viernes, 2 de abril de 2021

ACTUALIZACIÓN DE EL REPUBLICANO LIBERAL: DIARIO DE OPINIÓN, http://elrepublicanoliberalii.blogspot.com/ VIERNES 02/03/2021

 





GIOCONDA CUNTO DE SAN BLAS: VACUNAS CONTRA LA MALASANGRE. AL COMPÁS DE LA CIENCIA

Entre los venezolanos, la figura de Vicente Salias es reconocida por haber actuado decididamente en favor de la causa independentista, hasta su muerte en 1814 cuando, apresado por José Tomás Boves, fue fusilado.  A él se atribuye la letra de aquella canción patriótica convertida luego en Himno Nacional. 
 
Hechos tan destacados para la historia republicana de Venezuela han ocultado otra faceta importante en la vida del prócer: graduado de médico en 1799, se sumó a la Real Expedición Filantrópica de la vacuna antivariólica cuando ésta tocó tierra venezolana en 1804. Trabajó como miembro de la Junta Central de Vacunación, instalada en Caracas con el apoyo del Gobernador Don Manuel de Guevara Vasconcelos, y con ramificaciones en La Guaira, Puerto Cabello, Maracaibo, Margarita y Cumaná. En tres días vacunaron 2.064 niños, en una Caracas que no sobrepasaba los 40 mil habitantes, una hazaña que fue saludada por Andrés Bello con su poema “A la vacuna” y que motivó a Salias a publicar cuatro informes entre 1804 y 1805. 
 
Traigo esta historia a colación, presionada por la desazón de nuestras vicisitudes en torno a la pandemia por coronavirus que nos azota inclemente, a dos siglos de los sucesos de 1804. En ese entonces los médicos José Domingo Díaz, secretario de la Junta de Vacunación y connotado realista, y Vicente Salias, fervoroso patriota, pudieron trabajar juntos y generosamente en favor de la salud de los venezolanos, usando para ello la más sofisticada técnica médica de la época. 
 
Hoy, en cambio, cuando ya creíamos que la razón de estado en favor de la vacunación masiva del pueblo privaría sobre manejos políticos, un régimen alevoso, con poder de territorio pero sin solvencia económica, es incapaz de llegar a acuerdos con una oposición que carece de poder fáctico pero que al tener el reconocimiento de gobiernos extranjeros, está en capacidad de respaldar financieramente la adquisición de vacunas por el mecanismo Covax de las Naciones Unidas, a través de los fondos congelados en esos países, una vez señalados como productos de corruptelas contra el erario nacional. Así las cosas, las víctimas de esta situación no somos otras que la inerme población venezolana, sumida en una emergencia humanitaria compleja que tiene a más del 90% en situación de pobreza. 
 
En estos momentos, la crisis hospitalaria producto del desborde de la pandemia es de tal magnitud que la formulación y publicación de un plan nacional de vacunación es un acto imperioso de responsabilidad social. Las cifras crecientes de fallecidos, entre ellos, 408 médicos y miembros del personal de salud, deben dolernos como propios. La Academia Nacional de Medicina, el Foro Cívico Nacional, Fedecámaras y otras instituciones se han puesto a la orden para apoyar iniciativas que permitan acelerar acuerdos en aras de proteger a la población con un plan nacional de vacunación que privilegie el derecho humano a la salud y el bienestar de la gente, por encima de aspiración personal o grupal alguna. Una actitud así sería criminal a estas horas. 
 
Con espíritu conciliatorio, el 11 de febrero pasado la OPS anunció la conformación de la Mesa Técnica Nacional para el Acceso a Covax, con reuniones entre el Ministerio de Salud y asesores de la Asamblea Nacional de 2015 y el acompañamiento de OPS y Unicef, a través de la cual se acordó establecer un único plan de vacunación, a cargo del Ministerio de Salud, con calidad, transparencia e implementación bajo vigilancia. A ese fin, se liberarían US$ 30 millones, 18 de los cuales para adquisición de 12 millones de vacunas que inmunizarían a 6 millones de personas, y 12 para inversión en la cadena de frío necesaria para su resguardo. 
 
