sábado, 14 de mayo de 2022

AQUÍ TITULARES DE HOY SÁBADO 14/05/2022, DESDE VENEZUELA PARA EL MUNDO, PARA LEER PULSAR SOBRE EL TITULAR EN ROJO

  

  HOY - OPINIONES TEMAS INTERNACIONALES Y NACIONALES - 14/05/2022 

BEATRIZ DE MAJO: DIME CON QUIEN ANDAS…. COLOMBIA EN CÁPSULAS. DESDE ESPAÑA


ALFREDO M. CEPERO: LOS DEMÓCRATAS SON CANIBALES Y BIDEN ES UN “LLANERO SOLITARIO”. DESDE USA




BEATRIZ DE MAJO: DIME CON QUIEN ANDAS…. COLOMBIA EN CÁPSULAS. DESDE ESPAÑA

No se alcanza la presidencia del gobierno de un país sin gozar de méritos suficientes para ello. Al menos eso dicen los libros. Para hacer honor a la Historia, es preciso reconocer que José Luis Rodríguez Zapatero alcanzó la primera magistratura de España luego de desempeñarse como Secretario del Partido Socialista Obrero Español al que condujo a la victoria en las elecciones de 2004 y 2008. Sin duda que tal hoja de servicio no es poca cosa.

Lo que este parlamentario abogado, profesor universitario en la Cátedra de Derecho Constitucional y político de talla haya alcanzado en su paso por el Palacio de La Moncloa no es motivo de este artículo. Tampoco es motivo de este escrito analizar cómo o por qué ZP ha sido el político extranjero más allegado al criminal y dictatorial régimen de Nicolas Maduro. Pero ello es un asunto tan visible y tan controvertido que no puede ser soslayado.

El caso es que su aparición en el escenario electoral colombiano ha provocado gran turbulencia política. Este hombre de izquierdas desde su tierna juventud no ha tenido mejor ocurrencia que irse a visitar a Gustavo Petro en la vecina capital neogranadina en la antesala de la comparecencia de la ciudadanía a las urnas para elegir su presidente. La entrada en el país del líder socialista español se la facilitó el Expresidente Ernesto Samper, individuo muy cuestionado en su propia tierra y quien, de manera abierta, apoya a Gustavo Petro, candidato del Pacto Histórico.

Zapatero llegó queriendo colocar la pica en Flandes. Puso el énfasis de su visita en dos protuberantes problemas colombianos: la desigualdad social y la violencia y desde sus primeras declaraciones se hizo solidario del lema de la campaña del fundador del del partido Colombia Humana: “Petro encarna la figura del cambio en Colombia”, dijo.

No es difícil inferir que el líder socialista es de los que cree- y ahora pregona- que Colombia necesita imperativamente un cambio. La realidad es que este es el país con las mejores perspectivas de crecimiento y de progreso en la región, aun considerando la importante dosis de violencia y de inestabilidad que le inocula el narcoterrorismo que late en sus entrañas.

Es cierto que el país vecino requiere avanzar hacia una mejor distribución de los beneficios de su crecimiento económico hacia los menos favorecidos. Lo que es una quimera es pensar que Gustavo Petro lo haría posible. El programa de gobierno del candidato izquierdista es un galimatías monumental y contempla un rosario de incongruencias que difícilmente puede ser suscrito por el ex presidente de los españoles.

También el líder socialista se pronunció ante la prensa sobre la paz colombiana – la suscrita en La Habana-, sugiriendo que el candidato Petro está bien ubicado para completar el proceso ideado por Juan Manuel Santos. Resulta posible que Zapatero tenga presente su propia gesta negociadora con la ETA, pero en el caso de Colombia canta otro gallo. Sus palabras denotan un craso desconocimiento de las razones que alimentan la inseguridad y la inestabilidad de ese país y cómo estos dos elementos configuran el ambiente ideal para atornillar el narcotráfico que es protagonizado por los grandes clanes de la droga, el ELN y el régimen madurista.

