
EL REPUBLICANO LIBERAL II - DIARIO DE OPINIÓN - NACIONALES – INTERNACIONALES -EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS, TWITTER Y/O PAGINAS WEB QUE SEGUIMOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, - ACOMPAÑAMOS LA GESTIÓN DE LAS FUERZAS OPOSITORAS Y DISIDENTES EN EL PROCESO DE LOGRAR UNA DEMOCRACIA REAL MEDIANTE LA UNIDAD CIUDADANA Y SU ORGANIZACIÓN EN UNA NUEVA MAYORÍA EN LUCHA CON MORAL DE VICTORIA.
sábado, 13 de febrero de 2021
ACTUALIZACIÓN DE EL REPUBLICANO LIBERAL DIARIO DE OPINIÓN, http://elrepublicanoliberalii.blogspot.com/ DOMINGO 14/02/2021
MIBELIS ACEVEDO DONÍS, UNIDAD, MIENTRAS SIRVA
Por un
lado, están los que ven en la unidad un medio para atenuar la mella de las
fuerzas opositoras, los interesados en apuntalar la democracia desde su base de
sustentación lógica: estrujando el potencial del voto cada vez que sea posible.
Un músculo debilitado por la falta de calistenia electoral, claro está, requerirá
invocar de inmediato el vigor del “E pluribus unum”, “de muchos, uno”, la unión
en la diversidad. Por otro lado, están quienes descartan la participación
mientras no se den condiciones para celebrar presidenciales y parlamentarias
libres, justas y verificables. En este caso, el interés responde a llamados
como el del Grupo Internacional de Contacto. Unión de partidos para avanzar
hacia “un mayor diálogo”, la negociación que habilitaría mecanismos para una
transición.
Si
bien las elecciones figuran en ambos relatos, es obvio que su irrupción e
impacto en cada hoja de ruta varían. Eso marca trechos sustanciales entre una
postura y otra, la de lo disponible y la de lo ideal. Entre esa alianza
utilitaria y amplia a la que unos aspiran para trajinar “aquí y ahora” con el
desafío doméstico, y la articulación sectorial que, en pos del “quiebre”,
invoca el patrocinio de esa criatura movediza y variopinta, la cada vez menos
predecible comunidad internacional.
No falta quien opina que no debería descartarse la síntesis entre ambas visiones. Los boquetes endémicos de la abstención, sin embargo, sí obligan a priorizar planes y acciones, a detectar aquellos que condicionan otros eventos y permiten avanzar gracias a la eventual superioridad numérica. Esta unidad de propósito qué implica integración de actores distintos en función de una meta -disputar el poder del adversario común- apelando a un método del que dimanan tareas nítidas y sobre las que se tiene algún control, es premisa que dio vida a la MUD. En atención a eso, la alianza-pacto coronó con la conformación de una plataforma electoral que visibilizó y legitimó a cierto liderazgo; el mismo que en 2019 asumió la representación de la oposición a la hora de entenderse con gobiernos democráticos del mundo.
He
allí la historia de un contrato incumplido, no obstante. Dentro de la alianza
(una electoral, sin vueltas ni pesares) y desmereciendo los métodos de lucha
aceptados como válidos por todos, hubo sectores que nunca dejaron de operar de
modo unilateral, y según sus personalísimos términos. Así, contraviniendo los
protocolos de deliberación que entraña una dirección colegiada, la vía
democrática-constitucional-pacífica-electoral fue una y otra vez soslayada,
subestimada, malherida. Bajo el asalto salidista no sorprende que la coalición
haya sucumbido; pero la disonancia de base sigue bullendo. Lo relevante del
repaso es que esta díscola deriva marca el pulso de una discusión que no
termina de zanjarse. Algo que más allá de discrepancias programáticas,
pareciera remitir a un choque con rígidas políticas identitarias. (Esas que,
por cierto, modelan el alma del secesionismo).
Tras
la ruinosa performance de los alborotadores, los deudos del “cese de la
usurpación”, volvemos entonces a interpelarnos: ¿para qué debe servir la
unidad? ¿Es deseable una estrategia que anula al sujeto político? Asimismo,
¿cuán viable resulta una alianza promiscua, una signada por el autodestructivo
hacinamiento de visiones o la limitada contención de voluntaristas e
intransigentes?
