viernes, 24 de diciembre de 2021

ACTUALIZACIÓN DE EL REPUBLICANO LIBERAL II: DIARIO DE OPINIÓN, http://elrepublicanoliberalii.blogspot.com HOY VIERNES 24/12/2021

 


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  HOY -  OPINIONES INTERNACIONALES Y NACIONALES - 24/12/2021

GIOCONDA CUNTO DE SAN BLAS: PARAFRASEANDO A ORWELL. DESDE VENEZUELA


LEANDRO RODRÍGUEZ LINÁREZ: NIÑO JESÚS: ¡TRÁENOS REALIDAD! DESDE VENEZUELA


ANTONIO JOSÉ MONAGAS: ¿NAVIDADES MANCHADAS …? DESDE VENEZUELA

GABRIEL BORAGINA: EL SOCIALISMO EN OCCIDENTE, DESDE ARGENTINA


GIOCONDA CUNTO DE SAN BLAS: PARAFRASEANDO A ORWELL. DESDE VENEZUELA

Decía George Orwell que la trama de su novela alegórica «Rebelión en la granja», publicada en 1945, seguía «tan fielmente el curso histórico de los soviets y de sus dos dictadores que sólo puede aplicarse a aquel país, con exclusión de cualquier otro régimen dictatorial». Se equivocaba Orwell. Los regímenes totalitarios se parecen tanto que su novela puede ser aplicada antes y ahora, aquí y allá. Veamos.

En la Granja Solariega, el Comandante, un cerdo gordo y viejo, respetado por los demás residentes de la granja, dice tener un sueño que desea compartir con todos. Reunidos en el corral, bajo la sombra del árbol mítico, habla: «Camaradas, ¿qué sentido tiene vivir como vivimos? Nuestra vida es desgraciada, laboriosa y corta. ¿Acaso nuestra tierra es tan pobre que no puede garantizar vida digna a los que habitan en ella? ¿Qué debemos hacer entonces? ¡Trabajar día y noche, en cuerpo y alma, por el derrocamiento de la raza humana! Ese es mi mensaje, camaradas: ¡la rebelión! Trasmitid este mensaje a los que vengan después, para que las generaciones futuras sigan luchando ʻhasta la victoria siempreʼ».

Expulsados los opresores (terratenientes, propietarios y similares), la granja pasa a llamarse Boliterra. Los cerdos Napoleón (Napo, para los amigos) en papel de gran jefe, Bola de Nieve y el insoportable Chillón, con su programa de radio, se asumen como los pensadores de la granja y entre ellos elaboran un sistema basado en las enseñanzas del Viejo Comandante, resumido en siete mandamientos o motores productivos: 1. Todo lo que camina sobre dos patas es un enemigo. 2. Todo lo que camina sobre cuatro patas o tiene alas es un amigo. 3. Ningún animal llevará ropa. 4. Ningún animal dormirá en una cama. 5. Ningún animal beberá alcohol. 6. Ningún animal matará a otro animal. 7. Todos los animales son iguales. Motores cambiantes a medida que avanza la revolución, para ajustarse a los caprichos de los cerdos en su nuevo papel de usurpadores caciques de la granja, merecedores de pleitesía.

Sus discípulos más fieles, incapaces de pensamiento propio, aceptan a los cerdos como maestros, absorben todo lo que se les cuenta y lo trasmiten a los demás animales en reuniones del club de defensa de la rebelión. A cuenta de que la gestión y la organización de la granja dependen de su esfuerzo intelectual, los cerdos se conceden raciones extra de leche, manzanas y el grueso de la cosecha.

Organizados por Bola de Nieve, los Comités Animales (llamados también Misiones) fueron un fracaso. La educación de los cachorros fue secuestrada por Napoleón a fin de convertirlos en custodios incondicionales de la revolución, mejor dicho, de los capitostes. Y Bola de Nieve, siempre en discordia con Napoleón y acusado de traidor, se exilió para escapar a la sentencia de muerte emitida en su contra. «La valentía no basta —dijo Chillón—. La lealtad y la obediencia son más importantes». Las ovejas, como de costumbre, solo atinaron a repetir su mantra: «¡Cuatro patas, sí; dos patas, no!»