Zapatero no es miope. Es un estratega que ha decidido lavarle la cara al exguerrillero que se escuda en una propuesta ilusa de nuevo pacto social para Colombia y en una promesa de paz inalcanzable.

Cuando en la madre patria española se respiran vientos de cambio y los socialistas y sus colegas de coalición izquierdistas se están llevando la peor parte en las encuestas de opinión de la ciudadanía, no es un buen momento para mostrar solidaridades con quienes son los peores enemigos de la Democracia, quienes han estado aupando el terrorismo y quienes se han financiado con recursos de turbios negocios.

Una vez más, como en el caso de Maduro, el expresidente español se equivoca.

Dime con quien andas, Zapatero….

Beatriz De Majo
@BeatrizdeMajo1
Venezuela – España

ALFREDO M. CEPERO: LOS DEMÓCRATAS SON CANIBALES Y BIDEN ES UN “LLANERO SOLITARIO”. DESDE USA

Con ello la élite de la izquierda es más débil y el americano de a pie es más poderoso.

Hasta hace un par de meses Joe Biden tenía que cuidarse de sus enemigos republicanos. Ahora tiene que cuidarse de sus enemigos demócratas y de los medios de desinformación que—unidos a esos demócratas—promueven la agenda descabellada de la izquierda fanática. Ambos lo utilizaron para salirse del comunista confeso Bernie Sanders y para encabezar la trampa electoral con la cual sacaron a Donald Trump de la Casa Blanca. Ahora que Biden les está haciendo daño, los demócratas han decidido enviarlo al pasto donde pasan sus últimos días los caballos viejos.

El Partido Demócrata y sus medios aliados han decidido deshacerse de Joe Biden. Para ello no se ha producido una orden oficial. Aquí no hay nada personal porque todo es cuestión de negocios. Lo que estamos presenciando, como de costumbre, es la mentalidad de la colmena, de la jauría o de la mafia. Cuando el zángano impregna a la reina es asesinado. Cuando el perro viejo se queda atrás los perros jóvenes lo matan. Cuando un enemigo le hacía sombra Vito Corleone lo mandaba a matar. La conclusión: Los demócratas son caníbales y Biden ha pasado a ser un “llanero solitario”.

Hace menos de tres años, los demócratas consideraban a Biden demasiado decrépito, demasiado corrupto y demasiado incapacitado para ser presidente. El mismo Obama se lo dijo personalmente a Biden. Es más, esa no era la opinión de la derecha que siempre se mantuvo a distancia de las primarias demócratas. Era lo que precisamente estaban diciendo los demócratas más furibundos. Pero de todas maneras lo postularon a la presidencia diciendo que era el “médico” que sanaría todas las heridas de una nación dividida.

Pero, en buen cubano, “se cogieron el dedo con la puerta”. Biden ha resultado ser un fracaso de proporciones galácticas. Es un hombre que nunca ha tenido un pensamiento original y que antes de terminar este 2022 cumplirá 80 años de edad. Los propios titiriteros que lo controlan lo consideran un desastre. Las mismas encuestas ratifican esta opinión. Joe Biden es, en este momento, la persona más impopular en cualquier en cualquier cuarto en que se encuentre y lo demuestran los hechos.

A pesar de toda mi antipatía hacia este sujeto, no pude evitar un profundo sentimiento de compasión cuando hace unos días el Rey Obama visitó la Casa Blanca e ignoró a un Joe Biden que deambulaba sin rumbo entre los invitados. Ni siquiera cuando Biden le puso la mano sobre sus hombros Obama se dignó prestarle atención.