Sorpresivamente, el régimen anunció que no aceptará las vacunas AstraZeneca que forman parte del mecanismo Covax, bajo el criterio de que son nocivas, concepto ya descartado por análisis adicionales de datos, mientras da palos de ciego, anunciando que está dispuesto a cambiar petróleo por vacunas o que a partir de julio comenzará un plan nacional con una vacuna experimental cubana (Abdala) que carece hasta ahora de cualquier respaldo científico comprobable sobre su capacidad protectora. Es decir, el pueblo venezolano se convertiría en sujeto de un experimento social a gran escala, en aras de respaldar una ideología política obsoleta que ha invadido el cuerpo de la nación venezolana.
 
Quino, el ingenioso creador de Mafalda, esa chiquilla traviesa e irreverente, en una de sus celebradas viñetas se pregunta si habrá alguna vacuna contra la malasangre, contra la gente aviesa o vengativa. También me lo pregunto. Si así fuera, candidatos de primer orden a recibirla serían ciertos personajes ahítos de poder, inmunizados –ellos sí- con vacunas anti Covid-19 en regla, las mismas que hoy niegan al resto de la población.
 
Gioconda San-Blas
gsanblas@gmail.com
@daVinci1412
@DiarioTalCual
http://giocondasanblas.blogspot.com
Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales,
Individuo de Número, Sillón XX
Caracas, Venezuela acfiman.org 
 
“El castigo por rehusarte a participar en política es ser gobernado por personas inferiores a ti”. Platón 

CARLOS BLANCO: TREGUA HUMANITARIA O FUERZA HUMANITARIA

1. Es criminal, desde cualquier ángulo que se vea, la forma en la cual el régimen de Maduro trata la pandemia. Esto hay que pararlo. Creí útil el acuerdo en el marco del Covax para traer las vacunas, sobre la base del reconocimiento de una realidad: Maduro hoy controla lo que queda del sistema de salud, cuyos profesionales han sido sacrificados sin escrúpulo alguno por Miraflores; Estados Unidos ha congelado recursos hasta el restablecimiento de la democracia; y este país está dispuesto a permitir su uso para las vacunas con la anuencia de Guaidó.

2. Estuve y estoy de acuerdo porque la tregua es un momento de las guerras. El régimen libra una guerra contra el país y manipular con la vacuna, con la cuarentena, con fantásticas curas, mientras centenas de miles se enferman y no se sabe cuántas mueren, es un crimen brutal. Si se puede llegar a esa tregua para curar a los enfermos, enterrar los muertos y preservar los vivos, hay que hacerlo.

3. Todos los factores involucrados tienen que hacerlo. No es necesario ni útil decir que el régimen se está abriendo al diálogo para unas elecciones y para un renacimiento económico, ni ninguna de esas pamplinas. Focalizarse en el tema de la salud pública es lo esencial: qué se requiere, cuándo, cómo, con negociadores confiables para facilitar el proceso. Alguna organización internacional de relevancia, un grupo de gobiernos importantes o personalidades como el Papa.

4. Hoy los ciudadanos le temen tanto al virus como a las medidas de Maduro para evitarlo porque intuyen –en realidad, saben– que son esencialmente políticas, vinculadas a otras escaseces como la de combustible. No hay credibilidad y los más pobres saben que de estar enfermos y caer en manos de la policía o sus variantes, los castigos, confinamientos y tratamientos, pueden ser un infierno equivalente.

5. Si se pone en primer lugar a los ciudadanos hay que hacer todos los esfuerzos para que la tregua permita la vacunación masiva e incondicional de todos, en primer lugar del personal de salud, muchos de los cuales han fallecido por estar en la primera línea. A cada momento sabemos de alguien cercano que ha contraído la enfermedad o que ha muerto por esta.

6. En caso de que el régimen no se avenga a una tregua para la vacunación, lo cual es una operación gigantesca, financiera, logística, sanitaria y administrativa, vale la pena pensar en que se imponga, esta vez “sí o sí”, una operación humanitaria internacional sobre Venezuela con la suficiente protección para que no pueda ser impedida por los jenízaros en el poder.

7. Los ciudadanos de todas las escalas sociales están día a día ocupados en defenderse de los monstruos habituales como el de la ruina; desde hace un año en la búsqueda de protección frente al virus, en un frenesí de medicinas que parecen ayudar a prevenir o a curar, en vitaminas que a lo mejor sirven, en tés recomendados, y sobre todo con la conciencia de que cada cual solo cuenta con su entorno familiar y amistoso, donde cada uno de sus integrantes anda en idéntico terror.

