lunes, 4 de octubre de 2021

ACTUALIZACIÓN DE EL REPUBLICANO LIBERAL II: DIARIO DE OPINIÓN, http://elrepublicanoliberalii.blogspot.com LUNES 04/10/2021


 


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TITULARES DE HOY - NACIONALES - 04/10/2021

MIBELIS ACEVEDO DONÍS: MADUREZ ELECTORAL


PEDRO ELIAS HERNÁNDEZ: RECONVERSIÓN SUBATÓMICA

JOSÉ RAFAEL HERRERA: DEL TEMOR Y SU RELACIÓN CON LA METODOLOGÍA


VICENTE BRITO: EDUCACIÓN Y SALUD NO SON PRIORIDADES POLÍTICAS


ROMÁN IBARRA: EL DESASTRE


JUAN D. VILLA ROMERO: ES TIEMPO DE DETENER EL DETERIORO


ESPECIAL DEL DOMINGO: LA SITUACION ACTUAL DE VENEZUELA 2021 POR MARCO VINICIO ARAUJO SÁEZ EN HTTPS://PROCRASTINAFACIL.COM/


MIBELIS ACEVEDO DONÍS: MADUREZ ELECTORAL

Sobre las características personales del liderazgo se ha escrito densa y profusamente, en especial desde el primer tercio del s.XX. Y no podía ser de otro modo, sabiendo que sin conducción constructiva, convincente e innovadora, las organizaciones pequeñas o grandes están condenadas a dar tumbos, víctimas de la anarquía. Un cuerpo sin cabeza, como el pollo que por segundos corre descontrolado tras la decapitación, es anticipo del desplome. Así que el tópico no sólo es relevante, sino que explica en gruesa medida las derivas, conquistas o fracasos que signan a las asociaciones humanas.

De allí que las crisis de liderazgo en situación de excepcionalidad sistémica, incertidumbre y anomia, se vuelven factor crítico. Los saldos de la pandemia, de hecho, ilustran el punto. El “cisne negro” descabezó a los pilotos delirantes e infantilizados e hizo brillar a quienes en medio del pánico supieron mantener la calma, dueños de esa “capacidad para dejar que la realidad actúe sobre uno sin perder el recogimiento y la tranquilidad”, como la describió Weber. Un talento singular que no todos poseen o saben desplegar cuando la circunstancia se vuelve esquiva al control regular.

No es lo mismo, pues, tomar decisiones en tiempos de paz y normalidad democrática que en aquellos en que los referentes estructurales e institucionales colapsan. En ese contexto (que incluye guerras, construcción de alianzas o procesos de resolución de conflictos) el equilibrio entre la habilidad para innovar y la voluntad para asumir riesgos, como afirman Mares y Palmer (2012), es atributo que definirá la eficacia del liderazgo.

Según Byman y Pollack, los líderes con mayor voluntad de asumir riesgos son también más propensos a causar guerras o a prolongar el conflicto. Una tesis útil para explicar el caso de Venezuela, posiblemente. Y no es que arriesgarse no haga falta en terreno que continuamente pide tomar decisiones “en caliente”. Pero dado el impacto, lo sensato es hacerlo de modo que las consecuencias no entrañen la catástrofe. Ya lo decía Platón: que el político debe estar dotado de fuerza -razón, voluntad, apetito- para promover su proyecto, pero también de temple para atajar los excesos de dicho proyecto. “Para dirigir a los demás, es requisito indispensable imperar sobre uno mismo”, apuntaba asimismo Ortega y Gasset. Sin autocontrol, el liderazgo es embriaguez potencialmente destructiva.

En nuestra propia historia surgen testimonios del balance entre el puro instinto y la celosa planificación, esa destreza del político de vocación para servirse del riesgo calculado. No por casualidad, por ejemplo, la ruptura que en 1958 abrió camino a la democratización operó sin mayores traumas. Un fruto de decisiones que atendían a una vertiginosa marcha, sí. Pero también a la tenaz construcción de alianzas, al cabal mea culpa que antes emprendieron las élites políticas y sociales por los errores que malograron el ensayo democrático del Trienio.