Ahora los mandones engordaban por el exceso de raciones dispuestos para ellos, y en violación del cuarto mandamiento, dormían en las camas de la casa patronal, envueltos en sábanas y mantas como recompensa debida al trabajo supremo que ahora realizaban.

Los animales fueron enfriando su entusiasmo por la revolución cuando el frío y el hambre los agobiaban sin pausa. Durante días enteros los animales no tuvieron para comer más que paja y remolacha, un hecho que había de ocultarse al mundo exterior. A tal fin, Chillón inventó historias en su programa radial para evadir -sin conseguirlo- explicación a la miseria en que todos (menos los privilegiados) vivían. Mientras tanto, Napoleón el mandamás se escondía en su fuerte, custodiado por perros de aspecto feroz. Quienes protestaron fueron sometidos a juicios sumarios y fusilados en el acto, a pesar de que el sexto mandamiento lo prohibía.

A la yegua Trébol (ahora llamada Yuleisy) se le llenaron los ojos de lágrimas. «No era eso lo que habían querido al ponerse a trabajar, hacía años, por el derrocamiento de la raza humana. No eran esas escenas de terror y masacre lo que buscaban la noche en que el Viejo Comandante los había incitado a la rebelión. Si hubiera tenido alguna imagen del futuro, habría sido la de una sociedad de animales liberados del hambre y del látigo, todos iguales, cada uno trabajando de acuerdo a su capacidad, los fuertes protegiendo a los débiles. En cambio —no sabía por qué—, habían llegado a un momento en el que nadie se atrevía a decir lo que pensaba, en el que perros feroces y gruñones andaban por todas partes y en el que había que presenciar cómo despedazaban a camaradas que habían confesado crímenes atroces bajo presión de tortura».

Al final, no hubo sino un solo mandamiento: «Todos los animales son iguales, pero algunos animales son más iguales que otros».

Feliz navidad, apreciados lectores. Nos reencontraremos en enero, con ánimo renovado.

Gioconda San-Blas
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Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales,
Individuo de Número, Sillón XX
Caracas, Venezuela
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"Allí donde se niega el conocimiento científico, se difunden las teorías de la conspiración y la agitación". Angela Merkel, discurso de despedida como Canciller de Alemania. 02/12/2021

“El castigo por rehusarte a participar en política es ser gobernado por personas inferiores a ti”. Platón

JUAN GUERRERO: LA RADIO EN NAVIDAD. DESDE VENEZUELA

Mi padre fue de los últimos personajes que solía sentarse a escuchar la radio. Cada día, de cada mes, de cada año, mi padre llegaba del trabajo y, una vez que dejaba las bolsas con las compras de alimentos, se sentaba al lado de su amado radio a escuchar hasta bien entrada la noche, sus programas de noticias favoritos.

Su juguete era un gran radio, tipo cajón, General Electric, con una serie de extraños tubos de vidrio en su interior. Él conocía la función de cada uno de ellos. Siempre le pasaba por los bordes un trapito y lo mantenía impecable. De cuando en vez iba a la agencia de servicio y se llevaba la muestra para comprar el tubo que debía reemplazar.

Sentarse al lado de su radio era su pasión y su gusto. Nunca conocí a otro igual, que se sentara así, por el puro placer de escuchar la radio. Mi padre comenzaba muy temprano por la mañana, cerca de las 5, y mientras preparaba su café de primera mañana, encendía la radio para escuchar los noticieros nacionales. Las campanitas del noticiero de radio Rumbos o de radio Calendario, nos despertaban tempranito. Él se enteraba a primera hora de los sucesos nacionales, internacionales y regionales como persona siempre bien informada. Después, ya entrada la tarde, llegaba a casa lleno de bolsas del mercado y periódicos. No podían faltar ni el diario Panorama ni El Nacional.

Su descanso era sentarse, después de cenar, y quedarse el resto de la noche con su radio escuchando voces de otras latitudes, en otras ciudades y países. Con él aprendí términos, como ‘onda corta’, ‘ondas hertzianas’, ‘bandas AM y FM’ (Amplitud modulada, y Frecuencia modulada), entre tantos otros.

