domingo, 8 de agosto de 2021

ESPECIAL DEL DOMINGO 08/08/2021. RAÚL AMIEL: YO SOY REPUBLICANO

Hoy un día especial de efemérides. El cumpleaños de Simón Díaz o simplemente Tío Simón, fue un cantante, músico, compositor, poeta, humorista, caricaturista y empresario venezolano, uno de los mayores exponentes musicales que ha tenido Venezuela. Un icono de la Venezuela Posible. La que pronto volverá. Lo tenemos muy presente como ejemplo de buen ciudadano.

El titulo de la crónica de hoy es Aposta. Si, adrede, con intención deliberada.El camino fue largo y tortuoso pero al final ayer concluimos en un Secretariado Nacional Republicano. Después de 11 años y solventados todos los procesos judiciales en torno a la propiedad de la tarjeta del MR. Movimiento Republicano.

             Venidos de todos los confines de la República las Regiones dijeron presente.

Al mejor estilo de reseña social podría decir que lo mas granado de nuestra familia republicana se hizo vigente de nuevo. Acreditaciones y postulantes para las regionales fue el tema central. ¡Y que éxito compadre! 23 instancias estatales y 335 municipales fueron complementadas con todos los recaudos necesarios para su debida presentación e inscripción de postulación para entregar mañana 9 de agosto ante el CNE.

“Nuestra lucha es por la búsqueda del bienestar colectivo con bases en la inversión eficiente de los recursos, el trabajo productivo y el respeto a los derechos y valores fundamentales de una sociedad que viva en libertad” La afirmación de Carlos Padilla, presidente del partido, lleno la sala de entusiasmo desbordado y propósito de acción.


El esfuerzo del Carlos Padilla, Domingo Palacios, Manuel Rivas, Juvenal González, Alonso Maldonado, Heriberto Cárdenas entre otros muchos de la Dirección Nacional llevaron esta tarea admirable casi de valor épico a muy feliz término.

El MR es una referencia nada despreciable a la hora de contar adhesiones. La sola franquicia tiene un imán irresistible. La apelación republicana es un hecho de natura…somos todos república.



Cómo preservar una asociación política que ha de ser heredera de una tradición republicana compleja, en la cual coexisten y compiten principios políticos conformados por el republicanismo clásico, reconfigurados por el humanismo cívico y actualizados por el pensamiento republicano del siglo XXI, portador de los principios liberales modernos. Será la tarea.


Por tanto, la construcción de la república deja de ser un problema eminentemente intelectual para plantearse, además, como un proyecto análogo a una matriz cuyas variables política, filosófica, social y ética siempre alcanzara el arreglo necesario para derivar en una creación concreta y preservable.




Saludamos con verdadero beneplácito el advenimiento de esta nueva etapa en la vida del MR. Movimiento Republicano. Larga vida les espera.

Y recuerda… Ciudadano en Acción. ¡Juntos es mejor!

Raúl Amiel
raulamiel@gmail.com 
@raulamiel
Coordinación Ejecutiva Republicana Nacional.
¡Un estado DE, POR y PARA ciudadanos!
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ACTUALIZACIÓN DE EL REPUBLICANO LIBERAL II: DIARIO DE OPINIÓN, http://elrepublicanoliberalii.blogspot.com DOMINGO 08/08/2021









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TITULARES DE HOY
08/08/2021

SOLEDAD MORILLO BELLOSO: CÓMO SE GANA EN ESTE SOCATIRA

Todavía espero que alguien, quién sea, me dé un argumento de peso para que, a estas alturas, no tengan claro los liderazgos de la (verdadera) oposición que tienen que hacer lo que un autor de novelitas de vaqueros -Marcial Lafuente Estefanía- llamaba "un pacto de honor". No quiero una explicación que comience por un "es que...". O por una letanía de "fulano cree que...".

Dije y repito: no voy a decir quién me gusta más. Eso es irrelevante. Tampoco voy a listar las virtudes, que les abundan, y las falencias de unos y otros, que las tienen pero son picores de zancudera que con soba con sábila se amainan. No. Todo eso es claramente irrelevante.