Pero lejos de atender al paradigma del “sagaz, astuto y en ardides fecundo” Odiseo, lo que ha cundido entre nosotros ha sido la indignación moralista de estos campeones de nuevo cuño, renuentes a distinguir entre imprudencia y arrojo. Tragedia no griega, sino criolla, cuyos estragos no alcanzan a purgarse tras los tardíos actos de contrición, los deslindes cuando la nave zozobra o la escasa disposición a admitir corresponsabilidad en el naufragio.

Amén de rasgos como la poca apertura a los flujos de información -limitando la habilidad para leer el contexto, la tendencia a solventar problemas y establecer relaciones de cooperación, base de cualquier alianza- preocupa la dificultad del liderazgo para hacerse cargo de los desenlaces de sus osadías. Cierta infantilización, a menudo confundida con autoconfianza; cierta desmaña para actuar de acuerdo a las consecuencias, azuza esa propensión a correr riesgos y escalar conflictos, en lugar de apelar a alternativas orientadas por la deliberación y la integración. Es el callejón de los “héroes” a juro, donde el impulso adolescente, el pataleo narcisista y la personalísima percepción se afanan en desbancar a la realidad.

Penosamente, la impronta de esa hermoseada inmadurez porfía aun en medio de la carrera electoral. Los victimizados de ayer truecan en verdugos hoy, y viceversa. Un círculo voraz que no sólo impide captar fortalezas, sino también amenazas. ¿Se corresponderá tal dinámica con las expectativas de un electorado rebasado por la calamidad, esa que revela el reciente sondeo de ENCOVI? De conjurarse la tarasca abstencionista, bestia cebada durante años por algunos de los actuales candidatos, ¿prevalecerá la yerma dispersión o la decisión racional: el voto adulto, consciente, el voto inteligente? Lo último daría fe de que una ciudadanía harta de la afición por los suicidios en primavera resolvió poner límites, prescindir del victimismo, privilegiar la coherencia; y demostrar que su participación en condiciones adversas pero políticamente aprovechables adquiere así pleno sentido.

Mibelis Acevedo D.
mibelis@hotmail.com
@Mibelis
@ElUniversal
Venezuela

PEDRO ELIAS HERNÁNDEZ: RECONVERSIÓN SUBATÓMICA

“Presenciamos la tercera reconversión monetaria en los últimos 13 años. En total son 14 ceros que se le han quitado al bolívar desde entonces. En tal sentido el valor de nuestro signo monetario se mide en cifras subatómicas, ya que tal magnitud numérica es equivalente a la distancia entre el núcleo del átomo y su electrón, es decir 1×10-14 metros”.

El bolívar dejó de ser dinero. Pero, ¿qué es el dinero? El dinero es el bien que recibimos a cambio de nuestro tiempo, trabajo y esfuerzo. Si ese bien pierde valor, se deprecia y tiende a valer muy poco, entonces por consiguiente nuestro tiempo, trabajo y esfuerzo tienden también a valer muy poco.

El dinero es la propiedad privada más democrática que existe, es la propiedad de los que sólo tienen sus ingresos, su patrimonio dinerario. En tal sentido, es una cápsula en la que se concentra la energía económica y productiva de las personas. Al destruirse el dinero, se destruye el tiempo y el trabajo de los individuos. En otras palabras, es el atentado más criminal en contra de los más vulnerables socialmente.

Presenciamos la tercera reconversión monetaria en los últimos 13 años. En total son 14 ceros que se le han quitado al bolívar desde entonces. En tal sentido, el valor de nuestro signo monetario se mide en cifras subatómicas, ya que tal magnitud numérica es equivalente a la distancia entre el núcleo del átomo y su electrón, es decir 1×10-14 metros.

La acción criminal contra nuestra moneda es una suerte de parricidio monetario, ya que la divisa nacional lleva el nombre del padre de la patria. Hemos asesinado al progenitor de la nacionalidad venezolana. Un hecho insólito teniendo en cuenta que nos llenamos la boca proclamando nuestra condición de “bolivarianos”.