Pero lo que se convertía en una verdadera fiesta vecinal era cuando llegaba la navidad a Maracaibo y concretamente a nuestra calle. Por días la cuadra cambiaba de rostro y de escenario. Los vecinos tenían sus horas de llegada y nunca de partida. Venían a nuestra casa para probarse los vestidos de estreno, donde mi madre era la modista. Desfilaban revistas de modas, recortes, telas, hilos, botones, tizas, tijeras, mientras mi padre, para complacer a la audiencia de féminas, le aumentaba el volumen a su radio y de inmediato se escuchaba la voz de Felipe Pirela y sus deliciosos boleros, o los clásicos del cantor maracaibero Armando Molero, o las gaitas en la voz del Monumental Ricardo Aguirre.

Las visitas entonces improvisaban bailes, chistes, risas que estremecían de tanta felicidad. Y era nuestra casa el hogar de toda la cuadra. La casa de doña Carmen era un pequeño oasis que emulaba aquella del centro de la plaza Baralt, tan bullanguera, ruidosa y refranera.

Mi padre giraba y giraba los controles de su radio buscando gaitas, guarachas y demás ritmos decembrinos para animar la concurrencia. Hasta que cierta vez el turco Elías se apareció con un ‘picó’ marca RCA Víctor. Lo dejó en medio de la sala. Tenía cuatro patas de madera largas como de flamencos. Encima tenía una cubierta de plástico y dentro estaba la magia donde se colocaban los ‘donpley’ de 33 y 45 revoluciones. Entonces mi madre dijo que ella lo había comprado a crédito. Desde entonces, el picó de mi madre desplazó a la radio de mi padre y se comenzaron a escuchar canciones seguidas de un mismo cantante. La algarabía se ordenó, se hizo más sofisticada por así decirlo. En el picó se colocaban los discos con villancicos, parrandas y aguinaldos navideños. Eso marcaba desde entonces el inicio de la navidad en nuestro hogar.

Pero mi padre nunca desistió de su apego a la radio. Desde el primero de enero al treintaiuno de diciembre de cada año. Todos los benditos días de la semana, mi padre se sentaba a escuchar su radio. Escuchaba, se notaba que, en cada intervención de alguna voz, él meditaba, reflexionaba y luego, compartía con la familia. Nos informaba sobre datos, noticias importantes, mensajes de navidad de las empresas tradicionales. Gustaba repetir la clásica promoción de navidad de los Almacenes Dovilla. Era un loro que, con su particular voz, decía: ‘Dovilla ¡Qué maravilla!’

Traer a mi memoria esos momentos de tiempos decembrinos donde la radio de mi padre era el centro del hogar, es saber que hubo un tiempo de intensa celebración de vida, compartida, de vivencia y convivencias. Creo que en estos tiempos de alta tecnología de seguro mi padre andaría metido con algún artilugio de último modelo, con audífonos y demás, no solo escuchando, también viendo y escribiendo todo al mismo tiempo, como a él le agradaba hacer: ofreciendo a su familia, vecinos y amigos, las últimas noticias del mundo. Mientras mi madre tendría un sofisticado equipo musical, donde estarían, además de los temas de Barbarito Diez, los aguinaldos, villancicos, y las últimas piezas musicales de los mejores grupos gaiteros.

Juan Guerrero
camilodeasis@hotmail.com
@camilodeasis
@camilodeasis1
Venezuela

LEANDRO RODRÍGUEZ LINÁREZ: NIÑO JESÚS: ¡TRÁENOS REALIDAD! DESDE VENEZUELA

Cuando observamos y escuchamos venezolanos que, tras 23 años de rígida demostración de castrismo, aún creen en las promesas electorales, de diálogos, acuerdos, etc. de quienes hoy se han enquistados tumoralmente en la conducción del país, nos damos cuenta que en nuestra nación falta mucho por comprender la realidad política.

Que un puñado de políticos se presten para el vil juego es despreciablemente comprensible, tratando de “arreglarse” la vida con pactos funestos que destrozan la nación. Pero es por igual indignante apreciar que personas comunes, de a pie, aún guarden esperanzas en el proyecto chavista, hablamos de aproximadamente 15%, porcentaje que, por todo lo que ha significado el chavismo en el país, es sumamente alto.