Por otra parte, las cosas han llegado a tal nivel de deterioro que ni los demócratas ni su prensa complaciente son capaces de negar la realidad. La inflación es real y ha hecho más pobres a los americanos, no es transitoria como ha dicho Biden. El desorden y la criminalidad se han apoderado de las ciudades. Las fronteras de este país son inexistentes. El presidente suplica de rodillas ante nuestros enemigos que nos vendan petróleo. Y ningún país, por pobre que sea, respeta ya a la otrora primera potencia del mundo.

Para complicar las cosas a los demócratas, a Elon (León) Musk—el hombre más rico del mundo—se le ocurrió comprar a Tweeter. Con ello la élite de la izquierda es más débil y el americano de a pie es más poderoso. Eso quiere decir que—de ahora en adelante—Tweeter será una empresa privada controlada por Musk. Se le acabaron los privilegios a la izquierda. Quiere decir que—de ahora en adelante—la derecha podrá difundir sus mensajes igual que la izquierda.

Pero, al mismo tiempo, mucha gente poderosa no está contenta con la compra de Tweeter por Musk. Les molestó mucho que Musk haya decidido poner fin a las restricciones de Tweeter. La Unión de Libertades Civiles (ACLU) advirtió esta era demasiada libertad de expresión y La Asociación Nacional para el Progreso de la Gente de Color (NAACP) estuvo de acuerdo. El diario The Washington Post concurrió con esta opinión. “Es aterrador”—explico el periódico personal de Jeff Bezos—“que los billonarios empiecen a comprar medios de información”. Se le olvidó al editorialista que el dueño del Post es el billonario Jeff Bezos. Y todos coincidieron en la gastada acusación de que Elon Musk es un racista.

Lo que con asombro estoy presenciando en este momento es una multitud de gente respetable que, con absoluto desenfado, afirma que Tweeter—una de las principales vías de superar diferencias políticas—debe de permanecer censurado. Ellos nos están diciendo—de nuevo sin inmutarse—que no puede haber democracia cuando se permite que todo el mundo exprese su opinión. Una afirmación que debe de preocuparnos a todos los queremos regímenes democráticos para nuestros países.

Por otra parte, confieso que yo he sido injusto en mi análisis hasta este momento. Los demócratas no son los únicos que utilizan la censura como parte de su estrategia política. Algunos republicanos hacen lo mismo. Uno de ellos es el presidente de la minoría republicana y representante por el estado de California Kevin McCarthy. En una conversación con su amiga y colega Liz Cheney, Kevin se quejaba de que los medios sociales no censuraban a bastantes republicanos en el Congreso. Y lo peor para McCarthy es que, parafraseando a los locutores de televisión, “todo quedó grabado para la historia.” ¡Esto es un escándalo de grandes proporciones! Kevin—el perrito faldero que adula a Donald Trump—se comporta como un demócrata recalcitrante cuando piensa que no lo están escuchando.

Para no quedarse atrás, la Administración Biden ha decidido sumarse a esta ofensiva con todo el peso del Gobierno Federal. Se propone nada menos que destruir a Elon Mosk porque éste se ha atrevido a hacer uso de su libertad. El mismo día en que Musk anunció su intención de comprar a Tweeter el gobierno inició una investigación sobre Tezla, su compañía de carros eléctricos que lo hizo multibillonario y cuyas ganancias le permitieron comprar a Tweeter.

El malestar consiste en que ni la izquierda ni el gobierno quieren que todos los ciudadanos puedan expresar sus opiniones. Lo que no quieren es que la diversidad se convierta en realidad, la misma cosa que ellos dicen defender. Hasta ahora no ha habido diversidad en Tweeter. De hecho, el 99 por ciento de las donaciones políticas de los empleados de Tweeter han sido hechas al Partido Demócrata. ¿Cuánto es eso? Para ponerlo en perspectiva, el dictador norcoreano Kim Jong Un obtuvo un porcentaje menor de votos en una de las plantas siderúrgicas de su país durante una de sus muchas elecciones fraudulentas.