Por
supuesto, la unidad política -atributo que, según sondeos de opinión, los
venezolanos siguen valorando y exigiendo- siempre se trata de juntar lo que
luce distante y distinto; de sumar, lo más posible. Pero tales diligencias no
se emprenden acá en un sentido puramente romántico o fútil. Un liderazgo
transformacional, ganado por la “philía” antes que por el ensimismamiento,
consciente de su impotencia en la disgregación y por tanto presionado a
trabajar desde y con la diversidad, entenderá el matiz.
El
caso de Betancourt, Villalba y Caldera da fe de esa cualidad. Líderes
enfrentados a fondo por sus paradigmas, rivales en lo doctrinario pero con
comprensión cabal del momento que vivían en una Venezuela en la que “hay que
cambiarlo todo” (como afirmó Caldera en la Asamblea Constituyente de 1946),
supieron aquietar ímpetus y cooperar cuando la pragmática brega unitaria lo
requirió.
Que
haya unidad y pacto, entonces: eso esperamos. Pero una unidad que, al servir a
la mayoría, apueste también a encontrar fuelle y nervio en esa misma mayoría
organizada que algunos se empeñan en mutilar. Nos consta que el poder que nace
de tal unión, la capacidad humana de actuar en concierto, como diría Hannah
Arendt, al mismo tiempo vive amenazado por quienes no soportan la idea de verse
diluidos entre los más. En este sentido es justo tener en cuenta a Popper y su
“Paradoja de la Tolerancia”: “si extendemos la tolerancia ilimitada incluso a
aquellos que son intolerantes”, si no nos preparamos para defendernos “contra
las tropelías de los intolerantes, el resultado será la destrucción de los
tolerantes”.
mibelis@hotmail.com
@Mibelis
@ElUniversal
Venezuela
VICENTE BRITO, DIÁLOGO Y EXPECTATIVAS, UN CAMBIO QUE NO SE VE DE LA ESTRATEGIA POLÍTICA QUE HA VENIDO SIENDO APLICADA
Vicente Brito
vicent.brito@gmail.com
@vicentejbrito
Presidente
Red por la defensa al Trabajo, la Propiedad y la Constitución Vicente Brito
Venezuela
ANTONIO JOSÉ MONAGAS, NADA ES PARA SIEMPRE
Antonio José Monagas
antoniomonagas@gmail.com
@ajmonagas
Venezuela
RAFAEL GARCÍA MARVEZ, ELECCIONES SIN GARANTÍAS Y SIN UNIDAD, UN SUICIDIO
El
nuevo camino que han tomado los adversarios al régimen está dirigido a explorar
las posibilidades de llegar a acuerdos, palabras diabólicas para muchos, con la
idea de dirimir las diferencias en las mesas electorales con la finalidad de
buscar un escape para salir de la crisis. Crisis que tiene sumida en la pobreza
a más de 85 % de los venezolanos. Recordemos que antes, la oposición buscó la
salida del régimen de Nicolás Maduro en las calles, con participación de varias
centenas de miles de personas. Los saldos fueron perjudiciales: centenas de
muertos, apresados, torturados, perseguidos y exiliados. Unas de las causas del
fracaso de estas manifestaciones públicas, que hoy añoran algunos que entonces
las criticaron fuertemente, se produjeron porque para ese entonces las fuerzas
democráticas no tenían el apoyo de la comunidad internacional que hoy tienen.
Sin embargo, hay que considerar el hecho de que ese respaldo extrafronteras es
consecuencia de aquellos sucesos sangrientos, de aquellas protestas; no fueron
improductivos a pesar del elevado costo. Ese respaldo de los países extranjeros
más poderosos no es hoy de la misma intensidad, ni de la misma determinación de
echarlos del poder, aunque se mantiene vivo el apoyo por la libertad a través
de otros métodos.