Hay un deporte, que de 1900 a 1920 fue olímpico: el "socatira" (juego de la cuerda, juego de la soga, tira y afloja, batalla de fuerza, sogatira, socatira, soka-tira o cinchada). Una muy gruesa soga de cuyos extremos tiran equipos. El resto, pues fácil de imaginar. Todo el asunto se resume en fuerza para "jalar" y resistencia para aguantar el tirón del otro lado.

Sé que me van a decir que en el lado de los rojos hay unos pleitos horrorosos, que se están matando a cuchillada limpia y fumigándose con malathion. Digamos que sí, que allí también hay bandos, que allá no es un jardín de flores y que están agarrados por los moños. Da igual, porque sabemos que cuando la cosa se les ponga color de hormiga amazónica en celo, pues alguien dará cuatro zapatazos y dirá "¡esto es como yo digo que es y ya!". Los que están en la punta de la pirámide del régimen ejercen su poder, no solo para reventarnos la vida a los venezolanos, sino para tratar a los suyos con "aquí mandamos nosotros y ustedes, chitón".

Es cierto que la democracia real, la robusta, la que queremos tener, admite, promueve y festeja la diversidad y la variedad política. En teoría, ese contraste produce beneficios. Pero resulta que de, aquel lado de la cuerda, eso no lo practican, no creen en ello. Entendamos, para ellos la palabra democracia es un adorno que se ve bien en la pantalla, en los comunicados, en las publicaciones en Gaceta Oficial. Hermoso vocablo para rellenar apasionados discursos de palco y plaza y para intercambiarse almibaradas cartas con otros mandones del planeta. Pero ya, hasta ahí, nada más.

Para tener democracia, supongo que lo tenemos ya claro, pues hay que luchar. Y, además, sin certezas. Eso lo sabemos. Esto es como un enfrentamiento de socatira. No vamos a lograr vencer al oponente si no "jalamos" de esa cuerda todos juntos. Porque resulta que si la estrategia es ir pasando los liderazgos por turnos en la "jalada" de la cuerda, podemos estar seguros que el otro bando, así sean menos, ganará. Es un problema de física. Si de un lado hay unos, todos juntos, "jalando" y del otro solo unos cuantos, mientras otros liderazgos son espectadores esperando su turno, pues no hay que ser genios ni tener ocho doctorados para imaginar el resultado.

Los liderazgos de la verdadera oposición son diversos y, a hoy, todos se necesitan. Les guste o no, simplemente no pueden prescindir el uno del otro.

Socatira. Una punta de la cuerda. En la negociación en México, en las elecciones del 21N, en la defensa de los presos políticos, en las protestas por el terrible estado de los servicios públicos, en el enfrentamiento a medidas ilegales, en el grito por vacunas, en el apoyo al proceso llevado ante la CPI. En todo. Mantengan sus nombres, sus colores, sus banderas. Sí, eso está bien. Pero pongan siempre en todo lo que hagan y digan - en negritas, resaltado, subrayado- la palabra "unidad". No es tener una voz, es tener un coro de voces, de Sopranos, Mezzosopranos, Contraltos, Contratenores, Tenores, Barítonos y Bajos, que no haga cacofonía.

Los conozco a casi todos muy bien. Sé que son venezolanos, hombres y mujeres, que no están metidos en esta lucha por la democracia por razones idiotamente mezquinas. Y sé bien que tienen moretones en la piel y el alma. Ustedes son mucho mejores que lo que algunos piensan. Lo sé. El camino ha sido largo y doloroso. Y falta, todavía falta. Los sé perfectamente capaces de liderar y de vencer.

Soledad Morillo Belloso
@solomillo
Venezuela

ANTONIO JOSÉ MONAGAS: HASTIADOS DE DISCURSOS (BARATOS)

En política, son muchas y variadas las concepciones sobre lo que significa el término “gobierno”. Asimismo, el vocablo “régimen”. Aunque presumen condiciones que exageran o exacerban implicaciones propias de la política, todas se pasean por alusiones que rayan en la apología de la filosofía política, hasta aquellas que ironizan la vida.