¿Así que el 99 por ciento de algo es una mala señal? Éste es un nivel aterrante de sumisión. Sugiere nada menos que un cerebro muerto. Pero cerebros muertos es lo que la izquierda está exigiendo y eso no se lo podemos permitir. Como dijo Elon Musk hace unos días: “La reacción desproporcionada de aquellos que temen la libertad de expresión nos lo dice todo.” Es además una amenaza a la cultura del diálogo y de la paz. Porque, como he dicho en otras ocasiones, “cuando las palabras callan, las balas hablan”.

Alfredo M. Cepero
alfredocepero@bellsouth.net
@AlfredoCepero
Director de www.lanuevanacion.com
Cuba - USA

GABRIEL BORAGINA: ACCIÓN HUMANA Y ESPECULACIÓN LEGAL. DESDE ARGENTINA

‘’ ¿Cómo se conoce la costumbre? Se conoce Ex post, no ex ante. En los países de derecho consuetudinario el juez dice, en caso de conflicto y por excepción, sólo en el caso del conflicto, cómo se resuelve el conflicto en función de costumbres que él debe identificar’’[1]

El autor ha de referirse exclusivamente al juez, porque si no -en caso contrario- estaría incurriendo en contradicción. Si ante una situación de conflicto el juez debe investigar cuál es la costumbre que lo resuelve, es porque ex ante esa costumbre ya existe, no la crea el juez obviamente. Si hay una costumbre es obvio que la gente la conoce ex ante.

Las costumbres no son más que una colección de formas de actuar que la gente espontáneamente se da en determinado tipo de situaciones. El juez puede o no conocerlas ex ante, pero la gente que es -en suma- la autora de esa costumbre siempre la conoce, porque es quien la ha forjado a través de las épocas.

La costumbre preexiste al conocimiento individual de ella en sentido amplio, pero esto es aplicable a cualquier fuente de conocimiento. Todo lo que aprendemos lo aprendemos ex post de lo que estamos estudiando, pero el material de aprendizaje ya nos preexistía. No lo estamos creando a medida que lo aprendemos.

‘’Entonces en el sistema consuetudinario la costumbre se aplica por excepción al incumplimiento y se aplica ex post, producido el incumplimiento. En cambio en los sistemas de derecho romano, como el nuestro, la ley tiene una ventaja comparativa absoluta frente a la costumbre, porque se aplica es ex ante y erga omnes a todos como consecuencia del monopolio de la fuerza’’[2]

Toda acción que se aplica a una situación concreta se lo hace ex post al caso de que se trate. No aparece nítida la distinción que quiere hacer el autor en examen.

Ya nos hemos encargado de explicar que la costumbre –en definitiva- no es más que el derecho informal que se da una comunidad a sí misma.

La costumbre surge de la acción humana de muchísimas personas acumulada durante una buena cantidad de tempo que puede ser mayor o menor según el caso que se dé. Por lo que en este punto realmente no vemos la ‘’diferencia’’ que ve el autor entre el derecho consuetudinario y el derecho romano, ya que en este ultimo la solución a un caso determinado también se hace ex post.

La distinción podría estar en que en este último caso el juez no debe investigar el derecho porque ya lo tiene escrito, y por el principio Iura novit curia se presume que lo conoce ex ante. Pero en cuanto a la aplicación de ese derecho -tanto en un caso como en el otro- siempre será ex post al hecho. El elemento monopólico no hace diferencia tampoco a nuestro juicio.

‘’Entonces si bien la ley es un producto monopólico, porque la hace el Estado, el derecho no lo es, pero la ley sí porque la ley es consecuencia de la acción estatal y se sirve de ese monopolio de la fuerza. Lo que no significa, como veremos, que la gente no se sustraiga del cumplimiento de la ley y se desplace de una fuente del derecho a otra rigiéndose ya no por una ley costosa e ineficiente sino por una costumbre que a juicio de la persona que toma la decisión, le permite conseguir más fácilmente sus preferencias’’[3]

Tampoco tenemos coincidencia en este punto. Es un principio praxeológico que no hay acción sin costo. La ley no es un producto monopólico porque la haga el estado/gobierno sino porque previamente ese ‘’estado’’ se ha arrogado el monopolio de hacerla y –paralelamente- el de aplicarla.