8. Todos sabemos que la única forma real de preservar la vida de los ciudadanos es en el marco de la libertad; la seguridad es inexistente bajo un régimen criminal; pero hoy, dada la catástrofe social o hay una tregua para atacar el virus o hay una operación internacional humanitaria sin la anuencia del régimen.

Carlos Blanco
carlos.blanco@comcast.net
@carlosblancog
Venezuela – Estados Unidos

TRINO MÁRQUEZ: PANDEMIA, LA DEL GOBIERNO

Hasta hace pocas semanas, los casos de corona virus eran aislados. De vez en cuando se conocía que lo había contraído y hasta fallecido, algún familiar lejano, algún amigo del cual no se tenía noticias desde hacía años o el pariente de un vecino. Ahora, el panorama ha cambiado radicalmente. Las informaciones se refieren a personas cada vez más cercanas. Un amigo o excondiscípulo muy apreciado. Un familiar con el que recibí el año 2021. Un compañero de trabajo. El joven que atendía en la panadería de la esquina. El espectro cubre una gama cada vez más próxima. La segunda ola del virus ha sido tan agresiva, que el gobierno no ha podido seguir ocultando las  cifras reales. Antes parecían las de Alicia en el país de las maravillas. Desde hace algún tiempo, aunque los datos verdaderos no son revelados, el gobierno se ha visto obligado a admitir que la pandemia crece a un ritmo acelerado. 

            Este nuevo cuadro había sido anticipado por los especialistas. La apertura insensata que hubo durante los carnavales llevó a la Academia de Medicina, a inmunólogos y otros especialistas a señalar que semejante insensatez no pasaría impune, y que las consecuencias se verían pronto. La predicción se cumplió. Los casos de infección y las muertes se dispararon. Además de ese descuido, otros factores operan en el origen de la escalada: el hambre crónica y la desnutrición generalizada; el costo de las mascarillas, que le impide a la gente cambiar de barbijo con la frecuencia requerida; la falta de agua y jabón antibacterial, que imposibilita mantener el estricto aseo recomendado para prevenir la enfermedad, la necesidad de trabajar, movilizarse y exponerse. En una nación arruinada como la Venezuela de Nicolás Maduro, con un servicio de salud pública en escombros,  resulta imposible impedir que el virus se propague y produzca el alto número de muertes que, según todos los indicios, están ocurriendo en gran parte del territorio nacional.

            Por increíble que parezca, la escalada de la Covid-19 tomó al régimen inerme. No bastaron los llamados de alerta de los médicos e institutos que han seguido la evolución  de la pandemia. Las salas de terapia intensiva de los centros de salud pública, luego de más de un año de haberse introducido el virus en Venezuela, no han aumentado al ritmo de la demanda, ni han sido dotados de los equipos necesarios. Carecen hasta de oxígeno. El gobierno no ha anunciado oficialmente ningún plan de vacunación, ni siquiera preliminar y tentativo. Ningún ciudadano normal vislumbra en el horizonte cercano cuándo podrá inocularse. A Fedecamaras, que anunció un ambicioso plan para adquirir millones de vacunas que se colocarían de forma gratuita, se le niegan los permisos sanitarios y se le levantan obstáculos incomprensibles en las actuales condiciones de emergencia nacional. Maduro rechazó la aplicación de la vacuna Oxford-AstraZeneca, que llegaría al país a través del mecanismo Covax de la OPS, porque los recursos financieros serían proporcionados por el equipo dirigido por Juan Guaidó. La desidia se ha combinado con la crueldad y el revanchismo político, para crear un coctel explosivo en el que los únicos perjudicados son los venezolanos humildes.

            Los miembros de la nomenclatura madurista, incluidos los militares, no se han visto afectados por su propia negligencia. Ellos no pagan las consecuencias de su indolencia. El costo es igual a cero. Nicolás Maduro y su entorno más cercano ya de vacunaron. A diferencia, por ejemplo, de Ángela Merkel quien no se ha inoculado porque aún no le ha llegado su  turno. La jefa del gobierno de la nación más poderosa de Europa tiene el pudor de aparecer como una ciudadana más, en unas circunstancias en las cuales los gobernantes no deben utilizar el poder para conseguir  privilegios indebidos. Perdonen la comparación.

