lunes, 24 de mayo de 2021

ACTUALIZACIÓN DE EL REPUBLICANO LIBERAL II: DIARIO DE OPINIÓN, http://elrepublicanoliberalii.blogspot.com/ LUNES 24/05/2021




 

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TITULARES

SOLEDAD MORILLO BELLOSO: ¿DÓNDE ESTÁN LAS VACUNAS?

Cuatro sencillas y fácilmente comprensibles palabras le bastaron a Luis Herrera Campins para comunicar su estrategia y conquistar a los electores. En la más elegante mansión y en el más humilde rancho entendieron ese mensaje tipo "arepa" que se expresó en un "¿Dónde están los reales?"
 
El mundo sufre de hipercomunicación. Eso no es nuevo pero en los últimos años, con el advenimiento de nuevas tecnologías, la situación se ha agravado. La confusión y el atasco es brutal. Lo único que sirve para colarse en esa autopista congestionada y vencer a ese enredo de la hipercomunicación es la hipersimplificación del mensaje.
 
La complicación del lenguaje de los políticos juega en su contra. 
 
La clase política parece enfocarse solo (o al menos mayormente) en el asunto electoral, que no es lo que está en las prioridades de la población que sufre calamidades indescriptibles. Eso hace que la zanja que los separa del pueblo aumente y se profundice.
 
Puede ser que algunos asesores, que están en Venezuela o en el exterior (y que ninguno pasa privaciones), les aconsejen a los políticos dedicarse a recuperar espacios de poder desde los cuales poder trabajar para mejorar la grave situación de los ciudadanos de a pie. Eso no carece de lógica. Se basa en el argumento de que para recuperar la democracia hay que usar los instrumentos de la democracia. Pero, si esto es así, si tal es el objetivo primordial, pues no se lo están haciendo entender a la mayoría de la gente y, para más, tampoco están logrando que se comprenda que los políticos (buenos) no son gente picada de ambición a la que no le importa el sufrimiento de los venezolanos. Para el ciudadano de a pie los políticos tienden a privilegiar su propia agenda. Y los ciudadanos no son sino peones en su juego de poder.
 
A largos meses de un proceso electoral ya  convocado (faltan siete meses), la gente del común no tiene energías para pensar en elecciones. Y siente que la clase política le habla en cuti. En la calle y en la casa, las angustias y preocupaciones son otras, por cierto imperantes.
 
Los políticos tienen que lograr que los ciudadanos los vean y sientan como liderazgos preocupados por el pueblo. Tienen que transmitir con gestos y con palabras que los ciudadanos son importantes en tanto personas y no en tanto potenciales electores. Y si eventualmente quieren convencer a la población  de una ruta a seguir, pues tienen que hacer sentir a los venezolanos que ellos  son el centro de su esfuerzo y prioridad, que su misión es servir a los  venezolanos, no servirse de ellos. El liderazgo tiene todo que ver con acciones, sensaciones y percepciones.
 
Lo más triste del caso es que en realidad muchos políticos no tienen una existencia para nada cómoda y no son manipuladores irresponsables. Muchos tienen una vida de agotadoras jornadas, tienen serios apremios económicos y, para completar, están en constante riesgo de ser perseguidos políticos. Pero los cultores de la antipolítica y los errores en estrategia comunicacional les han creado fama de vagabundos.
 
Claro que hay políticos de pacotilla. Muy palurdos, muy mediocres y muy sinvergüenzas. De hecho, créame, algunos son todavía peores de lo que parecen. Pero hay políticos buenos; decentes, valientes y preparados. Así que meter a todos, justos y pecadores,  en el mismo saco es caer en el vicio de la generalización, error garrafal que hace que la sociedad rechace por igual a los buenos, que los hay, y a los mediocres, que son una plaga que merodea.
 
Sin duda, los ciudadanos desconfían. Con sobrada razón. Y deben estar alertas para no (volver a) caer en las trampas de los  vagabundos de oficio. Hacer los cuestionamientos que toca. Ser implacables en las preguntas. Exigir respuestas claras.
 