La ley no es más que el modo en que el derecho se expresa, y aquí parece que el autor incurre en confusión de conceptos, o en una mezcla terminológica, o en ambas cosas a la vez.

Pero no podría descartarse que el estado-nación haga leyes en competencia con el sector privado. De hecho, es lo que ocurre de momento que se admite la existencia de un derecho consuetudinario. La ley puede no ser formal como sucede en el derecho consuetudinario, pero tendrá la misma fuerza obligatoria desde el instante que sea un juez el que la aplique al caso preciso que tenga entre manos.

‘’No solo la ley tiene beneficios como fuente del derecho, la ley también tiene limitaciones como fuente del derecho. La primera y principal es su costo, la ley es costosa. Yo puedo hacer mucho a través de la ley pero no cualquier cosa’’[4]

En realidad, esto es sobrenadante. Ya vimos que todo tiene su costo. Repitamos: no hay acción sin costo. En toda acción hay costos y beneficios. Pero en el costo de la acción se incurre precisamente con miras a obtener una ventaja que puede (a la postre) lograrse o no.

Pero ninguna acción se emprende sólo para incurrir en costos. Seria de necios hacerlo así. La costumbre también es costosa porque, como toda acción humana, no es más como dijimos que la colección en el tiempo de una multiplicidad de acciones humanas en determinadas áreas del quehacer (familiar, económico, político, educativo, etc.)

‘’ ¿Cuáles son los límites de la ley? Las preferencias de las personas. ¿Cuándo se cumple la ley? Cuando a juicio del ciudadano el costo de cumplir la ley es menor que su beneficio, solo cuando la gente cree que se beneficia, cree que gana algo, cumple con las leyes’’[5]

Nuevamente, insistimos: esta es una característica propia de toda acción humana, es como diría L. v. Mises, un principio praxeológico: no hay acción sin costo, y toda acción se emprende para pasar de un estado menos satisfactorio a otro de mayor satisfacción.

Lo que en realidad sucede es que -en nuestro sistema- la ley impuesta por un tercero ajeno a las partes (estado/gobierno) desequilibra la relación armónica de la sociedad, porque presupone erróneamente que los miembros de esa sociedad viven y desarrollan sus relaciones en medio de un conflicto permanente, lo que en modo alguno es así.

[1] Enrique Ghersi ‘’El costo de la legalidad’’. publicado por institutoaccionliberal • 16/01/2014 • El costo de la legalidad | Instituto Acción Liberal http://institutoaccionliberal.wordpress.com/2014/01/16/el-costo-de-la-...
[2] Ghersi. Enrique, ibídem.
[3] Ghersi. Enrique, ibídem.
[4] Ghersi. Enrique, ibídem.
[5] Ghersi. Enrique, ibídem.

Gabriel Boragina
gabriel.boragina@gmail.com
@GBoragina
Argentina

RAFAEL GARCÍA MARVEZ: ALGO NO ESTÁ DONDE DEBIERA ESTAR. DESDE VENEZUELA

“Nadie puede saber por ti. Nadie puede crecer por ti. Nadie puede buscar por ti. Nadie puede hacer por ti lo que tú mismo debes hacer. La existencia no admite representantes”. Jorge Bucay.