El bolívar, ciertamente, fue una de las monedas más fuertes del mundo, la única que no se devaluó en la primera mitad del siglo XX, un hecho realmente notable teniendo en cuenta que durante ese tiempo se produjeron los eventos económicos, políticos y bélicos más devastadores que haya conocido la humanidad en su historia, a saber; la primera y segunda guerras mundiales y la gran depresión de 1929.

En 1918 el general Gómez le puso el ejecútese a la Ley de Moneda, redactada por Román Cárdenas y Gumersindo Torres, dos prominentes venezolanos, auténticos próceres civiles. Esa Ley creó el llamado bolívar-oro, cuya unidad era el equivalente en peso a 0,29 gramos del referido metal precioso. Esa moneda tuvo aproximadamente 66 años de solidez y estabilidad, conservando casi intacto su valor hasta entrada la década de los 70 del siglo pasado. Un auténtico portento. Sobre la base de tal estabilidad y fortaleza monetaria se produjo el milagro económico venezolano que vio crecer en un 1000% el PIB por habitante entre 1920 y 1977.

El Banco Central de Venezuela y los gobiernos a partir de 1974 manipularon la emisión monetaria del bolívar hasta llevarlo a lo que es hoy: auténtico “polvo cósmico”. El dinero que han emitido nuestros políticos para financiar monetariamente su gasto es la razón por la cual llegamos a donde llegamos. 

Hay la insólita idea de pensar que emitiendo más cantidad de dinero y poniéndolo en los bolsillos de las personas se las haces más ricas. Es como pensar que emitiendo títulos universitarios se hace menos ignorante a la gente. Una suerte de acción mágica al estilo del fraudulento Mago de Oz, que le obsequió al hombre de paja un diploma para suplir su carencia de cerebro.

En definitiva, presenciamos la destrucción de una de las monedas que otrora fuera de las más sólidas del planeta. El bolívar dejó de ser dinero, ya que no tiene ninguno de los atributos propios de este bien, a saber: medio de pago, unidad contable y almacén de valor. Así como las civilizaciones desaparecidas en el tiempo, las religiones depuestas o las lenguas muertas, el bolívar es un signo monetario extinto.

Pedro Elias Hernandez
pedroeliashb@gmail.com
@pedroeliashb
Presidente MR Estado Aragua
Candidato a la Alcaldía de Girardot

JOSÉ RAFAEL HERRERA: DEL TEMOR Y SU RELACIÓN CON LA METODOLOGÍA

“El principio del conocimiento es el temor a Dios”. Salmo, 111

“Por lo demás, este afecto por el que los hombres se disponen a no querer lo que quieren y a querer lo que no quieren, se llama temor”. Spinoza

Según Aristóteles, el temor es una “turbación proveniente de la imaginación de un mal que puede sobrevenir” y que puede causar “dolor y destrucción”.

El temor es, en tal sentido, una amenaza latente contra la propia seguridad, un evento que inesperadamente irrumpe contra lo que permite mantenerse a salvo. Es la antítesis de las premisas que sustentan la organización de las sociedades modernas, bajo la tutela del entendimiento abstracto: the safety and security. Los orígenes del término –timor– provienen del sánscrito tamra y tama, que significan, respectivamente, oscuro y noche, una condición que perturba la clara visión del ser de las cosas. Pero, además, es la paura del dios griego Pan, mitad hombre y mitad animal, cuya muerte fue anunciada por Thamus, el timonel. Pan es la representación del pánico, del miedo frente al trastorno de la “normalidad” de las cosas. Temor, miedo, pánico. En el fondo, se trata del fobos -ϕοβος-, de las fobias, las locuras que son, por cierto, fugas, porque ante todo temor la fuga es una intentio, un pre-venir, un escape contra la perturbación y el dolor, una posibilidad -una esperanza- para el reordenamiento de “la normalidad”, de lo que es “natural”, de aquello que da estabilidad, seguridad, positividad.