¿Cuáles son los asuntos claves hoy? Eso no es tan  difícil de identificar. Gas, gasolina, agua, electricidad, transporte, salud, empleo, inseguridad, escuelas cerradas, alimentación imposible de pagar, el miedo a la pandemia. Son los dolores insufribles de todos los días. Es la injusticia omnipresente. Con eso lidia la población mañana, tarde y noche. A siete meses de unas elecciones, que alguien se presente de visita en una comunidad como candidato buscando votos es pura frivolidad. En cambio, no es baladí decirle al país que los políticos se van a pelear en el CNE, con el CNE y con quien sea por hacer respetar el derecho de los ciudadanos a elegir. Ir a un barrio o a una urbanización a gastar el tiempo de los angustiados ciudadanos explicándoles cómo deberían ser unas elecciones decentes, pues eso genera en la gente la sensación de que a los muchos problemas con los que tiene que cargar, encima llegan unos políticos a recargarlos, a decirles que son  ellos, los ciudadanos, quienes tienen que luchar por esos derechos. Ante eso, pues con parroquiana y sabia lógica, la gente se pregunta para qué diablos se metieron a políticos si ese pleito y esa pelea no la pueden dar y ganar.
 
Seguramente hoy hay una campaña que busca liderazgo político, la vacunación. Toca a quienes  desean conquistar los corazones de los ciudadanos (y eventualmente sus votos), pegar todos los gritos que sean necesarios, en Venezuela y en el exterior, para que haya vacunación para todos los venezolanos, sin costo, universal, ordenada, segura, confiable. Porque hoy, como ocurrió en el pasado, una pregunta flota en todo el aire de Venezuela: ¿Dónde están las vacunas?
 
Cuatro palabras, sencillas, comprensibles, que pondrían de manifiesto lo que es crucial para el tan abandonado pueblo de  Venezuela. No existe nada más antidemocrático que el no tener acceso a vacunarse. Nada más injusto y clasista que saber que unos pocos miles, a punta de plata o de palancas, constituyen los privilegiados que pudieron vacunarse, mientras la inmensa mayoría de venezolanos estamos en riesgo de contagio y muerte.
 
Por supuesto que se cae de maduro que la vacunación es una responsabilidad de Maduro. Ni pare ni pone ni deja anidar. Eso está clarísimo. Pero también debe estar claro (y lo está para el pueblo)  que las fuerzas de oposición deben ser la voz de los ciudadanos abandonados a su suerte por un régimen pecaminosamente  irresponsable.
 
Así, todos los días, mañana, tarde y noche, debe escucharse en toda Venezuela una pregunta, un grito, una exigencia: ¿Dónde están las vacunas?
 
Al fin y al cabo, para los que solo piensan en elecciones, es bueno que entiendan que los contagiados de COVID y los muertos por esta terrible pandemia no votarán.

Soledad Morillo Belloso
@solmorillob
Venezuela

CARLOS RAÚL HERNÁNDEZ: LOS GRITOS DEL SILENCIO

La dignidad del pensamiento, encarnada en Sócrates, Giordano Bruno, Voltaire, Solzhenitsin, Sajarov, Havel, consiste en buscar “la verdad” y jugársela por ella. Eso es lo que da moralidad y jerarquía a la práctica teórica. No podemos ser ellos, pero tampoco sus antípodas. Callar, halagar a los que dirigen, acomodarse a pifias suicidas, es su caricatura, o mera incompetencia. Igual salir radiante como Venus del mar entre espuma del semen de Zeus a analizar el error consumado cuando ya es inútil. Después del fracaso ruinoso, el jardín se llenó de girasoles parlantes que nos pasmaron con su brillo dialéctico, precisión expositiva, clarividencia, por desgracia bajo tierra cuando eran necesarios contra el disparate y no vale comprar lotería después del escrutinio. Médicos que solo saben hacer autopsias. La razón práctica se debe imponer sobre la confusión, la crisis y el debate feroz.
 
