viernes, 4 de marzo de 2022

AQUÍ TITULARES DE HOY VIERNES 04/03/2022, DIARIO DE OPINIÓN, EL REPUBLICANO LIBERAL II, PARA LEER PULSA SOBRE EL TITULAR

GIOCONDA CUNTO DE SAN BLAS: UN PASO HACIA LA NADA

La Cúpula de Genbaku, sobreviviente de la debacle nuclear en Hiroshima (1945), Monumento de la Paz y Patrimonio de la Humanidad (Unesco, 1996), recoge las cenizas de unas 70 mil personas, apenas una fracción del total calcinado en la conflagración, estimado en no menos de 200 mil personas, la mayoría civiles. Como leyenda: «Reposen aquí en paz, para que el error no se repita nunca».

Quizás sea éste un momento oportuno para recordar ese «error» (¡vaya manera de etiquetar el horror!) y esa promesa grabada en piedra. Casi 80 años han pasado desde entonces y los países, mal que bien, han mantenido la promesa. Hasta ahora. El 22 de febrero pasado, Vladimir Putin, presidente de la Federación Rusa, lanzó una ofensiva bélica contra Ucrania y a manera de chantaje inaceptable ha dejado claro que «quien intente interferir con nosotros desde el exterior debe saber que la respuesta será inmediata y conducirá a consecuencias más grandes de lo que ninguno de ustedes ha visto jamás en la historia».

Ante tal violencia, obstaculizar desde el exterior a través de rápidas y duras sanciones económicas y restricciones aeronáuticas, marítimas y de diversa índole, así como apoyar a Ucrania en su defensa es precisamente lo que han hecho la Unión Eur

opea, la OTAN, los Estados Unidos y otros países para debilitar a Rusia e intentar detener las acciones del enloquecido caporal. En respuesta a la reacción de Occidente, el autócrata ruso dio orden de activar su fuerza nuclear, consistente en cerca de 6.225 cabezas atómicas.

El Protocolo de Minsk entre Rusia y Ucrania, firmado en 2014 luego del zarpazo ruso a Crimea, apuntaba a poner fin al conflicto entre separatistas pro rusos y combatientes ucranianos en el este de Ucrania. Pero después de que Putin reconociera hace pocos días a las regiones rebeldes (Donetsk y Lugansk) como estados independientes, los líderes occidentales, entre ellos Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, manifestaron que «el reconocimiento de los dos territorios separatistas en Ucrania es una flagrante violación del derecho internacional, la integridad territorial de Ucrania y los acuerdos de Minsk». De allí a la invasión de Ucrania quedaba solo un paso y Putin lo dio el 22 de febrero.

La inspiradora firmeza del presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, ha sido la de un verdadero líder que acompaña a su pueblo en los momentos difíciles. Al pedir formalmente la admisión de Ucrania como miembro de la UE insistió en la lucha que los ucranianos llevan en favor de la libertad, de sus derechos y de su sobrevivencia.

Mientras tanto en nuestra comarca, el autócrata local reafirma su compromiso con Putin, al aventurar la promesa de una «poderosa cooperación militar». Invirtiendo los hechos, menciona que «el descarrilamiento de estos acuerdos por parte de la OTAN, promovidos por los Estados Unidos de América, ha vulnerado el Derecho Internacional y ha generado fuertes amenazas contra Rusia, su integridad territorial y soberanía».

Casi diez mil kilómetros separan a Caracas de Kiev o de Moscú. Uno pudiera pensar que esa distancia nos protege contra cualquier desaguisado. No en estos tiempos globalizados. El lenguaraz autócrata local tendrá que arrepentirse de sus palabras cuando, al decir del analista petrolero José Toro Hardy, «caiga en cuenta del impacto de las sanciones contra el gobierno de Putin en las finanzas de la maltrecha economía venezolana.

Venezuela pagará muy caro no sólo por el apoyo que ha brindado al gobierno ruso sino por haber instalado la oficina de Pdvsa en Moscú, cuyas operaciones financieras internacionales también estarán sometidas al bloqueo de la banca rusa».