Del lado opositor la realidad no es muy distinta, se espera un mesías que haga todo el trabajo, sí bien es cierto los venezolanos han dejado sangre, sudor, lágrimas y vidas en las luchas contra el castrismo, hoy parece haberse apagado la llama de la reindependencia y encendido la de la resignación, al parecer, es más fácil comenzar una vida desde cero en otro país que luchar en el nuestro.

Este 15% de venezolanos desasistidos de realidad, creen porque una famosa red estadounidense de café, que la proliferación de farmacias, bodegones, ventas de chicha, etc. las esperanzas están renaciendo en Venezuela, haciendo posible la reactivación económica nacional, pues ¡nada más lejos de la realidad! para que al país concurran las inversiones requeridas para reavivar nuestra aparato productivo debe, inexorablemente, existir todo lo que el chavismo se afinca en desaparecer: estabilidad jurídica (constitucionalidad), política (institucionalidad) y social (educación y trabajo como motores sociales).

De este modo, cuando la percepción del país es tan equívoca, nos llega a la mente una famosa reflexión: “Es más fácil esclavizar la mente de un hombre libre que liberar la de un esclavo”, estos venezolanos han sido esclavizados por el chavismo, disculpen tanta franqueza.

La realidad es que en Venezuela no puede existir procesos electorales honestos ni transparentes porque no hay institucionalidad, las instituciones del Estado han sido psuvizadas. En nuestra nación no puede haber reactivación económica porque no hay constitucionalidad, ningún inversor sensato colocaría sus recursos en un país donde las expropiaciones están a la orden del día. Tampoco es atractivo para las inversiones un país con una economía tergiversada, con leyes absurdas que premeditadamente buscan arruinar al sector privado.

Tampoco se puede dialogar, pactar o convenir con quien jamás respeta su palabra. Menos aún se puede confiar en una oposición que sigue al pie de la letra la agenda chavista.

De este modo llegamos al 24 de diciembre de 2021, una fecha donde los efectos del castrismo en Venezuela se sienten mucho más, no solo por la pobreza que ha diseminado aminorando celebraciones que antes eran espléndidas, sino porque ha desintegrado lo más sagrado, a las familias venezolanas. No existe una que no esté dividida por los efectos de la migración forzosa, para sobrevivir.

De este modo, el deseo para nuestro querido “Niño Jesús” es que interceda para que la realidad venezolana sea comprendida por todos los venezolanos y quienes quieran ayudarnos, que sepamos que en política no hay milagros sino esfuerzos premiados. Pedimos para que los habitantes de este desnaturalizado país encaren una realidad ineludible y que juntos, políticos y ciudadanos, podamos devolverle a nuestra amada Venezuela su libertad, su paz, todas sus querencias que antes la hacían un codiciado nido de inmigrantes. Les deseamos una “Real Navidad”.

Leandro Rodríguez Linárez
leandrotango@gmail.com
@leandrotango
Venezuela

ANTONIO JOSÉ MONAGAS: ¿NAVIDADES MANCHADAS …? DESDE VENEZUELA

Desde que Roma instituyó la Navidad, hace más de dos siglos, su celebración ha sido parte de la vida social del hombre. Aun cuando la Navidad no concuerda con la Biblia. Su origen reside en costumbres y ritos paganos. De hecho, en 2 Corintios 6:17, puede leerse algo que asienta la susodicha consideración: “Salgan de en medio de ellos y apártense dice el Señor. No toquen nada impuro y yo los veré con agrado”.

Ni los apósteles de Jesús, ni los primeros cristianos, celebraban la Navidad. Jesús sólo mandó que se recordara su muerte. No su nacimiento. (Léase Lucas 22: 19-20). Es por tanto que la Biblia no refiere la Navidad como razón a ser celebrada. Además, no hay prueba de que Jesús hubiese nacido un 25 de Diciembre. Sin embargo, el mundo cristiano celebra la Natividad como expresión de renovación de la esperanza. Valor que sirve el hombre como fundamental puntal de vida.