Dice Spinoza en Ética que el temor es el deseo de evitar un mal mayor mediante un mal menor y que quien reprime su deseo por temor ante un peligro que, no obstante, sus iguales se atreven a soportar, padece de pusilanimidad. En el caso de la consternación, Spinoza sostiene que ésta surge de un doble temor: “es el miedo que contiene de tal manera al hombre estupefacto o fluctuante que no puede alejar el mal. 

Estupefacto, digo, en cuanto que entendemos que su deseo de alejar el mal es reprimido por la admiración. Y digo fluctuación en cuanto que concebimos que el mismo deseo es reprimido por el temor de otro mal que le tortura por igual. De donde resulta que no sabe cuál de los dos alejar”.

Pusilanimidad, consternación, fluctuación. El temor a equivocarse, a errar, también cuenta con semejantes características. De ahí surge la necesidad de hacerse de una metodología “blindada”, es decir, lo suficientemente segura, capaz de garantizar la máxima seguridad y protección a la hora de enfrentarse con el objeto de estudio. Por lo que convendría preguntarse si, por cierto, no son estas las premisas de un tipo, de un modelo “cognitivo”, que durante los últimos años ha terminado por convertirse en el fundamento hegemónico -en realidad, ideológico- por excelencia de la dinámica cultural y, por eso mismo, de la compleja y contradictoria vida, de las universidades en Venezuela.

En tal sentido, se podría llegar a afirmar que el temor a la verdad ha terminado por transmutar el juicio constitutivo del saber en el prejuicio propio del conocer. Es este, por cierto, el argumento con el cual Hegel inicia la ciencia de la experiencia de la conciencia: la Fenomenología del Espíritu. En efecto, siguiendo los trazos dejados por el Tratado de la reforma del entendimiento de Spinoza, Hegel da cuenta de cómo lo que hoy día se denomina “epistemología” considera como un hecho “natural”, es decir, como algo que no amerita ningún tipo de discusión, la creencia según la cual antes de entrar en el estudio de un determinado objeto, sea indispensable ponerse de acuerdo acerca del instrumento metodológico más confiable, más seguro, a los fines de garantizar los resultados deseados. No obstante, sucede que, desde ese momento, entre el instrumento y el objeto de estudio se alza una barrera que no solo los separa sino que, además, el objeto termina siendo alterado y modelado por el instrumento, produciéndose de inmediato lo contrario del fin deseado. De modo que “si el temor a equivocarse infunde desconfianza hacia la ciencia, no se ve por qué no ha de sentirse, a la inversa, desconfianza hacia esta desconfianza y abrigar la preocupación de que este temor a errar sea ya el error mismo”.

El entendimiento abstracto, padre de la creatura metodológica, ha terminado estimulando “el temor a la verdad”. La pretensión de aspirar a tener un instrumento infalible, máximamente confiable, que no admita equivocaciones, no es más que la ficción, el espejismo detrás del cual se oculta el temor en la búsqueda de la verdad y, con ella, de la autonomía. Una ficción que termina haciendo del instrumento su única verdad, sustituyéndolo por aquello que se proponía encontrar. Y es por esa razón que se puede llegar a afirmar que toda epistemología parte de un acto de fe que termina en una religión positiva. El anhelo de aferrarse a las “seguridades externas” oculta el temor que se siente y que se ha cultivado, tal como se cultivan los vientos que, al final, terminan en tempestades. El principio del saber es incompatible con el temor, y mucho menos compatible con el temor ante lo divino. Las propias presuposiciones, las inseguridades, ansiedades y temores, han acabado haciendo morder el polvo a las universidades venezolanas. Comenzó luchando para ser reconocido como profesor universitario y terminó aceptando el calificativo de “docente”. El señorío de “el método”, la racionalidad instrumental, finaliza en el callejón ciego de la servidumbre ante el gansterato, nada menos que en la “universidad comunal”.