Miles de rusos protestan y miles son detenidos en las principales ciudades de su país por oponerse a las continuadas acciones de Putin contra Ucrania. Circula por redes un manifiesto, «Paren la guerra», que al momento que esto escribo supera los 2,3 millones de firmas y que invito a respaldar. Mientras tanto, más de 600 investigadores científicos y divulgadores de la ciencia rusos han suscrito una carta de protesta por la guerra «injusta y sin sentido» de su gobierno contra Ucrania, que ha condenado a Rusia «al aislamiento internacional, a la posición de un país paria […] y a su degradación cultural y tecnológica […]. La guerra contra Ucrania es un paso hacia la nada».

Las Academias venezolanas, en gesto que las enaltece y en nombre de sus académicos, se han solidarizado con sus colegas rusos en la enérgica protesta contra la invasión rusa a Ucrania, y en reclamo contra el apoyo oficial del régimen al invasor ruso. «Manifestamos nuestra solidaridad con el pueblo ucraniano y hacemos votos por la restitución de la paz y la convivencia pacífica con justicia y libertad».

En palabras lapidarias del historiador Timothy Snyder (U. Yale), «Ucrania es una democracia atacada por una tiranía».

Gioconda San-Blas
sanblas@gmail.com
@daVinci1412
@DiarioTalCual
http://giocondasanblas.blogspot.com
Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales,
Individuo de Número, Sillón XX
Caracas, Venezuela
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"Allí donde se niega el conocimiento científico, se difunden las teorías de la conspiración y la agitación". Angela Merkel, discurso de despedida como Canciller de Alemania. 02/12/2021

“El castigo por rehusarte a participar en política es ser gobernado por personas inferiores a ti”. Platón

TRINO MÁRQUEZ: EN UCRANIA HAY QUE DERROTAR A PUTIN

Escribir sobre lo que sucede en Ucrania resulta desgarrador. Ver las imágenes de la destrucción de un país que ha sufrido tanto a lo largo de su historia, conmociona. Percibir que carece de límites la psicopatía de un megalómano que se considera predestinado para reeditar la imagen de la Rusia imperial, aterra. Una victoria militar de Vladimir Putin en Ucrania sería catastrófica para Europa y el mundo democrático, cada vez más reducido y amenazado por el avance del autoritarismo en el planeta. Occidente tiene que derrotar a ese autócrata porque su triunfo hará imposible para el viejo continente la coexistencia pacífica con su régimen, basado en el poderío militar, la amenaza nuclear al globo terrestre y la vocación expansionista. Con Putin solo es posible la confrontación o el vasallaje. Hasta ahora la vía para oponerse a su brutalidad han sido las sanciones económicas y el apoyo militar a la férrea resistencia ofrecida por el pueblo ucraniano, su Presidente y su liderazgo. ¿Será suficiente?

Demolido el Muro de Berlín y colapsada la Unión Soviética, los países más desarrollados del mundo entendieron la necesidad de reducir las tensiones con la Federación Rusa, nombre oficial de esa nación, porque el nuevo orden internacional requería promover el desarrollo sostenido y la democracia liberal en los países que habían padecido el comunismo durante décadas. Se consideró importante incorporar a Rusia en el grupo de los siete países más prósperos, el G7, aunque su economía tuviese las características de la mayoría de las naciones subdesarrolladas: estaba basada en la explotación de materias primas, comoditties, como el petróleo y el gas natural, con insuficiente diversificación industrial. Incluirlo como invitado permanente a las reuniones del G7 fomentaría que ese gigante aprovechara los beneficios de la globalización, proceso en pleno crecimiento.