En
contraposición, hoy no gozamos de unidad, de coherencia ni de los vínculos de
aquellos días. Hoy estamos polifracturados, errantes, sin rumbo, como gitanos
moviéndose entre subgrupos. De subgrupos, sí, son subgrupos porque estos están
incluidos en otros grupos menos numerosos que pretenden actuar de manera
independiente y participar en las elecciones de gobernadores sin siquiera
tomarse la molestia de hacer el esfuerzo de exigir garantías y paridad para
participar en ese proceso electoral que con toda seguridad se realizará este
año. Pienso que allí juegan muchas cosas al mismo tiempo, como, por ejemplo:
atrevidas ambiciones personales, presión para que se les abran espacios de
participación, intenciones malsanas que llegan al extremo de preferir el
triunfo del régimen y el daño a la contraparte interna…
Me
atrevo a predecir, echando las cartas, sin temor a equívocos, que aquellos
precandidatos o candidatos a esta aventura llena de traiciones y osadías
desesperadas, significaría la muerte política de algunos de ellos que pudiesen
tener un futuro promisor más adelante. Se achicharrarán infructuosamente en el
florecimiento …algunos estando aún en la vida intrauterina…
Finalmente,
y continuando con las adivinaciones, es tan evidente lo que puede ocurrir en un
escenario que además de las faltas de garantías, sin unidad, sin la
participación del grueso opositor, aquí incluyo a la sociedad civil que es más
estricta en este punto que los mismos partidos políticos, sencillamente los
candidatos del oficialismo se impondrán de todas maneras. De resultar alguno de
oposición electo, será un esclavo servil, sin derechos propios, sometido de
manera absoluta al dominio de otra persona, Nicolás Maduro, quien será su dueño
y señor… Entre lo más deshonroso del hombre está curvarse…
garciamarvez@gmail.com
@RgarciaMarvez
Venezuela
LUIS FUENMAYOR TORO, LAS ELECCIONES DE ECUADOR
No quiero aparentar ser un experto en algo en que estoy muy lejos de serlo: la política ecuatoriana. Sin embargo, perfectamente puedo referir mi impresión de por qué gana la tendencia del ex Presidente Correa, los comicios recientemente efectuados. El artículo no pretende ser una defensa de lo que algunos llaman “el correismo”, ni de las gestiones de Correa y su “revolución ciudadana”. Mi muy limitado interés es que se entienda por qué gana, luego de la desabrida gestión de Lenin Moreno.
Algunas personas, afectadas visceralmente por la
política venezolana de las últimas dos décadas, querrán ver en ese triunfo,
como lo hicieron con la victoria del MAS en Bolivia, la expresión de un pobre
pueblo ignorante, que generará miles de infortunios a Ecuador; sentirán que la
maldición del socialismo del siglo XXI sigue presente en nuestra América. Se
les aparecerán los fantasmas de Chávez y Maduro, y más allá Fidel y así hasta
llegar a Stalin, Lenin y Marx, que para este tipo de gente son exactamente lo
mismo.
En definitiva, no comprenden por qué sucede que la
gente vuelve a votar por quienes habían dejado el poder, y no le prestan
atención a cómo fue que ocurrieron esas transiciones de poder. Tan emocionados
estaban con las supuestas derrotas de dos tendencias que asimilaban similares a
las de Chávez-Maduro, que no se percataron que en el caso de Bolivia se trató
de un burdo golpe de Estado patrocinado por la OEA y por Almagro, que derivó en
un gobierno de facto, autoritario y negador de las reivindicaciones populares
obtenidas.
En el caso ecuatoriano, no procesan que el “correismo”
no perdió la elección luego de la salida de Correa. La ganó, sólo que su
candidato, una vez electo Presidente, se les volteó y se transformó en el
enemigo más acérrimo de su anterior líder, de su partido y del programa que
había acompañado como Vicepresidente. Esa actitud de energúmeno que actúa con
un resentimiento inexplicable, que desbarata con los pies lo que ayudó a
construir con las manos, no les gusta a los pueblos, que rápidamente se
distancian de ellos.
En sus períodos de gobierno, Correa tuvo numerosos
aciertos: construyó una infraestructura de servicios importante, dentro de ésta
la educativa y de salud; controló el gasto público, no generó aumento del costo
de la vida, redujo en forma importante la pobreza general y la extrema, mejoró
los servicios públicos, practicó el respeto a la autodeterminación de los
pueblos y no se vio envuelto en escándalos de corrupción. Todo esto contrastó
con la gestión gris de su sucesor, quien se dedicó a perseguirlo y a intervenir
en los asuntos internos de Venezuela.
El pueblo ecuatoriano esperó que transcurriera el
tiempo para de nuevo expresarse en las urnas, como ya lo había hecho cuando
votó por Lenin Romero. La sorprendente traición de éste, sus actitudes en casos
como el de Julián Assange, que llevaron a la repulsa mundial, fueron clara
demostración de su visceralidad enfermiza. El triunfo de Andrés Arauz no debe
sorprender a nadie. Significa que una mayoría de los ecuatorianos siguen
votando por la Revolución Ciudadana, que no tiene nada que ver con el
socialismo del siglo XXI.