No obstante, las realidades son inexorables. Como dice el buen refrán: “no se puede tapar el sol con un dedo”. Aún así, hay definiciones que pretenden encubrir verdades no sólo inocultables. También, contundentes en virtud del impacto político y social que inducen sus efectos.

Muchos de los problemas propios de situaciones que comprometen complicadas realidades, son causados por la carencia de una cultura política. Esto hace discernir -equivocadamente- al individuo de condiciones manipuladas por la demagogia y el populismo en que se debaten las aludidas realidades políticas.

Venezuela se convirtió en escenario favorable al opaco propósito de usurpar derechos fundamentales. Es así que quienes ilegítimamente gobiernan, se permiten azuzar u hostigar condiciones para entonces ganar espacios políticos que afiancen, aunque ilegal e inconstitucionalmente, la detentación del poder.

Para lograr tan pérfidos objetivos, en nombre de ideologías, principios, valores y hasta de la misma historia, estos gobernantes asumen posturas y decisiones contradictorias. Porque chocan con preceptos constitucionales, tanto como con leyes orgánicas que rigen la materia político-administrativa-fiscal-económica-social. En consecuencia, las realidades que se otean en el país dan cuenta de decisiones de gobierno y comportamientos de altos funcionarios que resultan reprensibles en virtud de ser atentatorios contra el Estado de Democrático y Social de Derecho y de Justicia que aduce la Carta Magna. Y de todo esto, la prensa libre es testigo fehaciente. Igualmente, las redes sociales.

En veintidós años de mal gobierno “socialista”, mucha agua ha corrido debajo del puente. Así puede parafrasearse la variedad de situaciones que han determinado el devenir de Venezuela. Devenir éste que ha ocurrido en medio de una permanente y aguda agitación. De amenazas se hace fácil cambiar a discursos cargados de promesas o de pesados anuncios que no terminan en nada.

¿Hacia dónde conduce tanta opacidad?

La vida nacional ha venido siendo atiborrada de meras intenciones, pero escasa de realizaciones que calcen con las necesidades más reclamadas. Mientras la dinámica política gubernamental le imprime tal grado de incertidumbre al país, la población sigue a la expectativa de concreciones acordes con el declarado desarrollo que acucia la mal llamada “revolución”.

Sin embargo, el régimen persiste en imponer un estilo que apenas sirve para etiquetar un fantasioso rumbo nacional. Esto hace que los precarios esfuerzos que dicen adelantar, incluso en contrario con el manojo de impedimentos sancionados en su contra por el gobierno norteamericano, se esfumen precipitadamente.

Es por tanto que las improvisaciones se destapan provocándose el mayúsculo desorden que incita la exigua gestión pública realizada. Al final de todo, el país sigue transitando desnivelado. Peor aún, agobiado de promesas que surcan por donde pueda penetrar el ojo. Promesas que se esfuman tan inmediatamente como son declaradas. Y es lo que lleva a que el país político se vea y se sienta, hastiado de discursos (baratos).

Antonio José Monagas
antoniomonagas@gmail.com
@ajmonagas
Venezuela

ROMÁN IBARRA: JJOO TOKYO 2020

El origen de los Juegos Olímpicos se remonta a la Grecia antigua, disputados por representantes de las ciudades-estado a partir del año 776 a.C.

Se disputaban normalmente cada cuatro años o una Olimpiada. Durante la celebración de la competición se promulgaba la tregua olímpica, para permitir a los atletas viajar en condiciones de seguridad desde sus polis hasta Olimpia. En los antiguos Juegos solo los hombres libres que hablaban griego podían competir, además de que se celebraban siempre en el mismo lugar.

Fuentes antiguas advierten, que entre los participantes más célebres estuvo Alejandro Magno, siendo adolescente, siglo IV a. C.