Durante los años posteriores a la desaparición de la Guerra Fría, cuando gobernaba Boris Yelsin, Rusia intervino en el escenario mundial como socio de los grandes países industriales y democráticos. Poco después del ascenso de Putin al poder, el 31 de diciembre del 1999, comenzaron a aparecer las dificultades. El antiguo agente del KGB, convencido de que la desaparición de la URSS había sido un error de los dirigentes y una catástrofe histórica, empezó a perfilar una estrategia con dos vertientes distintas, aunque complementarias: eternizarse en el Kremlin y reconquistar los territorios que habían formado parte de la Unión Soviética. Para recuperar la grandeza pérdida frente a Estados Unidos y los demás países occidentales –a los cuales consideraba sus rivales y por quienes se sentía menospreciado, a pesar de los intentos por colocar a Rusia en el primer plano mundial- era indispensable que él, dotado de un plan estratégico fraguado durante años, permaneciera indefinidamente en el poder. Todos los caudillos se consideran imprescindibles.

Con esa imagen de Rusia y de su misión en este mundo, comenzó a dar los pasos que lo convertirían en el amo absoluto de la nación y en la encarnación de un nuevo zar o, más reciente, del nuevo Stalin. Aplastó el movimiento separatista de la pequeña región de Chechenia, fomentó los grupos secesionistas de Georgia (Osetia del Sur y Abjasia), de Moldavia, de la región del Donbás, en Ucrania, invadió la península de Crimea, apoyó al gobierno prorruso de Kazajistán y, finalmente, ahora se decidió por la invasión masiva de Ucrania. En cada una de las zonas desprendidas estableció un gobierno títere, que obedece sus órdenes como si se tratase de ucases. En cada caso recurrió a la misma patraña: la ‘sufrida’ población rusa que vivía en esos territorios estaba siendo masacrada por el ‘nazista’ gobierno ucraniano o georgiano.

En Ucrania, el despliegue de fuerza y la demostración de poderío militar han desbordado todas las actuaciones anteriores.

Putin ha querido enviar un mensaje categórico a las democracias occidentales: posee la determinación y el potencial suficientes para aniquilar a quien se le oponga a sus planes imperiales. Por fortuna para los demócratas de la Tierra, el pueblo ucraniano y su líder, el presidente Volodímir Zelenski, han dado muestras de un heroísmo tan conmovedor, que ha despertado la solidaridad y admiración de casi todo el planeta, menos de los villanos de siempre: Cuba, Nicaragua y Venezuela, en América Latina.

La violencia, arbitrariedad y cinismo con la que actúa Putin contra el noble pueblo ucraniano colocó la confrontación de las democracias occidentales con Rusia en un plano inédito. Hasta ahora se sabía que ese déspota carecía de escrúpulos. Que no le importaba envenenar o encarcelar periodistas, dirigentes políticos o empresarios que se le opusieran. También se sabía que financiaba grupos de mercenarios con el fin de atizar cismas en países vecinos que no querían ser devorados por Rusia. Todos sus métodos hamponiles eran conocidos. Sin embargo, se dudaba de que fuera capaz de actuar como un matón de barrio contra un pueblo cuyo único deseo desde que se disolvió la URSS en 1991, ha sido independizarse de la nación a la que considera su azote porque la ha sometido y maltratado en distintos momentos, el más grave fue en la década de los años treinta del siglo XX, cuando el asedio de Stalin, holodomor, produjo millones de muertes.

La venganza de Putin contra Occidente por lo que considera un vejamen, no se detendrá si logra apoderarse de Ucrania. Hoy considera que debe adueñarse de ese territorio porque por allí pasan los ductos que llevan el gas a Europa. Mañana dirá lo mismo de su vecina Polonia. Así seguirá hasta apoderarse de todo el Este del continente. Cuando era invitado al G7, no depuso su comportamiento hostil. Si triunfa, menos lo hará. Mejor es derrotarlo en Ucrania. Luego será más difícil y más costoso.

Trino Márquez
trino.marquez@gmail.com
@trinomarquezc
Venezuela

JUAN GUERRERO: HORACIO CABRERA SIFONTES Y LA OTRA HISTORIA

Entre los escritores venezolanos que han sido olvidados o mal estudiados, Horacio Cabrera Sifontes (1910-1995) es una clara muestra de este descuido, tanto por el Estado como por las instituciones académica de investigación literaria.