Parece tarde para recoger la leche derramada. La sentencia contra la vida autónoma de las universidades ha tenido en el temor su propio -y peor- enemigo. El triunfo de la “universidad comunal” es el triunfo de “el método” y, en consecuencia, del temor. Sin sus otrora dignas y majestuosas academias, el país entero rodará por el acantilado hacia el precipicio de Hades, para sucumbir definitivamente en el Averno de la barbarie gansteril. Después de tanta búsqueda de seguridades, solo el infierno ha resultado ser seguro. El conservatismo es hijo de los siervos de la gleba, y gusta aferrarse a la rutina de sus tradiciones. Es continuista, moderado, filisteo. Su talante confirma la representación más fiel de un honorable cuerpo que hizo de “el método” su única verdad, su morada, sin sospechar que, tarde o temprano, el lobo soplaría, con inusitada furia, hasta derribarla y lograr el anhelado desalojo. He aquí la rosa. Salta aquí.

José Rafael Herrera
jrherreraucv2000@gmail.com
@jrherreraucv
Venezuela

VICENTE BRITO: EDUCACIÓN Y SALUD NO SON PRIORIDADES POLÍTICAS

Es importante resaltar la relación existente entre dos de las grandes necesidades sociales como son la educación y la salud, con las prioridades políticas.

Hemos observado como en la medida que se desarrolla el debate político no sólo para las elecciones del 21 de Noviembre, también en las discusiones que se llevan adelante en México. Los temas a discutir no están considerando dos de las grandes prioridades sociales como lo son la salud y educación los cuales son prioritarios para las Naciones Unidas para definir los niveles de desarrollo humano de los países.

La agenda del diálogo y la campaña electoral tratan temas que se pueden definir como importantes para las discusiones macro políticas, pero que no dan soluciones a las complejas limitaciones que afectan a la sociedad Venezolana, indistintamente de las propuestas discutidas en el diálogo y en el debate electoral. Siendo la educación y la salud prioridades sociales para recuperar las condiciones de vida de los venezolanos, las cuales son cruciales para el desarrollo de la nación.

EDUCACIÓN.

Es el principal factor para alcanzar niveles de desarrollos científicos y tecnológicos. Observándose como los países con mayores niveles educativos son los que logran los más altos estándares en crecimiento económico y social, lo cual se refleja en calidad de vida y bienestar para las familias. Actualmente los informes presentados por las organizaciones nacionales e internacionales especialistas en el tema educativo, alertan sobre las desmejoras observadas en los distintos niveles de formación educativa ( primaria, secundaria y universitaria) reflejadas en la alta deserción escolar, la pérdida de educadores que se han marchado a otros países o se dedican a otras actividades que le den mejores ingresos, el deterioro de las infraestructuras educativas así como los necesarios recursos para sostener adecuados niveles de investigación y aprendizaje tecnológicos. Los presupuestos asignados a las Universidades han sido afectados por la reducción de recursos y la inflación. La construcción de nuevas edificaciones educativas y su equipamiento se han reducido axiales como las inversiones para mejorar las asistentes. A nivel mundial los países más desarrollados dedican alrededor de un 10% del presupuesto nacional a la educación la cual hoy es vital para el desarrollo de las naciones.

SALUD.

La pandemia (Covid 19) esta creando un mayor reto para nuestro sistema de salud, absorbiendo buena parte de los recursos asignados al tener que utilizar parte de la infraestructura hospitalaria y del personal de salud para atender a los afectados por esta enfermedad. Es necesario indicar que se observan numerosas limitaciones en la capacidad de atender las otras enfermedades, operaciones quirúrgicas y emergencias. Una de las razones principales es el éxodo de buena parte del equipo médico y profesional que han emigrado a otros países en procura de mejores ingresos, unido además a la falta de equipamiento y número de camas para atender a la creciente demanda de los servicios de salud públicos, los cuales son solicitados constantemente por los colegios de médicos, laboratoristas y enfermeros. La salud hoy constituye la mayor prioridad de las necesidades sociales de los venezolanos y para ello deben asignarse los recursos que hagan falta para cubrir las necesidades de la población, la salud no espera.

Se deben considerar a la educación y la salud como prioritarios para la población Venezolana, las dos conforman el marco oportuno para que el diálogo político y el debate electoral propongan las soluciones que el país reclama y exige con urgencia.