Los últimos Juegos Olímpicos de la Antigüedad se celebraron en el 393 d. C., casi doce siglos después de sus comienzos. Tras la adopción del cristianismo como religión oficial del Imperio romano con el Edicto de Tesalónica (28 de febrero de 380), el emperador Teodosio prohibió toda celebración pagana, incluidos los Juegos Olímpicos. (Wikimedia Commons-Juegos Olímpicos Antíguos).
Los Juegos Olímpicos, son el mayor evento deportivo internacional multidisciplinario en el que participan atletas de diversas partes del mundo. Los Juegos Olímpicos son considerados la principal competición del mundo deportivo, con más de doscientas naciones participantes. Existen dos tipos: los Juegos Olímpicos de Verano (los actuales) y los Juegos Olímpicos de Invierno, que se realizan con un intervalo de dos años, según la Carta Olímpica: «Los Juegos de la

Olimpiada se celebran durante el primer año de una Olimpiada (cada cuatro años), y los Juegos Olímpicos de Invierno durante su tercer año».

Los Juegos Olímpicos modernos se inspiraron en los Juegos Olímpicos de la antigüedad del siglo VIII a. C. organizados en la antigua Grecia con sede en la ciudad de Olimpia, realizados entre los años 776 a. C. y el 393 de nuestra era. En el siglo XIX, surgió la idea de realizar unos eventos similares a los organizados en la antigüedad, los que se concretarían principalmente gracias a las gestiones del noble francés Pierre Frèdy, barón de Coubertin.

El barón de Coubertin fundó el Comité Olímpico Internacional (COI) en 1894. Desde entonces, el COI se ha convertido en el órgano coordinador del Movimiento Olímpico, con la Carta Olímpica que define su estructura y autoridad.

La primera edición de los llamados Juegos Olímpicos de la era moderna se llevó a cabo en Atenas, capital de Grecia, a partir del 6 de abril de 1896. Desde aquella oportunidad, han sido realizados cada cuatro años en diversas ciudades del mundo, siendo las únicas excepciones las ediciones de 1916, 1940 y 1944, debido al estallido de la Primera y Segunda Guerra Mundial; así como la postergación de la de 2020 para 2021, debido a la pandemia de COVID-19.

Como se ve, es la cita deportiva que concita la atención, y la emoción del mundo entero. Evento que debería servir para sensibilizar a los pueblos del mundo, y luchar todos –más allá de los intereses políticos y económicos- en la búsqueda del bien común, la paz, y la prosperidad.

En el caso venezolano, esta ha sido la delegación más pequeña, y paradójicamente más elocuente en cuanto a triunfos y satisfacciones se refiere.

La actuación de cada uno de nuestros atletas nos ha puesto en vilo, ligando todos sus triunfos y conquista de medallas, que bastante falta hacen en este contexto de deterioro, para darnos un poco de alegría. 43 muchachos que nos llenaron de orgullo, y satisfacción, a pesar de haber luchado en condiciones adversas.

Salvo la opinión polarizada de unos cuantos iracundos, e irracionales de bando y bando, los venezolanos de bien no hacemos otra cosa que celebrar la participación de nuestros muchachos. Que vivan nuestros atletas. Dios los bendiga a todos, aunque hoy por razones de espacio solo podamos mencionar a Yulimar Rojas; Daniel Dhers; Julio Mayora; Keydomar Vallenilla; Robeilys Peinado, Claudimar Garcés y Antonio Díaz. Viva Venezuela!

Roman Ibarra
romanibarra@gmail.com
@romanibarra
Venezuela

MIBELIS ACEVEDO DONÍS: ¡CAMBIO!

Cambio. Palabra mágica. La revisión del discurso de diversos actores políticos -en especial si hay agencia en un marco de competitividad democrática- seguramente ratificaría su popularidad. ¡Cambio! He allí el domicilio final, la oferta a la que todos se apuntan. Dulzura que mejora cualquier tímida expectativa. Desafío al determinismo y la inercia, sostén para el “coraje de ser”. Compromiso que da fe de la voluntad para desafiar las condiciones, por más atrabiliarias que parezcan.

“Cambiar”, además, comporta un rasgo existencial en la narrativa de sectores interesados en desplazar al bloque dominante. Mucho más si el contexto no facilita la clase de disputa por el poder que al procurar reglas claras, rompe el convencimiento relativo de continuidad autoritaria y despierta expectativas de cambio democrático (Schedler). Si lo que reina es la ausencia tanto de certezas institucionales como de esa incertidumbre que, según Lefort, prefigura lo democrático; si la norma es el abuso, la ineptitud, la vis caótica de toda revolución, “cambiar” elude el simple cliché para hacerse logos, significado sustancial. En tal circunstancia y lejos de diluirlo en el menú de sonoridades de un manoseado marketing político, dar sentido a ese salto resulta vital.