Sumado a esto, el libro de Gálatas 4: 4-5 pone de relieve una motivación que exalta la cristiandad en su mejor significado. Escribe Gálatas que al llegar la plenitud de los tiempos, “(…) Dios envió a su hijo quien nació de mujer y para ser quien libertaría de la Ley a todos los que estaban sometidos. Así llegamos a ser hijos de Dios”

De ahí pues que la Biblia invite a emplear la razón como soporte de vida. Lo hace para que sean tomadas aquellas decisiones que mejor proyectan las capacidades y potencialidades que reside en cada ser humano. De esa manera, esta acción busca que cada individuo pueda brindar lo mejor de sí mismo. (Léase Romanos 12: 3-8)

No obstante, lo arriba expuesto no debe desdeñarse de las realidades que en la actualidad se viven como efecto de la crudeza propia de los tiempos presentes. Realidades éstas forjadas por la violencia, el resentimiento, la codicia, la envidia, el odio, el egoísmo, que consumen al hombre en su espiritualidad. Y hasta en la fortaleza que le permite resistir las dificultades que asaltan sus esperanzas.

El hecho de concebir la Navidad no sólo como razón de celebración cristiana, sino también como conocimiento para festejar el recibimiento de un nuevo tiempo, no es causa para dejar de pensar en la significación que tan pertinente justificación detenta como inspiración para concienciar la vida desde los sentimientos, la fe y los sueños. Todo, por supuesto, desde la perspectiva enmarcada por la dinámica social, política y económica que se vive. Lo cual no invalida la necesidad del hombre por reflexionar de cara a la esperanza que la vida es capaz de ofrecer.

Y hacerlo ante los problemas que contrastan las realidades de países oprimidos y reprimidos (como Venezuela), lleva a inferir que el tiempo que suscribe la Navidad es exacto para comprender lo que las petulancias, presuntuosidades, fastuosidades y apariencias, intentan ostentar.
Pero también, reflexionar en torno al concepto de Navidad, adquiere validez para buscar recrearse sanamente en lo que la esencia de la Navidad expresa cada vez que se examina su trascendencia y comprensión en la vida del hombre.

Dos acepciones de la Navidad

Reconocer la Navidad, compromete dos acepciones. Primeramente, su esencia y sus vivencias en lo que desde la esperanza puede lograrse. Y es lo que esta disertación plantea al momento que busca sembrar la reflexión necesaria que termine haciendo ver la siguiente consideración. Y es que entrar en tiempo de Navidad, no implica separar la esperanza que su festejo invita desde su esencia, de las duras realidades por las que los actuales tiempos atraviesan.

Cabe entonces la segunda acepción que tiene que ver con las vivencias que el individuo puede permitirse en tiempos navideños. Pero sobre todo, en medio de tiempos tan complicados y desconcertados como los actuales. Particularmente, en el contexto de un país que (como Venezuela), se encuentra asediado por los más atroces episodios que pueden caber en la narrativa histórica contemporánea. Episodios que dan cuenta de estar viviendo en un precario remedo de República. En una nación saturada de una polarización que no ha conducido a nada salvo a mayores conflictos.

Que se vive bajo un régimen que no ha sabido asumir responsabilidad alguna, pues la desvergüenza y la deshonestidad son sus más resueltos criterios de gobierno. Todo esto coadyuvó a que el régimen hiciera de Venezuela un país reducido por la corrupción e inmoralidad. Situación ésta precedida y presidida por un militarismo codicioso, un funcionariado adulón y por acólitos altaneros y mal portados. Un país donde hasta las ilusiones son difíciles de creer. Y más aún, de emular.

Un país donde quienes ejercen el poder, actúan cual desaforados vividores del pueblo. Un país que se ha situado a la espera de la muerte de la memoria. Un país que ha comenzado a vivir de no hacer nada.

Aún así, no por ello debe abolirse la esencia de la Navidad. Aunque las vivencias sean tan duras como el golpe que el asesino procura dar cuando busca exterminar a su víctima de manera fulminante. Sin embargo, siguen habiendo y sobrando razones para preguntarse si acaso estos tiempos de regocijo cristiano, son tiempos para renovar esperanzas. O acaso, a causa de la politiquería dominante y flagelante, han sido ¿otras navidades manchadas…?