Escritor con una densa obra literaria que se vio arrastrado por las circunstancias de la época a participar en los movimientos contra el dictador, Juan Vicente Gómez, a participar en movimientos políticos para luego ejercer cargos en la administración pública. Historiador que estuvo en su temprana juventud orientado por el maestro, Bartolomé Tavera Acosta, uno de los más importantes investigadores de la historiografía de la Guayana venezolana.

Gran parte de la novelística de Cabrera Sifontes está marcada por la temática histórica. Lo indican dos de sus mejores novelas, El conde Cattaneo y la querencia de Guayana, y El profeta Enoch: su travesía por Guayana en el año de la ‘humareda’.

El libro sobre Antonio Gastone Francesco Giuseppe Luigi Wenceslao Cattaneo Quirin, conde de Sedrano, (Italia, 1880-Caracas, 1970), o como fue conocido generalmente, conde Cattaneo, narra las aventuras de este personaje quien vivió parte de ella en las selvas guayanesas. Antes, como hijo de la nobleza italiana en Pavia, estudió en la academia militar y prestó servicios como oficial de la monarquía. Posteriormente fue enviado al servicio consular en la corte de los zares, en la Rusia de finales del siglo XIX. Por sus brillantes servicios prestados a la monarquía zarista fue distinguido con el ‘Águila blanca’, y con una excedencia diplomática y agasajo de Estado en el palacio del Quirinale, en Roma, donde se vio envuelto en un oscuro hecho de sangre, por el amor de una joven noble, que le hizo tomar la decisión de irse del país.

A partir de entonces, el conde Cattaneo abandona su patria y se aventura a conocer otras realidades. Recorre gran parte de Sudamérica, se interna en Centroamérica. En Nicaragua apoya las causas libertarias del general Zelaya. Intenta regresar a su amada Italia y en su regreso, el vapor que lo lleva tiene unos desperfectos mecánicos y debe atracar en Puerto Cabello por varios días. El presidente de entonces, Cipriano Castro, al saber que este magnífico militar, conocedor de cartografía se encuentra en el país, le extiende una oferta de trabajo para delimitar las costas venezolanas, entre Paria y el Cabo de la Vela, en la Goajira, oferta que acepta y que por varios años le tiene en constantes desplazamientos por el territorio nacional. Posteriormente se traslada a la selva de Guayana, como miembro del equipo que fija los límites internacionales entre Venezuela y Brasil, y entre Venezuela y la Guayana inglesa (hoy Guyana).

Estos y otros relatos los va narrando Horacio Cabrera Sifontes en esta muy interesante novela de una factura, que diríamos, de mirada cinematográfica (quizás por su experiencia en sus días en los estudios de cine en California), que definen a esta obra como de un denso y extraordinario guion literario. De una ágil lectura y con un mundo construido de metáforas donde el fondo siempre será la diversidad de verdes de una selva que deviene sujeto, ente protagónico que se contrapone y a la vez, sirve de soporte a la legendaria figura del conde Cattaneo. Podríamos afirmar que es esta una de las biografías más completas que se han escrito sobre este genial personaje de nuestra historia moderna.

Otra de sus novelas, El profeta Enoch: su trtavesía por Guayana en el año de la ‘humareda’, publicada en 1982, es una historia fascinante al tiempo que introduce hechos que en verdad sucedieron (entre 1925-26) vinculados, tanto a acontecimientos históricos, como a eventos catastróficos: huracanes, terremotos, sequías, y la extraña aparición de una intensa niebla (humareda) por la quema de extensas sabanas,que azotó gran parte de los pueblos guayaneses por varios meses.

Es en esos tiempos cuando aparece un personaje que se hizo llamar, Enoc (también Heno, Henos o como le llama Cabrera Sifontes, Enoch). Nadie supo a ciencia cierta de donde venía. Las reseñas de la época en los diarios indican que venía de Nicaragua y entró al país por los lados de La Paragua, en la Guayana venezolana. De allí se dedicó a predicar por pueblos y caseríos, donde aparecía con su misma indumentaria: pantalón de caki arremangado casi hasta las rodillas, una camiseta de algodón crudo y una pequeña bolsa, además de unas sandalias que nunca se desgastaban, siempre lustradas. De tez morena, largos cabellos y profundos y negros ojos.