Cuando caminabas por alguna plaza y te fijabas bien, descubrías alguno haciéndose pasar por árbol de acacia, o por ardilla y si lo saludabas se ponía el índice sobre los labios (sssssssshhh no digas que me viste) Max Weber pensaba que la función del político es buscar el poder, la del estudioso buscar el conocimiento y no deben confundirse. Los griegos dividen el pensamiento en doxa (opinión común) y episteme (saber sistemático o científico) La doxa es un físico nuclear que habla sobre las vicisitudes en el Medio Oriente y la episteme es un físico nuclear que habla de física nuclear. Los abajo-firmantes o los curiosos pueden decir cualquier simpleza y se entiende, “hablan con el corazón” pero los “doctos” están obligados a argumentar su silencio o su error. Llamar “presidencia provisional” un parapeto era sobre todo ridículo. Dante tenía un círculo del infierno para los malos consejeros.
 
Falta una antología de canalladas y calumnias contra quienes plantearon transar e ir a elecciones desde el primer momento, entre 2016 y 2019, con la potencia de 80% de apoyo popular. “Fundamentalistas del voto”, “cese de la usurpación”, “ya estamos cerca”, “Maduro vete ya”, “calle, calle y más calle” (muertos, muertos y más muertos), “¿cuánto te pagan tarifado?”, “solo se negocia con Maduro dónde se asilará”, “colaboracionistas”, “intervención militar democrática”, “si o si”, “presidencia interina”. Prohibido olvidar a los asesores estratégicos residuales que embaucaron activistas, gente de buena fe y a la comunidad de países, con demencias quijotescas, “ilegitimidad”, invasión extranjera, explosión social, sanciones que derrocarían al gobierno, aunque lo que derrocaron fue la energía de combate y ahora “se negociará” entre escombros. Moraleja: no hay que hacerse los locos ni adular cuando pulula el desvarío sino cumplir la responsabilidad de la razón.
 
Gafedades asesinas. Un debate académico es inocuo, nace y muere en su cápsula. Pero en la política real los intelectuales pueden contribuir en grandes tragedias colectivas o en evitarlas. Dicen que viene una proposición novedosa: la “constituyente”, en mentís a que “después de la caída cualquiera ve la piedra” y a favor de que “el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra” y ya lo hicimos muchas veces. La demencia abstencionista de 2005 entregó a la revolución todo el poder para hacer lo que le diera la gana, y se repiten los traspiés en 2017, 2018 y 2020, lo que liquida las fuerzas de cambio en su actual postración. Después del majestuoso triunfo en 2015 contra rayos y centellas, presiones, terror y trampas, era el momento de negociar. Venían las regionales y locales que prometían otro triunfo clamoroso y un horizonte interesante en presidenciales de 2018. Había que dar garantías institucionales al gobierno, posiciones de poder, convencerlo de que la vida seguiría su ritmo y no vendrían vendettas disfrazadas de “justicia”.
 
No tenía clase. Eso hizo la sensatez en muchos países para que el cambio no se auto desestabilizara con cacerías (solo veamos a Iván Duque). Decidieron no ir a elecciones, derrocar a Maduro en las calles y vino la hecatombe. No sé si a algún historiador del futuro le interesará una “narrativa” (hablemos snob) tan bufa como la de políticos y asesores que en 2018, frente a un gobierno con 80% de rechazo, deciden abstenerse. “No hay condiciones” dijeron, pero la razón subliminal era que a Henri Falcón no lo aprobaba el sanedrín por falta de pedigrí. Hoy los teóricos del silencio, antaño a favor de los despropósitos que mataron al movimiento social, se explayan en hermenéuticas, porque ya no hay peligro de que las víboras muerdan y tutilimundi es alacrán, negociador o colaboracionista. Ojalá la experiencia de ir a tratar de hinojos con el gobierno después de despilfarrar los grandes esfuerzos y sacrificios de nuestra sociedad, abra las cabezas de roca. Incurrieron en los mismos errores de 2005, trece años después y no estamos libres de repetición. Hoy Maduro luce la pechera cuajada de medallas por las palizas que dio a la gafocracia.
 