Pero tras años de brega sin logros sostenibles contra la pesadilla de la uniformidad, el poder ilimitado y la permanencia, la palabra cambio también se desgasta. Y se vacía y rearma, forzada por los hechos, para incorporar otros contenidos. Esa promesa que hasta hace unos años la mayoría asociaba a la limpia mudanza -evolución sin mayor complejidad que la llegada al poder de factores distintos al PSUV- se ha problematizado. El tiempo no sólo demuestra que el rival tiene más fortalezas y menos escrúpulos de lo que se esperaba, sino que no toda la oposición abraza la convicción de que el autoritarismo es la anomalía a revertir. Y que más de uno, bien sea por calculada instrumentalización o chapucera contorsión, evoca aquello que Sloterdijk endosa a la razón cínica: una marrullería obstinada y ambivalente que apela a la pureza de los fines para transferir a los medios una “irrefutable” legitimidad. Así, en nombre de abstracciones como la “lucha por la libertad”, nadie parecería estar obligado a excusarse por la estulticia en la acción, el esguince de la virtù o las incongruencias en el ideario.

Los fiascos no implican, claro, que la idea del cambio haya sido desalojada del imaginario social. O que la presión de la supervivencia reduzca los apetitos de los esperanzados a un inane “bel morir”. O que la crisis no siga restando popularidad a Maduro. La más reciente encuesta de Delphos capta el estado de la vieja aspiración: 57,4% cree “muy necesario” un cambio de gobierno, 26,7% lo ve “necesario”. El matiz reside en las visiones acerca de las vías para habilitar ese cambio. 36,9% dice que se logrará con “elecciones justas/votar”, mientras que opciones como “Intervención militar” (2,9%), “salir a la calle/protestar” (2,1%), “orar, pedir a Dios” (0,5%), que las “organizaciones internacionales saquen a Maduro” o “exigir la renuncia” (0,4%) ocupan escaños inferiores y mucho menos robustos.

“Luchar sin correr muchos riesgos” (33,8%) podría ser la expresión dramática de ese viraje. Lejos de las pulsiones que hicieron fiesta en 2019, la realidad deja su descortés pisada en la expectativa. El autoengaño ya no es lo que modela la espera. Así, a contravía del punzante deseo, 78,6% cree que lo más probable es que haya elecciones regionales y que Maduro siga en el poder. Una percepción susceptible de ser capitalizada en lo electoral, pero que no necesariamente tiene correlato en la confianza que debería inspirar el liderazgo. La asimetría entre anhelos y recursos prevalece: la mayoría apuesta a un cambio por vía pacífica, pero al mismo tiempo cunde el recelo respecto a la eficacia e idoneidad de los pilotos de esa transformación.

Un discurso sin ethos, sin fe en el emisor: el menoscabo que a nadie debería asombrar. Sin embargo, y aun cuando sectores vinculados al G4 no dicen si participarán o si habrá alianzas que blinden una eventual representación, el ánimo de pre-campaña sigue su curso. Mientras pesa el mutismo de las cúpulas, bases y candidatos azuzan la opinión, ponen a circular arengas, cuñas, consignas. Y de nuevo resurge allí la invocación al cambio democrático: una Venus liberada de su estado de coma inducido.

¿Qué garantiza que la calidad de la promesa guardará relación con la naturaleza de los medios disponibles? Ya veremos. Aun cuando cuesta creer que el 21N sorteará los costos de tanto desvío, si el modesto logro se proyecta como parte de un proceso que abone a la no-regresión, puede que haya razones para el cauto optimismo. Eso sí: dependemos también del mecanismo que hay que poner en marcha para que algo pase “de la representación al acto”, como lo describía Nietzsche. “Ante todo, son las obras. Es decir, ¡ejercicio, ejercicio, ejercicio! La “fe” que necesitamos se nos dará por añadidura”.