En las plazas, esquinas y bajo grandes árboles, el profeta Enoc iniciaba sus arengas siempre mencionando los versículos de san Pablo. Parroquianos y hasta el propio jefe civil del pueblo de El Manteco, quien le realizó un escueto dibujo, manifestaban que el profeta venía a vaticinar el fin del mundo y la aparición de grandes calamidades. Hablaba del inicio de grandes tribulaciones, inmensos y desastrosos fenómenos geológicos, como terremotos y erupciones volcánicas, además de plagas y la aparición del ‘caballo rojo’ que desataría la gran guerra en Europa.

Otras personas contaban que por su paso cerca de las orillas del río Caroní, profetizó que más adelante esas tierras serían abiertas para ser inicialmente saqueadas y devastadas. Otras más, indicaban que Enoc había mencionado que él venía a ‘sellar por varias décadas’ el suelo granítico guayanés, soportado por oro, diamante y otras riquezas. Que sería la nueva Jerusalén de la eternidad.

En resumen, El profeta Enoch nos muestra una historia que en su ‘verosimilitud’ encuentra por estos y otros tiempos, la verdad construida por un escritor que introduce una dinámica narrativa de factura trascendente, bien documentada y de grata lectura.Juan Guerrero

camilodeasis@hotmail.com    

@camilodeasis  

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Venezuela

CARLOS E. AGUILERA A.: ¡PATRIA, SOCIALISMO O MUERTE!

El slogan tantas veces predicado a viva voz por el difunto hijo de….Sabaneta, sigue teniendo vigencia, por cuanto La Patria la tenemos, pero desmembrada…el socialismo nos atosiga… y la muerte es la que está acabando con la vida de cientos de venezolanos , por la senda que nos conduce este régimen

Cuando Maduro, Cabello y otros personeros del gobierno en sus discursos (¿) apelan a la Fuerza Armada, como factor de estabilidad de la institucionalidad supuestamente amenazada por una invasión del imperialismo, se sitúan, sin eufemismos, a contrapelo de la historia, al menos, de la historia reciente de América Latina, que en el lenguaje político prácticamente ha desterrado ese concepto de las democracias tuteladas y peor aún de los hábitos pretorianos.

Venezuela se descontextualiza del entorno democrático que prevalece en la región. No es imaginable que los presidentes latinoamericanos invoquen a la soldadesca para el sostén de sus mandatos. Creo que si aquello sucediera se produciría una verdadera hecatombe en cada uno de los países que dirigen.

Semejante yerro proviene de un errado criterio que está presente en la matriz del régimen y que se ha ido acelerando hasta el colmo de dejar vacío de contenido al discurso del Maduro. Sólo un estado de anomalía puede explicar que en democracia se recurra, ya no al arbitraje, sino a la intervención de militares como recurso de sostén de la legitimidad democrática; anomalía, sí, en su sentido etimológico, de malformación, porque el llamado a la fuerza revela una absoluta incultura política o, en su defecto, una incoherencia total con los postulados del Estado de derecho en el que se sustenta un régimen democrático.

Maduro se ha zambullido y empeñado de lleno y hasta el hastío en atacar descarnadamente a sus opositores, para cuyos efectos no escatima en sus yerros utilizar un lenguaje callejero, procaz, lleno de insultos y agravios al más puro estilo pendenciero, cual guapo de barrio, que está llevando sus erráticas y fastidiosas cadenas nacionales, a que la gente comente a diario sus atribulados yerros y contradictorias expresiones huérfanas de sustento o, como en él, desatinadas, tanto para la cultura democrática del país, como para la imagen que debe proyectar en el ámbito internacional.