Carlos Raul Hernández
carlosraulhernandez@gmail.com
@CarlosRaulHer
@ElUniversal
Venezuela

PEDRO ELÍAS HERNÁNDEZ: LA DICTADURA DE LA MAYORÍA Y LA DISIPACIÓN DEL CAPITAL

Los regímenes republicanos por lo general suelen practicar la democracia como forma de gobierno. Esa democracia puede ser buena o mala, mejor o peor, según sea el caso, pero siempre conservando sus formas y contenidos básicos. Sin embargo hay que decir que hay tipos de democracias que no son republicanas.
 
Una república es una concepción institucional de la función y del ejercicio poder que fragmenta y separa los poderes públicos constituidos bajo el criterio de crear gobiernos limitados con el propósito de preservar, proteger y defender los derechos políticos, sociales y económicos de los individuos y de los ciudadanos.
 
La muerte de Hugo Chávez y por consiguiente su ausencia al frente de la jefatura del Estado, pondrá como nunca de relieve y dejará aun más claro a los ojos del país el tipo de democracia que hemos tenido en Venezuela, la cual, sin duda, es una democracia no republicana.
 
Para la nomenclatura revolucionaria que hereda el poder de Hugo Chávez y desde luego para él mismo, la democracia era entendida como la dictadura de la mayoría. Es decir, a título de haber obtenido la mayoría de los votos en las urnas electorales, se sienten autorizados a ejercer el poder de forma absoluta, sin controles ni límite alguno. Una concepción así nos aproxima más a los regímenes absolutistas contra los cuales lucharon nuestros padres libertadores durante parte del siglo XIX.
 
Y cuando decimos que con el fallecimiento de Chávez se pondrá más de bulto la cruda realidad del tipo de democracia que hemos tenido en la última década y media, es porque la avasallante presencia del desaparecido líder y su tremenda gravitación en la vida pública nacional, de alguna forma solapaba este hecho. La concentración del poder en sus manos era innegable, pero Chávez era, como jefe político indiscutible de su movimiento y como lo define la Constitución, el Jefe del Estado y Presidente de un gobierno, en un país presidencialista que le da preeminencia al poder ejecutivo por encima de las otras ramas del poder público.
 
Ahora, a partir de la ausencia física del máximo líder bolivariano, surge inusitadamente una instancia de gobierno y de poder llamada “La Dirección Político Militar de la Revolución”, la cual concentra en su seno al tren ejecutivo, al alto mando militar y a la directiva del poder legislativo. Estamos hablando de una suerte de gobierno corporativo o de junta gubernamental, regresando al país a capítulos que se creían superados en la vida nacional.
 
Tal vez esta “Dirección Político Militar de la Revolución”, sea un invento transitorio, mientras se convocan a elecciones para sustituir a Hugo Chávez al frente de la presidencia. Pero por lo pronto este engendro político, sacado de momentos oscuros y turbulentos de nuestra historia, nos asoma la posibilidad de que se convierta en el verdadero poder y del cual será rehén Nicolás Maduro, si resulta, como parece, electo presidente este venidero 14 de abril.
 
Estas reflexiones tienen sentido en función de orientarnos un poco respecto al norte político que debemos seguir quienes queremos un cambio en Venezuela. La lucha debe ser por combatir esa versión de democracia no republicana que nos quieren imponer y proponer como alternativa a ella, una democracia realmente republicana, en donde la autoridad constituida esté fragmentada y separada, el gobierno sea limitado a fin de evitar avasallar a los ciudadanos.
 
Igualmente en lo económico, luchar por una economía libre, en donde El Estado y el sector privado se complementen y existan reglas de juego que proscriban los monopolios, estimule la competencia y la igualdad de oportunidades. Un marco y unos arreglos institucionales en donde el que se pueda hacer rico que lo haga, como retribución a su eficiencia y no como consecuencia de privilegios que se dan y se quitan desde el poder. Igualmente luchar para que los ciudadanos puedan disfrutar y disponer libremente de los frutos de su trabajo.
 