Antonio José Monagas
antoniomonagas@gmail.com
@ajmonagas
Venezuela

GABRIEL BORAGINA: EL SOCIALISMO EN OCCIDENTE, DESDE ARGENTINA

Cuando se habla de socialismo todavía se sigue pensando en los casos de la Unión Soviética, Europa del Este post segunda guerra mundial, China, Corea del norte y los casos más recientes de Cuba y Venezuela considerados cronológicamente.

Sin embargo, desde comienzos del siglo XX, el socialismo ha ido penetrando poco a poco en los tradicionalmente denominados países democráticos y aún más audazmente llamados ‘’liberales’’ o ‘’capitalistas’’.

Hemos en varias partes analizado fragmentos de autores que en sus libros se dedican a explicar este fenómeno. Por ejemplo, uno de ellos apunta en una nota lo que transcribimos a continuación:

‘’Nota: 3. Esto aparece tanto más claramente cuanto más se aproxima el socialismo al totalitarismo, en Inglaterra se afirma más explícitamente que en ningún otro lugar en el programa de la última y más totalitaria forma del socialismo inglés: el movimiento de la Common Welth de sir Richard Acland. El principal rasgo del nuevo orden que promete es que, en él, la comunidad “dirá al individuo: “no te preocupes de la manera de ganarte tu propia vida». ’’[1]

De la nota surge que, había muchas formas de socialismo inglés, algo que podría sorprender a algún desprevenido (no son tan pocos como se podría pensar) que cree que Inglaterra siempre fue un ‘’país liberal’’ y conservador, lo que es manifiestamente falso.

Cabe recordar que las primeras ideas liberales aparecieron en el Reino Unido recién ya bastante entrado el siglo XVIII, aunque hubo esporádicos antecedentes en el siglo anterior que sirvieron de base a los autores que escribieron después.

Hay naturalmente formas más o menos totalitarias de socialismo aunque todas ellas -en última instancia- poseen una tendencia inevitable hacia el totalitarismo, que la única solución que tiene es erradicar por completo cualquier manifestación de socialismo. No hay socialismos ‘’buenos’’ o ‘’más buenos’’ que otros sino que, bajo apariencias benévolas de tal ideario, esconden una filosofía que puede lograr toda su expresión únicamente en la plena imposición del totalitarismo.

Se describe en la nota al ‘’estado providencia’’ la forma más totalitaria de socialismo, porque semeja como la más indulgente. Es el fundamento de los llamados ‘’estado benefactor’’ o ‘’estado de bienestar’’ que fueron tan populares décadas atrás (y que aun gozan de gran predicamento) por sus apariencias ‘’democráticas’’ (el tan citado modelo sueco o escandinavo que finalmente tuvo que ser desmantelado aun cuando conserva el rótulo que lo hizo famoso).

Ahora bien, es impresionante -cuando se contemplan las sociedades de nuestro tiempo- tomar noción acerca de qué internalizada tiene la gente en su inconsciente lo de ‘’la comunidad “dirá al individuo: “no te preocupes de la manera de ganarte tu propia vida»’’.

Que un pensador de nota como el premio Nobel F. A. v. Hayek considere a esta como la peor forma de socialismo en el sentido de la más totalitaria revela hasta qué punto la gente puede creer que es ‘’libre’’ cuando en realidad está sometida a la peor de las esclavitudes: la de la satisfacción en medio de la más absoluta sumisión a los demás.

‘’En consecuencia, como es lógico, «tiene que ser la comunidad en cuanto tal quien decida si un hombre será empleado o no, con nuestros recursos, y cómo, cuándo y de qué manera trabajará», y la comunidad tendrá que “establecer campos para vagos, en condiciones muy tolerables”. ¿Es para sorprender que el autor descubra que Hitler “se ha encontrado por casualidad (o por fuerza) con algo, o quizá, se diría, con un aspecto particular de lo que, en última instancia, necesita la Humanidad?’’((Sir Richard Acland. Bt. TI1, Forward March, 1941, págs. 32, 126, 127, 132.) ’’[2]

En el socialismo los recursos son de una entelequia llamada ‘’comunidad’’ que -en rigor- está representada por una persona o un conjunto de ellas que detentan una cierta cuota de poder sobre un determinado espacio geográfico. Este grupo relativamente pequeño en relación a los demás que no se encuentran dentro de su órbita, decide –entonces- a quien se emplea y a quien no y en qué tareas, fijando todas las demás condiciones de trabajo (horario,, cantidad a producir, etc.).