Por otra parte, la incultura política del régimen no es lo único que se deduce de este tipo de declaraciones, ellas se dan como producto de la ausencia de una base social de sustento. En circunstancias distintas quien enfrenta a una conspiración internacional, invocaría al pueblo como supremo garante del orden constitucional, pero este no es el caso, peligrosamente el régimen ha ido perdiendo aliados y socios como se resalta en estos últimos días. Desde sus inicios las inconsistencias e incompetencias políticas minaron el campo de apoyo popular con el que contaba el régimen y eso explica que pretenda sustituirlo con hombres de uniforme, evidenciando el carácter militar del cual no logra desprenderse. Para el oficialismo algo huele mal y no en Dinamarca como titulamos una columna, publicada hace 9 años, pues en un vasto sector de la institución castrense subyace la idea primigenia de sustentar la institucionalidad por encima de todo y ante cualquier eventualidad que desvirtuase su fundamento. Y ello mantiene en jaque a Maduro, quien para mantener el apoyo militar, no escatima esfuerzo alguno para aumentarles su salario y brindarles todo tipo de prebendas, amén de los altos cargos en la administración pública.

Otra consecuencia que también causa estragos en la propia institución militar, es que al desvirtuarlas de su función empiezan, sus miembros, a tener percepciones erróneas de sus roles, que son precisos y concretos conforme a lo que reza la Constitución. Sin embargo, a medida que se los invoca como fuerza salvadora del régimen, se les otorga una matrícula para ingresar en un terreno que no es el suyo, que es propiamente la preservación de las fronteras y la seguridad pública interna, cuyo debilitamiento está causando estragos en la población venezolana.

Nunca antes que se sepa y registre la historia, el país se había encontrado en una desconcertante anarquía, un caos tan profundo al extremo de que ya nadie cree en quien lo gobierna, ni tiene seguridad de nada. Un país en el que la corrupción se ha convertido en un virus mortal que está desarticulando todas las arterias vitales que sustentan la estructura social de la nación; los principios éticos y espirituales, los valores morales y cívicos que constituyen el pedestal sagrado que alimenta e impulsa el civismo, el desarrollo y la grandeza de los pueblos. Todo está siendo destruido por el tormentoso vendaval de las pasiones, del lucro incontrolable del poder de una régimen corrompido hasta la médula, que cual fístula repugnante se extiende desde la cabeza hasta los pies.

En 9 años que lleva en el poder Maduro solo ha demostrado incapacidad y desconocimiento de lo que significa gobernar un país, siendo lo más grave su persistente renuencia para rectificar los errores causantes de la debacle económica y la descomposición social, que con sus tentáculos está tiñendo de sangre los caminos de la Patria y cubriendo de dolor y lágrimas los hogares de las familias venezolanas, razón por la cual más de seis millones de mujeres, hombres y niños han abandonado el país.

Los paros y protestas que semana tras semana se producen a lo largo y ancho del territorio nacional, protagonizados por los distintos estratos sociales, se deben al engaño y a la falta de seriedad del Gobierno que incumple con las obligaciones y compromisos adquiridos, lo cual se traduce en el descontento general de una clase trabajadora decepcionada y asqueada de tantas promesas., y con un salario de 7 bolívares que no le alcanza para cubrir sus necesidades. Todos estos hechos han generado en la familia venezolana un estado de angustia que se ha convertido en una verdadera pesadilla, lo cual más pronto que nunca puede alcanzar un nivel irreversible, en un país que se halla en el despeñadero del abismo.

Lawrence Britt, un renombrado politólogo y autor, ha desarrollado una tipología del perfil del fascismo. Expresa Britt que “la doctrina fascista hace uso intenso del nacionalismo y de sus mensajes a través de canciones, eslóganes, símbolos y arengas puntuales debidamente confeccionadas y orquestadas. El fascismo, dice, no es adepto a reconocer los derechos humanos, prefiriendo enfatizar la seguridad del Estado, y es obcecado por el crimen y el castigo. Recurre a la identificación individual y grupal de sus opositores, pintándolos como enemigos y como la causa de todos los males”.