En resumen una economía que no opera en función de un esquema simplemente redistributivo de una renta petrolera, en donde siempre habrá algunos pocos privilegiados que capturan groseramente mucho más de esa renta que la inmensa mayoría. Una economía más bien que apunte hacia criterios retributivos a fin de premiar a los ciudadanos por su esfuerzo económico productivo.
 
Como bien lo definiera Ludwig von Mises en 1924 cuando escribió su libro “Socialismo”: “Para descubrir el vicio de una política que aumenta el consumo de las masas con detrimento del capital existente y que, por tanto, sacrifica el porvenir a favor del presente, se requiere una inteligencia más, penetrante que la que es común en los hombres de Estado, en los políticos y en las masas que los han elevado al poder”.
 
Ese es el reto de la luchas por venir. Hugo Chávez nos legó, en lo político, una versión de democracia no republicana en donde se ejerce en la práctica una dictadura de la mayoría. En lo económico heredamos una economía que disipa el capital y destruye los instrumentos para garantizar hacia el futuro una oferta abundante de bienes y servicios para provecho de todos. Para confirmarlo, ahí están las cifras económicas que dan cuenta de la devaluación de la moneda, de la inflación, de la fuga de capitales y del endeudamiento público masivo como corolario de esta década de abundancia petrolera. Ese es el desafío de la dirección de la oposición, poder levantarse lúcidamente sobre sus propias y graves limitaciones y centrar el discurso en estos aspectos relevantes. Este desafío, por lo demás, trasciende al mero episodio electoral del 14 de abril
 
Pedro Elías Hernández
pedroeliashb@gmail.com
@pedroeliashb
Venezuela

VICENTE BRITO: LA BASE POPULAR PIDE SOLUCIONES A SUS LIMITACIONES

 
Ya nos acercamos en pocas semanas al término del primer semestre del 2021, el cual según los indicadores sociales y económicos es el de mayores limitaciones que haya afectado a las familias desde que el petróleo se convirtió en la principal fuente de ingresos para la nación Venezolana. 
 
Las expectativas creadas con los distintos anuncios oficiales de que se tomarían decisiones trascendentes para impulsar cambios, que facilitaran la reactivación económica y con ello revertir el deterioro social no se han convertido en realidades. Las decisiones se llevan adelante en el campo político estableciendo como prioridad las elecciones de gobernadores y alcaldes. 
 
Lo contrario es lo observado en lo económico y social, siendo una de las causas principales el proceso inflacionario al cual estamos sometidos, el cual sigue su indetenible crecimiento, este ha reducido la capacidad de consumo con respecto a diciembre 2020 entre un 25 % y 30% en las familias, sobretodo las que su fuente de ingresos son solo en bolívares. La hiperinflación es causada por la política monetaria expansiva del Banco Central, esta se ha convertido en la mayor fuente de ingresos que recibe el gobierno, superando las del petróleo y las recaudaciones de impuestos. Lo cual si bien resuelve las necesidades de  ingresos públicos, está empobreciendo cada día más a los venezolanos. 
 
Cuando se le consulta a la base popular cuáles son sus prioridades a resolver, es casi unánime el de solicitar que el costo de vida baje y tener posibilidades de mayores ingresos para mejorar el consumo familiar. Ante la evidente dolarización del consumo la angustia de las familias esta sujeta al valor del dólar y sus efectos en los precios, ya que nos hemos convertido en un país altamente dependiente de las importaciones, las cuales se adquieren en dólares de acuerdo a los precios internacionales. 
 
Los ciudadanos seguimos a la expectativa de soluciones. 
 
Vicente Brito
vicent.brito@gmail.com
@vicentejbrito
Presidente
Red por la defensa al Trabajo, la Propiedad y la Constitución Vicente Brito
Venezuela

ANTONIO JOSÉ MONAGAS: LA CUADRATURA SOCIAL DEL VICIADO CÍRCULO POLÍTICO

 Mientras el oficialismo se ocupa de tergiversar significado de palabras, conceptos y principios con el propósito de confundir para luego dividir y, más luego, descuartizar todo lo que irrumpa su marcha en pos de más poder, el país político sucumbe bajo las circunstancias. Los golpes propinados por las repetidas caídas, le ocasionaron más daños que lecciones aprendidas. Y aunque algunos factores de la oposición democrática lograron potenciarse, tampoco resistieron los embates a los que eran expuestos a consecuencias de la imposición de medidas gubernamentales escabrosas y despóticas. 
 