Es importante la reflexión que hagamos de la empatía, de ser fiel a uno mismo, de perseguir los sueños… En fin, son algunos de los temas protagonistas de estas frases de psicología, con explicación, que nos revelan que algo no está donde debiera estar. Algo más o menos concordante —tanto con el titular de esta nota como con la cita del escritor argentino Jorge Bucay—; cosas semejantes están sucediendo dentro de la sociedad venezolana adversaria al régimen de Nicolás Maduro. Sin embargo, este antagonismo, de ser contendientes del régimen y al mismo tiempo no partidarios de la oposición, es una situación confusa que en su momento tomará el rumbo natural cuando las fuerzas políticas, sus dirigentes, dirimen sus diferencias en unas elecciones primarias donde tengan derecho a participar todos los venezolanos inscritos en el Consejo Nacional Electoral (CNE).

¿La solución, entonces, son las elecciones primarias para solventar las fracturas o dispersión entre los diversos grupos y subgrupos sociales y políticos que desean con vehemencia un cambio de gobierno en el país? En efecto, es así, no hay más alternativas que prepararse con anticipación para participar en las elecciones presidenciales previstas en la Constitución para el año 2024. Tanto los países extranjeros, cuánto se ha dicho, como todas las organizaciones partidistas —quizá haya alguna excepción por allí— todos ellos coinciden en la necesidad de contarse para esa fecha. En consecuencia, si partimos del hecho real de que la situación política nacional es otra; pues, otra debe ser la estrategia para desplazar a los causantes de la destrucción, del caos y autores del éxodo que emprendieron más de seis millones de compatriotas; hoy víctimas de la xenofobia, de violaciones, de robos y crímenes, en la búsqueda de vida que se les ha negado en su propia tierra.

En consecuencia, muchas son las ventajas que se derivarán de estas elecciones para poner las cosas donde deben estar. Por una parte, el acuerdo, sine qua non, es el apoyo de todos los participantes al candidato triunfador. Todos los aspirantes a ser candidatos presidenciales tendrán obligatoriamente que recorrer todo el territorio nacional. Esto traerá como resultado una gran participación de nuestros compatriotas, que a la par se incorporarán al trabajo proselitista a favor del candidato presidencial de su preferencia. En tal sentido, no debería presentarse problemas mayores para armar la estructura electoral; me refiero a la selección del equipo electoral, no a la parte operativa que sí es un trabajo intensamente complicado. Pero por esas cosas del destino, la semana pasada la UCAB se ofreció a organizar las primarias para las presidenciales de 2024. Este hecho, me refiero al aporte de la Universidad Católica Andrés Bello a la democracia venezolana, es de suprema importancia.

Por último, según opinión de Benigno Alarcón director del Centro de Estudios Políticos de la UCAB, copio: “el centro colaboraría en organizar unas primarias si esa oportunidad se nos da. Nosotros hemos estudiado mucho los temas electorales, hemos escrito sobre ello y estamos a la orden para lo que se nos pida. Si se nos pide que participemos y ayudemos a organizar, con el mayor gusto lo haremos”. Continúa: “las primarias no deberían ser organizadas por el Consejo Nacional Electoral. En el país son muchas las personas que no confían en el Poder Electoral, lo que haría que los venezolanos no participen en las primarias”. No tengo dudas, ahora sí, para terminar, que aquellos que se aparten de estos lineamientos tendrán un futuro oscuro, poco promisor…

Rafael García Marvez
garciamarvez@gmail.com
@RGarciaMarvez
Venezuela

LUIS FUENMAYOR TORO: LENGUAJE Y POLÍTICA. CASO VENEZUELA. DESDE VENEZUELA

La lucha política venezolana ha generado una distorsión del castellano, como no la ha hecho en ese mismo período el lenguaje cotidiano del pueblo, ni las formas comunes de expresarse de los ciudadanos, a quienes usualmente se les endosan la causa de las variaciones permanentes del idioma y su característica naturaleza cambiante, pese a los esfuerzos que se haga, cuando se hacen, por mantenerlo lo más “puro” posible. Soy una de esas personas que trata, sin conseguirlo totalmente, de hablar en forma correcta, sobre todo cuando escribo, a sabiendas hoy de que esa forma de hablar posiblemente desaparezca más temprano que tarde. Desde el inicio mismo del gobierno chavecista, en la redacción incluso de la nueva Constitución por allá por 1999, el castellano fue la primera víctima del gobierno que recién se iniciaba. Recuerdo aquello de “los estudiantes y las estudiantas”, defendido con ahínco por una mezcla explosiva de feminismo ignorante con politiquería de la más barata.