Mibelis Acevedo D.
mibelis@hotmail.com
@Mibelis
@ElUniversal
Venezuela

LEANDRO RODRIGUEZ: CUANDO EL GOBIERNO ES LA TRABA

Sí los 4 medallistas olímpicos de Venezuela hubieran dependido del régimen ninguno habría podido ir, pero gracias a sus esfuerzos personales, individuales, apoyos foráneos y privados lograron llegar a Tokio y ganar sus respectivas preseas. Ello es la mejor representación de lo que significa el chavismo para Venezuela ¡UNA TRABA!

Imagínese sí el expresidente Hugo Chávez, en lugar de haber gastado miles de millones de dólares en importaciones, desarrollando economías, empresarios y trabajadores de otras naciones, buscando apoyo de sus respectivos gobiernos, los hubiese invertido para desarrollar nuestra economía, empresas y trabajadores ¿Dónde estuviera Venezuela hoy?

Imagínese que, en lugar de fortificar controles y racionamientos a nuestras libertades y derechos, tuviéramos un gobierno que se desviviera por defenderlos, mejorarlos, garantizárnoslo ¿Qué calidad de vida tuviéramos hoy día?

Imagínense sí Chávez se hubiese aliado con gobiernos como el de Japón para mejorar el sistema de salud, como el de Finlandia para el educativo, EEUU para el férreo, con el de Alemania para el eléctrico, Nueva Zelanda para sistema de impuestos, Islandia para el de seguridad ¡Estuviéramos hoy rosando o en pleno desarrollo! pero no… ¡Escogió el retencionismo de poder de Cuba!... Todo eso lo estamos pagando desde hace tiempo.

Algo tan sencillo como poder acceder a divisas internacionales a través de la banca nacional ha estado prohibido por el chavismo. Tras haber quebrado Pdvsa y ver reducido drásticamente su captación de moneda extranjera, el régimen ahora permite a los venezolanos usar la banca, pero solo para que sean depositadas las divisas, él se queda con ellas y nos da el equivalente en Bolívares devaluados, de este modo permite esa flexibilización en la banca… no por usted sino por él.

En Venezuela rige el peor sistema de todos, el castrista. Recientemente, con la intención de apaciguar las inéditas protestas en Cuba, el régimen castrista levantó (momentáneamente) las prohibiciones para la importación de comida y medicinas, esta decisión deja en evidencia el espíritu criminal de este sistema, pues el hambre, la escasez de medicinas que los Castro durante décadas han atribuido al “bloqueo” es una farsa, las causas reales son las restricciones que el mismo régimen castrista impone al pueblo cubano para dominarlos a través de las necesidades más básicas.

El castrismo en Venezuela ha encontrado un grupo de líderes segundones sin arrastre popular a quien les ha otorgado vía TSJ las directivas de los principales partidos opositores a fin de simular procesos electorales, treta que hasta el momento ha sido estéril, los venezolanos no acudieron no convalidaron procesos electorales al margen de la ley y la democracia, el chavismo sigue sin ser reconocido, generando más motivos para sanciones extranjeras.

A pesar que Guaidó recientemente señaló en un comunicado vía Twitter “aún no está planteado asistir a la vía dizque “electoral” el peligro sigue latente, pues tras más de dos meses ignorando el llamado del interino, Maduro ha dado largas a otro pernicioso acercamiento, lo ha pospuesto para mediados de agosto en México, mientras él (Maduro) acentúa el castrismo en Venezuela. Como en los diálogos anteriores, somos realistas ¡No generará nada bueno a la nación!

A todas estas, el chavismo ha significado ser la tranca más grande que ha tenido el país, tanto que siendo una nación petrolera ya no tenemos ni gasolina ¿Así o más claro? 

Leandro Rodríguez Linárez
leandrotango@gmail.com
@leandrotango
Venezuela

VICENTE BRITO: ¿COMO SE RELACIONA LA CRISIS SOCIAL CON EL ESTADO EMPRESARIO?

Desde que el "Estado Empresario" aumentó su presencia en la vida económica nacional, se puede demostrar cómo la crisis social fue creciendo en la medida como se desarrolló el posicionamiento público de la actividad productiva desplazando a los privados. Lo cual se puede demostrar numéricamente en: los aumento del desempleo, crecimiento vertiginoso de los niveles de pobreza y la caída del producto interno bruto. Podemos poner como ejemplo las empresas básicas en Guayana así como las tierras y empresas tomadas a privados.