Esta, precisamente, es una de las razones que causó graves aporreos al proceso de gobierno. Proceso éste que había sido aplaudido por quienes creyeron en las bondades y alcances de un programa de gobierno que, establecería las bases de escenarios que garantizarían derechos fundamentales y libertades propias de un sistema político denominado “democracia”. 
 
Pero todo se desvaneció hasta que las realidades se vieron confrontadas. Particularmente, por promesas y compromisos que no pasaron de ser meras consideraciones dirigidas a ganar el espacio político necesario para imponer la revolución empeñada. También, para aplastar cualquier indicio de institucionalización que pudiera estorbar a planes estratégicos que iban más allá de las fronteras nacionales. Concebidos para tomar el terreno suficiente desde donde pudieran distorsionarse valores democráticos con sus agregados de libertades. De civismo, ciudadanía, moralidad y ética. 
 
Pero la inmediatez con la cual envolvían toda decisión, hizo que los yerros cometidos cundieran más intensamente la gestión publica pretendida. Así, la pretensión por hacer un gobierno apegado a promesas electorales que pecaban de inconsistentes, puso al descubierto las enteras y manipuladoras intenciones que los “revolucionarios” gobernantes no pudieron encubrir. A pesar del inmenso gasto realizado en comprar conciencias con franelas y gorras rojas. Así como con bolsas de alimentos escogidos a gusto de lo que su insolencia iba determinando. 
 
Luego de un tiempo, no pudieron correr la arruga que provocó tanto desastre junto. La paciencia social, rebasó los límites del silencio impuesto con amenazas y violencia. Bastó que el gobierno se negara a alinearse a preceptos constitucionales que ordenaban derechos humanos y deberes inalienables, estallara en protestas que hasta el día de hoy han ocupado el espacio de luchas y clamores que necesita reivindicarse a favor de la institucionalidad democrática. Ya el pueblo comenzaba a cansarse de maltratos, de represión. Se había debilitado por causa de un insomnio producido por la aniquilación de legítimos sueños  de vida, progreso económico y ascenso social. 
 
El régimen siguió transgrediendo grosera y descaradamente la Constitución Nacional. Se permitió validar su condición de tiranía lo cual incitó un rechazo no sólo nacional al fascismo de nuevo cuño practicado. También internacional, valiéndole el cuestionamiento y acusación de instancias legislativas, jurídicas, académicas, gremiales tanto como de gobiernos demócratas. 
 
Ahora la desesperación por salir airoso de tal embarro, tiene al régimen sin la posibilidad de cuadrar formas legales para mostrar otro talante distinto del dictatorial. Contrariamente a ello, todo le sale retorcido. Y aún así, su obstinación y terquedad sigue siendo estructural. 
 
Podría decirse que la errada dirección de gobierno asumida en los últimos años de la segunda década del siglo XXI, hizo que se enfrascara en solventar un problema que sólo el régimen pudo crear. Pero que no pudo evitar y menos superar, dada la ineptitud, la soberbia y la testarudez. Así que con el acompañamiento de tantos antivalores juntos, el régimen plantea ilusos compromisos en el fragor de procesos sociales tan exigente como el de esta Venezuela salida del engaño socialista. Tan serio problema de imposible escape, fue intentar el desenredo de las crisis que hoy sumieron al país en el mayor desbarro de su historia. Es algo así como resolver la cuadratura social del viciado círculo político.
 
Antonio José Monagas 
antoniomonagas@gmail.com
@ajmonagas
Venezuela

ROMÁN IBARRA: VOTAR

Ya tenemos fecha para la celebración de las elecciones de Gobernadores, y Alcaldes, y la oposición sigue dividida. El CNE ha decidido que se celebren el 21 de noviembre de 2021.
 