Hasta hace poco me empeñaba en que la gente no usara “aperturar” en lugar de abrir, al referirse a una cuenta bancaria. Incluso, más de una vez me gané la antipatía de una bella promotora, que gentilmente me preguntaba si venía a “aperturar” una cuenta, ante mi autosuficiente y algo descortés respuesta de que no estaba interesado y que, en todo caso, sería “abrir” una cuenta, pues el verbo “aperturar” no existía, ya que sólo existía el sustantivo “apertura”. Algo que la joven ni entendía ni le interesaba entender. ¿Y todo para qué? Para que la Academia española de la lengua decidiera, sin mucha argumentación, aprobar el verbo “aperturar”. Algo así como si en lugar de cerrar una cuenta bancaria dijéramos que la vamos a “cerraturar”. Y no lo digo muy duro, no sea que a los académicos les dé por asumirlo también como nuevo verbo.

Pero volvamos a los desaciertos lingüísticos en la política venezolana, que no son sólo de este siglo, en los cuales el propio Chávez jugó un papel estelar, pues su soberbia no le permitía aceptar errores que podían interpretarse como cuestionamientos de su sapiencia. Aunque lo peor era que gente, con muchos más conocimientos que el Comandante-Presidente, llegaran a asumir la defensa de sus disparates. Recuerdo cuando en uno de sus programas televisivos iniciales dijo “adquerir” en lugar de “adquirir”, para, al darse cuenta del error cometido, intentar demostrar que no había cometido error ninguno. Mucho antes que Chávez, Carlos Andrés Pérez habló del auto suicidio, palabra que utilizó como expresión superlativa de esa condición, que luego la chispa criolla popularizó en tal forma que el error cometido ya ni se recuerda.

Pero hay otros que han sido mucho más fecundos en la génesis de disparates, como son los casos de Manuel Rosales, gobernador del Zulia, que se inició con el refrán de no pedirle “peras al horno”, y ha continuado indeteniblemente. “Si me matan, y yo me muero”, “hay que taparse los ojos y cerrar los oídos”, “Margarita es una isla rodeada de agua”, “el futuro es mañana”, “Chávez quiere durar 100 años, que es casi un siglo”, “un saludo a los que votaron por mí y a los que no votaron tampoco” y aquello de que la democracia tiene sus orígenes unos 500 años antes de Cristo y que fue establecida por Montesquieu, hacen de Rosales todo un catedrático imbatible en la materia.

El propio Maduro no se ha quedado atrás en la producción de disparates lingüísticos: “Con Chávez no dudé ni un milímetro de segundo”, “las autoridades venezolanas trabajarán las 35 horas del día”, “Bolívar se quedó huérfano de esposa” y una afirmación que parece más una confesión que otra cosa, la de “esos capitalistas que roban como nosotros”. Otras expresiones similares han sido hechas tantas veces por el Presidente, que ha logrado aparentar que lo hace exprofeso, para molestar o hacer que la gente se dedique a criticarlas y se olvide de los graves problemas existentes.

Pero lo que sí ha sido algo permanente todos estos más de 20 años de supuesta revolución, es el uso tedioso en discursos, declaraciones y conversaciones, de sustantivos y adjetivos masculinos y femeninos, repetidos en forma incesante, como una letanía que pretende demostrar un trato igualitario de hombres y mujeres, que es realmente inexistente y demagógico. Algo parecido a la proliferación de epónimos, esculturas y pinturas indígenas, como elementos probatorios de una reivindicación de las culturas precolombinas, que lucen cínicas ante el trato inhumano que reciben hoy nuestros indígenas.