El impacto social negativo con la estatización de las empresas básicas ha sido fuerte en la región Guayana y afectó al estado Bolívar así como a los circunvecinos: Anzoátegui, Delta Amacuro y Monagas.

Estas empresas básicas del hierro y el aluminio resultaron afectadas con caídas de producción a menos del 10% de los niveles de producción alcanzados antes de ser estatizadas, afectando a cientos de empresas privadas que prestaban servicios a ese conglomerado empresarial. Observándose como muchas de ellas desaparecieron o trabajan a mínimos históricos. Se estima que casi doscientos mil empleos desaparecieron solo en Ciudad Guayana que era la tercera ciudad del país en desarrollo y calidad de vida. Hoy presenta elevados niveles de pobreza extrema de hasta 50% y 40% en pobreza crítica. La situación de ese conglomerado empresarial público está a la vista, sus pérdidas son infinitas y requieren de aportes financieros crecientes para su sostenimiento. Anteriormente cuando estaban en manos privadas, cubrían la demanda nacional de sus productos y generaban más de 500 millones de dólares en exportaciones.

Igualmente sucede con las tierras y empresas privadas quitadas a sus propietarios, al encontrarnos con que la mayoría de ellas están abandonadas o con escasa actividad productiva. Fueron casi seis millones de hectáreas y más de cien empresas agroindustriales y de almacenajes las afectadas.

Se observa en la caída de la producción de café, azúcar, pollo, huevos, pescado, leche, carne, maíz, arroz, etc.

Vamos a mencionar algunas de ellas como:

Lácteos los Andes (la mayor procesadora de leche y jugos (cubría el 30% del consumo nacional), Granjas la Caridad ( la mayor productora de huevos y pollos cubría un 25% del consumo nacional), Central Azucarero Venezuela (producía el 15% del azúcar para consumo), hato el frío y charcote de la compañía inglesa (producían el 10% de la carne), café Fama de América y el peñón (procesaba el 20% del consumo), entre otros. En las tierras afectadas se obtenía el 50% de la producción nacional en maíz, arroz, caraota, caña de azúcar, café, fríjol, etc., cubriendo buena parte del consumo Nacional. Lo mismo sucedió con la pesca donde éramos el quinto productor de atún en el mundo y autosuficiente en el consumo de las distintas variedades de pescado, esta producción se redujo a niveles muy bajos al implementarse Alba pesca con la estatización de las empresas más importantes del sector pesca, hoy la capacidad productiva es mínima y se puede observar en el estado actual de como se encuentran esas empresas procesadoras de pescado, la flota atunera y la de pesca de altura.

Los efectos causados en 17 estados a lo largo y ancho del país como resultado de la aplicación del modelo" Estado Empresario" fue la pérdida de más de un millón y medio de puestos de trabajo directos e indirectos y elevado aumento en los niveles de pobreza. Buena parte de los técnicos y personal especializado que hacían productivas a estas empresas hoy se encuentran en otros Países. Esto demuestra de manera evidente como el proceso de estatización de las tierras y empresas privadas, son causantes de las caídas de la producción nacional y la situación de abandono y deterioro social existentes en las comunidades en las cuales se encuentran ubicadas, las cuales pasaron de ser fuentes de empleo y desarrollo a encontrarse parcial o totalmente paralizadas.

Están a la vista los efectos causados en calidad de vida, desempleo y producto interno bruto por este proceso estatizado con sus consecuencias en la crisis social que afectan a la familia Venezolana. La situación actual de cada una de estas empresas y fincas tomadas de los privados demuestran preocupantes deterioros. Los montos utilizados para mantener sus pérdidas son de decenas de miles de millones de dólares y hoy son sostenidas por el financiamiento del Banco Central con su secuela inflacionaria.

Vicente Brito
vicent.brito@gmail.com
@vicentejbrito
Presidente
Red por la defensa al Trabajo, la Propiedad y la Constitución
Venezuela