Vicente Brito
vicent.brito@gmail.com
@vicentejbrito
Presidente
Red por la defensa al Trabajo, la Propiedad y la Constitución
Venezuela

ROMÁN IBARRA: EL DESASTRE

A pesar de múltiples advertencias, y los ruegos para evitar que se cometieran errores políticos graves, que desfiguraran la potencialidad de la fuerza opositora, no hubo manera; se perdió la racionalidad.

Fue más grande la prepotencia de la dirigencia encerrada en un grupo despótico, y autodenominado G4, que la sensatez que sugería el sentido común. Los partidos AD; Primero Justicia; Voluntad Popular, y Un Nuevo Tiempo, decidieron encabezar la dirección de toda la oposición de manera abusiva imponiendo su voluntad.

Primero las locuras de 2002, la plaza Altamira; la huelga petrolera; la huelga indefinida; el Carmonazo; la derrota del revocatorio de 2004; la abstención en las parlamentarias de 2005. Luego, el acierto de buscar la unidad tras la participación en las elecciones presidenciales de 2006, porque pesar de la derrota con la candidatura de Manuel Rosales, se trataba de la vuelta a la ruta electoral dentro de la constitución.

Eso nos llevó acertadamente a seguir la lucha democrática, esta vez, para derrotar el proyecto de reforma constitucional de Chávez de 2007; la participación unida en las elecciones presidenciales de 2012, y 2013, y finalmente el triunfo clamoroso en las parlamentarias de 2015.
Ahí volvió la locura, y todos creyeron que la derrota y destrucción del chavismo se había alcanzado. Tanto así, que uno de los voceros del gobierno norteamericano declaró impresionado, que había descubierto en el seno de la oposición hasta cuarenta precandidatos presidenciales; absolutamente demencial.

No habían aprendido nada frente a un gobierno inescrupuloso, e irrespetuoso de todo orden, capaz de burlar cualquier regla con tal de someter, no a un adversario, sino a un enemigo en esa visión extremista de Chávez primero, y luego de Maduro para conservar el poder a cualquier precio.

El Gobierno entró en su juego de provocar; agredir; encarcelar; atropellar, con intención de dividir y someter a la oposición, y esta cayó en todas las provocaciones hasta atomizarse.

La oposición no se dio cuenta de que para el gobierno, las reglas de la democracia solo sirven para aprovecharse de ellas e intentar someter al resto, y en vez de seguir su propio guión: cívico; pacífico; constitucional, y electoral, cayeron en el juego del oficialismo hasta desdibujarse.

Luego vino la autojuramentación inconstitucional de un presidente interino, que se ha hecho perpetuo; un TSJ en el exilio; el nombramiento de embajadores en países aliados, y OEA, guerras ridículas como la Operación Libertad, y Gedeón, y con la ayuda de los aliados internacionales pasaron a controlar empresas de la República, sin rendir cuentas.

Hoy asistimos al estallido de la presunta corrupción en el uso de las empresas Citgo, y Monómeros, bajo el concurso de los mismos partidos del llamado G4. Un torneo de mutuas acusaciones que evidencian la vileza de sus protagonistas, con el lamentable saldo de la destrucción y quiebra de ambas, precisamente en medio de la campaña electoral para escoger gobernadores y alcaldes, en un marco de división, imposición abusiva de candidaturas, y discriminación de otros sectores de la oposición.

En resumen, se ha hecho todo lo contrario de lo que indica la sensatez y el interés nacional, destruyendo con ello la esperanza y la fe de la ciudadanía que asiste atónita a este espectáculo bochornoso de estupidez y presunta corrupción.

Han utilizado sin rendir cuentas de la multimillonaria ayuda internacional; los recursos de las empresas hoy a la deriva, como Citgo, y Monómeros, y han continuado la estafa de un gobierno interino (eterno) que no gobierna, ni resuelve nada. Solo ha servido para alimentar el odio y la división entre quienes han debido mantenerse unidos y decentes en el manejo de la cosa pública para ser distintos de lo que critican en el oficialismo.

Este 21 de noviembre se nos viene encima un desastre de proporciones incalculables. Vergüenza absoluta!