            Lo más sensato sería que el gobierno aceptase un acuerdo con Juan Guaidó y la oposición reconocida por casi sesenta países democráticos del mundo, para que entre ambos sectores se aligere la compra de vacunas y defina de común acuerdo un programa para su distribución y aplicación.  La iniciativa de Fedecamaras está allí. Los empresarios no han renunciado a materializarla. Solo habría que destrabar el mecanismo para que lo más pronto posible las dosis de la vacuna -cualquiera de las aceptadas por la OMS y la OPS- comiencen a llegar a Venezuela y a ser suministradas.

            Un gobierno responsable enfrentaría una situación de emergencia como la que vive Venezuela, utilizando todos los recursos a su alcance. Nos corresponde presionar a Maduro para que la negociación y los compromisos se logren. Ante el crecimiento de la pandemia, los venezolanos necesitan algo más que rezarle al Nazareno de San Pablo en Semana Santa. 

Trino Marquez Cegarra
trino.marquez@gmail.com
@trinomarquezc
Venezuela        

GRISELDA REYES: LA POLARIZACIÓN Y SUS ESTRAGOS EN VENEZUELA

Ante la fatídica realidad que vive Venezuela por la nueva ola de contagios por COVID-19, le hemos dicho claro al país que la diatriba política no puede anteponerse a salvaguardar la vida de millones de venezolanos que esperan ser vacunados. Los fondos de la República deben, urgentemente, ser transformados en dosis que ayuden a paliar la pandemia.
 
Cuestionamos enérgicamente que, tras el difícil acuerdo con la plataforma Covax, desde el Poder Ejecutivo se niegue el acceso a las vacunas sin presentar alguna propuesta. Deben volver a la mesa y buscar alternativas con otros laboratorios. La solución no puede ser dejar a los más desfavorecidos a merced del virus.
 
Estamos profundamente preocupados por contagios y muertes que hoy nos desbordan ante un sistema sanitario quebrado en 20 años de "desgobierno" socialista. Nos ponen de excusas las sanciones, cuando la realidad es que desfalcaron a Venezuela y hoy los venezolanos pagamos estas consecuencias.
 
Estamos claros que si bien se debe garantizar la efectividad de las vacunas que lleguen al país, es vital que se trabaje en importar a la brevedad posible todo lo que esté al alcance del país y que sean los ciudadanos quienes decidan si se colocan este tratamiento o no.
 
Todos tenemos un familiar o un amigo con el virus. Peor aún, cada vez sabemos de más personas que han perdido la vida. No hay tiempo que perder.
 
Por ello, resaltamos positivamente la propuesta hecha por Fedecámaras. Sin dudas, en estas horas trágicas que enfrentamos, el sector empresarial es clave para poder manejar mediante negociaciones políticas, la adquisición de las vacunas. Lo hemos ratificado siempre: la solución pasa por la política.
 
La salud de las personas no tiene precio y por ello, reiteramos nuestro apoyo a todo lo que pueda beneficiar a los venezolanos. Esperemos que no se sigan dando créditos políticos a unos y los otros, sino que trabajen para salir de esta tragedia que ahora vivimos.
 
Por ello, resaltamos positivamente la propuesta hecha por Fedecámaras. Sin duda, en estas horas trágicas que enfrentamos, el sector empresarial es clave para poder manejar mediante negociaciones políticas, la adquisición de las vacunas. Lo hemos ratificado siempre: la solución pasa por la política.
 
Griselda Reyes
www.griseldareyes.com
Venezuela

JUAN GUERRERO: CONSTRUIR RIQUEZA. LECTURAS DE PAPEL

Era muy temprano en la mañana cuando Pedro M., llegó a nuestro Departamento de Producción Audiovisual, en la Siderúrgica del Orinoco, SIDOR. Creo que era en 1985-86. Pedro era un ex convicto que había sido incorporado al programa social de la empresa. Desde ese momento se convirtió en el conductor de los vehículos que nos transportaban al área industrial donde realizábamos los trabajos documentales, fotográficos y de entrevistas al personal dedicado a la industria del acero. 
 