No es casualidad que los socialistas –del estilo de Sir Richard Acland- estén encantados con Hitler, ya que este (como L. v. Mises se encarga de enseñarnos) el líder nazi no sólo copió sino que perfeccionó todos los métodos utilizados por Stalin para construir ‘’el socialismo real’’.

En él, ‘’la comunidad’’ (que no es más que un término sinónimo para designar al ‘’estado’’ o -más precisamente- al gobierno) es la que decide por el individuo acerca de cuál será el papel que este desempeñará en la enorme maquinaria estatal que dirige el líder supremo. Si el individuo no está de acuerdo en ello, simplemente se lo recluye primero y, en caso de ulterior insistencia en la resistencia, se lo extermina más tarde en función de las ‘’necesidades del todo’’. Ese ‘’todo’’ está representado -por supuesto- por el déspota.

En el estado totalitario ‘’vago’’ es todo aquel que no desea hacer lo que el jefe máximo le indica que haga. A estos efectos, resulta indiferente (como anticipamos) si ese jefe absoluto se expresa por sí mismo o a través de sus leyes, como también es indistinto si es uno solo o son varios. Tampoco es relevante si están reunidos en cuerpos colegiados como comités, parlamentos, comisiones, ministerios, secretarías, y otras denominaciones en apariencia respetables o con visos ‘’democráticos’’.

Ahora bien, como decíamos al comenzar, F. A. v. Hayek hace notar la presencia de estos elementos en el imperio británico, el paradigma (para la mayoría) del ultra liberalismo o ultra conservadurismo. Sin embargo, lo mismo cabe decir de los Estados Unidos de Norteamérica tenidos por casi todos en aquella misma categoría que a los británicos. Si el virus socialista se ha infiltrado en las que otrora fueron dos grandes naciones ¿qué puede esperarse para el resto del mundo? La debacle social que presenciamos es la respuesta más elocuente a nuestra pregunta.

[1] Friedrich A. von Hayek, Camino de servidumbre. Alianza Editorial. España. pág. 256-257
[2] F. A. v. Hayek, ibídem.

Gabriel Boragina
gabriel.boragina@gmail.com
@GBoragina
Argentina

ARIEL PEÑA: VEN A LOS VENEZOLANOS PIDIENDO LIMOSNA Y TODAVÍA NO LA CREEN. DESDE COLOMBIA

Se dice que no hay peor ciego que el que no quiere ver o peor sordo que no quiere oír; esto lo decimos por el ímpetu electoral para el 2022 que tiene el candidato marxista Gustavo Petro, que habilidosamente no menciona el desastre al cual han llevado a Venezuela sus correligionarios del chavismo, como si la crisis humanitaria que viven los ciudadanos de la hermana república no existiera y, esa situación en Colombia se extiende a los seguidores del Pacto Histórico, que ven a los venezolanos pidiendo limosna y todavía no la creen.

En muchos lugares colombianas principalmente en el transporte público, vemos a muchachas y muchachos venezolanos pidiendo limosna, y en otros casos en la prostitución o en trabajos en donde no consiguen ni un mínimo, esto sucede con millones de personas no solo en nuestro país sino casi en toda Sudamérica, pues el salario mínimo mensual en ese país es apenas de 15 mil pesos colombianos, lo que constituye hambre producto de la crisis humanitaria. Pero eso cambiará en nuestro país con un gobierno castrochavista o del socialismo del siglo XXl que es el mismo comunismo totalitario, debido a que los venezolanos no tendrán que venir a Colombia, sino que se refugiaran en otras naciones como le sucederá a millones de colombianos, porque Colombia será invivible en manos de Gustavo Petro, quien buscara implementar un sistema marxista leninista que indiscutiblemente es una fábrica de miseria para someter a las masas a un régimen totalitario.