Luis Fuenmayor Toro
lft3003@gmail.com
@LFuenmayorToro
Venezuela

LEANDRO RODRÍGUEZ LINÁREZ: DIÁLOGOS Y ELECCIONES ¿EN SERIO?. DESDE VENEZUELA

Los diálogos en política son útiles para las naciones exclusivamente cuando quien está impregnado de ilegalidad e ilegitimidad se encuentra acorralado, no teniendo más opción que ceder. Por tal motivo, en las peores guerras estos acercamientos entre enemigos son diarios, pero solo llegan a término cuando uno de los dos está vencido.

Como es sabido, el chavismo (desde época de Chávez) ha utilizado este mecanismo para darle paso a coyunturas difíciles, sin embargo, mientras se sienta distrae, continúa profundizando su modelo castrista. Posterior a cada proceso de estos nos topamos con un chavismo más radicalizado, anclado al poder. Las elecciones en condiciones de inconstitucionalidad son la joya de la corona a estas estratagemas.

Hoy el régimen castrista venezolano se encuentra en paz relativa, principalmente porque ha sabido acallar su peor enemigo, las protestas sociales, a pesar hoy en el país existen más razones que nunca para que estas existan, la violencia institucionalizada es la “herramienta tranquilizadora”. Por otro lado, también ha sabido burlar las sanciones internacionales, maneja con total discreción armas, recursos e instituciones que deberían ser del Estado, son del partido de gobierno.

El chavismo no tiene nada que perder a través de los fulanos diálogos, todo está a su favor, en la forma como hoy subsiste puede soportar 20 años más en el poder bajo su fórmula diálogos/elecciones ilegales. La oposición, en cualquiera de sus versiones, la falsa de la Alianza Democrática (nuevo polo patriótico) o la representada por Juan Guaidó, la única que pudiera actuar formalmente, aunque a muchos no les guste es la realidad, determinará quien se prestará para este macabro juego.

De este modo, la oposición venezolana, más que en una “sospechosa” división, ve en su desorientación su peor enemigo, las estrategias erróneas han cavado su tumba. A diferencia del régimen, la oposición ha perdonado al chavismo cuando este se ha encontrado en momentos de crisis.

Por otro lado, el chavismo se ha visto acorralado cuando han sido las manifestaciones de calle las que copan la escena, ellas son su peor enemigo, por eso se desvive para contenerlas. El Artículo 68 de nuestra carta magna las avala, así como prohíbe reprimirla con armas de fuego y sustancias químicas. Sin ellas nada de lo que se haga tendrá resultado, desde 2019 cuando el chavismo perdido todo vestigio de legalidad/legitimidad, encontrándose en el ojo del huracán, observado por el mundo entero, sería un error reprimir cómo lo hacía cuando aún era reconocido, “atrozmente”.

Sí el país se mantiene al margen de la agenda del chavismo, el dinamismo social encausará la lucha, la crisis de los servicios públicos (agua, electricidad, salud), la escasez de gasolina, la inflación, están tomando forma a nivel nacional, sí la oposición sabe apoyarlas (no conducirlas) otro gallo cantará.

Bajo su insultante slogan “Venezuela se está arreglando” se esconde una verdad perversa, el país acelera su destrucción. La corrupción, la desidia, la premeditación acabaron con todo lo que una vez nos hizo grandes, a 23 años de revolución chavista, el país no cuenta ni con gasolina, ni con agua, electricidad, la inflación nos come vivo.

La exigencia de nuestros derechos, de nuestras libertades es lo que nos devolverá nuestra libertad, nuestra independencia. Huyamos, repudiemos a quienes en estas condiciones absurdas nos obligan a más diálogos y elecciones descaradamente arregladas.

Leandro Rodríguez Linárez
leandrotango@gmail.com
@leandrotango
Venezuela