Muy pronto Pedro se adaptó al trabajo audiovisual y le otorgamos otra responsabilidad: ayudarnos a recoger los centenares de metros de cables de las cámaras de cine y televisión. Su curiosidad por las imágenes nos llevó a recomendarlo como asistente de cámara, y después de varios cursos y talleres, encargado del manejo profesional de esas pesadas reliquias que usaban tubos especiales y requerían de personal con características específicas. Pedro las cumplía; tenía la estatura requerida, además de la disposición y el conocimiento práctico y teórico que le habíamos suministrado. 
 
Pedro venía de purgar condena por delitos de consumo y distribución de drogas, era un ‘mala conducta’ que en la cárcel de Ciudad Bolívar había –como cierta vez nos confesó- encontrado al Señor y desde entonces se había jurado cambiar y ser un hombre de bien. En SIDOR y por su capacidad y responsabilidad para cumplir con los objetivos asignados, lo recomendamos para que terminara su escolaridad. Con el acompañamiento de sus compañeros del Departamento, Pedro logró graduarse de Bachiller y por su esfuerzo, la empresa lo becó para continuar estudios de tecnología que realizaba por la noche. Así pudo completar su escolaridad y egresar como tecnólogo en el área de Recursos Humanos. 
 
Por esos años SIDOR alcanzó los récords históricos de producción de acero líquido que superaban las 450 mil toneladas métricas al mes, y poco más de 4 millones 600 mil toneladas al año. Eso situaba a la industria siderúrgica venezolana entre las 5 más importantes acerías del mundo y la primera en Latinoamérica. Esos eran los comentarios que siempre salían a relucir cuando nos encontrábamos, sea en el área industrial como administrativa e incluso, en cada rincón donde un sidorista hacía presencia. Para lograr esas metas la industria nunca detenía su funcionamiento. En grupos de 3 turnos de 8 horas, se laboraba de lunes a domingo y del 1 de enero al 31 de diciembre con un enjambre humano que superaba las 10 mil almas. 
 
Porque la industria siderúrgica no solo estaba dedicada a producir acero y material primario para su transformación, era una industria que contribuía directamente con el desarrollo integral de la región y el país. Por eso se hablaba de ‘riqueza integral’ en tanto se formaba, capacitaba y actualizaba constantemente a todo su personal. No solamente con becas, cursos, talleres, seminarios, charlas. También con conferencias donde se invitaban especialistas en el área industrial, intelectuales, historiadores, médicos, juristas, y demás profesionales reconocidos en su área. Eso lo organizaba la empresa con sus ‘Conferencias Gerenciales’ que cada mes se realizaban en el auditorio central. Recuerdo haber atendido entre tantos reconocidos intelectuales, al historiador Guillermo Morón, como también al escritor y psiquiatra, Francisco Herrera Luque. 
 
En la construcción de riqueza integral participaba la industria en su totalidad. Directamente con sus trabajadores como en la vinculación directa y permanente con la comunidad. De ese trabajo constante, asesorando a la vicepresidencia de personal, redactamos el lema: “SIDOR: acero para el desarrollo, bienestar para el sidorista y la comunidad”. Aparecía en la última página del quincenario Sidorito, una publicación donde se informaba sobre las actividades más importantes de nuestra industria siderúrgica. 
 
  Lo más trascendental de todo ello es que en la constancia del trabajo supervisado y el estudio y discusión de ideas en grupos de reflexión –como se acostumbraba realizar- se construyó una cultura del trabajo/estudio. Se evidenció la formación de un individuo apto para vivir, convivir y compartir en espacios de riqueza integral. No solo porque su esfuerzo en la acería muchas veces le posibilitaban obtener los llamados bonos de productividad, también porque se formaba y capacitaba en sus saberes, en conocimientos actualizados. 
 
Por eso es tan delicado dejar a un ser humano a la deriva y ser permisivo al otorgarle responsabilidades en áreas donde no está formado ni capacitado. Es relativamente fácil existir en la pobreza, porque su inacción y costumbres otorgan refuerzos que imposibilitan su superación. Además de los resabios y el resentimiento social que condenan a un tipo de justicia primitiva llamada venganza. Lo difícil es lograr existir en la riqueza integral porque ello impone un constante esfuerzo de trabajo y estudio, con sus períodos de capacitación y actualización y la contrastación y retos permanentes para ir ascendiendo en la formación académica, profesional, psicológica y espiritual, tanto en lo individual como en las responsabilidades comunes con el Otro, semejante o diferente. 
 
