMBATES EN LA FRONTERA APUREÑA

Es difícil escribir sobre los combates violentos que ocurren desde el 21 de marzo pasado en el estado Apure, que han afectado la población fronteriza de La Victoria y que enfrentaron a la FANB con grupos armados irregulares de origen colombiano. La ofensiva nacional fue en respuesta a los ataques de puestos militares y otras instalaciones del país, el minado del territorio y su ocupación por parte de los irregulares. Como consecuencia, se han producido heridos y muertes en nuestros soldados y oficiales y la huida hacia Colombia de pobladores civiles, que han abandonado sus viviendas en búsqueda de seguridad personal y familiar. La dificultad en hacer una aproximación certera al problema radica en la inexistencia de información creíble de las distintas fuentes, pues los intereses de los sectores enfrentados, tanto venezolanos como colombianos, así como los referidos a las relaciones entre ambos países, son muy importantes y están muy relacionados con la política interna de ambos países.
 
Se trata de una región fronteriza alejada y deshabitada, en la que los gobiernos venezolano y colombiano no ejercen el control debido del territorio, con una población civil cuyas actividades de todo tipo se realizan a ambos lados de la frontera, la cual es casi inexistente para la mayoría de ella. Y donde actúan a sus anchas distintos grupos armados colombianos: bandas delictivas del narcotráfico y todo tipo de contrabando, efectivos del ELN, organización guerrillera enfrentada al gobierno de Colombia y dedicada en Venezuela, desde hace décadas, a la búsqueda de financiamiento mediante actividades delictivas; grupos para militares colombianos, identificados con el uribismo, al servicio de las políticas agresivas y despiadadas de la oligarquía colombiana; grupos disidentes de las FARC, con distintos intereses y motivaciones, y la GNB que en distintas formas se relaciona y convive con todos ellos.
 
A lo complejo de la situación se agrega la falta de transparencia con la que el gobierno de Maduro enfrenta el problema, siempre tratando de obtener algún rédito político interno del mismo y desplegando una conducta en la zona, que lejos de beneficiarlo lo perjudica enormemente interna y externamente. Las detenciones de periodistas que están cubriendo los sucesos y de campesinos residentes, son acciones de fuerza que comprometen enormemente el apoyo de los venezolanos que habitan la zona. Al mismo tiempo, pero en sentido inverso, están los intereses de la oposición violenta extremista de Venezuela, que no sólo sueña, sino que impulsa este tipo de enfrentamientos, como lo hizo con el ingreso sí o sí de la ayuda humanitaria, para crear junto con el gobierno colombiano una crisis fronteriza, que permita el escalamiento de las acciones hacia la intervención militar extranjera del país.
 
Desde principios de este siglo, denuncié a través de la prensa la infiltración y práctica toma del estado Táchira y su reparto consensual entre el ELN y los paramilitares uribistas. Describí su control de pueblos, ciudades y vías de comunicación; el cobro compulsivo de “vacuna”, la complicidad de la GNB y la “extraña” ausencia de enfrentamientos en Venezuela entre enemigos a muerte dentro de Colombia. Aquella denuncia fue luego confirmada por muchos, pero no derivó en ninguna actuación del gobierno de Hugo Chávez. Se permitió negligentemente que grupos armados extranjeros actuaran libremente dentro de nuestro territorio. Hoy, estos grupos están prácticamente en todo el país y le disputan al Estado venezolano el control territorial. Algo similar a lo que pasó luego con las bandas delictivas nacionales, al aplicar la política tristemente famosa de las zonas de paz, cuyas graves consecuencias las vivimos hoy.
 
Como ejemplos evidentes tenemos el caso actual de Apure y el ya mencionado del estado Táchira, los archiconocidos casos de la amplia zona minera de Bolívar; la Goajira y el resto del estado Zulia, Sucre desde San Antonio del Golfo y todo el norte de la península de Paria, la Faja petrolera del Orinoco, Amazonas y paro de contar. De esta situación, el principal responsable es el gobierno nacional, que a lo largo de más de 20 años ha permitido la presencia inconstitucional de grupos armados colombianos en nuestro territorio. No hay excusa posible. Hecho aprovechado hoy por quienes quieren cercar al gobierno externamente, no para liberarnos sino para terminar de desmembrar a nuestro país y anexárselo, un plan muy antiguo de nuestros vecinos, que hoy ha encontrado apoyo en una parte de la oposición venezolana, que no le importa el destino de la nación sino el derrocamiento de Maduro a como dé lugar
 