¿Entonces quien es el fascista? ¿La oposición o el régimen?

Carlos E. Aguilera A. 
careduagui@gmail.com 
@_toquedediana 
Miembro fundador del Colegio Nacional de Periodistas (CNP-122) 

JESUS ELORZA GARRIDO: SÚPER BOJOTE

Cargado de carpetas, se presentó el jefe del G2 cubano, al despacho de Nicolás, con la intención de presentarle la propuesta diseñada para los Carnavales 2022. Creemos camarada que no debemos desperdiciar este momento para hacernos presentes con una propuesta que estimule y afianza el culto a su personalidad como gobernante “revolucionario”.

- ¿Cómo así? Me estás diciendo que debo disfrazarme de payaso para estimular la admiración del pueblo mesmo hacia mi persona. No entiendo, dijo Nicolás. Explícate mejor.

Nada de payasos. Impulsaremos su imagen como la de Súper Bigote que tuvo una inmensa pegada cuando la presentamos a finales del año pasado y este es el momento para sacarla nuevamente a flote.

- ¿Cómo se haría?

Muy fácil. Ya usted pudo ver como la camarada Ministra de Educación les sugirió a todas las zonas educativas del país que estimularan en las escuelas a que los niños se disfrazaran como Súper Bigote en señal de agradecimiento hacia su persona por su política educativa en la construcción y mantenimiento de escuelas, liceos y universidades que nada tienen que envidiarles a países del primer mundo. Así mismo, su política de comedores escolares, transporte y lo más importante “su política de HCM, salarios y pensiones” para los docentes.

-Eso suena bien. Te pregunto ¿Ya repartieron los disfraces?

Si. Todo está bajo control. El escenario central para este proyecto será Caracas. En tal sentido, ya la camarada Alcaldesa de Libertador se encargó de elaborar el programa comunitario de actividades que incluirá Desfiles, conciertos, tomas culturales, giras parroquiales, rutas gastronómicas y la consabida elección de la reina de carnaval.

El acto central, será el desfile de comparsas y carrozas por las avenidas de la capital. Déjeme decirle camarada Nicolás, expresó muy emocionado el jefe del G2 que superaremos al Samboromo brasileño y pasaremos a ser el centro de atracción mundial.

-Manos a la obra. Llenemos las calles de Caracas con serpentinas, papelillo y caramelos.

Llegado el día del desfile, se pudo observar que la compara era encabezada por el Ministro de Cultura y la Alcaldesa de Libertador. Detrás de ellos, en diferentes carrozas venían todos los miembros del tren ejecutivo, presidentes de Institutos Autónomos, representantes de empresas del estado, integrantes del Alto Mando Militar, funcionarios de las alcaldías, representantes de los organismos de seguridad, contingentes de milicianos y colectivos. Todos, vestían el disfraz de Súper Bigote e iban lanzando toneladas de caramelos y saludando como reina de carnaval.

Pero, la emoción duro poco. El desfile fue bruscamente interrumpido por el presidente de la ilegitima Asamblea Nacional, al darse cuenta que los vítores del publico eran más un reclamo que un reconocimiento. El paso de las comparsas y las carrozas era acompañado por un grito unánime del público presente en las avenidas “Súper Bojote, Súper Bojote no te queremos” El reclamo popular hacia el mandatario, era por el bojote de ofrecimientos incumplidos en su gestión de gobierno: La recuperación económica, la superación de la pandemia, el rescate de los hospitales, la recuperación de las escuelas, la homologación de los salarios y pensiones con el costo de la cesta alimentaria, la superación de la pobreza crítica, el regreso a clases, el respeto a los sindicatos, la discusión de los contratos colectivos, la liberación de los presos políticos, la recuperación de PDVSA, etc, etc, etc.

Este disfraz, no sirvió para nada, a este falso súper por más que se tongonee siempre se le ve el bojote, fue el comentario final de toda la comparsa.

Jesus Elorza Garrido
jesuselorza@hotmail.com
@jesuselorza
Venezuela