A Pedro M., me lo encontré alguna vez por los rincones de Puerto Ordaz. Ya no era el desgarbado, larguirucho, de mirada esquiva, temeroso y silencioso personaje que entró a trabajar como chofer en nuestra División de Entrenamiento y Formación. La última vez que lo vi era una persona jovial, segura en sus palabras, amable, respetuoso y cordial. Había logrado un cambio significativo y evidente, y tenía consciencia de estar integrado a un grupo de hombres y mujeres que sentían como propio los logros de una industria que era referencia mundial en su campo de producción.
 
Juan Guerrero
camilodeasis@hotmail.com    
@camilodeasis
Venezuela

LEANDRO RODRÍGUEZ LINÁREZ: ¿QUÉ SENTIDO TIENE ESTA VENEZUELA?

Venezuela ha sido secuestrada por el absurdísmo, una de las naciones con las mayores reservas de petróleo padeciendo escasez de gasolina y demás derivados. Una nación con casi mil kilómetros de las mejores playas del planeta, con Canaima, el territorio más antiguo del mundo, con bellezas naturales exóticas, llanos únicos, andes, etc. y no posee industria turística. Un territorio desbordadamente fértil, pero con alimentos que se encarecen día a día, inalcanzables para la inmensa mayoría, amén de ser la peor inflación del globo terráqueo.
 
Un país cuyo ADN está irremediablemente vinculado a la libertad e independencia, hoy está invadido por otras naciones y mezquinos intereses. Somos incapaces de producir, somos extremadamente débiles, dependientes, hemos perdido todo vestigio de soberanía, somos simplemente una ficha en el interesado ajedrez geopolítico internacional.
 
Nada mejora. Quienes supuestamente llegaron para solucionar los problemas de la denominada cuarta república, no solo agravaron a la enésima potencia dichos males, sino que generaron (y aún continúan haciéndolo) problemas mucho peores. Una nación desdibujada, quienes controlan el poder lo hacen barbáricamente, sin ninguna autoridad, donde el hampa organizada encontró guarida.
 
Venezuela cuenta con un historial brillante en cuanto a lucha contra las tiranías, hoy está siendo sometida, obligada a idolatrar figuras partidistas, a abandonar su ciudadanía para transformarse forzosamente en militantes zombies de un funesto partido. Está siendo militarizada, minimizada en sus derechos y libertades.
 
El voto, principal herramienta ciudadana, hoy es un fútil cascarón vacío, desde hace más de una década no premia, no castiga ni genera cambios. Las elecciones se desarrollan innaturalmente, con partidos, candidatos y resultados impuestos. Cuando históricamente existen más motivos para protestar, las protestas están prohibidas de facto, organismos del régimen y paralegales las reprimen brutalmente. La democracia, sus herramientas, que tanto nos costó consolidar, está siendo pisoteada.
 
Históricamente Venezuela había sido un edén para inmigrantes que llegaron a esta noble tierra para rehacer sus vidas huyendo de tragedias propias, se ha convertido en lo que pronto será el más grave fenómeno de emigración del mundo, sus habitantes huyen de la sobrevivencia indigna que solo ofrecen las economías comunistoides.
 
La ley es letra muerta, las instituciones en quienes la Constitución obliga defender los derechos, las libertades, la constitucionalidad, la democracia hacen caso omiso. La “ley” es el capricho de una élite que solo sabe obrar para perpetuarse en el poder a cualquier precio.
 
Venezuela, otrora referencia comercial de la región, se encuentra aislada, asistida por un puñado de países tan lejanos como antidemocráticos al igual ella hoy lo es. Ahora somos ejemplo mundial del cómo no hacer política ni economía… ejemplo negativo en todo.
 
¿Qué sentido tiene esta Venezuela? Cada vez peor, llevada forzosamente del subdesarrollo al tercer mundo, día a día más antidemocrática, ajena a su esencia, a lo que realmente es… Para más del 90%, no tiene el menor sentido. Parafraseando a Churchill “Nunca en nuestra historia, tan pocos han hecho tanto daño a tantos.

Leandro Rodríguez Linárez
leandrotango@gmail.com
@leandrotango
Venezuela