Todavía hay quienes sostienen, a pesar de su inutilidad ampliamente demostrada, que lo que hay que hacer es abstenerse. Pero ello se debe al error de haber promovido esa política por largo tiempo, y desmontarla ahora supone un esfuerzo que todavía no se ve.
 
Por un lado, estamos quienes hemos sostenido siempre la necesidad de acudir a todos los eventos electorales, a sabiendas del ventajismo con el que actúa el gobierno intentando aplastar y desmoralizar. Hemos dicho hasta el cansancio, que debemos convertir la adversidad en oportunidad, para derrotar en cada instancia al oficialismo.
 
Por otra parte se encuentran los que pretenden colonizar la jefatura de la oposición, a pesar de sus inmensos errores, con actitudes prepotentes y mezquinas, con afán de discriminar caprichosamente, cual deidades infalibles.
 
También, dentro del mismo grupo de los erráticos crónicos, hay quienes ahora dicen si a las elecciones, pero poniendo condiciones inaceptables para quienes ejercen el poder real, precisamente por el abandono de los políticos amateur que han dirigido a la oposición. Es decir, pretender imponer condiciones para participar, pero sin representar ninguna fuerza, sin aliento; boqueando y con los pantalones abajo.
 
Son incapaces de reconocer que estaban equivocados, y cuyos errores causaron muertos, heridos y presos, de los cuales, no se hacen responsables. Son verdaderamente insensibles y canallas.
 
Satanizaron a quienes sin importar la crítica permanente, dedicaron largos meses a negociar sin complejos, la conformación de un nuevo CNE que ellos cuando tuvieron el control de la AN no quisieron designar. Por cierto, que el actual aunque no es perfecto, es mucho más equilibrado que los anteriores, lo cual de por sí, debería ser razón suficiente para decidirse a participar.
 
Ya casi se acaba el mes de mayo, y algunos siguen deshojando la margarita, pero noviembre está prácticamente a la vuelta de la esquina, y ello es un mal presagio.
 
No hay decisión acerca de participar o no, y peor aún, si decidieran ahora tampoco hay método de selección de candidatos, el cual, debería ser mixto.
 
Consenso alrededor de figuras ampliamente reconocidas, y de sólido liderazgo, y primarias donde el consenso no sea posible, procurando llevar los candidatos más idóneos en cada región o localidad.
 
En ese sentido, ya debería haber consenso para reelegir a los cuatro gobernadores en ejercicio por su lucha titánica, a pesar del saboteo del gobierno con sus malandros protectores. Les han hecho la vida imposible, pero ellos atendiendo a sus votantes, jamás abandonaron como algunos tontos inútiles que alegaban ¨dignidad¨. Ahí ya tenemos cuatro candidatos.
 
No perder tiempo en exquisiteces, y discriminaciones odiosas y salgamos a conformar la unidad de todos los factores de oposición, y derrotar a este gobierno perverso que, a estas alturas, cuando la mayoría de los países del mundo avanzan decididamente para derrotar al Covid-19, en Venezuela todavía no hay un plan de vacunación. Irresponsables.
 
No hay excusas, hay que organizarse para participar, y lograr la mayor cantidad de Gobernaciones; Alcaldías; Diputados a los Concejos Legislativos Regionales, y Concejales, sin importar que luego el gobierno quiera sabotear.
 
Ojalá pudiéramos ganar 12, o 13 Gobernaciones, y unas 150 a 180 Alcaldías, eso si es poder real, y no la tontería de la abstención. Los que siempre destruyeron posibilidades por su abstención, deberían ponerse a un lado y permitir que otros con mejor decisión, puedan proyectar positivamente el mensaje del país que quiere resolver electoralmente y en paz.
 
Hagamos la diferencia, vamos a ganar para concentrarnos en la solución de la crisis socioeconómica que asfixia a los venezolanos. Si se puede.
 
Roman Ibarra
romanibarra@gmail.com
@romanibarra
Venezuela