La política de la vida que tanto menciona el doctor Gustavo Petro, ojala no siga los mandamientos del comunismo totalitario que practicaron en su momento: Stalin, Pol Pot, Mao, Lenin, Kim Il Sung, Fidel Castro, Ho Chi Minh y las guerrillas comunistas que en su conjunto le han regalado a la humanidad en el último siglo más de 140 millones de asesinatos, ya que el marxismo leninismo lleva implantado el crimen en sus genes.

Con un gobierno de Petro, así él lo niegue, se convocaría a una Asamblea Nacional Constituyente igualita a la de Venezuela en 2017, en donde un ciudadano no representa un voto, sino que organizaciones de fachada o cascarones tendrán la mayoría de representación en esa entidad, sin olvidar desde luego que Petro aplaudió la convocatoria de esa constituyente en Venezuela hecha por el dictador Maduro para consolidar su camarilla comunista.

No se puede olvidar que la candidatura presidencial de Gustavo Petro, es respaldada por el Partido Comunista Colombiano fundador de las Farc y desde luego por la Unión Patriótica, siendo todo eso lo mismo, cuya ideología indudablemente es marxista leninista, la cual fue repudiada por los pueblos de Europa Oriental con la caída del muro de Berlín y la debacle de la URSS, pero Fidel Castro, Lula da Silva y Hugo Chávez, aprovechándose del atraso ideológico de algunos sectores latinoamericanos sacaron del basurero de la historia al comunismo totalitario, buscando implementarlo en la región eso si cambiando de máscaras para engañar mejor, lo que constituye un ultraje a la inteligencia de Latinoamérica, pues eso sería igual a que en los años cuarenta del siglo pasado después de derrotado el nazismo en la Segunda Guerra Mundial, lo hubieran reciclado en nuestros países presentándolo como el salvador.

Fidel Castro afirmaba sin ningún empacho que el socialismo del siglo XXl, era ni más ni menos que la aplicación práctica del marxismo, de ahí que los colombianos estamos notificados al saber cuál es el futuro que nos espera con Gustavo Petro como presidente, porque su cercanía con Hugo Chávez y Nicolás Maduro es incuestionable, y Colombia tendrá el mismo camino de Venezuela en materia de propiedad en donde al grito de ¡exprópiese! Las casas, fincas, lotes y apartamentos que con tanto sacrificios han conseguido los pequeños y medianos propietarios no quedaran valiendo nada, porque la miseria del pueblo es una condición necesaria para consolidar una dictadura comunista como bien lo decía el libertario Bakunin; por eso en Cuba existe la cartilla de racionamiento y en Venezuela los Clap, que con Petro fácilmente se podrían implementar en Colombia.

El discurso que en algunas ocasiones a lanzado Petro sobre la ecología y la autogestión, son simples sofismas de distracción, pues en el fondo su origen totalitario le impide tener una mínima posición libertaria al no condenar por ejemplo las voladuras de oleoductos por parte de Eln y las Farc, que han producido el derrame de 5 millones de barriles de petróleo en 36 años, lo que constituye un ecocidio y un delito de lesa humanidad de acuerdo al Derecho Internacional Humanitario, también el arboricidio que se ha cometido en contra del bosque tropical para sembrar coca no ha sido un tema de rechazo por parte del candidato de la llamada izquierda; claro que para los marxistas poco les importa el medio ambiente, porque lo que les interesa es el poder.

Según encuestas de diferentes empresas como Invamer, Gustavo Petro apoyado por partidos de la internacional comunista del Foro de Sao Paulo es el favorito, lo que debe hacer sonar las alarmas para los demócratas, pero no hay que olvidar que en el plebiscito del 2 de octubre de 2016 sobre los acuerdos entre el gobierno y las Farc, las mismas encuestadoras pronosticaban un triunfo de Si sobre el No en una relación de 3 a 1, sin embargo el pueblo Colombiano supo reaccionar y el No ganó, entonces todavía hay mucho camino por recorrer para las elecciones presidenciales, y lo que se debe hacer es un trabajo pedagógico con la ciudadanía para evitar que Colombia sea otra Venezuela.

Ariel Peña
arielpena49@yahoo.com
@arielpenaG
Colombia