Roman Ibarra
romanibarra@gmail.com
@romanibarra
Venezuela

JUAN D. VILLA ROMERO: ES TIEMPO DE DETENER EL DETERIORO

El Metro de Caracas, aún con las graves deficiencias que presenta al día de hoy, continúa siendo un sistema masivo de transporte que participa medianamente en la movilidad de las fuerzas sociales y económicas citadinas. He allí, la importancia de reimpulsarlo y transformarlo en lo que un día fue: Un sistema de transporte subterráneo seguro, confortable, puntual y libre de malas prácticas humanas.

Veo con suma preocupación la cadena de fallas que se suscitan a diario en el sistema de transporte subterráneo Metro de Caracas; motivado a la incompetencia e irresponsabilidad de quienes tienen el monopolio gubernamental. Fallas que van desde descarrilamientos hasta explosiones y cortos circuitos en los sistemas de zapatas colectoras.

El pasado 23 de septiembre en horas de la noche, ocurrió una explosión por cortocircuito en uno de los vagones de la estación Parque Carabobo. Esta situación, hizo que los usuarios reaccionaran intentando romper los vidrios de los vagones para tratar de salir. Destacando que los usuarios afrontaron una fuerte humareda que obligó al personal operativo a cerrar la estación.

Por otra parte, la tarde del día sábado 25 de septiembre pudimos observar estallidos, chispazos y una columna de humo que salía de un vagón posicionado en el andén 1 perteneciente a la estación Los Dos Caminos. La gente se vio obligada a abandonar los vagones corriendo, mientras que en la parte delantera del tren se observaba la explosión.

También vale la pena destacar, que en horas de la mañana del lunes 27 de septiembre se registraron fallas en la iluminación de la estación Plaza Venezuela y una posterior suspensión del transporte subterráneo.

Triste que la Línea 1 -una de las más frecuentadas- cuente solo con 10 trenes en las horas pico. Y ni hablar de la Línea 2, que solo opera con seis trenes, y la Línea 3, con apenas cuatro, según cifras que maneja la ONG Metro Comunidad.

Luego de narrar este duro panorama, quiero finalizar exhortando una vez más desde Unidad Visión Venezuela, a todos los actores vinculados con este tema, a caminar por la senda de la rectitud y apelar a la racionalidad en busca de solventar esta situación deplorable que vive nuestra ciudad capital.

La Línea 1 del Metro debe disponer de al menos 40 trenes, así como las líneas 2 y 4 deben de contar con una flota de 30 y la Línea 3 con 14 trenes; esto con la finalidad de que garanticen a los usuarios un mínimo de tres minutos de espera entre uno u otro tren.

Igualmente, llamo a la reflexión a todos quienes ejercen funciones de mando para que sean escuchados los planteamientos que hemos venido haciendo de manera reiterada en aras de evitar una desgracia mayor. Urge un plan de reingeniería coordinado y basado en la vía de las 3 E https://bit.ly/ HYPERLINK "https://bit.ly/3zI2yIB"3 HYPERLINK "https://bit.ly/3zI2yIB"zI HYPERLINK "https://bit.ly/3zI2yIB"2 HYPERLINK "https://bit.ly/3zI2yIB"yIB que ha venido proponiendo nuestro secretario general, diputado Omar Ávila, siendo este el camino expedito para reimpulsar al Metro de Caracas hacia lo que un día fue y hacer de él “la gran solución para Caracas”.

El Metro de Caracas no es un lujo. Las ciudades modernas buscan la manera de incorporar estos sistemas de transporte para brindar comodidad a sus ciudadanos y disminuir la contaminación producida por vehículos de combustión. El Metro de Caracas debe ser recuperado y esa es una obligación del gobierno que echó para atrás el proceso de descentralización. Es tiempo de detener el deterioro.

Juan D. Villa Romero
Juandiegovillaromero27@gmail.com
juandiegovillaromero2798@outlook.com
@visionvenezuela
@jdiegovillave
Secretario Juvenil
Unidad Visión Venezuela
Venezuela