Dejamos claro que estamos al lado de la FANB en su lucha contra agresores externos de nuestra nación. Lamentamos la caída en combate de efectivos venezolanos y expresamos nuestra solidaridad a sus familiares y compañeros. Por otra parte, exigimos a la FANB que saque a todos los grupos irregulares colombianos de nuestro territorio, sin importar sus posiciones políticas al interior de Colombia, ni las simpatías declarativas con el gobierno. Quienes se declaren amigos deberían salir del territorio con sólo pedírselos. El narcotráfico y el contrabando deben ser eliminados. Pedimos que se enfrente sin vacilación la complicidad con los irregulares de efectivos de la GNB o del ejército. Que se garantice un adecuado control fronterizo y se impida incursiones posteriores apoyadas o no por el ejército colombiano. Que se proteja a la población civil y no se la trate como enemiga, pues se trata de compatriotas que además han sido afectados por el abandono y la desidia gubernamental en las fronteras.
 
Luis Fuenmayor Toro
lft3003@gmail.com
@LFuenmayorToro
Venezuela

JOSE LOMBARDI: LA CRUZ

Hoy la humanidad no tiene nada que celebrar, hemos asesinado a Jesús, un hombre justo y bondadoso cuyo único delito fue promover un mensaje de amor fraterno entre los hombres, han transcurrido más de dos mil años de este insensato acontecimiento y la humanidad con especial responsabilidad de sus elites continua inmisericordemente asesinando a sus propios hermanos. 

La humanidad es libre y social por naturaleza y dependerá de cada uno de nosotros administrar, a esta acción la conocemos como ¨libre albedrío y/o decisiones¨, acción personal que determinará la cruz de nuestra vida, una cruz inevitable que será liviana o pesada de acuerdo a como la aceptemos, nos recuerda el Papa Francisco que la cruz es nuestra condición humana del límite y la fragilidad, en la cruz están nuestras virtudes y defectos, nuestras decisiones pero especialmente la voluntad misteriosa de Dios, el Papa Francisco nos invita a abrazarla y aceptarla como lo hizo Jesús diciendo “no se haga mi voluntad sino la tuya”

 

Esta expresión “no se haga mi voluntad sino la tuya” tiene un significado y alcance profundo, porque según la tradición cristiana quién la dice es Dios encarnado en el hombre, a pesar de saber quién es, se entrega a la voluntad divina, es el momento del desprendimiento absoluto, del amor total e incondicional, el todo ha superado la parte, la carne es solo carne, pero el espíritu infinito, se ha consumado el encuentro íntimo y grandioso con Dios.

 

Hoy la cruz nos enseña que los sacrificios por los demás son duramente juzgados y castigados por nuestros hermanos, sin embargo, la experiencia de Jesús nos enseña que la recompensa es mucho más grande, porque esta termina siendo el antídoto para derrotar la maldad, en palabras textuales del Papa Francisco “la mordedura de la serpiente busca escandalizar, inmovilizar y volver estéril e insignificante todo servicio y sacrificio de amor por los demás. Es el veneno del maligno que sigue insistiendo sálvate a ti mismo...Y en esta mordedura, insiste el Papa, cruel y dolorosa, que pretende ser mortal, aparece finalmente el triunfo de Dios. San Máximo el Confesor nos hizo ver que con Jesús crucificado las cosas se invirtieron: al morder la Carne del Señor, el demonio no lo envenenó —sólo encontró en Él mansedumbre infinita y obediencia a la voluntad del Padre— sino que, por el contrario, junto con el anzuelo de la Cruz se tragó la Carne del Señor, que fue veneno para él y pasó a ser para nosotros el antídoto que neutraliza el poder del Maligno”

 

La cruz es nuestra salvación, el libre albedrío nuestra libre voluntad de tomar decisiones, el camino a la verdad uno solo y el rostro de la maldad el egoísmo.


José Lombardi

jjlombardiboscan@gmail.com

@lombardijose

Venezuela