No voy a hacer vaticinios sobre qué pasará en la
segunda vuelta electoral, aunque algo sí tengo muy claro: no es un problema
sólo aritmético.
lft3003@gmail.com
@LFuenmayorToro
Venezuela
ROMÁN IBARRA, APOROFOBIA
La Dra. Cortina Orts, es probablemente la más alta
autoridad en la materia, y sus investigaciones le han hecho acreedora de
premios nacionales e internacionales por sus ensayos; catedrática de ética en
la Universidad de Valencia España; primera mujer miembro de la Real Academia de
Ciencias Morales y Políticas, importante personalidad académica del mundo
Iberoamericano.
Hemos echado mano del trabajo de esta Filósofo
española, a propósito de lo que está ocurriendo con la diáspora venezolana en
distintos países del mundo, incluido España.
Los acontecimientos ocurridos en Ecuador; Perú;
Colombia; Trinidad y Tobago; Panamá, y España, entre otros.
Hemos visto como varios de los países citados han recurrido
a sus respectivos ejércitos para evitar que nuestros compatriotas atraviesen
sus fronteras. Ese fue el caso de Colombia; Perú, y Ecuador.
Es cierto que luego el gobierno de Colombia se
reivindicó aprobando un estatuto de protección temporal para regularizar la
vida de los venezolanos en su territorio, lo cual, garantiza estabilidad a
nuestros hermanos hasta por diez años, y así poder trabajar legalmente. Con
ello, el gobierno colombiano corrige su propio error previo de negar vacunas
contra el Covid-19, y el de la Alcaldesa de Bogotá quien pasó de ser
discriminada por lesbiana, a convertirse en perseguidora de los nuestros
estigmatizándolos ex profeso como autores de delitos no comprobados.
Sorprende obviamente que países hermanos, como Chile;
Ecuador, y Perú envíen tan malas señales, como la deportación ejecutada por el
primero en contra de gente pobre, pero no así contra –por ejemplo- los médicos
venezolanos por su excelente formación y capacidad, y en cuanto a los otros, la
utilización de los ejércitos respectivos (Ecuador y Perú) para impedir el paso
de los migrantes.
En el caso de Chile son varias cosas las que se puede
decir. En primer lugar, a los miles de chilenos que vivieron entre nosotros
cuando la feroz dictadura de Pinochet durante 17 años, jamás se les maltrató.
Al contrario, se les distinguió recibiéndoles con afecto, y asimilándolos a la
sociedad de manera respetuosa. Todos pudieron trabajar en distintas áreas,
incluyendo la docencia en varias universidades.
Buena parte del desarrollo y crecimiento civilizado de
Chile se debe a un venezolano ilustre como Don Andrés Bello, jurista, y
educador del más alto vuelo.
Del mismo modo podríamos argumentar en el caso de
ecuatorianos (cientos de miles entre nosotros); argentinos; uruguayos; paraguayos;
bolivianos; brasileños; peruanos (miles y miles); colombianos (millones de
ellos entre nosotros).
Otro caso que debemos citar es el del gobierno de
España, que se niega a entregar al Pollo Carvajal en extradición a los Estados Unidos, y acoge
legalmente al presunto asesino de Richard Peñalver, así como a los hijos
multimillonarios de altos personeros del gobierno venezolano, mientras le
dificulta a los venezolanos comunes, a los pobres, su situación en el
territorio para establecerse legalmente.
Como se ve, se ha convertido en maltrato sistemático
hacia los venezolanos más pobres que huyen de un gobierno ineficaz;
incompetente, y corrompido que niega posibilidades a sus ciudadanos,
forzándolos a emigrar tras la búsqueda de mejor fortuna en otras tierras.
Pedimos la comprensión del mundo civilizado, y reciprocidad con los
venezolanos, quienes hemos acogido con afecto a todo el que ha querido llegar a
nuestra tierra. No invadimos a nadie; huimos de la pobreza, y la tiranía.
Buscamos abrirnos camino trabajando para nuestras familias, y para ayudar a
quienes no pueden salir de nuestro país.
Ojalá pudiéramos votar libremente para cambiar las
cosas, y garantizar el retorno para reconstruir nuestro país.